"Libia Habla": Amemos y defendamos al pueblo libio conociendo su heróica historia
AMEMOS A LIBIA
Amemos a Libia respaldando a su pueblo heroico y a su valiente líder Muhammad Al Gadafi, frente a la agresión intervencionista del imperialismo y la barbarie fascista. Realizando una labor militante para esclarecer la mentira y la farsa con la que están engañando de manera infame a las masas en los medios de propaganda del colonialismo y el capital.
Desentrañar la conspiración y la trama de la asonada urdida por las potencias junto a las solapadas y oscuras alimañas de la “oposición” monárquica semifeudal que en 1969 fue derrotada por la Jamahiriya y las fuerzas antiimperialistas y del cambio, que iniciaron la transición hacia la libertad y la soberanía libia, es una tarea impostergable. . Dilucidar esa patraña, tal confabulación retorcida, es actuar con coherencia revolucionaria y corresponder consecuentemente con los principios de la unidad, la amistad, la justicia social y la paz.
Los sediciosos y bandas de “brancaleones” y delincuentes mercenarios, acompañados por comandos de las fuerzas especiales de los países integrantes de la otan, haciéndose pasar por “paisanos rebeldes”, no son más que una horda de criminales que han forzado una guerra civil y una injerencia político-militar criminal de los fanáticos y enfermizos nazi-fascistas de hoy, que asolan el mundo en nombre de la civilización y los derechos humanos.
El ataque, que el imperialismo amparado en la esquelética ONU y en su terrorífico Consejo de Seguridad, no solamente está orientado al dominio del territorio libio para el pillaje del petróleo y el gas, también es la acción rapaz para apoderarse del agua de los manantiales bajo las arenas incandescentes del desierto, pertenecientes al pueblo libio y africano.
pero, más aún, se trata de una guerra de castigo a un pueblo y un proceso autóctono y antiimperialista que por décadas ha mantenido con dignidad, su posición soberana ante el imperialismo y las fuerzas retardatarias que propalando la mundialización del capital han intentado obstaculizar el avance de la transformación de la sociedad y el socialismo.
La estirpe diplomática neo-fascista, conjurada en el Consejo de Seguridad, no puede sostener ninguna explicación a sus crímenes en Libia congruente con la carta de la ONU, con las convenciones internacionales o resoluciones que desde 1945 llenan folios. La hipócrita y demagógica resolución 1973 que se emite para establecer un zona de exclusión aérea sobre en los cielos libios y circundantes ya de por sí era ofensiva y siniestra.
El desastre deplorable se arroja contra el pueblo libio, cuando esgrimiendo el canallesco edicto, se justifica lo injustificable, absurdo y tramposo, falseando la realidad con los infundios más repugnantes; se alude “la protección de la vida de los civiles libios en peligro por la represión del régimen de Gadafi”.
El tenebroso argumento insinuado por las tétricas castas diplomáticas neocolonialistas, envenenadas por el odio y el cinismo, jamás ha sido comprobado en el terreno.
Lo que se confirmado es la violencia brutal del imperialismo, la ofuscación desesperada de la otan que troncha la vida, asesina y ha cubierto de terror y espanto la existencia de las niñas, niños, jóvenes y de todo el pueblo libio.
la angustia, el sufrimiento, el dolor y la muerte lo esta provocando la locura de la mafia fascista mundial comandada por Hilary Clinton, Obama, Cameron, Sarkozy, Berlusconi y los peleles que se arrastran a sus pies, entre ellos el secretario general de la ONU Ban- Ki Moon con la complicidad de una sarta de tunantes que forman los conciliábulos en la ONU.
Debe embargarnos la indignación, la ira, el decoro, seguir la valentía, la dignidad y la integridad con que el patriotismo del pueblo libio ha resistido frente a esa sanguinaria, desalmada y monstruosa agresión.
La matanza tiene que parar en libia y además terminar la impunidad con que actúa la tiranía fascista mundial.
Los Estados decentes, soberanos, honorables e independientes tienen la palabra y promover inmediatamente una asamblea general de la ONU, en la cual se apruebe una resolución exigiendo el cese inmediato del fuego de la otan sobre libia, la anulación del decreto 1973 del consejo de seguridad, respeto a la autodeterminación y respaldo al estado soberano de libia y su gobierno legítimo.
La unión africana de naciones debe constituirse en la vocera de la propuesta y de lo contrario la Una-Sur o los países del ALBA o del BRICS.
La comunidad latinoamericana y del Caribe de naciones a reunirse para su fundación en Caracas el próximo 05 de julio debiese acordar un apoyo incondicional a una resolución en los términos arriba planteados. Asimismo, un respaldo irrestricto al gobierno legítimo de libia y la supresión de todas las sanciones formuladas arbitrariamente en su contra, como la confiscación de sus reservas de capital en bancos del exterior.
Los movimientos populares, de solidaridad, por la paz y revolucionarios de todo el mundo debemos activar un vendaval de solidaridad con Libia soberana, su pueblo y su gobierno y, la condena férrea y decidida de la sedición y guerra de la OTAN, el imperialismo y sus lacayos contra el estado libia y su proceso revolucionario.
Es una cuestión de honradez y conciencia, de sensatez y convicción, de sensibilidad y valentía, es cuestión de moral, ética y vergüenza estar en este momento fatídico de congoja y tormento, con el pueblo libio.
No obstante, las cosas no quedan ahí, recordemos que el despiadado plan del imperialismo va más allá extendido el abuso y la arbitrariedad a Siria, Yemen e Irán. El SOS se agranda con el pasar de las horas, los días, las semanas y los meses, ante el riesgo de una hoguera que puede irradiar hasta nuestros hogares.
Ante la atrocidad y el espectro de la guerra y la muerte encendamos el fuego del amor, la solidaridad internacional y la hermandad verdadera de los pueblos.
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