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sábado, 6 de agosto de 2011

Adolf Hitler , mi lucha

Adolf Hitler , mi lucha
Adolf Hitler , mi lucha


Adolf Hitler (Braunau am Inn, Imperio austrohúngaro; 20 de abril de 1889 – Berlín, Alemania; 30 de abril de 1945), fue un político alemán de origen austriaco, líder, ideólogo y miembro original del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei — NSDAP) que estableció un régimen nacionalsocialista en Alemania entre 1933 y 1945 conocido como Tercer Reich.

Durante ese período, recibió y ocupó sucesivamente los cargos de Canciller Imperial (Reichskanzler) de enero de 1933 a abril de 1945, Jefe de Estado (Führer und Reichskanzler) de 1934 a abril de 1945 y Comandante Supremo de las fuerzas armadas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial de septiembre de 1939 a abril de 1945. El más importante hombre de estado del siglo XX. Fue

Canciller de Alemania de 1933 a 1945. Se suicidó el 30 de abril de 1945 para evitar su captura por las fuerzas soviéticas.

Estoy convencido de que al defenderme del judío lucho por la Obra del Supremo Creador.

¿Es que había un solo caso de escándalo o de infamia, especialmente en lo relacionado con la vida cultural, donde no estuviese complicado por lo menos un judío? Comencé por estudiar detenidamente los nombres de todos los autores de inmundas producciones en el campo de la actividad artística en general. El resultado de ello fue una creciente animadversión de mi parte hacia los judíos. Era innegable el hecho de que las nueve décimas partes de la literatura sórdida, de la trivilidad en el arte y el disparate en el teatro, gravitaban en el debe de una raza que apenas si constituía una centésima parte de la población total del país.

Sentí escalofríos cuando por primera vez descubrí así en el judío al negociante, desalmado calculador, venal y desvergonzado de ese tráfico irritante de vicios de la escoria de la gran urbe.

Mi sentimiento cristiano me señala a mi Señor y Salvador como luchador. ¡Me señala al hombre que, en otro tiempo, solo, rodeado únicamente de unos pocos seguidores, reconoció a estos judíos y llamó a la lucha contra ellos, y que, verdadero Dios, no fue el más grande entre los mártires, sino el más grande entre los luchadores! ¡Con amor ilimitado, como cristiano y como hombre, leo el lugar que nos relata cómo el Señor acabo por arremangarse y tomar el látigo, para arrojar del templo a los usureros, engendro de víboras y serpientes! Reconozco su lucha gigantesca por este mundo contra el espíritu judío, después de dos mil años, con la más profunda emoción y con tanta mayor fuerza por el hecho de que fue crucificado por ello.

No es verdad que yo o cualquier otra persona en Alemania haya querido la guerra en el año 1939. Fue deseada y provocada exclusivamente por aquellos hombres de Estado internacionalistas que o bien eran de ascendencia judía o trabajaban en favor de los intereses judíos. He hecho demasiadas propuestas de desarme para que la posteridad pueda atribuirme la responsabilidad de esta guerra.

"Mi Lucha". "Discurso del 30-4-1923", "Testamento político".

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