Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

  Interesados comunicarse a correo: erubielcamacho43@yahoo.com.mx  si quieren versión impresa o electrónica donativo voluntario .

jueves, 11 de agosto de 2011

FACEBOOK Y LA NECESIDAD DE QUE ME MIREN.

FACEBOOK Y LA NECESIDAD DE QUE ME MIREN.

Por Ricardo García Jiménez.
Ante una sociedad en continuo crecimiento y altamente complejizada las formas de comunicación cara a cara entre individuos se vuelven cada día más complicadas debido a los ritmos y tiempos a los que han sido sometidos los sujetos en sus actividades laborales, familiares y sociales, situación que imposibilita el contacto directo entre los mismos.
Ante ello, fenómenos tecnológicos actuales como Facebook, Twitter, Hi5 y otros tuvieron en sus orígenes el propósito de franquear las barreras del tiempo, las distancias físicas y el idioma para crear vías de comunicación. Pero hoy estas tecnologías han sido objeto de numerosos análisis y críticas tras haber sido ubicados como espacios de mediación comunicativa y de un creciente exhibicionismo que han transformado las actitudes de sus usuarios maximizando talantes hedonistas, narcisistas y ególatras que reforzados con formas visuales como fotografías y video hacen de sus usuarios modelos frivolidad.
Se observa que en las actuales generaciones de jóvenes comprendidos entre una edad de los 14 a los 30 años utilizan estos medios para difundir a través de ciertas redes sociales y comunidades ahí creadas sus pretensiones de ser observados y admirados físicamente, sin establecer un real circuito comunicativo que retroalimente el crecimiento de sus facultades intelectuales, emocionales, psicológicas y destrezas físicas.
Ciertamente que el fenómeno resulta novedoso en la medida que este se masifica gracias a los medios de comunicación como el internet y que por medio de sitios sociales como Facebook realzan otro tipo de cualidades o aptitudes de sus usuarios, recordando que en décadas pasadas estas actitudes hedonistas, narcisistas y ególatras de los individuos existían sólo en casos muy focalizados; hoy con el desarrollo de estos medios de comunicación cobra notoriedad porque ciertas patologías psicológicas transforman las invariantes sociales de la conducta media de los sujetos. Por lo tanto, al existir medios que influyen en los sujetos y posibilitan estas conductas centralizadas en la adoración del cuerpo, hacen que este proceder se convierta en un patrón a seguir por la mayoría de los usuarios.
Tal situación puede ser atribuida a que en estratos de la población menores a los 30 años las manifestaciones psíquicas del individuo buscan exteriorizarse y propagar aún más la necesidad de mostrarse y la necesidad de mirar a los otros, como también la de ser vistos; está conducta es motivada por la continua ruptura del tejido social que ante sistemas sociales, económicos y políticos que privilegian las actitudes individualistas y la anomia social, son uno de los factores que empuja a los individuos a utilizar estos medios electrónicos para sentirse parte de un grupo y tejer cierto tipo de relaciones.
Pero este sentido tomo un sesgo en la medida de que estos medios electrónicos posibilitan el exhibicionismo como una cultura vigente. Solo hay que navegar por varios de los perfiles ubicados en Facebook para observar que gran parte de sus usuarios tienden a expresarse a través de fotografías y frases cortas la necesidad de existir y de ser tomados en cuenta, buscando en los “otros� (usuarios) el que se les observe tal vez como un usuario que aparenta a través de sus fotografías, frases y datos que coloca lo que tal vez no son. Muchos de estos usuarios comparten solo datos escuetos de sus preferencias e inclinaciones religiosas, artísticas, políticas, filosóficas, etc., así como también de sus gustos, lugares visitados y círculos de amistades que no necesariamente son reales.
Es decir, en este juego de observar como tal vez soy o no soy, o sólo muestro lo que quiero mostrar, marca un precedente en la configuración de nuevas relaciones sociales que los individuos de hoy emprenden a través de estos medios.
Vale comentar que las imágenes o fotografías personales colocadas en cada cuenta en el Facebook presentan por lo general una actitud de resaltar lo estético del cuerpo, donde la voluptuosidad de las formas corporales y la simetría del rostro, como la posee o la ropa que se porta, tanto en hombres como en mujeres, son las cartas de presentación del usuario que cubre la carencia de una identidad psicológica, ideología, filosofía; imagen que se convierte en un medio que sólo representa una pequeñísima parte de quien es el sujeto en el mundo real.
Observamos que en medio de esta reflexión se encuentra en realidad un relato de aquellos deseosos que buscan un protagonismo. No es que esta actitud en tiempos pasados no haya existido, pero el protagonismo de los individuos de sociedades anteriores se adquiría y buscaba por la posesión y desarrollo de ciertas aptitudes de orden intelectual, emocional, psicológico y el desarrollo de destrezas y habilidades físicas, aspectos que hoy quedan subordinadas y desplazadas por la apariencia que trata de conferir la imagen colocada en Facebook como un medio obtener un protagónico.
Ciertamente que de forma consciente e inconsciente los individuos buscan en el otro el reconocimiento que ayude a reforzar su personalidad e identidad social, por lo que, la conducta siempre esta función y en referencia a los demás. Son los otros, los que afirman nuestra identidad, pero cuando el otro también es guiado por los esquemas de una conducta social sustentada en una visión de lo aparente o de las formas, la superficialidad de las relaciones se manifiesta, la imagen mostrada del cuerpo quiere mediar las relaciones sociales, hecho que saca a relucir la trivialidad en las relaciones sociales coadyuvado por este medio electrónico.
De ahí que podamos afirmar también que sitios como Facebook contribuyen a engrandecer el exhibicionismo de sus usuarios, ya que estos muestran cosas y situaciones íntimas como la familia, los gustos, las inclinaciones (sexuales, políticas, ideológicas, religiosas, etc.), lugares donde se ha visitado, debilidades que se posen y deslices que se han vivido. Los usuarios buscan a través de una imagen concretizar en la estética corporal su intimidad mediante el exhibicionismo. Lo íntimo se hace asunto público que rebasa los cánones de la secrecía personal convirtiéndose en muchos casos en un espectáculo cuando las limitaciones o aptitudes personales son objeto de mofa generalizada.
En la actualidad el exhibicionismo es una manera de mostrar histéricamente la necesidad de la estima o del afecto que se demanda de los otros; ya no se otorga, ahora se demanda en una actitud egoísta lanzando un anzuelo a través de la foto colocada en Facebook. Los individuos y usuarios de estos medios creen en esencia lograr el afecto y reconocimiento de los “otros� mostrando parte de su intimidad. En algunos casos muestran el cuerpo destapado o semi desnudo, en otros se muestran como desinhibidos tomando y bailando eróticamente en antros, discos o bares presentándose como emancipados de toda normar y regla moral, también se muestran rodeados de amigos para dar la impresión de ser populares, estas maneras de presentarse se hace para centrar y acrecentar el número de contactos o miembros de su comunidad con la ilusa creencia de crear una circularidad afectiva.
Por lo tanto, y partiendo de la base de que cuando nos mostramos ante otras personas intentamos trasmitir (de forma consciente o inconsciente) una determinada impresión sobre nosotros mismos, mostramos sólo una parte de los que somos y creamos una identidad virtual de los que no somos. Para ello, los otros, los que observan interpretan el papel que queremos trasmitir no siempre siendo el real. Así toda interacción social mediada por estos medios es un performace creado para la audiencia que nos observa, donde la imagen, las frases cortas y demás datos existentes en nuestro perfil, sólo muestran lo que falta en nuestras relaciones sociales reales.
A la histérica necesidad de mostrarse se agrega además otro factor que es la necesidad de mirar. El individuo como un ser social busca obtener del otro información que le ayude a tener una idea de cómo es el “otro�, y es en estos espacios con las limitantes y maniqueos que se pueden hacer, el aceptar lo que se le muestra, traza una idea somera de quien (es) se muestra (n). Ya que a diferencia de las relaciones y formas de comunicación cara a cara, el sujeto busca en los gestos o muecas, en la forma de caminar, de vestir, en la puntualidad o en otras particularidades información de quienes se observan cara a cara.
Ciertamente que cada uno de nosotros sabe que tiene algo personal que mostrar o que observar, la condición humana no se agota en esos espacios o redes sociales mediadas por sitios electrónicos. En la medida que uno ve las cosas de los otros, sus objetos, su ropa, su manera de hablar y de llevar una charla son también puntos de referencia que ayudan a interpretar la conducta del otro.
Pero hoy Facebook en particular, ha demostrado también ser una vía de comunicación cuando se ha asumido como un medio para ese propósito como lo demuestran una minoría de usuarios en particular y de organizaciones sociales que hacen circular ideas, demandas y posiciones políticas o ideológicas ante situaciones y problemas determinados, que sería el otro sentido del Facebook, el sentido comunicativo.
Retomando nuevamente el sentido sesgado que se le pueden conferir a estos sitios podemos agregar también que Facebook se ha convertido últimamente en el confesionario de sus usuarios, ya que el anonimato que posibilita este medio y las formas de comunicación indirecta en la que incurren las personas (no se mirarse a la cara) facilitan la proyección de fantasías de todo tipo. Si bien el usuario se muestra ocultando cierta información de sí, los deseos, espejismos o fantasías se proyectan a través de mecanismo que tiene cierto grado de irrealidad para no ser estigmatizado en el mundo real.
Al desaparecer el rostro real y concreto de los usuarios que se cubren con fotos o imágenes también irreales de ellos, posibilitan que las personas se animen a tener y expresar lo que no pueden hacerlo cara a cara. Facebook posibilita superar las barreras de las fobias sociales, pero deja abierta la puerta para sacar a flote algunas de esas otras debilidades o manifestaciones psico-sociales de los usuarios.
Efectivamente el anonimato permite superar los miedos y la dificultad de establecer un encuentro cara a cara. Pero también se produce un desdibujamiento de la realidad de la persona que permite ciertos tipos de comportamiento que en espacios sociales no harían.
Finalmente señalaríamos que estas actitudes exhibicionistas propagadas a través de las redes sociales son nuevas-viejas formas para superar algunos miedos, con el riesgo alentar la fantasía y proyección de la misma por esos medios. Lo realmente sobresaliente de estos fenómenos en sí mismo no son su novedad, lo novedoso es lo masivo que posibilita la formación de nuevos esquemas sicosociales que normen la conducta de los individuos en las actuales sociedades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario