The Economist declara la guerra a la libertad de expresión en Internet/redes sociales
Alfredo Jalife-Rahme
Ciber escuelas, las cuales dan la oportunidad a jóvenes adultos de estudiar en línea, en la delegación Tlalpan de CDMXFoto Cristina Rodríguez
L
a revista británica The Economist, portavoz del neoliberalismo global controlada por los banqueros Rothschild, arremete contra Internet/redes sociales:
¿Amenazan las redes sociales a la democracia?(https://goo.gl/eGbNZw).
En forma sesgada, por dañar los intereses plutocráticos del neoliberalismo global, The Economist fustiga a
Facebook, Google y Twitter, que supuestamente fueron diseñados para salvar a la política con una
buena (sic) información que elimine prejuicios y falsedades.
¿A poco la maniqueísta The Economist carece de prejuicios israelí-anglosajones?
¿A poco la pugnaz The Economistno se ha consagrado a desinformar para llevar agua a su molino neoliberal?
La polémica revista, biblia de cabecera de la globalización financierista, comenta que
algo muy malo (sic) sucedióy reclama que
sin una información decente (sic) sin civilidad (sic) y conciliación (sic), las sociedades resuelven sus diferencias recurriendo a la coerción.
Sucede que los mendaces multimedia israelí-anglosajones, que impusieron su
pensamiento únicoy su propaganda unilateral, se encontraron súbitamente con que en Internet/redes sociales –específicamente en el masivo GAFAT (Google, Apple, Facebook, Amazon y Twitter)– existen otros
puntos de vista, para no decir
verdades, donde el plutocrático neoliberalismo global que beneficia a sólo 1% del mundo occidental, ha quedado en minoría frente al restante 99% que expresa su sentir sin tapujos by the time being…
Suena a perogrullada que la mayor parte de los multimedia israelí-anglosajones en Occidente sean controlados por ese 1% vilipendiado en forma implacable en Internet/redes sociales cuando 99% exorcizado hoy tiene a su alcance expresarse libremente para
bieno para
mal, según la cosmogonía maniquea del The Economist (ellos son los
buenos; los otros son los
malos: ja ja ja).
En medio del caos global –provocado por el declive de EU, el ascenso irresistible de China y la resurrección militar de Rusia, como expuse en mi conferencia magistral en el IIEc/UNAM (https://goo.gl/p31mmd-, la revista evoca que
no hace mucho las redes sociales sostuvieron la promesa de una política más ilustrada (sic), conforme la precisa (sic) información y la comunicación sin esfuerzo (sic) ayudaban a la buena (sic) gente a eliminar corrupción (sic), fanatismo y las mentiras(sic).
¿A poco The Economist colaboró en la erradicación de la
corrupciónque alcanzó niveles estratosféricos bajo su modelo monetarista/especulativo?
Son tiempos aciagos de la “post-verdad (https://goo.gl/sWmqxe)” y de la
guerra de propagandadel Deep Statede EU mediante su etéreo russiagate de presunto intervencionismo del Kremlin en sus elecciones –¡y hasta del “México neoliberal itamita”, como si necesitase de hackers exógenos donde el IFE/INE rompería el récord de fraudes a escala global con su legendaria manipulación algorítmica!
Las plataformas Internet/redes sociales de EU son producto del deslumbrante invento primigenio del Pentágono: DARPA (https://goo.gl/VYYTG8).
¿Es creíble que Rusia controle ahora los productos del invento DARPA del Pentágono? (https://goo.gl/Mve8rT).
Dejo de lado la teoría más creíble que detrás del russiagate, el Deep State de EU busca impedir un acercamiento entre Trump y el zar Vlady Putin.
A juicio del The Economist,Internet/redes sociales
propagan venenoya que se han vuelto catalizadores de la
desinformación rusa.
Según The Economist, resulta y resalta que desde Sudáfrica hasta España (sic) – ¡The russians are coming!, el obsesivo y compulsivo adagio de la guerra fría, hasta en Cataluña–,
propalan la mentira y el ultraje (sic)y
corroen (sic) el juicio de los votantes y agravan el faccionalismo, cuando Internet/redes sociales
erosionanlas condiciones libertarias.
The Economist alega que Internet/redes sociales
no provocan la división, sino que la amplifican.
No tiene más remedio la revista de admitir que
la crisis financiera de 2007/2008, alimentó la furia (sic) popular contra una élite pudiente que dejó atrás al restante.
Enjuicia que ahora las
guerras culturaleshan dividido a los votantes por
identidadque dan pie a nativismo y populismo cuando antes lo hacían por
clases sociales.
Admite que Tv por cable, Fox News y la radio también ostentan
su poder a polarizar, pero la característica de las plataformas Internet/redes sociales radica en su
novedadcuando es poco entendido su funcionamiento, pero cuya realidad es que
producen una influencia extraordinaria (¡súper-sic!).
El error garrafal de The Economistes que confunde los intereses de la oligárquica plutocracia, que representa como nadie, con la
democraciatout court que constituye su verdadero antídoto.
Las masivas plataformas de Internet/redes sociales tienden a ser más
democráticaspor el simple número de usuarios que detestan el neoliberalismo global que los ha perjudicado. ¡As simple as that!
Lo grave es que el GAFAT recurre ya a la selectiva censura de opiniones que colisionan con los intereses de identidad y/o clase de sus dueños, quienes anhelan modular y modelar a los usuarios a imagen y semejanza de sus alianzas políticas.
The Economist incita, como su sola
verdad, la exposición de la ideología neoliberal global ya que
diferentes lados ven diferentes hechospor lo que
no comparten una base empírica para alcanzar un compromiso.
Se percibe que The Economist no ha tenido que digerir los noticieros de Televisa, que son verdaderas telenovelas totalitarias, donde sólo exponen el único y absoluto
lado del sistema imperantesin oposición real.
Al sentir perdida la partida
democrática, los epígonos (padre e hijo) de George Soros en Televisa y Univisión exigen la censura de las redes sociales.
¿El hoy vilipendiado
abusode Internet/redes sociales tiene como objetivo controlar la naciente libertad individual/colectiva de expresión?
El geoestratega Andrew Korybko aduce que el russiagate, en el marco de la
guerra de propagandade EU contra Rusia, está encaminado a regular Internet/redes sociales (https://goo.gl/8LNiWj).
Es impactante que el ex presidente de EU, James Carter, deseche toda la parafernalia del russiagate que no tuvo influencia en el electorado (https://goo.gl/7S1vDr).
La periodista estadunidense Eva Golinger destaca las
redes de guerra, con su ejército de
bots, y la
militarización de twitterque censura en forma antidemocrática y aberrante aRussia Today (https://goo.gl/RVVzhq).
Armin Mahler, del Der Spiegel,comenta que en medio del
darwinismo digitálicoson necesarias
nuevas reglas para la economía del Internet–que no produce nada, salvo servicios– dominada por
los gigantes de Silicon Valley(https://goo.gl/pnPu95).
En una genuina sociedad libre, civilizada, decente y conciliadora, para emplear los términos eviscerados de todo contenido por The Economist, debe florecer la obligada réplica –yo he sufrido su censura en varios multimedia
mexicanos– y, sobre todo, la obligatoriedad dialéctica con su tesis/antítesis/síntesis que inició Heráclito desde el siglo 6 AC.
Twitter: @AlfredoJalifeR_
Facebook: AlfredoJalife
Vk: id254048037
No hay comentarios:
Publicar un comentario