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domingo, 3 de abril de 2011

94% de certeza que se cumplan profecias mayas del 2012 y nos vayamos todos a la mierda

Toda Profecía Esotérica tiene algo de Verdad

Esoterismo - Artículos

Continuación de La Clave Metafísica del mal



Se ha dicho que existen abundantes pruebas erráticas que confirman la existencia de una o varias civilizaciones antiguas con un alto grado de desarrollo científico y tecnológico, y es claro que no son ajenas a la civilización conocida como atlante que se remonta al pasado antediluviano.

Ya hemos establecido que existe un paralelismo muy estrecho entre las construcciones piramidales de América y Europa, particularmente las situadas en el Valle de Gizeh, en Egipto. Pero no se trata solamente de hablar de piedras o artefactos que denotan un gran desarrollo tecnológico, sino su función geodésica, ligada a la ubicación de las estrellas en el firmamento, vinculando a la tierra y al mismo hombre a un proceso de evolución y de “perfección” en el devenir cósmico, según este saber esotérico u oculto.

Pero toda vez que este tema es difícil y con el propósito de que nadie se confunda, debemos orientar nuestra primera mirada a Dios, a Cristo, pues Él es el centro de la creación, el Primogénito de todas las criaturas; pues por Él y para Él fueron creadas todas las cosas, tal y como lo confirma Juan en el evangelio:

“En el principio existía la Palabra

y la Palabra estaba con Dios,

y la Palabra era Dios.

Ella estaba en el principio con Dios.

Todo se hizo por ella

y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.

Evangelio según San Juan Capítulo 1, 1 y ss

La Primacía de Cristo sobre Todo y sobre Todos (incluyendo a todos los seres invisibles)

“Él es imagen de Dios invisible,

Primogénito de toda la creación,

porque en Él fueron creadas todas las cosas,

en los cielos y en la tierra,

las visibles y las invisibles,

los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades:

todo fue creado por Él y para Él,

Él existe con anterioridad a todo,

y todo tiene en Él su consistencia.

I Epístola de San Pablo a los Colosenses Capítulo 1, 15 y ss

Ahora bien, podemos entonces decir que el conocimiento esotérico de grandes pueblos y culturas es prácticamente el mismo. De acuerdo con estas ideas de índole ocultista, “formamos parte de una gran constelación galáctica y estamos en un proceso de evolución energética y de luz que pronto alcanzará su clímax, revelando al verdadero ser divino que hay en nuestro interior, y que nos llevará a conocer la verdad que ha estado oculta desde el principio de los tiempos, desde que el hombre fue creado. Los mayas y otras muchísimas fuentes esotéricas anuncian que este proceso alcanzará su vértice alrededor el 23 de diciembre de 2012”.

Pero todo ello es un engaño.

Engaño Sobre Engaño

Existe una creencia muy generalizada en el culto esotérico de que una raza venida del exterior, alienígenas, fueron los causantes de la manipulación genética en el hombre. Dioses venidos del espacio crearon al hombre a partir de unos seres híbridos, tal es la explicación de Zecharia Sitchin en su libro El Duodécimo Planeta según una interpretación de la mitología sumeria y descrito en la Estela de Naramsin. En la misma línea están las teorías de Erich Von Daniken; la secta de los raelianos (1976) y la llamada Misión Rama (1974); y en menor medida Los UMMO y Urantia.

En esta misma línea de intervención estarían también los Objetos Voladores No Identificados, por sus siglas OVNI, identificados así desde 1947, en inglés, UFO Unidentified Flying Object. De acuerdo con el Servicio de Información de las Fuerzas Aéreas, con el encargo del gobierno norteamericano de estudiar 2,773 casos, descartando aviones de reacción, globos sonda, meteoritos, fenómenos de refacción, alucinaciones, habían quedado sin explicar el 26.49%. Entonces ¿que explicación hay detrás de estos fenómenos? Más aún, el caso tomó otra dimensión a partir de que se acrecentó el avistamiento de estos objetos, particularmente el caso de Roswell, ocurrido en Nuevo México en julio de 1947, donde se encontraron los restos de una nave colisionada. De este caso existe información seria proporcionada por el Teniente Coronel Philip J. Corso, miembro del Consejo Nacional de Seguridad durante el gobierno del presidente Einsenhower, encargado de la tecnología extraterrestre entre 1961-1963 en el Pentágono, quien bajo la dirección del general Arturo Trudeau, revela en su libro “Un día después de Roswell”, que fue encargado de estudiar el expediente Roswell y de elaborar y diseñar un programa para utilizar los recursos del ovni que fue recuperado. Él afirma que surgieron importantes desarrollos estratégicos tales como la fibra óptica, el chip (circuito integrado de computadoras), los aparatos de visión nocturna, el láser, aleaciones metálicas con elemento molecular, circuitos integrados y microprocesadores; generadores atómicos portátiles, sistemas electromagnéticos de propulsión, aviones tipo Stealth (innovación de defensa e invisibilidad de parte de radares enemigos), entre otros.

Steven Spielberg produjo la serie Taken donde abordó el caso Roswell. Los avistamientos pues han aumentado y con formaciones verdaderamente sorprendentes. Por ejemplo, pocos días antes del Huracán Katrina, cerca de Pensacola, Florida se vio una serie de 7 objetos en forma de cruz. Uno de los países que más avistamientos tiene es México.

Sea lo que fuere, este fenómeno real es parte de la confusión del Final de los Tiempos y tendrá su mayor cobertura precisamente con el Reinado del Anticristo. Es parte del “poder engañoso que Dios permitirá” en este tiempo para “que sean condenados aquellos que no creyendo en la verdad se complacen en la iniquidad” (II Tes 2, 11-12). Serán y son ya parte de ese cúmulo de señales, “milagros”, prodigios engañosos que seducirán a los hombres en este tiempo. Satanás está detrás de este engaño, pero no son solamente ángeles caídos los que están sentados en la cabina de mando, sino que son seres que conforman parte del gran engaño y que ya trabajan para cimentar el advenimiento del Anticristo, pues ha llegado la hora final, la última hora, la que verá el mayor y más tenebroso ataque del poder de las tinieblas sobre la humanidad.

Dicho en otras palabras, como parte del engaño del Demonio se ha pretendido hacer creer, basado en lo que se lee en Génesis 6 de la “unión de los hijos de Dios y de las hijas de los hombres”, que esto no fue sino una intervención de seres alienígenas que manipularon la genética humana, y que los “seres del espacio” son en realidad los creadores de los hombres, quienes están atentos de nosotros en este momento decisivo de la historia para que logremos, con su ayuda cósmica, dar un paso importante en nuestro proceso de evolución personal hacia un nivel de conciencia más perfecto.

Esta teoría que parece absurda y descabellada, y que de hecho lo es, no obstante, tiene algo de verdad. Sí hubo una manipulación de la vida del hombre en la tierra, pero no vino de fuera sino del mismo hombre, haciendo mal uso de su libertad, instigado por el Demonio. Pero esta historia aquí no termina. El plan de Satanás dará su golpe maestro en breve tiempo, cuando aparezca el Anticristo. Y ahí se “descubrirá” un doble engaño. El primero será el momento cumbre en que estos objetos se presentarán ciertamente ante los hombres, como parte del espectáculo del Anticristo, quienes les descubrirán al mundo la “verdad” del origen del hombre y su historia verdadera. Sus credenciales serán ni más ni menos distintos descubrimientos que confirmarán sus raíces atlantes, esotéricas y ocultas. Jesús quedará prácticamente ignorado y “superado”, pues fue sólo un Maestro para su tiempo. Ahora estará entre los hombres el “nuevo Cristo”, que liberará las fuerzas escondidas que el hombre posee en estado latente en su interior, y lo llevará a la “inmortalidad” y a la “divinidad”, que por otro lado hacen alusión el libro del Génesis tocante a los árboles del Conocimiento del Bien y del Mal y el de la Vida.

El segundo engaño, es que todo esto es obra de Satanás y los engañados serán los mismos hombres, es decir, “toda tribu, pueblo, lengua y nación que habrán adorado a la bestia, quien recibió a su vez del mismísimo Dragón todo su poder y autoridad”.

Las Profecías ocultas también lo Anuncian

Desde el principio el Diablo ha preparado su hora, la de su triunfo, que será por breve tiempo, “cuarenta y dos meses” (Apoc 13,5). No ha dejado nada al azar. Todo el esoterismo se unirá para recibir a la encarnación del mal, al mismo demonio hecho hombre, a aquél a quien “el Dragón le dará todo su poder, su trono y su autoridad” (Apoc 13, 2), para que Satanás, por medio de su lacayo, establezca su reinado en la tierra. La humanidad ha sido engañada y creyendo esperar al Salvador recibirá al mismo Demonio y a él le rendirá honores y a él se sujetará.

El reinado del Anticristo será desde luego un engaño por cuanto que le dará a la humanidad tres cosas que en ese tiempo serán escasas y por ende apreciadísimas por los habitantes de la tierra: paz, orden y abundancia (económica y alimenticia para todos). Pero más allá de ello, se establecerá un culto nefando, diabólico, ocultista, donde se le “llevará” al hombre a la conquista de dos preciados dones: la inmortalidad y la divinidad. Todo esto se practicó en el pasado en algunas culturas y asimismo se dejó listo el escenario para culminarlo ahora.

Son múltiples las culturas que se funden en un mismo conocimiento esotérico y que enarbolan la llamada filosofía perenne del ocultismo, y que de alguna forma difunden y utilizan las diversas enseñanzas esotéricas, expresadas de diversa manera en lugares tan distantes geográficamente como China, India, Oriente Medio, Grecia, Roma y el llamado Nuevo Mundo. En este saber se mezcla la cábala, la alquimia, la astrología, la filosofía hermética, etc. lo que viene a demostrar que todo conocimiento oculto viene de una misma fuente. La filosofía perenne ha aparecido y desaparecido bajo diferentes aspectos y expresada de incontables formas a lo largo de los tiempos. Paradójicamente muchos de los símbolos esotéricos contenidos dentro del gran saber hermético han sido retomados y utilizados desde muy antiguo por la Masonería, entre otros, por ejemplo, el Ojo de Horus dentro de la pirámide.

Profecía del Calendario Azteca

Según Alexander Von Humboldt, los aztecas tenían conocimientos avanzados de astronomía y debieron tener un sistema bastante complejo de matemáticas. Asimismo, confirmó que muchos de los símbolos usados por los aztecas para denotar sus meses de 18 días eran los mismos que se usaban en Asia Oriental (A. Gilbert. Profecías Mayas. Grijalbo p.26).

El sacerdote Carlos de Sigüenza y Góngora, como matemático y astrónomo, decía que con el Calendario Azteca los sacerdotes habían sido capaces de llevar una cronología precisa a lo largo de periodos muy prolongados. Al parecer estaba basado en ciclos de 52 y 104 años, pero también registraban solsticios, equinoccios y los movimientos del Planeta Venus. Pudo así localizar las fechas de los aztecas incluyendo el comienzo de su imperio y la fundación de Tenochtitlán. También concluyó que antes del dominio de los legendarios toltecas había existido otra raza, los olmecas, quienes habían llegado de la isla mítica de la Atlántida y que era la raza responsable de la construcción de las pirámides de Teotihuacan. De la misma opinión fue el napolitano Giovanni Careri autor del libro Giro del Mundo (ídem p.27).

Más recientemente, Geoff Stray ha estudiado con detenimiento el Calendario Azteca y concluye en su Beyond 2012: ¿Catastrophe or Ecstasy? que dicha piedra es un reloj que marca el fin del presente sol con la fecha del 21 de Diciembre del 2012.

Dicho de otra manera, todo este saber esotérico va encaminado a:

1. Preparar al hombre a un salto cualitativo en su proceso de evolución;

2. A iniciar un nuevo tiempo para toda la humanidad;

3. Hacer coincidir este inicio con el fin de una Era en la Historia, donde descubriremos el verdadero origen de nuestro ser y nuestra estrecha vinculación con el cosmos;

4. En este proyecto el hombre alcanzará a manifestar su ser divino; y,

5. La Humanidad podrá lograr este propósito guiado de la mano de un nuevo Quetzalcóatl.

Las Profecías Mayas

La Cuenta Larga

Uno de los logros únicos de los mayas fue su capacidad para manejar su calendario. En la actualidad, occidente usa el Calendario Gregoriano y todas nuestras fechas parten de un acontecimiento concreto, el nacimiento de Cristo, en el año teórico 0 d. C. En Mesoamérica, antes de la llegada de los españoles el calendario cristiano era desconocido. Para ellos el comienzo del calendario no era el nacimiento de Cristo, sino otro distinto, que se remontaba muy atrás en la antigüedad, el nacimiento de Venus.

Sus principales tratados de astronomía y adivinación se encuentran en el Códice Dresde (códice es un volumen manuscrito confeccionado en hojas dobladas como un biombo, en general de papel amate). Este códice fue realizado entre los siglos XI y XIII.

Con objeto de conocer las distintas profecías ligadas a ciertas fechas, brevísimamente explicaremos la forma en que los mayas registraban el tiempo. Así como usaban el Tzolkin de 260 días (el tiempo de gestación de un bebé), el año impreciso de 365 días y el Ciclo Calendárico de 52 años, los mayas contaban y agregaban días individuales. Con una pequeña variación usaban un sistema vigesimal o de base 20 para hacer esto, contando en unidades llamadas uinales, tunes, katunes, baktunes, y así sucesivamente.

El sistema entero funcionaba así:

20 kines (días) es igual a 1 uinal (“mes” de 20 días)

18 uinales es igual a 1 tun (“año” de 360 días)

20 tunes es igual a 1 katun (7,200 días)

20 katunes es igual a 1 baktun (144,000 días)

La fecha que indica el fin del último Gran Ciclo y el comienzo del presente corresponden a la fecha gregoriana del 13 de agosto de 3114 a. C. Como se calculó que un gran ciclo duraba 13 baktunes – es decir, 1’872,000 días – luego entonces el fin de la era presente será el 22 de diciembre del 2012.

Profecía del Fin de los Tiempos Maya

Existe una profecía de los mayas que establece que a partir del año 1992 comenzará un tiempo de 20 años para realizar los cambios hacia otro nivel de conciencia. Como se ve, estamos en este tiempo y habrá de terminar, como hemos dicho, el 22 de diciembre de 2012, aunque algunos lo ubican, y con razón por la misma imprecisión que surge de la transferencia del calendario maya al gregoriano, para el año 2013.

Hay quienes piensan que esa fecha indica el final de este mundo como se conoce, lo cual es un error. Más adelante precisaremos su significado.

Esta profecía también dice que a partir del año ’92 ha comenzado una época de oscuridad más marcada y que debemos prepararnos al llamado gran cambio evolutivo, que nos impulsará hacia una nueva etapa de crecimiento. El Libro de los Libros del Chilam Balam también hace la siguiente predicción: “Recibid a vuestros huéspedes que tienen barba y son de las tierras del oriente, conductores de la señal de Dios” (Edición de Miguel Rivera. Fondo de Cultura Económica. México 1995). ¿Quienes son estos seres que nos conducirán hacia ese gran cambio evolutivo?

El Quinto Sol

La cosmogonía maya sostenía que habían pasado cuatro edades hasta la época actual, cada una de las cuales había terminado de manera abrupta. Hemos dicho, que la primera de estas etapas habría sido la Atlántida, cuyo conocimiento, después de su desaparición, habría sido depositado en Egipto y en el Golfo de México. Ahora nos encontramos en el quinto y último ciclo, completando los 25,625 años que dura toda la jornada cósmica. Esta cantidad entre cinco eras o soles nos da 5,125 años, que es la que va precisamente del 3114 a. C. al 2012 de nuestra era.

En el Códice Dresde los mayas dejaron registrado que cada 1’872,000 kines (días) es decir, 5,125 años gregorianos, el sol sufre fuertes alteraciones, con erupciones de viento solar y manchas enormes, señal que estamos a la puerta de un gran cambio.

Esta profecía dice que estamos saliendo de la gran noche cósmica para entrar a una nueva mañana. En otras palabras, “al final de los 5,125 años (que será el año 2012 – 2013) el sol central de la galaxia emitirá un potentísimo rayo de luz que sincroniza todos los planetas, iluminando el universo”. Se dice que es un momento evolutivo sin precedentes. Es una energía que aumenta y acelera toda la vibración del universo. Que muchos comprenderán que hay un escalón a subir, una gran oportunidad para evolucionar y regenerarnos espiritualmente.

Ya diremos nuestra opinión sobre este evento que tiene, como toda profecía esotérica, un fondo de verdad, pero que tenemos que ubicarla en su justa dimensión de la Verdad Absoluta. Lo mismo sucede respecto a la coincidencia de eventos naturales, solares y cósmicos que hacen que la tierra tenga que pasar una “purificación de su energía” según dicen las profecías mayas. Pero recordemos también lo que dice san Pablo en cuanto que la “tierra gime dolores de parto y espera ser liberada de la servidumbre de la corrupción,” (Rm 8, 20-21), suceso que está ligado a la Parusía del Señor en Su Segunda Venida y al triunfo de Su Reino.

Profecía del Día Oscuro

En el Códice Dresde se hacía referencia al eclipse total que ocurriría el 11 de julio de 1991. Una jornada que en México convirtió el día en noche. Paradójicamente este hecho coincidió con varios avistamientos de objetos voladores no identificados en varias zonas de la Ciudad capital, así como en Puebla (120 Km) y el Volcán Popocatépetl (60 Km). Luego volveremos a este punto.

Según el Códice, el suceso estelar anunciaría el comienzo de una etapa de conexión de la humanidad con la sabiduría cósmica, “en forma de encuentros con los maestros venidos de las estrellas”, como si estos objetos estuvieran ligados a dicha sabiduría (más adelante explicaremos el interesantísimo fenómeno de los agrogramas en Inglaterra, ligados con algunas profecías mayas). Asimismo, no deja de llamar la atención que dicho eclipse ocurriera exactamente 666 años después de la fundación de Tenochtitlán (a.1325), sobre cuyas ruinas se construyó la Ciudad de México.

Las Llamadas Siete Profecías

Existen otras profecías que se han clasificados en siete vaticinios, y que medularmente dicen lo siguiente:

· Que nuestro mundo entrará a una serie de grandes cambios, marcando el año 2012 como el fin del gran ciclo de 5,125 años iniciado en el 3113 a. C. En ese tiempo el Sistema Solar recibirá el famoso rayo sincronizador del centro de la galaxia que pondrá fin al materialismo. Antes de esa fecha, la humanidad deberá decidir entre desaparecer o evolucionar hacia una nueva era con el universo.

· Que en el periodo de 1992 al 2012 entraremos a un tiempo del no tiempo y que nuestra raza entrará al “Gran Salón de los Espejos”, en el que nos enfrentaremos a nosotros mismos. Se trata de una importante oportunidad de transmutación espiritual.

· Que una ola de calor aumentará en el planeta y que traerá varios cambios climáticos y sociales de importancia; entre ellos, el posible derretimiento de los polos.

· Que los sistemas de organización de nuestra sociedad sufrirán un caos. Los medios informáticos colapsarán. Los sistemas religiosos también entrarán en crisis, surgiendo un solo camino espiritual para toda la humanidad, dejando de lado a “los dioses que infunden temor”.

· Que el inicio de una nueva era se conformará en un Nuevo Gobierno Mundial armónico con los seres más sabios y evolucionados del planeta, por lo que se diluirá el concepto de nacionalidad. Esto nos llevará a una verdadera evolución espiritual de paz y armonía.

En coincidencia con la pirámide de fuego de los aztecas, la transmutación espiritual que facilitará el paso hacia una evolución superior vendrá por medio de un nuevo orden armónico encabezado por los seres más sabios y evolucionados del planeta. ¿Quiénes son estos seres? Y según el Códice Dresde, hemos comenzado una etapa de conexión de la humanidad con la sabiduría cósmica, con nuestros hermanos mayores venidos de las estrellas. ¿Quiénes son estos hermanos del cosmos?

Es importante no perder de vista que este conocimiento viene de una fuente común y que su origen se pierde en la bruma del Tiempo Primero del que hablaban los egipcios.

El Misterio del Antiguo Egipto y las Tradiciones Masónicas

Según los últimos estudios realizados por Robert Bauval, coautor de los libros El Misterio de Orión, El Guardián del Génesis y autor de La Cámara Secreta; así como la investigación hecha por Adrian Gilbert en sus libros Las Profecías Mayas y La Profecía de Orión; y la no menos importante obra de Graham Hancock, La Huella de los Dioses; con los resultados de los estudios científicos de Robert Schoch y John Anthony West, por citar los más representativos, no queda duda de que detrás de la Pirámide de Gizeh, el monumento más grande, más alto y más sagrado, y a la vez más antiguo de este planeta, se esconde un profundo secreto que contiene la más alta iniciación del antiguo Egipto, y que está estrechamente relacionada con las antiguas tradiciones masónicas.

La cuna de las tres pirámides y la Gran Esfinge de Gizeh personifica los misterios de nuestro pasado remoto. Pero al mismo tiempo, simboliza esas ansias universales y una expectación de tiempos inmemoriales por que un día habrá un gran descubrimiento que cambiará totalmente la percepción de quiénes somos y hacia dónde vamos. Se dice que la Gran Pirámide y toda la Necrópolis de Gizeh tienen la energía de iniciación necesaria como para causar a una escala masiva un poderoso y trascendental cambio de pensamiento.

Por eso, existe suficiente información como para establecer el vínculo estrecho que hay entre la antigua sabiduría egipcia plasmada en las pirámides, y los distintos rituales masónicos. Queda claro que hay un puente de influencia especialmente de sello ocultista. El proyecto de establecer un Nuevo Orden Mundial está dentro de los planes muy antiguos de la Masonería Invisible, la de más alto nivel de iniciación. El símbolo de la pirámide, las grandes construcciones; el ave fénix, la estrella Sirio, el ojo que todo lo ve, y otros muchos signos apuntan a un resurgimiento de la Atlántida para nuestro tiempo, no sólo en un sentido simbólico sino real. No son pocas las profecías que anuncian el descubrimiento de ese saber oculto y esotérico que supuestamente revelará a la humanidad el origen de nuestra Historia y de la civilización humana.

Bajo estas consideraciones resulta innegable pues la vinculación de los altos ritos masónicos con el esoterismo de la Gran Pirámide, que los liga misteriosamente a sus constructores, porque a final de cuentas, eso es precisamente a lo que se refiere la masonería, la construcción de una “nueva humanidad” encabezada por un maestro masón, bajo el “gran arquitecto del universo”, el “gran geómetra”. Por eso, en la francmasonería, normalmente el triángulo brillante contiene la letra “G” que denota tanto al “gran arquitecto” como a la creencia de que en la geometría se encuentra la raíz del conocimiento y de la arquitectura sagrada. Es decir, por debajo del simbolismo iniciático masónico subyace un profundo conocimiento de los cuerpos cósmicos, que son el tema de la astrología y que fueron dominados absolutamente por los antepasados atlantes y sus descendientes. Por eso, no se puede aceptar la idea ortodoxa de que las Pirámides de Gizeh fueron construidas para servir de tumbas a los faraones, sino que fueron diseñadas de forma deliberada para servir a un poderoso proceso de iniciación, y cuyo principal misterio aún está por descubrirse.

La Pirámide, Escuela de Iniciación Masónica

Hemos constatado cómo la constante en las grandes construcciones del pasado ha sido la pirámide. Como es de conocimiento para muchos iniciados, la pirámide es el más claro símbolo de la masonería. Los antiguos egipcios creían que la pirámide de Gizeh era el sepulcro del dios Hermes, también conocido como Thot, quien es la personificación de la sabiduría universal. Ahora bien, en la pirámide no se han encontrado los rastros de la última piedra. No obstante, una plataforma plana de 30 pies cuadrados en su parte superior no indica que esta parte de la estructura jamás vaya a ser terminada. De acuerdo con Manly Hall, uno de los principales autores masónicos, probablemente el “más alto filósofo de la Masonería”, ha dicho que la pirámide se construyó de esta manera pues estará completa sólo cuando un maestro masón se pare en la cima. En el libro Las Llaves Perdidas de la Masonería de Hall, aparece un dibujo donde un maestro masón está parado sobre una pirámide sin punta realizando rituales masónicos. Hall comenta sobre este simbolismo: “El maestro masón se convierte en la punta del templo universal. Él se para solo en el pináculo del templo. Una piedra debe aún colocarse, pero no la puede hallar. En algún lugar permanece oculta. Entonces en oración se arrodilla pidiendo a los poderes que le ayuden en su búsqueda y la luz del sol brilla sobre él y lo baña con un esplendor celestial. De repente una voz habla desde los cielos diciendo: “El templo está completo y mi fiel maestro se encuentra en la piedra faltante” (Richmond, P. 66 Citado por Ted Flynn ob cit P.129).

El símbolo de la pirámide tiene sus raíces en la historia antigua de la Atlántida, corroborando así las distintas teorías que convergen en el Valle del Nilo como uno de los lugares a los que llegaron los sobrevivientes de la isla-continente. Las sociedades secretas creen que en la Atlántida había una gran universidad donde se originaron la mayoría de las artes y ciencias. La estructura que albergaba esta universidad era una inmensa pirámide con muchas galerías y corredores, con un observatorio para el estudio de las estrellas en su inmensa cúpula: este templo para las ciencias de la antigua Atlántida está simbolizado en el escudo de la nueva Atlántida, la representada por la potencia actual de los Estados Unidos.

En efecto, la pequeña pirámide que aparece encima de su base y en cuyo centro aparece el relieve del mítico “ojo de Horus”, es el símbolo del Gran Sello de los Estados Unidos, que se encuentra en el reverso del billete de un dólar, y que ha sido portado por miles de logias masónicas. El ojo que todo lo ve es un símbolo egipcio que representa la omnisciencia de Horus, el Sol. El objetivo que se ponía ante los ojos del neófito egipcio era la iluminación, es decir, la conducción a la “luz”. La religión de Egipto era la religión de la “luz”. Ya conocemos la vinculación de un creador del satanismo moderno, Crowley, precisamente con el dios Horus. Según el testimonio publicado por el ex satanista, William Schnoebelen, “en la mitología egipcia Horus equivale a quien hoy llamamos Lucifer.” (Masonry: beyond the Light p. 197, en López P. El Nuevo Orden Mundial p. 69) El carácter satánico del conocidísimo símbolo ocular masónico se agrava porque habitualmente suele representarse inscrito en un triángulo o unido a una pirámide.

Se ha dicho, que cuando el piramidión o pequeño triángulo se una con la base del resto de la pirámide, el mundo entrará en una nueva era espiritual o en un Nuevo Orden Mundial que será encabezado por un maestro masón, coincidiendo con el texto de Manly Hall del “maestro masón que se convierte en la punta del templo universal”. Más aún, otros han profetizado que este acontecimiento coincidirá con la “Segunda Venida de Cristo” a la tierra. Sin embargo, para la Sagrada Escritura, la venida de Cristo estará precedida por el Anticristo, por lo que se colige que el mentado maestro masón parado sobre el vértice de la pirámide que dará inicio a una nueva Era, no es otro que el Anticristo.

El reverso del Gran Sello incluye también dos leyendas, una en su parte superior, circundando el triángulo o piramidión que dice Annuit Coeptis. Y otra en su parte inferior que circunda la base de la pirámide mayor que dice Novus Ordo Seclorum. La leyenda Annuit Coeptis se traduce como “(él) ha favorecido nuestra empresa”, refiriéndose al ojo encerrado en el triángulo. La frase Novus Ordo Seclorum – que en realidad debiera decir Saeclorum – su traducción latina sería el “nuevo orden de los siglos” o el “nuevo orden de las eras”. En la simbología masónica la leyenda en cuestión se refiere en realidad a la Nueva Era de Acuario que sucederá a la Era de Piscis, y que prácticamente está a las puertas; el año 2012 sería el apropiado de acuerdo a las profecías esotéricas.

Como el Nuevo Orden Mundial aún no se ha completado, luego entonces el piramidión aún está separado del resto de la pirámide. Sin embargo, una vez que el Nuevo Orden se construya y el Gobierno Mundial se concrete, la cima se juntará al resto de la pirámide y simbolizará la consumación de la tarea.

Un Ritual Inconcluso

No obstante lo anterior, llama la atención que para el 31 de diciembre de 1999, poco antes del inicio del nuevo milenio, se había preparado una ceremonia de luces y sonido para acompañar al acto de un ritual por virtud del cual un piramidión de oro de 8 metros de altura (lo que equivale a una casa de dos pisos), construido especialmente para tal efecto, iba a ser colocado sobre la cúspide de la Gran Pirámide de Gizeh, al tiempo que la estrella Sirio cruzaría el meridiano, y como si fuera por arte de magia, se alinearía con el eje de la pirámide. De acuerdo al conocimiento esotérico de la antigüedad, la energía y el espíritu de la estrella Sirio, junto con todas las poderosas connotaciones simbólicas de que está cargada, fluirían dentro del piramidión dorado, creando posiblemente el talismán más poderoso para la Nueva Era.

Esto adquiere mayor relevancia por el hecho de que la estrella de cinco puntas fue modelada por los masones para emular a la estrella de cinco puntas de los antiguos egipcios y, más en concreto, a la estrella Sirio, cuyo símbolo jeroglífico consiste precisamente en una estrella de cinco puntas y el piramidión de un obelisco o pirámide. La conexión entre la estrella Sirio y el apéndice dorado de un obelisco o pirámide surge dentro del simbolismo de los masones y también de su tradición astrológica. Como hemos dicho anteriormente, este ritual se refiere al “alzamiento” del maestro masón, el último nivel de iniciación en el arte de la francmasonería.

El Ave Fénix y el Renacimiento de la Antigua Sabiduría

Finalmente, el símbolo del fénix estuvo asociado con el dios sol de los egipcios, Ra, así como con Osiris. Para los masones el fénix es la insignia del llamado grado 18, uno de los títulos masones más importantes. El 18º grado de los rosacruces en la francmasonería está cargado del misticismo cristiano basado en la muerte, sacrificio y resurrección de Cristo. Resurgir de las cenizas del fuego del sacrificio del mítico fénix es un símbolo poderoso de resurrección asociado a Jesucristo, y también se ha asociado a Juan Evangelista. Pero también, el fénix es símbolo del renacimiento de la sabiduría, como un renacimiento del hombre a una nueva religión, una religión donde la sabiduría y la razón se convierten en dioses. O sea, es el anuncio del resurgimiento de una civilización que será construida sobre sus cenizas, en este caso, simboliza a la Atlántida que renace en la civilización actual. Nueva Atlántida que ciertamente esta muy próxima a correr la misma suerte que la primera.

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