La tragedia ocurrida en la Línea 3 del Metro es un crimen de Estado.

Igual que fue un crimen de Estado la tragedia previa, en la Línea 12 del Metro.

-Publicidad-

En los dos casos, la mayor responsabilidad es del Estado; de los encargados del gobierno federal y de la ciudad capital.

Es decir, los principales responsables, los culpables del crimen ocurrido en las líneas 12 y 3 del Metro se llaman Claudia Sheinbaum y López Obrador.

¡Por qué?

Por que un crimen de Estado se define como aquel hecho criminal en el que participan uno o más agentes del Estado.

Es decir, un crimen de Estado es un acto criminal provocado por la comisión deliberada o la omisión de un servidor público, de la jerarquía y/o del partido que se quiera.

Por eso, hechos criminales como los ocurridos en el Colegio Rébsamen y en las líneas 12 y 3 del Metro de la Ciudad de México, no tienen otra definición que crímenes de Estado.

Crímenes provocados no sólo por la negligencia sino por el “valemadrismo” de la jefa de gobierno y de su patrón, el presidente López Obrador, el principal cómplice de los actos criminales de la señora Claudia Sheimbaun.

Y es que más allá del “discurso engañabobos” del presidente Obrador para justificar las torpezas de su preferida para el 2024 y más allá “de las bobadas” de la jefa de gobierno para justificar su irresponsabilidad criminal en las tragedias del Metro, lo cierto es que a los ojos de todos los ciudadanos aparece un crímenes de Estado como el motor del más reciente choque en la Línea 3 de Metro.

En efecto, las causas de la tragedia que enlutó a decenas de familias –por la muerte y por incapacidad de por vida de decenas de ciudadanos–, están la ambición sin límite de la señora jefa de gobierno y en el robo sin freno del dinero público.

Y es que no es ningún secreto que miles de millones de pesos del Metro y de todos los servicios de la capital del país son desviados para la campaña presidencial de la señora jefa de gobierno; una mujer irresponsable dedicada a la política que prefiere poner en peligro la vida de millones de capitalinos a cambio del dinero robado para su campaña presidencial.

Curiosamente una ambición estimulada desde Palacio, el mismo lugar de donde emanan la impunidad y la complicidad sin freno para Claudia.

Por eso la señora Sheimbaun no es la única responsable de tal irresponsabilidad y tampoco es la única culpable de los crímenes de Estado cometidos contra decenas de habitantes de la capital del país.

No, en realidad la tragedia del Metro es una irresponsabilidad compartida.

¿Por qué?

  Porque todos los días, a toda hora y en los últimos 22 años, el hoy presidente mexicano, López Obrador, ha solapado a su preferida, a la señora Sheimbaun, quien no sólo desfalcó el dinero público en Los Segundos Pisos del Periférico sino que se robó carretadas de dinero de la Delegación Tlalpan de CDMX; además de que saqueó el dinero de la capital del país en los últimos cuatro años al extremo de convertido al Metro capitalino en el mayor peligro para cinco millones de usuarios a día.

Sí, la señora Claudia Sheimbaun es una criminal de Estado que aspira a ser presidenta de los mexicanos.

Por eso obliga preguntar. ¿Se imaginan lo que haría en ese cargo?

Lo cierto es que durante décadas, crímenes como “Los 43” de Iguala, como “los niños de la Guardería ABC”, de Sonora y muchas otras tragedias que sacudieron al país en los últimos 22 años fueron utilizadas por López Obrador y por su claque como armas político electorales para debilitar al poder en turno.

Hoy, sin embargo, los crímenes de Estado cometidos por la señora Claudia Sheimbaun y por López Obrador, ponen en peligro no solo al país sino al propio proyecto de Morena.

Sí, las ambiciones sin freno, las raterías sin límite y las torpezas incontenibles destruyen no sólo las aspiraciones de la señora Claudia Sheimbaun sino el futuro de López Obrador.

Y es que, les guste o no a los dueños del Partido Morena, la señora Claudia no sólo es el mayor peligro para México y para los mexicanos, sino el mayor peligro para Morena y sus fanáticos.

Se los dije.