Dos francesas del Estado Islámico detenidas en Siria: "No somos animales"
Detrás de la reja del inmenso campamento de desplazados de Al-Hol, las francesas Chloé y Chaïma están dispuestas a regresar a Europa pero sin sacrificar su islam rigorista y ser juzgadas de manera equitativa
Las francesas Chloé y Chaïma están dispuestas a regresar a Europa pero sin sacrificar su islam rigorista y para ser juzgadas de manera equitativa, no como "animales". (AFP)
Campamento de Al-Hol. Huyeron del grupo Estado Islámico que agoniza en el este de Siria, más obligadas por el hambre que por los remordimientos: Chloé y Chaïma, dos francesas entrevistadas por la AFP, están dispuestas a regresar a Europa pero sin sacrificar su islam rigorista y para ser juzgadas de manera equitativa, no como "animales".
Detrás de la reja del inmenso campamento de desplazados de Al-Hol, en la provincia de Hassaké (noreste de Siria), las jóvenes presas, cuyos nombres fueron cambiados, están cubiertas con un largo velo que no deja ver sino sus ojos y están rodeadas por tres pequeños niños sucios.
Detrás de la reja del inmenso campamento de desplazados de Al-Hol, en la provincia de Hassaké, las jóvenes presas están cubiertas con un largo velo. (AFP)
Como las casi 500 otras extranjeras que llegaron en los últimos meses, son seguidas de cerca por miembros de las fuerzas kurdas en la planicie ocre y seca: capturadas en los últimos pueblos en poder del Estado Islámico a lo largo del Éufrates, son sospechosas de haber conservado la ideología radical y violenta antioccidental.
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Ellas advierten al equipo de la AFP que no suministrarán ningún detalle que haga posible identificarlas, para evitar ver su nombre difundido y sus familias estigmatizadas en Francia.
Chloé, de 29 años y originaria de la región de Lyon (centroeste), quiere enviar un mensaje con su mirada azul vivo dirigida a sus interlocutores: "No somos animales. Somos seres humanos. Tenemos corazón, tenemos un alma, eso es".
Chloé, de 29 años y originaria de la región de Lyon (centroeste), quiere enviar un mensaje con su mirada azul vivo dirigida a sus interlocutores: "No somos animales". (AFP)
Hace una semana, la AFP ya se la había cruzado a su salida del pueblo de Baghuz, donde el Estado Islámico sigue atrincherado en su último reducto.
En Francia, el gobierno duda repatriar a las mujeres y los niños de los yihadistas, un tema sensible en un país todavía profundamente marcado por los atentados perpetrados a partir de 2015. Y con una mirada aun más desconfiada sobre aquellas y aquellos que acompañaron al Estado Islámico hasta en sus últimos bastiones.
En Francia, el gobierno duda repatriar a las mujeres y los niños de los yihadistas. (AFP)
- "Vivir (su) islam" -
"No estábamos de acuerdo" con los combatientes del Estado Islámico, afirma Chaïma, de unos treinta años, que huyó hace unos quince días con su marido y sus hijos para entregarse a las fuerzas kurdas.
"No estábamos de acuerdo" con los combatientes del Estado Islámico, afirma Chaïma, de unos treinta años, que huyó hace unos quince días con su marido y sus hijos para entregarse a las fuerzas kurdas.
"Pero no podíamos decir nada, debíamos callarnos", dijo, con un ligero acento del sur de Francia.
Chloé dice que "los combatientes del Estado Islámico nos asustaban, nos decían: 'Vamos a degollarlas, violarlas'". Dijo que se fugó con la ayuda de alguien a quien le pagó 50 dólares (44 euros).
Luego de las últimas semanas de angustia, rodeada por los kurdos para evitar los bombardeos y sin poder dar de comer a sus tres niños, Chaïma dijo que quiere regresar a Francia, especialmente por su familia.
Chloé también, pero con una condición: que pueda "vivir (su) islam con toda libertad, y cerca de (sus) niños".
Cuenta que perdió hace año y medio dos hijas -una de dos años y medio y otra de seis- en un bombardeo.
Pero no tiene ningún espíritu de venganza, afirma, y considera que los sufrimientos extremos se lo impiden : "Me mataron niños, no será mañana que dispararé contra alguien".
- "Nos van a quitar a nuestros hijos" -
¿Qué parte de verdad dar a los relatos de las dos francesas? Abundan en detalles inverificables sobre su recorrido, sus matrimonios, su vida descrita como pacífica, sus maridos empleados en lo civil, un clásico en las prisioneras del Estado Islámico.
¿Qué parte de verdad dar a los relatos de las dos francesas? Abundan en detalles inverificables sobre su recorrido, sus matrimonios, su vida descrita como pacífica, sus maridos empleados en lo civil, un clásico en las prisioneras del Estado Islámico.
¿Cuán ciertos son los relatos de las dos francesas? Abundan en detalles inverificables, sus matrimonios, su vida descrita como pacífica, sus maridos empleados en lo civil, un clásico en prisioneras del Estado Islámico. (AFP)
Un relato variado, donde expresan a la vez su decepción del Estado Islámico, de antemano visto como ideal para "vivir su islam libremente", pero que terminó por "ejecutar muchas personas por nada, sin pruebas, incluso musulmanes", según Chloé.
Ellas se cuidan de condenar totalmente los atentados de 2015 en París. "La gente que hizo eso quería vengarse" de los bombardeos de Francia en Siria, dijo.
Se dicen ahora guiadas por dos cosas: el apego persistente a un islam rigorista y la protección de sus hijos.
Y ellas temen ya lo que es previsto para los niños de yihadistas una vez regresen a Francia: que serán separados de sus padres, pues estos serán detenidos por su pertenencia al Estado Islámico.
"Nos van a quitar a nuestros hijos, los meterán en hogares y familias de acogida, van a ser separados unos de otros y crecerán (de manera) contraria a la educación que deseamos darles", dice Chloé con preocupación. "Y hay muchas cosas en Francia contrarias a nuestra religión, por ejemplo la homosexualidad, es prohibido en nuestra religión".
Esperan también cuando regresen a Francia ser condenadas a pequeñas penas.
Chaïma quiere "una pena de prisión que no sea muy larga" y que le facilite "disfrutar de sus niños".
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