Los cohetes de Gaza: un arsenal renovado que le preocupa a Israel
A pesar del bloqueo, los militantes palestinos han recurrido a la ayuda de Irán, al ingenio, a los artefactos disparados por Israel e incluso a las tuberías para fabricar miles de cohetes con mayor alcance.
EL CAIRO — Contrabandean las piezas o las fabrican ellos mismos, con la ayuda de los conocimientos técnicos de Irán. Reutilizan tuberías de los asentamientos israelíes abandonados y componentes extraídos de las bombas israelíes. Ensamblan los cohetes bajo tierra o en barrios densos que los israelíes son reacios a atacar.
A pesar de la cacareada capacidad de vigilancia de Israel y de su abrumadora potencia de fuego militar, los militantes palestinos de Gaza han conseguido amasar un arsenal de cohetes de gran alcance en los 16 años transcurridos desde que Israel desalojó el enclave costero que había ocupado tras la guerra de 1967.
Hamás, el grupo militante que gobierna Gaza desde 2007 y que no reconoce el derecho de Israel a existir, ha convertido este arsenal en una amenaza cada vez más letal, como se ha visto en el más reciente recrudecimiento de las hostilidades con el ejército israelí. Hasta el jueves, según las autoridades israelíes, los militantes habían disparado unos 1800 cohetes.
El arsenal palidece en comparación con el enorme poder destructivo de la fuerza aérea israelí. Pero para los israelíes, los cohetes son las herramientas de lo que su país y muchos otros, incluido Estados Unidos, consideran una organización terrorista, incrustada entre los casi dos millones de habitantes palestinos de Gaza.
Para muchos palestinos, los cohetes simbolizan su legítima resistencia al dominio y la ocupación israelíes.
¿Cuántos cohetes han acumulado Hamás y sus aliados?
La inteligencia israelí ha calculado que Hamás, la Yihad Islámica y otros grupos militantes palestinos tienen unos 30.000 cohetes y proyectiles de mortero almacenados en Gaza. Los cohetes tienen alcances muy variados y carecen de sistemas de orientación, pero los militantes han mejorado su precisión.
¿Qué hay de nuevo en las últimas ráfagas lanzadas desde Gaza?
El número de cohetes lanzados cada día en la última oleada de hostilidades no tiene precedentes. Y aunque la mayoría de los cohetes parecen estar dirigidos a centros de población del sur y el centro de Israel, se lanzaron cohetes de mayor alcance contra Tel Aviv y Jerusalén. Esto es una señal, según los expertos, de que Hamás no solo ha conseguido reponer su arsenal sino que ha mejorado sus capacidades.
Algunos comandantes israelíes han expresado su sorpresa tanto por la intensidad como por el alcance de los cohetes de Gaza.
Un análisis realizado por Michael Armstrong, profesor asociado de investigación de operaciones en la Universidad de Brock, Canadá, ha constatado un aumento significativo del ritmo de fuego. Con cifras de las Fuerzas de Defensa de Israel, Armstrong, que estudia estas armas, citó 470 cohetes disparados desde Gaza durante las primeras 24 horas de la más reciente escalada, en comparación con un pico de 192 cohetes por día en 2014 y 312 en 2012.
Según él, Hamás también lanzó más ataques de largo alcance con 130 cohetes disparados contra Tel Aviv a última hora del martes, lo que representa cerca del 17 por ciento de todos los disparados hasta ese momento. En 2014 esa tasa estaba en el ocho por ciento y en 2012 en menos del uno por ciento.
“Todavía no sabemos si Hamás tiene más cohetes de largo alcance o si está optando por utilizar primero su mejor material”, dijo Armstrong.
¿Por qué el ejército de Israel no puede destruir todos los cohetes en vuelo?
Israel ha logrado frustrar muchos de los cohetes disparados hasta ahora con su sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro, destruyéndolos antes de que aterricen. Sin embargo, un número cada vez mayor de cohetes ha impactado en territorio israelí, algunos con efectos mortales. Los expertos afirman que los militantes saben que la intensidad de los bombardeos —y las múltiples direcciones desde las que se lanzan— han evidenciado las vulnerabilidades de la defensa israelí.
“Parece que buscan sobrecargar o saturar el sistema de interceptación de Israel, que solo puede soportar un cierto número de ataques a la vez”, dijo Armstrong.
¿Cuáles son los rangos de alcance de estos cohetes?
Se cree que una parte considerable del arsenal son cohetes de corto alcance, conocidos como Qassams, nombre del ala militar de Hamás, que tienen un alcance de aproximadamente 10 kilómetros y son más fáciles y baratos de producir que las armas de mayor rango. Tienen trayectorias imprevisibles y algunos caen dentro de Gaza.
Los cohetes de medio alcance del arsenal, basados en diseños iraníes y rusos, pueden alcanzar objetivos de hasta 40 kilómetros, lo que hace vulnerables a objetivos israelíes tan lejanos como los suburbios de Tel Aviv. Se cree que se producen versiones de estas armas dentro de Gaza.
Los cohetes de mayor alcance pueden viajar mucho más lejos y pueden alcanzar Tel Aviv, Jerusalén y el aeropuerto Ben-Gurion. Incluyen el M-75, un cohete de fabricación local con tecnología suministrada por Irán, y el J-80, un cohete de fabricación local que lleva el nombre de un famoso comandante militar de Hamás, Ahmed al-Jabari, muerto por un ataque aéreo israelí en 2012. Los números se refieren a su alcance estimado en kilómetros.
El jueves, Hamás afirmó en un comunicado que tiene un misil con un alcance de 250 kilómetros que puede alcanzar cualquier lugar de Israel.
¿Cómo han conservado —e incluso aumentado— su arsenal los militantes de Gaza?
En el pasado, los cohetes de mediano y largo alcance solían pasar de contrabando a través de túneles ubicados a lo largo de la frontera sur de Gaza con Egipto y, en algunos casos, se contrabandeaban por partes que luego se ensamblaban en Gaza. Pero, en los últimos años, Egipto ha implementado un esfuerzo más serio para bloquear y destruir los túneles por lo que el contrabando de cohetes enteros se ha vuelto mucho más problemático. Por eso, Hamás y sus afiliados en Gaza han desarrollado sus propias habilidades de producción.
Michael Herzog, miembro del Instituto Washington para la Política del Cercano Oriente y general de brigada retirado de las Fuerzas de Defensa de Israel, dijo que los oficiales de inteligencia y militares israelíes ahora están mucho más preocupados por la capacidad de los militantes para producir los cohetes que antes tenían que importar.
“Ahora el enfoque de las fuerzas de defensa israelíes está en las instalaciones de producción, de modo que cuando termine esta ronda de combates, no solo habrá menos cohetes, sino también menos capacidad de producción para fabricarlos”, dijo Herzog.
¿Quién ha ayudado a Hamás y a sus aliados para que tengan esta capacidad de producción bélica?
Los militantes de Gaza han atribuido su éxito a la ayuda proporcionada por Irán, que Israel considera su adversario extranjero más potente. Los funcionarios iraníes tampoco se avergüenzan de su relación con Hamás.
En una gran reunión en mayo de 2019, el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, no podría haber sido más explícito al reconocer el papel fundamental de Irán en la ayuda a Hamás.
“Si no fuera por el apoyo de Irán”, dijo, “no tendríamos estas capacidades”.
Según funcionarios y expertos palestinos e israelíes, además de proporcionar armas y equipos de contrabando, Irán se ha centrado en la formación para ayudar a Hamás a mejorar la producción local, ampliar el alcance de los cohetes y mejorar su precisión.
“Es una gran mejora pasar de disparar uno o dos cohetes a la vez a lanzar 130 cohetes en cinco minutos”, dijo Rami Abu Zubaydah, un experto militar radicado en Gaza, refiriéndose a la frecuencia de los disparos observados en los últimos días.
“La mayoría de las armas se fabrican en Gaza, utilizando la experiencia técnica de Irán”, dijo.
¿De qué manera eludieron el bloqueo los fabricantes de cohetes de Gaza?
Aunque todavía dependen del contrabando de piezas y materias primas, los líderes de Hamás dicen que han creado soluciones creativas para superar los controles y la estricta vigilancia fronteriza.
Un documental de 50 minutos transmitido por Al Jazeera, en septiembre, mostró escenas raras de militantes de Hamás recuperando docenas de misiles israelíes que no habían detonado en ataques anteriores en Gaza.
Llevaron los restos a lo que parecía una instalación de fabricación oculta, extrajeron cuidadosamente los explosivos empaquetados en el interior y reciclaron algunas de las piezas. El mismo documental también mostraba a militantes desenterrando viejas tuberías de agua de los antiguos asentamientos israelíes y reutilizando los cilindros vacíos para la producción de nuevos cohetes.
En otra reunión celebrada en 2019, Sinwar se refirió a la reutilización de las tuberías de plomería y dijo: “Hay suficientes como para fabricar cohetes durante los próximos 10 años”.
Nada Rashwan, John Ismay y Rick Gladstone colaboraron en este reportaje.
Mona El-Naggar es una corresponsal internacional radicada en El Cairo. Escribe y produce reportajes que cubren la política, la cultura, la religión, las cuestiones sociales y el género en todo Oriente Medio. @monaelnaggar
This article originally appeared in The New York Times.
© 2021 The New York Times Company
Conflicto israelí-palestino: las fortalezas y debilidades del arsenal de Hamás, el grupo que se enfrenta a Israel desde Gaza
Si bien se han causado muertes, daños y sufrimiento a ambas partes en la escalada de hostilidades entre los grupos militantes palestinos en la Franja de Gaza y el ejército israelí, esta sigue siendo una lucha enormemente asimétrica.
Israel es un jugador mucho más poderoso y su fuerza aérea, drones armados y sistemas de recopilación de inteligencia le permiten atacar objetivos en Gaza prácticamente a voluntad.
Insiste en que su objetivo está restringido a sitios utilizados con fines militares, pero la densidad de la población palestina y el hecho de que las instalaciones de Hamás y la jihad islámica están ubicadas cerca de edificios civiles y, a menudo, escondidas debajo de ellos, hace que evitar víctimas civiles sea completamente imposible.
Hamás y la jihad islámica, aunque son las partes más débiles, tienen suficientes armas para atacar a Israel.
Ya han probado una variedad de tácticas. Las defensas israelíes derribaron un avión no tripulado, posiblemente armado, que había intentado cruzar a Israel desde Gaza. Y un portavoz militar israelí dijo que una "unidad de élite de Hamás" había intentado infiltrarse en Israel a través de un túnel desde la parte sur de la Franja.
El ejército israelí, al parecer, recibió una advertencia anticipada de esto y, según el portavoz, pudo "hacer que el túnel implosionara".
Fabricación propia
Pero, de lejos, el armamento más importante en el arsenal de los palestinos es su amplia variedad de misiles tierra-tierra.
Se cree que algunos de estos (junto con otros sistemas empleados, como los misiles guiados antitanque Kornet, utilizados durante los últimos días) fueron introducidos de contrabando a través de túneles desde la península egipcia del Sinaí.
Pero, con mucho, la mayor parte de los arsenales de Hamás y la jihad islámica provienen de una dinámica y relativamente sofisticada capacidad de fabricación dentro de la propia Franja de Gaza.
Expertos israelíes y del exterior creen que los conocimientos y la asistencia de Irán han desempeñado un papel importante en la construcción de esta industria.
En consecuencia, los lugares de fabricación y almacenamiento de armas han estado entre los principales objetivos de los ataques israelíes.
Variedad de misiles
Es imposible estimar las existencias de misiles de Hamás.
Ciertamente incluye muchas miles de armas de diferentes rangos. Claramente, el ejército israelí tiene sus propias estimaciones, que no está dispuesto a compartir. Todo lo que dicen los portavoces es que creen que Hamás podría mantener este nivel de fuego durante "un período de tiempo significativo".
Los palestinos están empleando una variedad de misiles, ninguno de los cuales, hasta ahora, parece ser especialmente nuevo en términos de diseño básico. Pero la tendencia general es que las armas tengan mayor alcance y cargas explosivas más grandes.
Si bien los nombres y designaciones de misiles específicos pueden ser un poco confusos, Hamás tiene un enorme inventario de sistemas de menor alcance como el Qassam (hasta 10 km) y el Quds 101 (hasta aproximadamente 16 km), reforzado por el sistema Grad y el Sejil 55 (ambos hasta 55 km).
Estos probablemente constituyen la mayor parte de su inventario y los de rango más corto pueden reforzarse con fuego de mortero.
Pero Hamás también opera una variedad de sistemas de mayor alcance como el M-75 (hasta 75 km), el Fajr (hasta 100 km), el R-160 (hasta 120 km) y algunos M-302 que tienen un alcance de hasta 200 km.
Por lo tanto, está claro que Hamás tiene armas con las que puede atacar tanto a Jerusalén como a Tel Aviv, y amenazar toda la franja costera que contiene la mayor densidad de población e infraestructura crítica de Israel.
El sistema de defensa israelí
El ejército israelí dice que de los más de 1.000 cohetes disparados contra Israel durante los últimos tres días, unos 200 se han quedado cortos en la propia Franja de Gaza (tal vez un indicador de los problemas de un proceso de fabricación de armas local y disperso).
Las fuerzas armadas israelíes también reportaron que el 90% de todos los misiles que cruzaron a Israel han sido interceptados por su sistema antimisiles, el Domo de Hierro.
Sin embargo, la batería que defiende la ciudad de Ashkelon parece haber quedado fuera de línea en algún momento debido a un mal funcionamiento técnico, lo que subraya que, a pesar de su notable éxito técnico, esta no es una pantalla a prueba de misiles.
Para contrarrestar el disparo de misiles, solo hay un número limitado de opciones. Puedes emplear defensas antimisiles. Puedes apuntar a las existencias y las instalaciones de fabricación. En teoría, también se podría diseñar una operación terrestre para empujar a los lanzadores de misiles más allá del alcance efectivo.
Eso no será posible en este caso. Parte de la vulnerabilidad de los palestinos es que no tienen profundidad estratégica y ningún lugar adonde ir.
Es posible una operación terrestre para suprimir el fuego de misiles. Pero como se demostró en la última gran incursión de Israel en Gaza en 2014, el costo humano sería considerable. Durante la operación murieron 2.251 palestinos, incluidos 1.462 civiles, mientras que en el lado israelí murieron 67 soldados y seis civiles.
Este ciclo repetido de lanzamiento de cohetes, respuesta e incursión no lleva a ningún lado a ninguna de las partes. En el mejor de los casos, se logra un período de calma antes de que comience la siguiente ronda.
Muchos podrían argumentar que fueron las tensiones en Jerusalén las que iniciaron este episodio en particular. Una señal una vez más de que la disputa palestino-israelí no puede ignorarse para siempre.
Pero con más y más gobiernos árabes haciendo las paces con Israel, con los palestinos políticamente tan divididos como siempre, y dado que este tema está lejos de la agenda del liderazgo actual de Israel, es difícil ver cómo se puede lograr algún progreso hacia una paz real.
Para eso, es necesario un deseo real de progresar en el terreno y un esfuerzo fuerte y sostenido por parte de los actores externos.
Las condiciones para esto simplemente no parecen existir.
Jonathan Marcus es analista de asuntos internacioales y el excorresponsal de defensa y diplomacia de la BBC.
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Conflicto entre israelíes y palestinos: qué es Hamás, el enemigo más obstinado de Israel
Hamás es la principal de varias organizaciones militantes islámicas palestinas que controlan la Franja de Gaza, territorio desde el cual habitualmente se enfrenta en acciones bélicas con Israel, nación a la que no reconoce.
La violencia más reciente estalló en mayo de 2021, con el lanzamiento de centenares de cohetes desde Gaza hacia Israel durante varios días y ataques aéreos israelíes en represalia contra el territorio que han causado destrucción y dejado decenas de muertos y heridos a ambos lados.
Su nombre en árabe significa Movimiento de Resistencia Islámica y su origen se remonta a los primeros días de la Intifada (o levantamiento palestino) de 1987 en contra de la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza.
Hoy es el grupo islámico más numeroso dentro del pueblo palestino.
Alternativa política
Desde sus comienzos, el grupo tuvo dos ramas con objetivos disímiles: por un lado la militar, las Brigadas Qassam, encargada de la lucha armada contra el Estado de Israel, cuya existencia nunca fue reconocida por Hamás; por el otro, el ala política, cuya misión es construir escuelas y hospitales, y brindar ayuda a la comunidad en asuntos sociales y religiosos.
Pero desde 2005, la facción islámica adoptó una nueva dimensión, la participación activa dentro del proceso político palestino. En 2006, Hamás alcanzó el poder tras lograr una clara victoria en las elecciones para el Consejo Legislativo Palestino, pero su triunfo electoral no duraría por mucho tiempo.
Las tensiones políticas con la otra facción palestina, Fatah, se trasladarían un año después al terreno militar. En junio de 2007, ambos grupos se enfrentaron en cruentos combates en Gaza que terminarían con Hamás a cargo de la Franja y su rival político gobernando desde Cisjordania.
Para Israel, Estados Unidos, Canadá, Japón, la Unión Europea y otros países, el grupo islámico es una "organización terrorista", debido a su amplio historial de ataques contra objetivos israelíes y a su compromiso de destruir ese estado, algo que consta en su acta fundacional.
Pero para sus seguidores es un movimiento de resistencia legítimo.
En mayo de 2017, por primera vez desde su fundación, el grupo publicó un documento de nuevas políticas en el que declaró su voluntad de aceptar un Estado palestino interino dentro de las fronteras anteriores a 1967 (cuando Israel tomó control de toda Jerusalén y Cisjordania en la Guerra de los Seis Días).
No obstante, siguió sin reconocer a Israel, aunque no repitió el lenguaje antijudío de su carta constitucional.
El texto se interpretó como un esfuerzo de Hamás por proyectar una imagen más suave, aunque la organización dejó en claro que el documento no era un reemplazo de su carta constitucional original que declara, entre otras, que la tierra de Palestina es una posesión sagrada para los musulmanes irrenunciable y hace un llamado a la yihad -una guerra santa- que la reivindique.
Gaza como bastión
Esos reclamos volvieron a ser el detonante de nuevas hostilidades en mayo de 2021, con el lanzamiento de centenares de cohetes desde la Franja de Gaza, tras choques de las fuerzas israelíes con fieles musulmanes en la sagrada mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, y los planes para desalojar a familias palestinas de sus hogares para abrirles el paso a colonos judíos.
Israel respondió con ataques aéreos contundentes, destruyendo edificios y matando a varios altos comandantes militares de Hamás.
En tres ocasiones ha llevado a cabo campañas militares en contra de los militantes de Hamás; en diciembre de 2008, noviembre de 2012 y julio de 2014.
Las dos primeras campañas israelíes afectaron seriamente la capacidad militar de Hamás pero el grupo logró renovados apoyos en Gaza y Cisjordania por haberse enfrentado a Israel y haber sobrevivido.
Fuentes palestinas indicaron que la facción islámica intentó mantener la calma tras la segunda operación militar -que dejó 170 palestinos, la mayoría de ellos civiles, y seis israelíes muertos en los ocho días de enfrentamientos- y que las Brigadas Qassam dejaron de lanzar cohetes hacia Israel.
Pero el grupo tampoco hizo nada por evitar que otras facciones en la Franja realizaran sus propios ataques, aparentemente porque no quería ser visto como menos comprometido en su lucha contra el estado israelí que otros grupos militantes, particularmente la Yihad Islámica.
En julio de 2013 Hamás sufrió un duro revés cuando el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi, uno de sus principales aliados, fue víctima de "un golpe de Estado" en Egipto y perdió la presidencia.
Pero ese no fue el único problema a nivel regional que tuvo el grupo: su alineación con los grupos sunitas en Siria opuestos al presidente chiita Bashar al Assad lo dejó sin el financiamiento de Irán, nación chiita aliada con el mandatario sirio y que solía donar hasta US$20 millones al mes a Hamás, suficiente dinero como para mantener al gobierno en Gaza.
Cercado internacionalmente, en abril de 2014, el líder de Hamás, Khaled Meshaal, aceptó integrar un gobierno de unidad nacional con Fatah, liderada por Mahmoud Abbas desde la muerte de Yasser Arafat.
Dos meses después, el secuestro y muerte de tres adolescentes israelíes en Cisjordania motivó el arresto de varios miembros del grupo islámico en ese territorio y los cohetes volvieron a lanzarse desde Gaza.
Hamás asumió la responsabilidad por el lanzamiento de estos misiles desde la Franja por primera vez desde 2012 y los enemigos tradicionales se volvieron a enredar en intensos enfrentamientos durante meses.
Tras 50 días de violencia se logró un cese el fuego. Por lo menos 2.189 palestinos murieron, incluyendo más de 1.486 civiles, según la ONU. De parte de Israel, 67 soldados murieron además de seis civiles.
La nueva escalada de violencia en mayo de 2021 es la más intensa y grave desde 2014.
Atacantes suicidas
Luego de la primera Intifada palestina, Hamás surgió como el principal opositor a los acuerdos de paz de Oslo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
A pesar de las numerosas operaciones israelíes y de las drásticas medidas tomadas por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en su contra, el grupo respondió a las negociaciones de paz con varios ataques suicidas.
Entre febrero y marzo de 1996, estos atentados le costaron la vida a casi 60 israelíes (los ataques fueron una respuesta de Hamás al asesinato en diciembre de 1995 de su hacedor de bombas, Yahya Ayyash).
La ola de atentados fue considerada por muchos como la principal responsable del desencanto de los israelíes con el proceso de paz y de la llegada al poder de Benjamín Netanyahu, un férreo opositor a los acuerdos de Oslo.
Tras el fracaso de las negociaciones en Camp David, Estados Unidos, entre la ANP e Israel en el año 2000, y de la explosión de la segunda intifada, Hamás continuó ganando respaldo político.
En plena intifada, las operaciones "de martirio" de los militantes de Hamás eran vistas por muchos como una forma efectiva de responder a la ocupación israelí.
Su labor social en clínicas y escuelas también le atrajo el favor de palestinos que se sentían decepcionados con la corrupción y la ineficiencia de la Autoridad Nacional Palestina, dominada por Fatah.
Esto, sumado a la muerte en 2004 de Yasser Arafat, el principal líder palestino y uno de los fundadores de Fatah, contribuyó a su victoria electoral en 2006.
Pero Fatah no fue el único en perder a su líder en 2004. En marzo de ese año, el jeque Ahmed Yassin, fundador y líder espiritual del grupo, murió en un ataque israelí con misiles.
Otras figuras de Hamás asesinadas por Israel fueron el jefe de las brigadas Qassam, Salah Shehada, en julio de 2002; Abdul Aziz al-Rantissi, líder del movimiento en Gaza, en abril de 2004; Ismail Abu Shanab en agosto de 2003; Said Siyamin en enero de 2009 y Ahmed Jabariin en noviembre de 2012.
Después de la muerte del jeque Yassin, Khaled Meshaal se conviritó en el líder político del grupo en el exilio. Él fue luego sucedido por Ismail Haniya, en 2017, que tiene su base en la Franja de Gaza.
Hamás ha ofrecido una tregua de 10 años si Israel se retira completamente de los territorios ocupados en 1967: Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Oriental.
Pero el movimiento insiste que los millones de palestinos refugiados que abandonaron sus casas desde 1948, año de creación del Estado de Israel, deben regresar a sus tierras, algo que Israel ve como una amenaza a su existencia como estado.
Por estas razones, y a pesar de haber sido elegido democráticamente, el gobierno de Hamás fue blanco inmediato de sanciones económicas y presiones diplomáticas por parte de Israel y sus aliados en Occidente.
Poco después, su pelea con Fatah volvería a recluirlo en la Franja de Gaza, desde donde se mantiene armado y promoviéndose entre sus adeptos como la más efectiva "resistencia armada" contra la ocupación israelí.
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