Historia del Futbol en México: todo empezó con el juego de pelota
Si bien fueron los ingleses los que trajeron el futbol soccer a nuestro país, los mexicanos ya sentíamos amplia pasión por un juego similar que incluía enfrentamientos entre rivales y una pelota que iba y venía dentro de una cancha.
Las últimas cifras de Euroamerica Sport Marketing lo dejaron muy claro: la industria del futbol mexicano alcanza el increíble valor de 67 mil millones de euros, lo que convierte a nuestro país en una de las 10 economías del balonpié más importantes del globo. Ello justifica la existencia de más de 30 clubes disputándose la presencia en primera y segunda división, aficionados que rayan en un violento fanatismo y la expectativa nacional, que surge cada cuatro años, de que por fin la Selección Mexicana gane un Mundial.
Nada de esto se explicaría si la semilla del soccer no estuviera tan metida en lo más profundo de la psique del mexicano y la razón de que sea así se encuentra en nuestro pasado:
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A finales del siglo XIX colonias inglesas que llegaron a México, en su mayoría para explotar yacimientos mineros en el estado de Hidalgo, empezaron a jugar futbol, probablemente para paliar el aburrimiento de los fines de semana y dejar de extrañar un poco a su nación. Junto a ellos jóvenes mexicanos de familias acaudaladas incursionaron en la práctica del soccer sin saber que estaban sembrando la semilla de un deporte que sería el más importante para esta nación.
Para 1901 (algunos investigadores dicen que fue en 1892) técnicos británicos de la Compañía Real del Monte fundan el Pachuca Athletic Club, el primer equipo organizado en suelo mexicano, conformado por ingleses que jugaban sendos partidos a los que era obligatorio ir de rigurosa etiqueta y que culminaban con el consumo de un taza de té, eran a la vez eventos sociales.
Las comunidades escocesa, francesa y española en México crearon sus propios clubes, llegaron el Orizaba Athletic Club, el Reforma Athletic Club, el British Club y el Club México en 1910, en solo una década el soccer se amarraba con fuertes raíces en territorio mexicano.
Durante la Revolución la pasión por el futbol se coló a las comunidades más marginadas, indígenas y campesinos lo empezaron a jugar, se formaron equipos en zonas suburbanas del país, el balonpié despertó una pasión que tal vez yacía dormida en lo más profundo de los mexicanos, una pasión que venía antes de la conquista, el juego de pelota prehispánico originado unos 300 años antes de Cristo.
Si bien el juego de pelota está lejos del futbol moderno podemos decir que a los mexicanos nos recuerda de alguna manera ese ir y venir de un balón, ese ritual que era a su vez juego, es muy similar a lo que sentimos actualmente por el futbol.
El juego de pelota se jugaba con un pelota de hule que tenía que mantenerse en movimiento sin tocar el suelo, la cuál tenía que anotarse en un aro para conseguir una victoria. El juego tenía importantes aspectos rituales y en él se podían disputar, tierras, tributo controles comerciales entre otras cosas.
Francisco PalmaEl juego aunque era una ceremonia, también se jugaba de manera informal para la recreación de los niños o de las mujeres.
La importancia del juego de pelota se pueden dar cuenta los multiples descubrimientos de estos espacios en lugares como el Tajín, Chichén-Itzá, Tikán, Copán y casualmente en Tula, estado de Hidalgo, donde surgió el soccer que nos apasiona en la actualidad.
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