Un día 25 de Octubre, pero de 1846 los invasores norteamericanos fracasan en su intento de tomar San Juan Bautista (hoy Villahermosa) Tabasco.
A las seis de la tarde de hoy, los estadounidenses dejan de bombardear San Juan Batista ante la imposibilidad de tomar el poblado.Al mediodía el comodoro Perry y el capitán Forrest exigieron la rendición inmediata de los tabasqueños comandados por el coronel Juan Bautista Traconis Rodríguez, gobernador de Tabasco, amenazando con demoler la plaza y pasar a cuchillo a toda la guarnición si no se rendían de inmediato. Al ser rechazado su ultimátum, los barcos norteamericanos iniciaron un intenso bombardeo sobre los baluartes mexicanos ubicados en el centro de la población.
Dos horas después tres lanchas con cien soldados comandados por Forrest trataron de desembarcar en las inmediaciones de la iglesia de la Concepción y por la calle Vázquez Norte.
Cinco intentos de desembarco fracasaron frente la tenaz resistencia de los tabasqueños y ante el gran número de bajas, optaron por reabordar sus barcos y reiniciar el bombardeo.
El 23 de octubre anterior, los estadounidenses tomaron el puerto de Frontera que carecía de guarnición militar, destruyeron los barcos anclados en el muelle para impedir el comercio al interior y establecieron ahí su base de operaciones con 200 soldados encabezados por el teniente Walsh. Al otro día la fuerza principal de su flota navegó por el río Grijalva rumbo a San Juan Bautista, pero fueron atacados en el Fuerte Acachapan y tras un combate con los mexicanos, impusieron su superioridad numérica y de armamento para continuar hacia San Juan Bautista, en donde un día como hoy se conoce como la Primera Batalla de Tabasco.
El día 26 siguiente, los norteamericanos reiniciarán el bombardeo intenso e indiscriminado hasta sobre las casas para atemorizar a la población, sin lograr su rendición a pesar de la destrucción y de los numerosos muertos militares y civiles.
El comodoro Perry, que perdió un hijo cadete en los combates, intentará sin éxito dos nuevos asaltos y, finalmente, se retirará a Frontera, no sin capturar como botín de guerra tres goletas, un pailebot y un bergantín tabasqueños.
Ahí, en los siguientes meses, establecerá con su flota “mosquito” un bloqueo naval no sólo a San Juan Bautista, sino a Palizada, El Carmen y Coatzacoalcos, con lo que Tabasco quedará aislado.
El coronel Traconis, desesperado por la falta de ayuda del gobierno de la República, desconocerá el 9 de noviembre siguiente al presidente José Mariano Salas y se declarará libre de organizar a Tabasco como mejor convenga a la entidad y conforme a las necesidades de la guerra, pero ante la falta de apoyo a su intención separatista, Traconis optará por volver a reconocer al gobierno mexicano y entregará la gubernatura a Justo Santa Anna, pero sus enemigos políticos lograrán encarcelarlo y conducirlo a México, en donde será absuelto y participará el 20 de agosto de 1847 en la defensa del Convento de Churubusco.
Entretanto en Tabasco, el 16 de junio de 1847 caerá San Juan Bautista en manos de los invasores después de tres días de lucha en lo que se conoce como la Segunda Batalla de Tabasco.
Se combatirá en Ceiba, Acachapan, fuerte Iturbide y en las mismas calles de San Juan Bautista.
De nada servirán los obstáculos hundidos en el río Grijalva para impedir el paso de los barcos norteamericanos. Tampoco el valor demostrado por los tabasqueños ante la superioridad de las armas extranjeras.
El general Domingo Echegaray ordenará abandonar la ciudad y retirarse a Atasta y Tamulté, entre otros lugares. Tacotalpa será declarada capital provisional de Tabasco. El comodoro Perry nombrará como gobernador de Tabasco al general Gershom J. Van Brunt.
Sin embargo, la lucha de los tabasqueños no terminará, proseguirá como guerra de guerrillas organizada por Miguel Bruno y el gobernador Santa Anna.
Los invasores no tendrán descanso ni sosiego, serán muertos por los guerrilleros en los lugares y horas menos esperados.
Los estadounidenses responderán con incendio de casas y amenazas de confiscación de propiedades y clausura de comercios.
La ciudad llegará a estar paralizada y cada vez más en ruinas, destruidos sus principales edificios. Y tras poco más de un mes de ocupación, el 22 de julio de 1847, los norteamericanos, agotados, abandonarán San Juan Bautistas y en su retirada incendiarán gran parte de la ciudad.
Fuente de estudios históricos: Mestre Ghigliazza Manuel. Invasión norteamericana en Tabasco 1846-1847. Documentos. UNAM. 1948.
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