Calakmul pudo ser el punto de encuentro entre los mundos Maya y Olmeca, afirma a Crónica el director del INAH

Calakmul pudo ser el punto de encuentro entre los mundos Maya y Olmeca, afirma a Crónica el director del INAH

El descubrimiento del gran arco abovedado de Calakmul “permite formular nuevas hipótesis sobre los alcances de la tecnología constructiva desarrollada por los mayas”, comentó a Crónica Sergio Raúl Arroyo, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Se trata de uno de los hechos más significativos de este año que fenece en cuanto al estudio de esta civilización mesoamericana. El descubrimiento sigue en línea directa a otros realizados en el año 2002; es decir, “la estructura ubicada dentro de los edificios más tempranos del sitio y el friso de su parte superior”. Sergio Raúl explicó: “El arco abovedado es un trabajo de investigación muy relacionado con el friso descubierto en 2002 en el sitio. Desde hace más de un año empezamos a tener descubrimientos en Calakmul, que cambiaban totalmente la visión de la antigüedad, no solamente de la zona arqueológica, sino dentro de la misma cultura Maya. Calakmul es el nombre moderno de lo que fue una amplia urbe prehispánica, pero que en el mundo maya era conocida como “Dos Montículos Adyacentes” (ca-dos, lak-adyacentes, mul-montículo artificial o pirámide). Se sabe que esta urbe fue reportada y nombrada así como se la conoce hoy por el explorador norteamericano Cyrus Lundell, a finales de 1931. A partir de esa época se han llevado a cabo diversos trabajos de exploración e investigación con el fin de conocer los orígenes y la historia de este asentamiento Maya. Arroyo continuó con su explicación: “a partir de estos descubrimientos recientes, Calakmul se ha empezado a convertir en una especie de punto de contacto entre lo que fue el mundo Olmeca —quizá estoy especulando un poco— y el mundo Maya. “Prácticamente no tenemos testimonios de ese contacto y de la relación entre el fin de una cultura y el principio de la otra. Calakmul ha sido una zona que de manera privilegiada nos está revelando esta proximidad que parecía no se había dado en la historia”. El descubrimiento de esta bóveda tendría el significado de haber hallado un eslabón perdido. “En realidad es eso, un eslabón que estamos encontrando a través de estas zonas que se están explorando. Primero aparecen estos fechamientos nuevos, novedosos, y en segundo lugar, nos dan una serie de puntos de contacto que nos están ampliando el horizonte de lo que es la realidad Maya”. Y Sergio Raúl va más allá: “Particularmente me parece que es muy importante el hecho de que estas construcciones, como la del arco abovedado, nos revele que había ya una dimensión arquitectónica que creíamos muy posterior y que estaba ya presente justamente en el preclásico, que es uno de los datos digamos fundamentales. “Esto puede, de alguna manera, plantearnos una nueva fisonomía de lo que era la propia arquitectura y el mundo urbano en el que se desarrollaron los mayas” Ciudad hegemónica. Durante el periodo conocido como clásico, Calakmul fue uno de los sitios que durante el auge de la cultura Maya adquirió una gran supremacía en la región del Petén. Su influencia llegó hasta regiones tan distantes como la cuenca del Usumacinta o la del Río Pasión. Se trató del sitio más nombrado dentro de la historia política del Petén. En los años 250 a 750 de nuestra era, Calakmul fue el centro del llamado “Reino de la Cabeza de Serpiente”, el cual conjuntaba diversos sitios de las Tierras Bajas Mayas, como El Perú, Dos Pilas y Naranjo, entre otros, además de Caracol, llegando a ser este último, en los años 500, el principal aliado de Calakmul en los enfrentamientos con la que pareció ser por siempre su rival: La gran Tikal. A la muerte de “Garra de Jaguar” (uno de sus principales gobernantes) y su derrota ante Tikal, en Calakmul se agudizaron los conflictos y la lucha de los linajes por el poder se hizo evidente. Ante la creciente influencia de Tikal, el gobernante que sucedió a “Garra de Jaguar” reorientó la política del “Reino de la Cabeza de Serpiente”, y a mediados de los años 700, estrechó relaciones con sus vecinos del norte, especialmente con el área de Río Bec. A partir de este hecho se dio un nuevo auge en Calakmul, que duró hasta los años 1000 de nuestra era.