Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

  Interesados comunicarse a correo: erubielcamacho43@yahoo.com.mx  si quieren versión impresa o electrónica donativo voluntario .

domingo, 16 de enero de 2011

Apocalipsis Maya 2012

Apocalipsis Maya 2012
La civilización maya habitó una vasta región denominada Mesoamérica, en el territorio hoy comprendido por cinco estados del sureste de México que son, Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en América Central, en los territorios actuales de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años.


Kukulkán es el nombre maya de Quetzalcóatl, personaje importante en el Período Posclásico de los mayas. Aquí lo vemos en un dibujo de un bajorrelieve de Yaxchilán.

Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron cientos de dialectos que generan hoy cerca de 44 lenguas mayas diferentes. Hablar de los “antiguos mayas” es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a una creencia muy generalizada, la civilización maya nunca “desapareció”. Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense.

La literatura maya ilustra la vida de esta cultura. Obras como el Rabinal Achí, el Popol Vuh, los diversos libros del Chilam Balam, son muestra de ello. Lo que sí fue destruido con la conquista es el modelo de civilización que hasta la llegada de los primeros españoles, había generado tres milenios de historia.










La Conquista española de los pueblos mayas se consumó hasta 1697, con la toma de Tayasal, capital de los mayas Itzá y Zacpetén, capital de los mayas Ko’woj en el Petén (actual Guatemala). El último estado maya desapareció cuando el gobierno mexicano de Porfirio Díaz ocupó en 1901 su capital, Chan Santa Cruz, dando así fin a la denominada Guerra de Castas.

Los mayas hicieron grandes e impresionantes construcciones desde el Preclásico medio y grandes ciudades como Nakbé, El Mirador, San Bartolo, Cival, localizadas en la Cuenca del Mirador, en el norte del Petén, y durante el Clásico, las conocidas ciudades de Tikal, Quiriguá, (ambas las primeras en ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1979 y 1981 respectivamente) Palenque, Copán, Río Azul, Calakmul, Comalcalco (construida de ladrillo cocido), así como Ceibal, Cancuén, Machaquilá, Dos Pilas, Uaxactún, Altún Ha, Piedras Negras y muchos otros sitios en el área. Se puede clasificar como un imperio, pero no se sabe si al momento de colonizar impusieron su cultura o si fue un fruto de su organización en ciudades-estado independientes cuya base eran la agricultura y el comercio. Los monumentos más notables son las pirámides que construyeron en sus centros religiosos, junto a los palacios de sus gobernantes y los palacios, lugares de gobierno y residencia de los nobles, siendo el mayor encontrado hasta ahora el de Cancuén, en el sur del Petén, muchas de cuyas estructuras estaban decoradas con pinturas murales y adornos de estuco. Otros restos arqueológicos importantes incluyen las losas de piedra tallada usualmente llamadas estelas (los mayas las llamaban Tetún, o “tres piedras”), que describen a los gobernantes junto a textos logográficos que describen sus genealogías, victorias militares, y otros logros. La cerámica maya está catalogada como de las más variadas, finas y elaboradas del mundo antiguo.

Los mayas participaban en el comercio a larga distancia en Mesoamérica, y posiblemente más allá. Entre los bienes de comercio estaban el jade, el cacao, el maíz, la sal y la obsidiana.

Religión politeísta: Se adoraba a varios dioses a la vez.
Religión de Aspectos Naturalistas: Los dioses eran los elementos, los fenómenos atmosféricos, los cuerpos celestes.

Religión Dualista: Partía del principio de que el bien y el mal son igualmente divinos. Los dioses del bien estaban en constante lucha con los dioses del mal, pero eran tan inseparables uno del otro como el día y la noche. Otros ejemplos son: el padre fecundante y la madre fecundada; la vida y la muerte (lo más parecido que podemos encontrar es tal vez el yin y el yang). Los destinos de la humanidad se veían afectados siempre por esta lucha. Los dioses benévolos producían cosas positivas, como el trueno, el rayo, la lluvia, el maíz y la abundancia. A los dioses malévolos en cambio, se les atribuía el hambre y la miseria causadas por los huracanes, las sequías y la guerra sembradora de muerte y destrucción. Un excelente ejemplo de esto es una representación en un códice en la que Chac, dios de la lluvia, planta un árbol, mientras que a su lado Ah Puch, dios de la muerte, lo arranca y lo rompe en dos.

Dioses mayas


Hunab Kú: (Su nombre significa “un solo dios “) Dios Creador. Era el principal dios maya, creador del mundo y de la humanidad a partir del maíz. En relación con esto, Domingo Martínez Paredes en su libro Hunab Ku, Síntesis del pensamiento filosófico maya, nos dice:
“Analizados detenidamente los conceptos éticos y estéticos del pueblo maya, desde las obras materiales hasta las del intelecto, fuimos llegando a conocer —gracias al análisis lingüístico y filológico—, la realidad de la expresión hunab ku, como “dador del movimiento y la medida”, ya que los elementos de que se compone lo revelan así: hun, “único”, “solo”; nab, “medida” y “movimiento” y ku o kub, “dador”.
Hunab Ku (padre y señor de todos los dioses), es considerado el ser absoluto, que jamás fue representado bajo ningún aspecto o concepto, y que sin embargo, estaba presente en todo como dador de la medida y el movimiento.

Itzamná, también llamado Zamná : señor de los cielos, la noche y el día e hijo de Hunab kú. Posiblemente se manifestaba también como Ahau o Kinich kakmó, el dios del sol. Se le representa en los códices como un anciano de mandíbulas sin dientes, carrillos hundidos, nariz aguileña y algunas veces barbado. Se le atribuye la invención de la escritura, del calendario y por tanto, su origen se remonta a los principios de la historia maya.
Kukulkán: representaba al dios viento llamado también serpiente emplumada, traída del Altiplano central por putunes itzáes y toltecas.
Ix Chebel Ya’ax: esposa de Kinich Ahau.
Kinich Ahau: dios Sol, hijo de Itzamná.
Ixchel: diosa de la Luna, las inundaciones, el embarazo, el tejido y esposa de Itzamná. Se presenta como una anciana vaciando un cántaro sobre la tierra o también como una anciana tejiendo con un telar de cintura.
Chaac: dios de la lluvia que se divide en los 4 rumbos cardinales, este (rojo), norte (blanco), oeste (negro) y sur (amarillo). A Chac, dios de la lluvia, se le representa con una nariz parecida a una trompa y dos colmillos enrollados que le salen de la boca y se dirigen hacia abajo. El adorno que lleva en la cabeza, es por lo general una faja anudada, y el jeroglífico de su nombre tiene un ojo que en el códice Tro-Cortesiano, toma decididamente la forma de una “T”. Era el dios de mayor ascendencia popular, al ser por extensión dios de la fertilidad y de la agricultura. Imagen de Chac.
Wakax Yol K’awil o Nal: dios del maíz o de la agricultura (existen versiones alternativas con el nombre de Yum Ka’ax. Señor de los bosques, se presentaba siempre como un joven y algunas veces con una mazorca de maíz en la cabeza o sosteniendo una vasija con tres mazorcas.
Ah Puch, Kisin, Kimilo Hun Ahaw: dios de la muerte. Imagen de Ah Puch.
Yum kaax Dios del Maíz y de la guerra
Xaman Ek: Estrella del norte (probablemente sea la Estrella Polar).
Ixtab: diosa del suicidio, esposa de Kisin.
Ek Chuah: escorpión negro de la guerra, patrono del cacao y los mercaderes.
Ik: dios del viento.
Kakupakat: dios de la guerra.
Hay un dios que preside la guerra, los sacrificios humanos y la muerte violenta. Los dioses principales o más conocidos son, Kukulkán en el Período Posclásico, Chac, Itzamná, Ah Muken Kab (el dios descendente), y trece dioses del mundo superior (Oxlahun Ti K’u) y nueve del inframundo (Bolon Ti K’u).

Concepción del Mundo
Los mayas concebían al cosmos compuesto por 13 cielos, uno sobre otro, siendo la tierra la capa más baja. Sobre cada cielo presidían trece dioses, llamados los Oxlahuntikú. Bajo la tierra había otros nueve cielos, también en capas, sobre los que presidían los Bolontikú. El último de estos cielos era el Mitnal, el infierno maya, reino de Ah Puch, señor de la muerte.

Creían que, antes que el suyo, habían existido otros mundos destruidos todos por el diluvio. El mundo actual era sostenido por cuatro hermanos guardianes llamados Bacabes, localizados en los cuatro puntos cardinales. En el centro del mundo maya se encontraba el Yaxché, o ceiba sagrada, cuyas ramas se elevaban a los cielos y cuyas raíces penetraban en el inframundo.

El calendario maya consiste en tres diferentes cuentas de tiempo, que transcurren simultáneamente:

el calendario sagrado (tzolkin o bucxok, de 260 días)
el civil (haab, de 365 días) y
la cuenta larga.
El calendario maya es cíclico, porque se repite cada 52 años mayas. En la cuenta larga, el tiempo de cómputo comenzó el día 0.0.0.0.0 4 ahau, u 8 cumkú (en notación maya) que equivale al 13 de agosto del 3114 a. C. en el calendario gregoriano[1] y terminará el 21 de diciembre de 2012.

La casta sacerdotal maya, llamada ah kin, era poseedora de conocimientos matemáticos y astronómicos que interpretaba de acuerdo a su cosmovisión religiosa, los años que iniciaban, los venideros y el destino del hombre.

El calendario maya, según algunos estudiosos, aparece ya en culturas más antiguas como la olmeca; para otros, sin embargo, este calendario es propio de la civilización maya. Las similitudes con el calendario mexica, ofrecen evidencia de que en toda Mesoamérica se utilizó el mismo sistema calendárico. Según la Wikipedia en inglés, el calendario maya está basado en los calendarios de culturas anteriores, como la olmeca, y fue creado antes del siglo VI a. C.

El sistema de calendario tzolkin consta de 260 días (kines) y tiene 20 meses combinados con trece numerales (guarismos). El tzolkín se combinaba con el calendario haab de 365 días de 18 meses (uinales) de 20 días (kines) cada uno y cinco días adicionales denominados uayeb, para formar un ciclo sincronizado que dura 52 tunes o haabs o 18.980 kines (días).

La cuenta larga era utilizada para distinguir cuándo ocurrió un evento con respecto a otro evento del tzolkín y haab. El sistema es básicamente vigesimal (base 20), y cada unidad representa un múltiplo de 20, dependiendo de su posición de derecha a izquierda en el número, con la importante excepción de la segunda posición, que representa 18 × 20, o 360 días.

Algunas inscripciones mayas de la cuenta larga están suplementadas por lo que se llama serie lunar, otra forma del calendario que provee información de la fase lunar.

Otra forma de medir los tiempos era medir ciclos solares como equinoccios y solsticios, ciclos venusianos que dan seguimiento a las apariciones y conjunciones de Venus al inicio de la mañana y la noche. Muchos eventos en este ciclo eran considerados adversos y malignos, y ocasionalmente se coordinaban las guerras para que coincidieran con fases de este ciclo.

Los ciclos se relacionan con diferentes dioses y eventos cósmicos. Es así como el quinto sol representa el final del ciclo estelar asociado a la luna y el inicio del periodo conocido como el sexto sol asociado al regreso de Kukulkan.

El sexto sol se define como el momento o era espiritual de la humanidad en el cual un nuevo maestro espiritual emerge. Este maestro se define a si mismo como la encarnación o renacimiento del legendario Quetzalcóatl.

Kukulcán es el nombre Maya de Quetzalcóatl, personaje importante en el Período Posclásico de los mayas, en el libro sagrado Popol Vuh se le conoce como “GUKUMATZ” . Aquí lo vemos en un dibujo de un bajorrelieve de Yaxchilán.Para la tradición maya y azteca posterior a la conquista española este momento se relaciona con la liberación de estos pueblos de su dominador extranjero y el renacer de las antiguas tradiciones y cultos que también se relacionan con la aparición del maestro Kukulcan o nuevo maestro.

Según la tradición de los códices mayas y las creencias modernas neotoltecas este periodo será el de mayor perfección espiritual de la raza humana.

Cuenta el Popol-Vuh que la humanidad ha sido creada y destruida cuatro veces. Dice el libro sagrado de los mayas que los humanos vivimos en el quinto sol. El de los hombres de Maíz. El calendario maya ha sido motivo de admiración y especulación de toda clase. El calendario Gregoriano -que nos rige actualmente- es un calendario solar que calcula el tiempo transcurrido entre dos pasos sucesivos del Sol por el equinoccio medio. En otras palabras, tiempo de Primavera a Primavera por ejemplo. Como todos sabemos, este ciclo dura 365 d 5 h 48 m 45.25 s. Este calendario nos permite saber, con cierta “precisión”, eventos astronómicos, que rigen, entre otras cosas, fechas tan importantes como son las de siembra y cosecha, por ejemplo. En contraste, el calendario maya es una trilogía de calendarios: 3 calendarios en uno, tres diferentes cuentas de tiempo que transcurren simultáneamente. Así pues, los mayas se valían de tres calendarios para este propósito, que a grandes rasgos son:

El Sagrado o Tzolkin de 260 días. El Civil o Haab de 365 días. La Cuenta Larga de 144.000 días.



Según algunas creencias New Age el año 2012 estaría destinado a ser un gran año de transformación. Existe desacuerdo entre los creyentes sobre si en el año 2012 tendrá lugar el fin de la civilización, o si en cambio la humanidad se elevará a un nivel superior. No hay evidencia científica de ningún tipo que soporte estas creencias. Numerosas fuentes esotéricas interpretan la finalización del décimotercer ciclo B’ak’tun en la cuenta larga del calendario maya (que ocurre el 21 de diciembre según la correlación más confiable) como indicación de que tendrá lugar un cambio importante en el orden mundial.

Varios autores han publicado libros en los que proclaman que en el año 2012 ocurrirá un gran evento que transformará al mundo:

En el libro El código secreto de la Biblia publicado en 1997, Michael Drosnin afirma que de acuerdo a ciertos algoritmos del código secreto de la Biblia, un asteroide o un cometa chocarán contra la Tierra.
En el libro 2012: The Return of Quetzalcóatl publicado en el 2006, Daniel Pinchbeck discute varias teorías de un despertar mundial a una “conexión psíquica” que ocurriría en el año 2012, creándose una noosfera.
En el libro Expediente J publicado en el año 2008, M. G. Harris afirma que se producirá una conjunción astral a nivel galáctico que provocará la destrucción de todos los aparatos eléctricos del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario