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Por Xin Ping BEIJING, 20 abr (Xinhua) -- El politólogo del neorrealismo estadounidense John Mearsheimer escribió en La tragedia de la política de gran potencia que "EE. UU. ha seguido una estrategia de 'pasar la pelota', permaneciendo al margen mientras haciendo que otros asuman la carga de disuadir o combatir a los agresores, hasta que ya no ha podido hacerlo de manera segura". El conflicto Rusia-Ucrania ha expuesto al mundo los roles sucios de EE. UU. y el truco de estilo libro de texto de "pasar la pelota", usando a Ucrania para contrarrestar y contener a Rusia. Mientras que la crisis de Ucrania todavía se está desarrollando, hay varias indicaciones de que el Tío Sam está repitiendo su libro de tácticas y la estrategia de equilibrio en Asia-Pacífico. Pero el objetivo esta vez es China. Con un panorama geopolítico en evolución y el cambiante equilibrio de poder en Asia, con una China en ascenso y una influencia estadounidense en declive, a Estados Unidos le parece que una Asia fuerte y estable no permitirá que el país norteamericano se haga con el poder y la riqueza de la región. Desde la estrategia de "Pivotar hacia Asia" hasta la "estrategia del Indo-Pacífico", Estados Unidos ha estado asociando a sus aliados y a países de la región para contener a China, como lo hizo ampliando la OTAN hacia el este contra Rusia. Pero el enfoque de Guerra Fría y de confrontación solo traerá conflicto y sufrimiento a los países asiáticos y a sus pueblos. En materia de seguridad, Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en Asia y ha intentado convertir a países asiáticos en sus puestos de avanzada para rodear a China. Desde noviembre de 2011, cuando el entonces presidente Barack Obama dio a conocer la estrategia de "Pivotar hacia Asia", Estados Unidos ha llevado a cabo ejercicios militares conjuntos de vez en cuando con países de la región y ha fomentado la cuestión del mar Meridional de China y el mar Oriental de China para provocar al país asiático. Asimismo, Estados Unidos desplegó el Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) en Corea del Sur, y estableció las alianzas QUAD y AUKUS, desencadenando una nueva ronda de carrera armamentista y agravando seriamente las tensiones y la confrontación en la región. No hay que olvidarse de Taiwan, una provincia china, que se ha convertido en una herramienta política y una fortaleza militar para la confrontación de Estados Unidos con China. Sin embargo, al igual que hizo en la crisis de Ucrania, Estados Unidos sabe avivar las llamas sin involucrarse directamente. Una vez detonado el barril de pólvora, es la gente de Asia la que sufrirá, no los estadounidenses a 10.000 kilómetros de distancia. Económicamente, los países asiáticos valoran la cooperación económica con China, impulsada, entre otras cosas, por la Asociación Económica Integral Regional, conocida como el área de libre comercio más grande del mundo. Sin embargo, Estados Unidos intenta excluir a China del mercado regional con sus propias iniciativas, primero con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica de Obama y ahora con el marco económico para el Indo-Pacífico de Biden, que se centra en formar bloque económico dirigido por Estados Unidos y excluyendo a China. Sin más valor agregado, este marco de la Administración Biden es más "palo" que "zanahoria" para países regionales que desean prosperidad en lugar de ser obligados a tomar partido en la competición entre EE. UU. y China, y mucho menos convertirse en "cabeza de puente" contra China. Como bien dijo Retno Marsudi, ministra de Relaciones Exteriores de Indonesia: "la gente va a preguntar ¿qué sentido tiene la estrategia del Indo-Pacífico si no trae beneficios económicos a la gente?" Cuando los elefantes luchan, es la hierba la que sufre. Este dicho es cada vez más relevante, ya que refleja la ansiedad realista de los países asiáticos. El pueblo de Asia, que ha sufrido siglos de saqueo colonial y opresión, anhela la paz, la cooperación y el desarrollo, en lugar de la confrontación entre bloques y el juego de suma cero. Esa es quizás la lección más valiosa de la crisis de Ucrania para Asia. (Xin Ping es comentarista de asuntos internacionales y escribe regularmente para Global Times y China Daily, entre otros. Se le puede contactar en xinping604@gmail.com.) |
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