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lunes, 4 de abril de 2011

La Huasteca: historia y cultura origen mayense

La Huasteca: historia y cultura
Guy Stresser-Péan


Cerros de Chiconquiaco, Veracruz, 1972. Foto: Guy Stresser-Péan
Cuando grupos de mayas emigraron hacia la región de Pánuco, hacia 2000 a.C., nació la civilización huasteca. Posteriormente, algunos grupos nahuas se establecieron en la región y adoptaron las tradiciones de los huastecos, a tal grado que, de manera general, se habla de los cuextécatl (huastecos) para designar a todos los habitantes de la Huasteca.

MARCO GEOGRÁFICO Y SUBSISTENCIA
La Huasteca es una región de tierras bajas y cálidas que ocupa el extremo norte de la franja costera tropical y húmeda a orillas del Golfo de México. Al occidente limita con las laderas de la Sierra Madre y al norte con la Sierra de Tamaulipas. Este territorio presenta mayor diversidad de la que podría atribuírsele a primera vista. Las llanuras ocupan casi toda la parte norte y alternan al sur con colinas de arenisca calcárea más dura. La actividad volcánica, apaciguada desde hace mucho tiempo, dejó en diversos sitios escurrimientos de lava y filones de basalto que la erosión ha puesto en relieve. Las zonas montañosas son atravesadas en gran parte por torrentes caprichosos, de crecientes enormes y brutales, mientras que grandes ríos perezosos dibujan sus meandros entre llanuras pantanosas.
Los mexicas dieron a la Huasteca, al igual que a otras tierras cálidas y húmedas, el nombre de Tonacatlalpan, “tierra de comida”, porque creían sin duda que estas regiones eran muy fértiles. También pensaban que este nombre se justificaba por la gran variedad de plantas cultivadas en las partes cálidas de la vertiente del Atlántico, como maíz, frijoles, calabazas, calabacines y diversos chiles, además de raíces y tubérculos (yucas, camotes, jícamas y arum) y numerosos frutos. Pero los huastecos, sobre todo agricultores, practicaban el cultivo de temporal en zonas quemadas, sin irrigación.
La recolección ocupaba un lugar predominante en la Huasteca. Por ejemplo, se recolectaba arum (el quequéxquic de Sahagún), chiles pequeños (Capsicum frutescens) y el fruto silvestre del Brosimum alicastrum (alimento importante durante las hambrunas), etc. También se recolectaba miel silvestre, ostras de las lagunas costeras y mariscos que el mar dejaba en las orillas arenosas. Asimismo, se recolectaba sal, en especial en la laguna de Chila.
La caza debe haber tenido un lugar importante. Además de los animales que se cazaban para el sustento, había otros apreciados por el uso estético y ritual de su piel o plumaje: el jaguar, el ocelote, el águila, la guacamaya y los periquitos. La pesca debe de haber sido intensa en las cercanías de las lagunas y los grandes ríos.
¿CÓMO LLEGARON LOS HUASTECOS?
Los huastecos ocupan actualmente sólo un área pequeña de la Huasteca, una franja oblicua discontinua que va desde el noroeste del estado de Querétaro hasta los pozos petroleros en las cercanías de Tamiahua, en Veracruz. Desde la Colonia, han sido expulsados paulatinamente de las llanuras propicias para la ganadería y se han aferrado a las laderas de la sierra volcánica de Otontepec (Veracruz), a los lomeríos de Tantoyuca (Veracruz), a las colinas de Tancanhuitz y de Tanlajas (San Luis Potosí) y, finalmente, a una pequeña parte de la Sierra Madre, más allá del pueblo de Aquismón (San Luis Potosí).
La antropología física y la lingüística establecen un nexo indiscutible entre los huastecos y la gran familia maya, pero, desde un punto de vista cultural, los huastecos se distinguen de todos los demás pueblos mayas. La lengua huasteca pertenece a la familia maya, pero aparentemente ha estado aislada desde hace 3 000 años, como lo confirman los cortes estratigráficos realizados tanto por Gordon F.
Ekholm como por Richard S. MacNeish. Cabe suponer que hacia 1000-1500 a.C. los pueblos mayas ocuparon la costa del Golfo de México. Más tarde, probablemente fueron obligados a retroceder hacia el sureste, dejando atrás a los huastecos. Su separación de los mayas ocurrió antes de que éstos desarrollaran su gran civilización. Así que, a través de los siglos, los huastecos vivieron en relativo aislamiento, aunque tuvieron contacto con los chichimecas nómadas del norte y con pueblos civilizados del sur.

APARIENCIA DEL HUASTECO
El Adolescente Huasteco localizado en la región de Tamuín, San Luis Potosí, carga a su padre en la espalda. Está completamente desnudo y cubierto de tatuajes simbólicos, como el de la representación del maíz. Se trata de Cipak, joven dios del maíz, que intenta introducir a su padre a la civilización sedentaria. Esta desnudez concuerda con la idea de que los huastecos andaban desnudos, aunque se trata, en realidad, de un dios.
Pero en realidad, el hombre llevaba un taparrabo y la mujer una falda. Proba-blemente, poco antes de la conquista ellas empezaron a llevar un quechquémitl para aparecer en público. Pero las estatuas femeninas y las cerámicas antropomorfas muestran siempre a la mujer con el busto desnudo y con tatuajes. El hombre huasteco es famoso por la perforación de su septum nasal, adornado esencialmente con plumas de colores. Separaba su cabello en mechas y las pintaba sobre todo de rojo y amarillo, mientras que las mujeres se trenzaban el cabello con plumas. La mayoría de los adornos de los huastecos eran de concha. Merecen especial mención dos tipos de pectorales. Uno, en forma de espiral, se elaboraba cortando transversalmente un caracol del género Strombus. Los mexicas lo llamaban “collar del torbellino” y lo consideraban un símbolo de Quetzalcóatl. El otro tipo de pectoral tenía la forma de un triángulo alargado. Se cortaba longitudinalmente de uno de los lados de un caracol del género Strombus y a menudo mostraba una característica doble curva. Algunos de ellos están admirablemente tallados. En el Códice Borgia se describe ese adorno, que llevaban la diosa Tlazoltéotl y los dioses del pulque, divinidades que, como Quetzalcóatl, tenían que ver con la Huasteca. En las sepulturas del sitio arqueológico de Vista Hermosa, Tamaulipas, se encontraron varios pectorales grabados.

PERIODO TOLTECA
Es seguro que el imperio tolteca tuvo estrecho contacto con los huastecos. En crónicas que se refieren al periodo tolteca se menciona a menudo “el sitio donde lloran los huastecos”. Según el Códice Chimalpopoca, unos huastecos prisioneros fueron llevados desde ese lugar hacia Tula, donde unos demonios femeninos llamados ixcuinanme los sacrificaron a flechazos. Este episodio se suele interpretar como la introducción en Tula, durante el reinado de Huémac, de un rito huasteco sobre el culto a la diosa de la tierra, a la que los mexicas llamaban Tlazoltéotl o Ixcuinan.
Es también durante el reinado de Huémac en el que Sahagún sitúa la leyenda del huasteco desnudo, al que la hija del rey de Tula vio en la plaza del mercado y de quien se prendó tanto que se casó con él. Los toltecas, y el propio Huémac, se enojaron por esta alianza y trataron de matar al intruso abandonándolo en medio de una contienda contra los guerreros de Coatepec. Pero el huasteco era en realidad el dios-brujo Titlacauan y salió victorioso de este combate desigual. Para vengarse de la traición de los toltecas los invitó a una fiesta y, gracias a su poder maligno, con su música y sus cantos los volvió locos, al grado de que se arrojaron a los desfiladeros del río Texcallauhco. De esta manera, el huasteco contribuyó aparentemente a la ruina de Tula. El fundamento histórico de esta leyenda es evidentemente muy dudoso, pero ilustra ciertas peculiaridades atribuidas a los huastecos: la desnudez masculina, la práctica de la magia y el ilusionismo.
CONQUISTAS MEXICAS
Durante el reinado de Moctezuma Ilhuicamina, en algún momento entre 1450 y 1460, tuvo lugar la primera campaña de la Triple Alianza en la Huasteca. Consecuencias de esto fueron la conquista y el despojo de Tuxpan, Xiuhcoac y Temapache, ciudades culpables de la muerte de unos comerciantes del Valle de México. Las conquistas mexicas fueron tardías y aparentemente sólo afectaron a una pequeña parte de la Huasteca, y no explican del todo la presencia nahua en gran parte de la región.

CASAS Y TEMPLOS HUASTECOS
En 1873, en un dibujo de Alejandro Prieto se veía un antiguo montículo, muy bien conservado, que tenía la forma de un cono truncado, con muros de contención y escaleras laterales de piedra. Encima de esos edificios los antiguos huastecos construían casas y templos de madera y techos de paja u hojas. Estas casas eran en su mayoría circulares, lo cual suele asociarse al hecho de que los mexicas tenían templos redondos en honor del dios Quetzalcóatl.
La arqueología del siglo XX trató de reconstruir la arquitectura de los antiguos huastecos. Después de las excavaciones en 1936 de Wilfrido Du Solier, Gordon F. Ekholm realizó en 1942 la primera excavación detallada de un antiguo montículo de la Huasteca en un lugar llamado Las Flores, situado en las afueras de la ciudad de Tampico. Se trataba de una pirámide troncocónica con 26 superposiciones de pisos de estuco y provista de escaleras. La exploración de algunas tumbas cercanas al edificio permitieron establecer que el sitio era del Posclásico Temprano.
En Tamtok, cerca de El Consuelo y de Tamuín, quien esto escribe excavó la plaza ceremonial entre 1962 y 1964. En el centro había estructuras cuadradas de uso ritual y en la periferia estructuras circulares o en forma de herradura para casas habitación. Al norte y al sur de la plaza se encontraron dos plataformas rectangulares con terraza, probablemente de uso social. Todas estas estructuras tenían piso y paredes de estuco. Las paredes tenían motivos pintados que a veces formaban un verdadero fresco, como en el sitio arqueológico de El Consuelo.
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN EL SIGLO XVI
A la llegada de los españoles, los huastecos habitaban la región de Tampico y Tuxpan desde, cuando menos, 3 000 años antes. Es probable que en tiempos prehispánicos hayan ocupado la Huasteca entera, y que en ciertos periodos se hayan extendido hacia las montañas y las altiplanicies aledañas. Pero en la época de la conquista sólo vivían en las tierras cálidas y lo demás estaba ya ocupado por grupos de lengua náhuatl que adoptaron en gran medida la civilización de los huastecos. Por esta razón se les dio en conjunto el nombre de huastecos (cuextécatl), por ser habitantes de la Huasteca (Cuextlan).
Llanuras y montes de la cuenca del Pánuco. A principios del siglo XVI los pueblos huastecos se encontraban en las riberas del río Pánuco y sus afluentes. En la ciudad de Pánuco debe de haber existido una vigorosa actividad de navegación fluvial, que sin lugar a dudas contribuyó a la conservación de la lengua huasteca.
Sobre el Pánuco mismo o en sus cercanías y hacia el occidente, sobre los ríos Tamuín y Tampaón, había poblados huastecos, uno junto al otro, hasta los pies de las montañas. En las llanuras áridas del norte y sobre las riberas del río Tamesí, había una serie de poblados huastecos que llegaba hasta Tanchipa, la última avanzada importante de la civilización mesoamericana. Lejos del río sólo había pequeños caseríos cuyo suministro de agua era probablemente precario. Al sur del Pánuco se encontraban varios pueblos huastecos, a lo largo del río Moctezuma. Río arriba, pese al predominio del náhuatl, persistían algunos nombres huastecos, como Tamazunchale, punto terminal para los barqueros procedentes de la ciudad de Pánuco.
Los pobladores de las fronteras de la Huasteca.
1) Totonacos y tepehuas. Estos pueblos, que hablan lenguas estrechamente emparentadas, seguramente estuvieron en contacto directo con los huastecos durante muchos siglos, lo que dio como resultado una civilización con rasgos comunes, como lo señalaron los informantes de Sahagún.
2) Otomíes. Alrededor del siglo xiii o xiv los otomíes llegaron a Tutotepec, Huayacocotla y Xilitla, en la orilla de la Huasteca, aunque al parecer no establecieron relaciones duraderas con los huastecos.
3) Chichimecas. En la época de la conquista española, hacia el norte y el oeste los huastecos estaban en contacto con los chichimecas. Estos nómadas o seminómadas vivían entonces en zonas que anteriormente fueron huastecas, especialmente en el actual estado de San Luis Potosí. A finales del siglo xvi y principios del xvii ganaron más terreno, al ocupar toda la franja norte de la Huasteca. PRODUCCIÓN DE ALEACIONES DE BRONCE
En la excavación en Tamtok (municipio de Tamuín, San Luis Potosí) se localizó un objeto de metal de gran interés. Es un pequeño cascabel en seudobronce, realizado en falsa filigrana y que todavía tenía el relleno de la masa terrosa del molde interno que sirvió para fundirlo. Así, se puede pensar que el cascabel pudo haber sido fundido en el sitio de Tamtok, en el Posclásico Tardío. La evidencia de esta actividad metalúrgica se localizó en las excavaciones en Platanito (San Luis Potosí) y Vista Hermosa (Tamaulipas), donde se descubrieron algunas hachas de bronce verdadero y un lingote para fundición, así como numerosos cascabeles (Hosler y Stresser-Péan, Science, vol. 257, 1992). Cabe recordar que los huastecos atacaron los barcos de Juan de Grijalva con hachas de bronce y que en el Códice de Xicotepec, en la sección 10, se ve un guerrero huasteco con su hacha de bronce.

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