Los templos de Venus de Teotihuacan
En la cultura mesoamericana el planeta Venus adquiere el rango de divinidad, al igual que en otras culturas europeas anteriores al advenimiento del cristianismo. Los templos de Venus de Teotihuacan, por ser los lugares de culto de mayor importancia para la clase sacerdotal mesoamericana, fueron elegidos por los católicos para construir sus iglesias y cegar la influencia de los antiguos dioses del lugar, sus piedras fueron utilizadas para construir los nuevos templos católicos, tal como se puede observar en las iglesias de San Juan y San Martín de Teotihuacan.
El día que estuve con Lorenzo, el chaman-sacerdote-sanador, en lo alto del campanario de la iglesia de San Juan para tomar las fotos de la neomenia de la Luna y Venus, me contó que él había estado trabajado en la recuperación de las calzadas del claustro que hay frente a la entrada principal y que se había dejado a la vista los restos de la construcción del antiguo templo dedicado a la Coaltlicue, la representación del planeta Venus. Me mostró la calzada y me señaló la parte baja del campanario para que viera que la construcción de la torre de piedra caliza se superponía sobre un zócalo inclinado de piedra negra volcánica idéntico al de las construcciones de las pirámides y templos teotihuanacos.
Esta Iglesia está situada al oeste de los afloramientos arqueológicos de lo que fue la inmensa ciudad de Teotihuacan, nombre éste que significa “lugar de dioses”. Es curioso que la raíz “teo” sea en nagual igual que en griego y se refiera a dios.
Entre los años 100 y 700 se desarrolló una urbe con una población semejante a la que pudo tener Roma, por eso la Iglesia de San Juan o antiguo templo de Venus, se halla a más de un kilómetro al oeste de la pirámide del Sol y del centro de la Ciudadela. Desde este lugar el horizonte oeste queda completamente despejado y se puede observar perfectamente cualquier neomenia ya sea la de la Luna como la de Venus algo muy necesario para la clase sacerdotal que es la que anuncia la llegada de un año sagrado nuevo cuando observa la aparición de Venus en un inicio de ciclo.
El calendario Tzolkin o sagrado tiene 260 días que se extraen del ciclo de Venus. Contaban 130 días desde que Venus aparece por primera vez al anochecer sobre el horizonte y va elevándose día a día hasta que empieza a descender, entonces cuentan otra vez 130 días hasta que desparece y deja de
verse al anochecer, tal como se puede leer en un fragmento del jeroglífico de la página 42 del códice Dresde.
El glifo de Itzamná, que representa a una de las trece divisiones del zodiaco maya y se corresponde con la Vía Láctea, es el más fácil de reconocer por el detalle de ser un rostro humano que lleva la lengua fuera mostrando una cifra.
Los otros glifos son conocidos por los estudiosos de los códices mayas y hablan de fechas, orientaciones y el planeta Venus.
6 Khe.- Desde el día 6 del mes del venado
Estrella nueva al anochecer.- Se verá salir la estrella nueva al anochecer.
Izamná. Signo del lagarto celeste. En la zona de la Vía Láctea o del lagarto celeste
Cartucho de carga de tiempo y Venus. Venus con la carga del tiempo nuevo
Norte. llegará a su máxima altura en el horizonte con latitud norte 16
Kunku el día 16 del mes de Kunku
Desde l día 6 del venado hasta el día 16 del mes de Kunku trascurren 130 días, la mitad de los días del año sagrado.
Para poder observar esto necesitaban tener despejado el horizonte oeste, de otro modo de poco les valdría conocer anticipadamente ese momento de la aparición de Venus. En esos momentos se procedía al oficio religioso de los sacrificios rituales a la antigua usanza mesoamericana.
Donde ahora está la iglesia de San Juan de Teotihuacan estuvo el templo observatorio de la diosa relacionada con el planeta Venus eso me quedó claro al día de las fotos de la neomenia de la Luna y Venus. Además, aparte de los zócalos, para confirmar que ahí estuvo el templo de la Coaltlicue, los canteros nativos que construyeron la iglesia, dejaron la marca de la cruz teotihuacana que simboliza a la diosa del planeta Venus, es una cruz un poco parecida a la cruz de Malta y está gravada en el centro de la base del campanario de la Iglesia de San Juan.
Cuando estuve en Chichen Itzá vi que había una construcción delante de la gran pirámide que la llamaban la plataforma de Venus, en los laterales de esa edificación habían unos bajorrelieves donde reconocí al dios del cielo cuyo rostro salía de las fauces de un dragón alado que sin duda hace alusión a la Serpiente emplumada.
La serpiente o el dragón emplumado representa a la totalidad de la Galaxia y el rostro que sale de sus fauces simboliza al planeta Venus, esa es la conclusión a la que llego después de reflexionar mucho y de mi experiencia en Teotihuacan.
En Chichen Itzá encontré otra plataforma de Venus al oeste de los afloramientos arqueológicos con el mismo bajorrelieve pero mucho más deteriorado, lo que significaba que había dos lugares de culto a Venus, un Venus oriental, mucho más importante y un Venus occidental menos visible o más discreto, lo que me dio que pensar algunas cosas referente a los sacrificios rituales.
Si había en Teotihuacan un templo dedicado a culto de Venus occidental, como lo demostraba el zócalo de la iglesia, el signo de la cruz de la Coaltlicue gravada en el campanario y la clara orientación del lugar, debía haber un templo de Venus oriental sólo tenía que encontrarlo.
Todo el tiempo que he estado viviendo en San Martín de Teotihuacan lo he hecho a menos de 100 metros del templo de Venus oriental. No sé en que momento me vino a la mente, pero supe que la iglesia de San Martín de Teotihuacan estaba construida sobre el principal templo de Venus, sólo faltaba demostrarlo encontrando la base de la pirámide de piedra negra volcánica, en forma de zócalo inclinado para demostrar que efectivamente mi elucubración no era tal sino una acertada reflexión como así resultó ser. Por la mañana acudí al lugar a tomar unas fotografías para que quedara documentado el tema.
El soporte del campanario de la Iglesia de San Martín está efectivamente compuesto por un zócalo inclinado de piedra negra volcánica como la gran mayoría de las pirámides de la zona arqueológica central.
Sobre el zócalo de piedra negra volcánica de la torre del campanario se observan restos de estuco que aún mantienen alguna zona coloreada de ese especial color rojo suave propio de todas las construcciones teotihuanacas, tal como muestra la fotografía de la derecha, que pertenece a una estancia situada al lado de la pirámide de la Luna.
Ese mismo color rojo suave acompañado de unos verdes muy especiales de este lugar son los que utilizan tambien en los afloramientos colindantes de Tetlica y Atetelco donde hay numerosos murales que usan estos colores, como se puede ver en una de las representaciones de Venus en su imaginería tetlica.
Se sabe que esta imagen es una representación de Venus porque lleva su símbolo, que es la conocida roseta de cruz, en cinco ocasiones, tantas como bucles o retrogradaciones forma el planeta Venus en cada uno de sus ciclos completos y al igual que la imagen de la plataforma de Venus de Chichen Itzá, el rostro de Venus sale de las fauces de la serpiente emplumada que aquí se presenta en forma de águila y esta claramente visible en la parte superior del cuadro. En esta representación se puede observar la mutación del viejo símbolo del dragón celeste o serpiente emplumada que representa a la Galaxia, en águila, y así quedará para los tiempos posteriores.
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