AMLO, fascista y camaleónico

Julio César Moreno

•  2017-05-10 - 01:43:28
 
• Actualización: 02:45:04

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Cuando Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional de Morena, lanzó un ultimátum a los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC), para concretar una “alianza” rumbo a las elecciones en el Estado de México, Veracruz, Coahuila y Nayarit, no hizo otra cosa más que mostrar de nuevo, su fascismo interno.

Si bien el fascismo fue fundado en Italia por Mussolini, en México, López Obrador ha dejado ver la influencia de ese pensamiento político y totalitario-nacionalista, mediante su comportamiento y discurso de odio y amenazas no sólo a las instituciones o al gobierno al que él aspira, sino al pueblo a través de los partidos políticos, mismos que están formados por ciudadanos.

Al detenernos en su retórica, primero llama la atención que en un acto público pidiera a los candidatos del PT, MC y PRD declinar por Morena en los estados donde habrá elecciones de gobernador este año, y es de asombro toda vez que lo hace con el argumento de llamar a la “unidad de las izquierdas en 2018”.

Segundo, sus llamados a los partidos, ciudadanos y candidatos se han convertido en mensajes amenazantes para todo aquel que no comulgue con él, dando muestra también de una doctrina vieja, de una ideología retrograda de aquellas fechas de la fundación del fascismo.

“Si no hay unidad ahora en el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, vamos solos en 2018”, estipuló tajantemente López Obrador por la sencilla razón de que sabe que no puede ganar por sí solo una elección, y analicemos: cuando las encuestas ponían a la cabeza a Delfina en el Estado de México, pensó que no iba a necesitar de nadie para llevarse la gubernatura de esa entidad.

López Obrador ya se veía haciendo y deshaciendo lo que él quisiera en el Edomex, pero, ¡oh sorpresa!, los debates entre candidatos expusieron a la verdadera Delfina que, si no sabe ni hablar, menos va a saber gobernar, por lo que comenzó a desinflarse y ahora está siendo alcanzada por el tercer lugar, a eso obedece realmente su ya famoso ultimátum.

Por eso, camaleónicamente, pasó de su discurso que decía: “con el PRD, ni a la esquina”. Ahora reza: “Si quieren una alianza, es ahora o nunca”, precisamente por eso, porque sabe que su delfina llegó hasta donde pudo haber llegado y ahora va en caída e intenta rescatarla; su llamado a concretar una “alianza” no es creíble, toda vez que su salida del PRD fue por su tajante rechazo a las alianzas.

Por ello, Andrés Manuel ha ido cambiando de discurso como si de ropa interior se tratara, adapta su retórica a las circunstancias y se muestra arrogante y soberbio cuando sus discípulos lo inflan o le lavan el coco, pero en sus ratos de raciocinio se da cuenta que no todo es como le dicen, por lo que lanza sus anzuelos para ver quién cae y creo que a estas alturas ya nadie se la compra.

Y francamente, estoy convencido que el anzuelo se lo mandó al PRD, partido que va en ascenso no sólo en el Estado de México, sino en las otras entidades a disputarse este 2017, de lo contrario, no hubiera dejado plantado a Óscar González Yañez, candidato del PT a la gubernatura mexiquense, que ingenuamente sí acudió al llamado del Pejemesías, pero en fin, hay quienes sí tienen dignidad y hay quienes ni siquiera la conocen.

Y de Pilón:

Si en los próximos días la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no emite las resoluciones que tiene pendientes, sobre las controversias de inconstitucionalidad que presentaron algunas instituciones, entre ellas Morena, contra la Constitución Política de la Ciudad de México, y concretamente en torno al tema electoral, en la capital del país se podría violar el derecho de sus habitantes de sufragar, ya que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) depende de la máxima corte para la elaboración de las leyes secundarias en la materia, lo que representaría un gravísimo error y pésimo mensaje a los ciudadanos.