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jueves, 19 de abril de 2012

La muerte de Alfonso de Borbón., asesinado por su hermano mayor Juan Carlos 1 de España

La muerte de Alfonso de Borbón., asesinado por su hermano mayor Juan Carlos 1 de España La muerte a que se refiere el epígrafe, es la del hermano del actual monarca,Alfonso de Borbón y Borbón, muerto, accidentalmente, por un disparo de su her mano en el domicilio paterno de Estoril (Portugal). Voy a transcribir lo ex puesto por el autor monárquico José María Zavala, en su obra "la maldición de los Borbones", editada por Debolsillo. El autor hace una amplia introducción al tema, muy interesante, pero excesíva mente dilatada para exponer aquí. Me limitaré a transcribir las fuentes que cita sobre el hecho, y alguno de sus comentarios, así como las reacciones del padre de la víctima-Juan de Borbón-y de Franco. De todas formas, si algún posíble lector tiene interés en conocer más en detalle el asunto, tiene el título de la obra y la editorial a su dispsición. La transcripción que abordo comienza en la página 360, y se desarrolla así: "Villa Giralda, en Estoril, a orillas del Atlántico, era la residencia de los condes de Barcelona el 29 de marzo, Jueves Santo, de 1956, cuando sucedió la gran tragedia.En aquél chalé..., sin pretensiones palaciegas vivían su exilio don Juan de Borbón y Battenberg y su esposa, María de las Mercedes de Borbón y Orleáns, con sus hijos Pilar, Juanito, Margarita y Alfonsito... Días después el semanario italiano Settimo Giorno publicaba una sobrecogedora versión de aquella pesadilla real. La crónica de su corresponsal en Lisboa, Ezio Saini, vio la luz el 17 de abril de 1956. Años más tarde, la periodista francesa Françoise Laot reproducía el preludio de la tragedia en su libro Juan Carlos y sofía: /La pistola era un regalo del general Franco; estaba siempre guardada con llave en un secreter; Juanito y Alfonsito no dejaban de pedir que se la dejasen: les encantaba disparar. Pocos días antes, Alfonsito ha bía comprado balas a un armero de Lisboa para tirar al blanco con Víctor Manuel de Italia, su vecino y compañero de juegos. Pero los proyectíles eran demasiado largos, demasiado duros para el arma, y una bala quedó atascada en el cargador. Juanito y Afonsito quisieron sacarla en el sótano de La Giralda, cuando intervino el conde de Barcelona. Les prohibió tocarla. La pistola volvió al secreter que el propio conde de Barcelona cerró y cuya llave guardó en el bolsillo. Por la tarde estaban enfurruñados... "JoséMaría Zavala advierte una contradicción en el relato. Así lo escribe... Leyendo a la historiadoraHelena Matheopoulos, británica de adopción, que aseguraba haber entrevistado a la condesa de Barcelona, el accidente tuvo lugar por la mañana, después de la misa, y no por la tarde. El escritor Javier González de Vega, en su biografía de doña María de las Mercedes, coincidía en que don Alfonsito falleció después de la misa de la mañana y antes de los ofi cios de la tarde. Además....Fernando Alvarez de Miranda, que asistió al sepelio del infante, me reveló un detalle importante: /Yo creo que el accidente...fué al final de la mañana, después de la misa, en un momento en que se quedaron solos jugando.../ "Los niños-proseguía Françoise Laot-suplicaron a su madre y le prometieron que no comterían ninguna imprudencia. Ella acabó por ceder, fué a buscar la llave a la chaqueta de su marido... Juan Carlos manipuló el arma y se disparó. Juanito sufrió el aprendizaje de la mayor de las desgracias, la de saberse culpable. Culpable en primer lugar de haber desobedecido a su padre. Se enfrentaba directamente con la realidad de la muerte, tan íntimamente ligada a un sentimiento atávico español. Durante siglos, en el Panteón Real de El Escorial ha estado siempre dispuesto a utilizarse el servicio fúnebre del monarca reinante. Bajo el reinado de Alfonso XIII, un catafalco esperaba en la capilla". Relata Zavala la reacción de los padres... "Don Juan salió como un relámpago del despacho y corrió escaleras arriba, ha cia el tétrico escenario. Allí descubrió a su hijo Alfonso, de casi quince años, desplomado en el suelo, con un disparo en la frente. Su primogénito Juan Carlos, de dieciocho años, estaba unos segundos antes con él. Desolado, el conde de Barcelona intentó como pudo detener la homorragia...Pero su hijo murió irremediablemente en sus brazos. El médico de la Familia Real, José Loureiro, certificó la muerte instantánea... Si bien la versión de la historiadora Helena Matheopoulos coincidía en líneas generales con la publicada con el semananrio italiano...y que recogía Françoise Laot,... Helena Matheopoulos narraba así cómo, a su entender, sucedieron los hechos: Ocurrió el Jueves Santo, al día siguiente de la llegada a Estoril de los dos hermanos. Antes de salir de España, les habían regalado una pistola de gran velicidad y precisión y ambos no veían el momento de probarla. Don Juan le echó una mirada y dijo que era tanpeligrosa que sólo podrían usarla en presencia de él. Para surayar esto, la guardó bajo llave y me tió la llave en su bolsillo. A la mañana siguiente, después de misa, los muchachos compraron balas poco adecuadas en una tienda local; a continuación advirtieron que su padre, ausente porque estaba jugando al golf, no había sacado la llave del bolsillo de sus pantalones, colgados en su armario. (El Jueves Santo, Juan Carlos y Alfonsito, efectívamente, asistieron a misa por la mañana. Toda la familia comulgó. Es posíble que ese día don Juan jugase al golf, pero en el momento de producirse el accidente se encontraba en su despacho de Villa Giralda y subuó alarmado al escuchar la detonación). Después de muchas súplicas y caricias convencieron a su madre para que les permitiese usar el arma. Trinfaron, fueron a la planta baja para practicar. (Los infantes jugaban en la segunda planta, donde se encontraban sus habitaciones, mientras que en la primera se hallaban don Juan y su esposa). Antes de empezar, el príncipe Juan Carlos dijo que tenía hambre, y don Alfonsito se ofreció a ir a la cocina en busca de unos bocadillos, mientras su hermano cargaba la pistola. Al cabo de unos minutos volvió con un bocadillo en cada mano y, sin ver a su hermano, que empuñaba el arma, en pie, justo detrás de la puerta, empujó con el codo para abrir. La puerta se abrió de par en par, golpeó adon Juan Carlos y el arma se disparó en el mismo instante en que don Alfonsito entraba. La bala se alojó en su cabeza, junto al ojo. Horrorizado, el príncipe gritó pidiendo auxilio. Bajaron todos y se llamó a una ambulancia. En tanto, don Juan, que estaba de regreso, puso un dedo sobre la herida, intentando detener la hemorragia; la infanta Pilar, que era enfermera diplomada, sostenía la cabeza de don Alfonsito. Pero era demasiado tarde: según las palabras de don Juan, que uno de los ayudantes del príncipe que asistió al funeral recuerda, /el pobre Alfonsito había resuelto sus problemas/". Dice Zavala..."A partir de aquél trágico suceso, hubo autores que quisieron desentenderse de la verdad; algunos, cierto, de forma más comedida y elegante, evitando pronunciarse sobre cual de los dos hermanos manejaba el arma aquella mañana en Villa Giralda".(Cita como autores-ficción a Fernando Gracia, Javier González Vega, Luis María Anson y Juan Antonio Cabezas, y Luca de Tena, todos autores palatinos interesados en desfigurar la verdad. Otros como Tusell y Cabezas, González Doria y Gutiérrez Ravé-igualmente mendaces-sostenían que fué Alfonsito el que tenía el arma). ¿ Y cual fué la reacción de Juan de Borbón? Tirar la pistola al mar, arrebatan do así a la justicia la posiblidad de echar luz al asunto. ¿Y la reacción de Madrid? El Gobierno cortó de raíz cualquier comentario que pudiese salir en la prensa e iluminase el asunto. Y la Administración portuguesa impidió que se abriese una investigación. Según Zavala..."El silencio fué sepulcral. Sólo un escueto comunicado oficial, redactado por la Secretaría de los condes de Barcelona, arrojó un claroscuro de luz sobre los hechos, tergiversándolos: /Mientras Su Alteza el infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que el alcanzó en la frente y le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20,30, después de que el infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual había recibido la santa comunión/. Continúa Zavala: "Toda la prensa se hizo eco de la versión oficial. El diario Arriba titulaba: /Al disparársele una pistola muere el infante don Alfonso de Borbón/. Pero el propio Franco sabía muy bien que fué don Juan Carlos quien disparó, accidental mente sobre su hermano, como queda acreditado en un documento conservado en la FUNDACION NACIONAL FRANCISCO FRANCO. Y refiriéndose a don Juan, puso por escrito: /El recuerdo de la desgracia de su hijo el Príncipe Alfonso causa emoción a cuantos se encuentran unidos a esta familia por lazos de amistad y de cariño, e incluso en quienes, no conociéndolos, par ticipan en el dolor de esta familia. Pero en el orden político, el recuerdo puede arrojar sobre su hermano (Juan Carlos) sombras por el accidente y en las gentes simplistas evocar la mala suerte de una familia cuando a los pueblos les agrada la buena estrella de sus príncipes/ He aquí una posíble explicación sobre el silencio de la tragedia. El Jefe del Estado creía que ése era el mejor medio para proteger los intereses futuros de don Juan Carlos al trono de España, tal vez por que ya pensase en él como posíble sucesor. Franco se reservaba la carta del hijo por si fallaba la del padre. Sin embargo, la verdad histórica acabaría imponiéndose a la tergiversación de los hechos...Cuando en 1956 presentaron a Gonzalo Fernández de la Mora a Pe dro Sáinz Rodríguez, consejero de don Juan..."su corta y anchurosa figura es taba cariacontecida porque al príncipe Juan Carlos se le había disparado una pistola que ocasionó la muerte de su hermano Alfonso". El testimonio de la que fué amiga ( y seguramenter algo más) de don Juan Carlos poco después de la tragedia, Olghina de Robilant,...plasma en Reina de Corazones: /No podía dejar de pensar en la tragedia que se había abatido sobre Juanito, que había llenado muchas páginas de los periódicos y de la que había oido hablar en casa. Varios meses antes Juanito había matado por error a su hermano Alfonso. Estaban jugando con unas armas cuando se disparó el revólver que manejaba Juanito, alcanzando a Alfonso en plena frente. Algunos decían que la bala era de rebote, pero según Baba y la tía,sólo se trataba de atenuantes inventadas para aligerar la responsabilidad de Juanito.Había sido un terríble accidente y pensé que, si me hubiera ocurrido a mí, probablemente, en un primer momento, habría dirigido el arma contra mí misma. Sin duda me habría dejado en estado de shock durante muchísimo tiempo. En cambio , Juanito no dabaseñales de tener el menor complejo. Llevaba corbata negra y una banda negra en señal de luto. Me pregunté si era falta de sensibilidad o se había impuesto ese comportamiento/. Fernández de la Mora, testigo del doloroso trance, me trasladó su impresión sobre al ánimo de los condes de Barcelona y de su hijo Juan Carlos: /Yo asistí al entierro de don Alfonso en Estoril y los terríblemente afectados eran los padres; al hermano lo ví muy sereno/. En 1987, la periodista Laot señalaba: /España ha borrado de la biografía de su Rey este hecho, sin em bargo dundamental, que ilumina su personalidad y que le maduró prematuramente/. Para acabar de complicar las cosas, el propio hermano del conde de Barcelona, el infante sordomudo don Jaime, reclamó en carta dirigida a su secretario, Ramón de Alderete, nada menols que una investigación judicial... /Mi querido Ramón: Varios amigos me han confirmado últimamente que fué mi sobrino Juan Carlos quien disparó accidentalmente sobre su hermano Alfonso.Esta confirmación de la certidumbre que tuve desde el día en que mi hermano Juan se abstuvo de citar ante los tribunales a los que habían expresado públicamente tan terríble realidad, me obliga a obligrate (sic) que solicites, en mi nombre, cuando lo consideres oportuno, y de las jurisdicciones nacionales o internacionales adecuadas, que se proceda a la investigación judicial indispensable para establecer oficialmente las circunstancias de la muerte de mi sobrino Alfonso (q.e.p.d.). Exijo que se proceda a esta encuesta judicial porque es mi deber de jede de la Casa de Borbón y porque no puedo aceptar que aspire al trono de España quien no ha sabido asumir sus responsabilidades. Te abrazo muy fuerte. Jaime de Borbón/. Franco y don Juan trataron de preservar a toda costa cualquier sombra de duda sobre la rectitud de Juan Carlos. Pero convirtieron así lo que sólo fué un accidente en una permanente sospecha. ¿No habría sido mejor contra la verdad desde el principio? Luca de Tena me comentó una trade en su casa del paseo de la Castellana... /Toda la gente de la intimidad de Villa Giralda sabía lo que había pasado y era imposible guardar secretos. Es natural que don Juan no dijera: "Mi hijo ha matado a su hermano". Pero en la intimidad de Villa Giralda todo el mundo sabía que los dos niños (en realidad no eran tales, dado que Juan Carlos tenía dieciocho años y su hermano, casi quince) estaban jugando con una pistola y que se disparó. Yo no le doy mayor trascendencia. Lo trascendente hubiese sido lo contrario: si el tiro se le escapa al hermano pequeño y mata al mayor.¡Caramba! Por muy niños que fueran hubiese dado que hablar; pero siendo al contrario, no/. Pero ni el conde de Barcelona ni don Juan Carlos desmintieron jamás la versión publicada por Settimo Giorno. Tampoco reaccionaron ante la postura de don Jaime, ni emprendieron acción judicial alguna". Bien, aquí termina el resumen de los datos aportados por José María Zavala, historiador monárquico que se extiendemucho más sobre el tema, si bien los da tos que aporta, fuera de los citados, son anecdóticos.Se echa de ver el monarquismo de Franco y su interés por proteger a la familia e Juan de Borbón y, concretamente a Juan Carlos, de las posíbles consecuencias dsagradables del accidente reseñado. Por decisión del Jefe del Estado, jamásse llevó a cabo ninguna investigación,ni encuesta judicial sobre el suceso. Además, el Gobierno portugués colaboró on el español. Y la prensa española tergiversó los hechos completamente, de cuerdo con la secretaría particular del conde de Barcelona. Al difunto Alfonso no se le realizó autposia. Y el arma que sirvió para su muerte, fué arrojada por su padre al mar. El silencio sobre el accidente en España, fuera del ucinto comentario de Arriba-falso-fué absoluto. . __,_._,___

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