Lázaro Cárdenas es una de las figuras más relevantes del siglo XX mexicano: Ricardo Pérez Montfort
vie. 16 de oct. a las 16:3516 de octubre 2020
ECN/272
Ciencias Sociales
y HumanidadesLÁZARO CÁRDENAS ES UNA DE LAS FIGURAS MÁS RELEVANTES DEL SIGLO XX MEXICANO: RICARDO PÉREZ MONTFORT
*Lázaro Cárdenas a 50 años de su fallecimiento: un modelo de desarrollo para México y sus herencias, fue el título de la conferencia dictada en vivo el 15 de octubre por Ricardo Pérez Monfort, actividad coordinada por Javier Garciadiego, integrante de El Colegio Nacional
* El investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social lo definió como “un mexicano del siglo XX, un mexicano de su tiempo, que marcó el siglo XX mexicano”
* “Él va a las comunidades, a los ranchos: es un personaje muy activo, incluso, hay un tono muy curioso del cardenismo: rara vez se le ve en la Ciudad de México”, destacó el investigador
“La vida del general Lázaro Cárdenas Cárdenas transcurre a lo largo de tres cuartas partes del siglo XX: nace en 1895 y vive muy intensamente el proceso revolucionario, una figura trascendental de la posrevolución o de la era de los caudillos, después de su presidencia (1934-1940), sigue teniendo un peso muy particular, ya que llega a ser comandante del Pacífico durante la segunda guerra, secretario de Defensa y posteriormente tiene una actividad muy particular en el quehacer político”: Ricardo Pérez Montfort.
Son líneas que ofrecen un retrato muy general de Lázaro Cárdenas del Río, definido por su biógrafo, Ricardo Pérez Montfort, como “un mexicano del siglo XX, un mexicano de su tiempo, que marcó al siglo XX mexicano”, como lo aseguró al dictar la conferencia Lázaro Cárdenas a 50 años de su fallecimiento: un modelo de desarrollo para México y sus herencias, actividad transmitida en vivo el 15 de octubre, coordinada por Javier Garciadiego, integrante de El Colegio Nacional.
A unos días de conmemorarse el 50 aniversario del fallecimiento del general Cárdenas, el próximo 19 de octubre, el investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), reconoció que aún quedan remanencias de lo mucho que hizo, hay elementos de su legado en distintas fuerzas políticas, en distintos espacios: “es un personaje definitivo”.
“Si no se conoce un poco de lo que hizo, de lo que dejó hecho en el siglo XX el general Cárdenas, es difícil que se tenga una idea cabal de la historia y la historiografía mexicana del siglo XX”, aseveró el autor del libro Lázaro Cárdenas: un mexicano del siglo XX, publicado en tres volúmenes, y por aparecer el tercero.
En su relato, Pérez Montfort ofreció un recuento desde su nacimiento en Jiquilpan, donde su infancia transcurrió en un lugar cercano a una hacienda, que fue una concentración enorme de territorio en aquella región del occidente de México y le tocó vivir muy de cerca los procesos de explotación del porfiriato tardío.
“Le toca ser desde muy temprana edad un personaje activo, mantener su casa y muy joven trabajó en la municipalidad de Jiquilpan, va a la escuela, no cursa más allá del sexto año de primaria, pero a los 16 años lo sorprende la propia revolución y dadas sus ideas, se lanza hacia Tierra Caliente y forma parte de las huestes de un general zapatista, García Aragón, para luego entrar a lo que sería el primer ejército constitucionalista, en Sonora, donde actúa bajo las órdenes del general Plutarco Elías Calles y se convierte en su operador político y militar; lo llamaba su chamaco: era un hombre callado, pero muy eficiente en el cumplimiento de órdenes militares. Cárdenas en el fondo tiene una formación militar muy intensa.
Después de ese parte de la vida del general Cárdenas, el investigador condujo la conversación rumbo a su paso por el gobierno de Michoacán, donde trata de echar a andar una reforma agraria, una educación muy vinculada al propio proyecto del presidente Calles y, sobre todo, participa en la pacificación de la región: “más que optar por la violencia, por la aniquilación del enemigo, trata de llegar a acuerdos pacíficos con los cristeros, no siempre lo logra, pero hace los intentos”.
“Parte del proyecto cardenista busca atender las terribles deficiencias en las que viven estos grupos indígenas. A principios de la década de los 30 era uno de los 20 militares más importantes del momento, pero era joven, y cuando lo nombran candidato a la presidencia se lanza a hacer una campaña política, una gira extraordinaria en la que recorre prácticamente todo el país para que la gente lo conozca.
“Es un personaje que escucha, no sólo impone un punto de vista. Una vez que se expulsa al general Calles y a sus seguidores, hay un proceso de intensificación de la Reforma Agraria, se hace con un modelo del ejido, la explotación colectiva de la tierra, organizada por el propio régimen: los ejidos no sólo significan el reparto de la tierra, sino el apoyo a las comunidades agrarias con escuelas y hospitales. Él va a las comunidades, a los ranchos: es un personaje muy activo, incluso, hay un tono muy curioso del cardenismo: rara vez se le ve en la Ciudad de México”.
Para Ricardo Pérez Montfort, aquel fue un momento muy importante para los campesinos mexicanos, sobre todo porque impulsó una valoración muy particular de la cultura campesina: no sólo es una cultura de expresiones artísticas, sino de la forma de hablar, de su misma representación.
En medio de ese proceso, se llegó al momento crucial del sexenio cardenista, 1938: ya venía desde antes un conflicto constante entre las compañías petroleras y los sindicatos, un conflicto que poco a poco se convierte en una confrontación irreductible, y en marzo de 1938, “una actitud soberbia de las empresas petroleras, lo empuja a decretar la expropiación petrolera, probablemente el acto culminante del nacionalismo económico del siglo XX mexicano”.
“Se cumplen los mandatos del plan sexenal y también los de la Constitución del 17; podríamos decir que el decretar la expropiación se convierte en un gran acontecimiento nacional, con un apoyo popular extraordinario: hay una efervescencia nacionalista en el país y su figura adquiere un peso enorme no sólo a nivel nacional, sino internacional”.
Más allá de esa etapa en la vida del general Lázaro Cárdenas, hay una época en la que tiene una fuerte presencia: un militar institucional, que decide no participar en la política después de su gobierno, pero colabora de manera estrecha con acciones posteriores, como convertirse en comandante del Pacífico durante la segunda guerra, hasta asumir como Secretario de Defensa.
Pasado ese tiempo decide regresar a su vida civil, pero no del todo, evocó el especialista, porque no dejaba de visitar los lugares donde se desarrollaban movimientos políticos y sociales; incluso, “los últimos dos o tres años de su vida se mantiene mucho más al margen de lo que había estado, por varias razones, como el desarrollo de la planta siderúrgica de Las truchas, “en un momento en que la situación resulta bastante complicada, pues siente una gran simpatía por los jóvenes en el 68, pero no quiere confrontar del todo a Díaz Ordaz”.
“Antes de su muerte, lo corrobora una especie de testamento que Cuauhtémoc Cárdenas lee en el primer aniversario de su muerte, frente a Luis Echeverría, en el que denuncia esta especie de diagnóstico, muy pesimista, en el que muestra que hay una contrarrevolución pacífica en la administración pública y que el partido gobernante tiene muchas metas que cumplir, que aún no le ha hecho justicia a la mayoría de los mexicanos”.
Por ello, su legado, además de toda esta trayectoria, se encuentra en mantener una actitud profundamente crítica al sistema político, a la contrarrevolución que se empieza a vivir a partir de la década de los 50, que en términos genéricos se le ha llamado el desarrollismo mexicano.
“A 50 años de su muerte, a Lázaro Cárdenas todavía se le tiene como una de las figuras más relevantes del siglo XX mexicano”, resaltó Ricardo Pérez Montfort.
La conferencia Lázaro Cárdenas a 50 años de su fallecimiento: un modelo de desarrollo para México y sus herencias, se encuentra disponible en el Canal de YouTube: elcolegionacionalmx.
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