La lucha interior contra el Nafs
Publicado el 2 septiembre 2010 por Demetrio de las Hespérides
Título del Libro: Psicología Sufí
Autor: Dr. Javad Nurbakhsh
Capítulo: La lucha interior contra el NAFS
“……. El maestro Hoywiri escribe: El Profeta dijo que el verdadero guerrero es aquel que lucha contra su nafs por amor a Dios. Y también
dijo: “Salimos de una guerra menor para dirigirnos a otra mayor”. Le preguntaron: “¿Cuál es la guerra mayor?” Y él contestó: “La que uno libra contra su nafs”.
El Profeta consideraba la lucha interior contra el nafs como más elevada y noble que una guerra en el campo de batalla, pues es mucho más ardua que una guerra normal. Es algo glorioso y maravilloso.
Para Sahl ibn Abdollah, la lucha contra el nafs es algo muy valioso y, por ello, dice: “La contemplación divina es fruto de la lucha contra el nafs”, Otros, sin embargo, opinan que la cercanía y la unión con Dios son frutos de la Gracia divina, y no del propio intento, pues la Gracia no tiene nada que ver con el propio esfuerzo. Ellos mantienen que el objetivo de la lucha interior contra el nafs es su purificación, y no el alcanzar la Unión divina. Para este grupo, el moyahedad o lucha interior contra el nafs implica la voluntad y el esfuerzo del discípulo; y puede ser que, por la gracia de Dios, se origine un estado de Unión, pero es absurdo pensar que la una traiga consigo necesariamente la otra.
Para corroborar su punto de vista, Sahl, contesta recitando el versículo coránico: “Los que luchan en Nuestro camino, alcanzarán Nuestra visión (29,69). Y luego, añade: “El negar la lucha interior contra el nafs, como medio de alcanzar la Unión divina, no significa el rechazo de esta lucha en sí, sino que lo que se rechaza es más bien la autoconciencia de ella, para que el discípulo no se vuelva orgulloso, ni sienta orgullo en la morada de la Presencia por sus propios esfuerzos y obras. La lucha contra el nafs es labor que corresponde al seguidor del camino, mientras que la contemplación y la Unión divina son una gracia de Dios. Sin ésta, los intentos del buscador no poseen valor alguno.
De ahí que la lucha interior de los amigos de Dios contra el nafs sea obra del mismo Dios, que se realiza en ellos sin que intervenga su propia voluntad. Es cólera y ardor, mas se trata de un ardor que es, en realidad, una Gracia divina. En cambio, la lucha interior de los desviados del camino recto es un acto interior, mediante su propia voluntad, y conlleva la agitación y la dispersión del corazón, por el mal existente en él. Por ello, el discípulo debe, en la medida de lo posible, no mirar sus propios intentos, y no debe seguir a su nafs bajo ninguna circunstancia, pues la existenta de su “yo” es el velo que lo separa de Dios. (KM 251 y 257).
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