La estúpida guerra AMLO vs Loret de Mola que distrae a México de su horror y realidad
AMLO y Loret de Mola son más parecidos de lo que uno podría pensar. Influyentes, populares, llenos de lamesuelas dispuestos a configurar la realidad para hacerla encajar con lo que ellos, sabios todopoderosos inmunes al error, digan, manden y dispongan. Los dos disfrutan de los reflectores: no pueden vivir sin el protagonismo. Necesitan que todo México mencione sus nombres y los adore. Por eso se llevan tan mal, porque no soportan ver en otra persona lo que a ellos se les observa tan bien.
Las habilidades del presidente para imponer agenda están fuera de toda discusión: puede poner a debatir a un país sobre lo que él quiera. Y lo que él ha preferido es poner a Carlos Loret de Mola en la vitrina más reluciente del país. Lo ataca todas las semanas bajo la premisa del derecho de réplica, que al parecer jamás ha comprendido y más bien ha instrumentalizado a su antojo. La cruzada de López Obrador es meticulosa y no tiene límites: primero violó la ley para conocer y divulgar los ingresos del periodista. Ahora ha optado por presentarle a la opinión pública el lujoso y pecaminoso departamento que Loret tiene en Polanco.
No está claro hasta dónde va a llegar AMLO, pero que nadie finja sorpresa: no se detendrá. La venganza tiene un origen claro: el reportaje en el que Loret reveló la ostentosa casa del hijo del presidente en Houston. Desde entonces no ha parado. Y eso le gusta a Loret de Mola, que se ha convertido en un mártir de la libertad de expresión, todo un ejemplo de lo que un periodista honesto y valiente debe ser y hacer. Lo nunca imaginado: la terquedad de un mandatario nos tiene defendiendo al padre del montaje televisivo más escandaloso en la historia de México.
Presidente @lopezobrador_: hoy no voy a contestar a sus calumnias. Me parece desalmado y ruin que usted hable de mí para no enfrentar la exigencia de las mujeres en todo el país porque las están matando cada vez más. Ocúpese.
— Carlos Loret de Mola (@CarlosLoret) April 25, 2022
No habría que extrañarse. A los comentócratas les importa la libertad de expresión cuando se trata de Loret. ¿Se acuerdan de Pegasus? También pegaron el grito en el cielo: porque sí, el gobierno de Peña Nieto espiaba democráticamente, pero cómo podía atreverse a hurgar en el celular del Luis Miguel del periodismo. Loret y sus similares se defienden con una premisa muy simple: “He criticado a todos los presidentes”, como si eso fuera algo excepcional, y no su trabajo, muy al estilo de quienes inflan el pecho por cocinar o lavar la ropa.
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