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jueves, 14 de abril de 2011

Los antiguos mayas y los alucinógenos

Los antiguos mayas y los alucinógenos

Por: Juan José Morales.

Un aspecto poco conocido de la vida de los antiguos mayas que cobra actualidad en esta época en que se habla de la despenalización del consumo de drogas, es que -al igual que otros pueblos prehispánicos- utilizaron ampliamente una diversidad de alucinógenos.

Y ahora, han surgido grupos que interpretan las sandeces sobre el fin del mundo en 2012 como el inicio de una nueva era espiritual y proponen retomar aquellas prácticas de consumo de sustancias psicoactivas.
Principalmente, para provocarse estados alterados de conciencia, los mayas empleaban compuestos extraídos de plantas comunes y abundantes como la llamada flor de agua y ciertas orquídeas, pero también -según indican algunas investigaciones-, recurrían a narcóticos de origen animal, como uno obtenido de la piel de sapos de la especie Bufo marinus. Este animal aparece en numerosas representaciones -por ejemplo, en el Códice de Dresde- asociado con Chaac, el dios de la lluvia, una de las principales deidades mayas, de quien tiene el papel de mensajero y huésped. Esa relación se explicó durante mucho tiempo por el hecho de que los sapos son animales acuáticos y se les consideraba heraldos o mensajeros que con su croar anunciaban la llegada de las lluvias. Pero, según estudios recientes, tenían un papel ceremonial ya que segregan a través de la piel cierta sustancia llamada indolina bufotenina, que contiene potentes alcaloides capaces de provocar estados de trance, visiones y alu!
cinaciones.
Otra evidencia acerca del uso de sustancias psicoactivas entre los mayas la constituyen las inscripciones halladas en el interior de algunos templos, como el llamado Templo VI de Tikal, que según los investigadores parecen ser el resultado de visiones experimentadas por quienes en esos lugares utilizaron alucinógenos. Incluso, algunos arqueólogos opinan que ciertos edificios, a los que se llamaba waybil -término que puede traducirse como "casa de trance"- estaban específicamente destinados a la práctica de ceremonias que incluían el consumo de narcóticos, aunque se desconoce en qué forma se utilizaban.
Se sabe, sin embargo, que una de las maneras más usuales para aplicarse los alucinógenos -y también bebidas alcohólicas y medicamentos-, era mediante enemas. Es decir, la introducción de líquidos en la parte final del tracto digestivo a través del ano y el recto, zonas del cuerpo en las cuales las mucosas intestinales permiten una rápida y eficiente absorción de cualquier sustancia química.
El consumo de alucinógenos entre los mayas, sin embargo, no era ilegal y clandestino, como lo es ahora. Se realizaba en el ambiente doméstico y familiar, durante celebraciones, festividades o actividades religiosas hogareñas. Tampoco, hasta donde se sabe, formaba parte de las grandes ceremonias religiosas, sino que era un asunto de familias o grupos de amigos y tenía cierto carácter festivo. Ello probablemente explica porqué las escenas que lo muestran aparecen casi exclusivamente en vasijas y otros objetos de uso doméstico. Muy rara vez se ven en estelas o monumentos públicos, salvo casos excepcionales, como una serie de 14 tableros con bajorrelieves hallados en las cercanías de Uxmal, en que se representan con gran detalle la aplicación de enemas, el manejo de alcohol, el consumo de cigarros y escenas de baile.
El uso de sustancias psicoactivas, por otro lado, no perseguía la simple satisfacción personal ni era resultado de una adicción, sino que tenía un significado religioso. La intoxicación ceremonial probablemente llevaba a un estado liminal, o sea aquel en que se desvanece la distinción entre lo real y lo imaginario, de manera que el individuo sentía que entraba en contacto con dioses o seres sobrenaturales, y es probable que tuviera como finalidad favorecer la fertilidad y propiciar las lluvias.
Todavía falta mucho por investigar en este terreno, pues se trata de un campo de estudio bastante reciente, pero cada vez queda más claro que los antiguos mayas tenían amplios y profundos conocimientos de las propiedades alucinógenas de muchas plantas y que las utilizaban con propósitos rituales en sus ceremonias de adivinación y para entrar en contacto con los dioses.

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