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jueves, 26 de mayo de 2011

¿Qué pasará en el 2012? maya

¿Qué pasará en el 2012?

Las casandras del catastrofismo planetario insisten en afirmar que el mundo llegará a su final el 21 de diciembre de 2012. ¿Qué es lo que predicen los mayas y qué es lo que podría suceder?

El calendario maya registra como último día de su existencia el 21 de diciembre de 2012, pero no dice que esa fecha será el final del mundo, sólo da a entender que se cierra un ciclo.

En efecto, los 21 de diciembre marcan para el Hemisferio Norte, el momento en el cual el Sol alcanza su punto más bajo sobre el horizonte. Marcan también el inicio de un nuevo comienzo, ya que, al igual que los mayas, uno espera que el Sol vuelva a regresar hacia el centro del cielo a fin de que caliente de nuevo las tierras del planeta para propiciar un nuevo ciclo de vida.

El año solar no inicia el primero de enero, tampoco el 20 de marzo, que marca el comienzo de la primavera. Si en verdad hay una fecha que uno deseara asociar con el inicio de un nuevo año, esa sería el 21 de diciembre, primer día del solsticio de invierno, que es la fecha en que el Sol termina e inicia su evolución en los cielos del Hemisferio Norte.

Por eso el calendario maya cierra su ciclo el 21 de diciembre. La pregunta es ¿qué podría ocurrir ese día de 2012?

Según los científicos, el evento más probable sería un cambio de polaridad, debido a un debilitamiento extremo en el campo magnético de nuestro planeta. Veamos de qué se trata

El debilitamiento del campo magnético de la Tierra es un fenómeno conocido por los científicos planetarios desde hace mucho tiempo. Se estima que en el último siglo y medio el campo magnético terrestre ha reducido su intensidad al menos en 10 por ciento, aunque en ciertas zonas la disminución ha sido 10 veces más rápida que en otras.

Según un estudio publicado el año pasado en la revista Nature Geoscience, ese debilitamiento podría provocar una inversión magnética de los polos.

La Tierra, al igual que otros planetas del Sistema Solar, posee un campo magnético que se extiende desde su núcleo, en el interior del planeta, hasta el espacio exterior, donde va perdiendo progresivamente su intensidad.

Gracias a este campo, el planeta se comporta como un imán gigante con sus dos polos magnéticos, que por cierto se encuentran próximos a los polos geográficos (el polo norte magnético está actualmente a mil 800 kilómetros del Polo Norte geográfico).

El campo magnético terrestre forma una especie de escudo protector contra el viento solar, un flujo de partículas de alta energía procedentes del Sol.

Ese escudo, que se conoce como magnetósfera, ha protegido la vida de la Tierra contra la radiación solar de alta intensidad.

Pero la magnetósfera no siempre ha tenido la misma fortaleza, ya que está sujeta a fluctuaciones naturales de máxima y mínima intensidad.

En la actualidad, la magnetósfera se encuentra en una etapa en la que se está debilitando de manera progresiva, y un estudio reciente señala que este debilitamiento podría inducir un cabio de polaridad.

Estudio de la anomalía

El geofísico Mioara Mandea, del Centro de Investigación en Geociencia, localizado en Potsdam (Alemania), lleva años estudiando el comportamiento de la envoltura magnética de la Tierra.

Mandea ha desarrollado junto con Nils Olsen, geofísico de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, un modelo que pretende explicar de qué manera las fluctuaciones de la magnetósfera pueden afectar a la Tierra en su conjunto.

Que el campo magnético de la Tierra se debilite no implica necesariamente la cercanía de una inversión de su polaridad, pero sí una alta probabilidad de que suceda, señalan ambos investigadores.

La comunidad científica reconoce que las inversiones geomagnéticas son de naturaleza caótica, y que no hay forma de predecirlas.

Podrían suceder en cualquier momento o no tener lugar hasta dentro de varios miles de años.

Gracias a indicios registrados en los sedimentos marinos, se sabe que en los últimos cinco millones de años, el campo magnético terrestre ha pasado por más de 20 inversiones, la última de las cuales fue hace 780 mil años.

Los efectos

Las consecuencias que podrían derivar de un cambio súbito de los polos magnéticos Norte-Sur, es un tema ampliamente discutido, sobre el que no existe un consenso científico.

Lo que sí es conocido es que a un cambio de polos en la magnetósfera le sigue un periodo de recuperación y reorganización de la polaridad opuesta.

Pero mientras sucede la Tierra se vuelve más vulnerable a las tormentas solares. En efecto, Mandea afirma que ante un debilitamiento del campo magético, “si se detectara la presencia de partículas de alta energía procedentes del Sol, los satélites artificiales que circundan el planeta podrían verse afectados hasta el punto de perder sus conexiones con la Tierra.

“Un viento solar intenso, sobre una magnetósfera débil, podría alterar las órbitas de los satélites, dañar las comunicaciones en todo el planeta y estropear los aparatos eléctrónicos”, asegura Mandea.

La inversión polar de la Tierra podria también llevar a problemas como los siguientes:

- Pérdida del sentido de la dirección en la migración de los pájaros y de las mariposas.

- Debilitamiento del sistema inmune en animales y humanos.

- Aumento de los terremotos y del vulcanismo.

No obstante, el punto importante es que resulta impredecible saber cuándo sucederá la próxima inversión magnética polar en nuestro planeta. Puede que jamás asistamos a ella o puede, tal y como apuntan algunos, que ocurra el próximo año, que es cuando se espera la presencia de un fenómeno planetario inusual, según los estudiosos de los mayas.

En los últimos 3 millones de años han habido cuatro cambios de polaridad, o sea un cambio cada 750 mil años. El último fue hace 780 mil años, lo cual sugiere que podría estar en proceso un nuevo cambio de polaridad.

Sabremos que habrá ocurrido cuando la manecilla norte de las brújulas apunte hacia el sur.

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