EGIPTO
Aumentan los muertos tras manifestaciones
de millones de personas en Egipto
Se elevan a 20 los asesinados en enfrentamientos con la policía en Egipto
Al menos 12 personas han muerto en las últimas
horas en los enfrentamientos entre opositores y partidarios del
presidente de Egipto, Mohamad Mursi, a quien los egipcios demandan su
renuncia, en la sede central de los Hermanos Musulmanes en El Cairo
(capital), lo que eleva a 20 el número de víctimas fatales desde la
noche de este domingo.
Según un informe emitido este lunes por
el Ministerio egipcio de Salud, seis de las muertes se reportaron en las
provincias de Beni Suef y Asiut (centro), donde se han registrado
disparos, mientras que dos personas fallecieron en el transcurso de un
asalto ejecutado por opositores contra la sede principal de la Hermandad
Musulmana.
Asimismo, un total de 716 personas resultaron heridas
durante las acciones de protestas que iniciaron este domingo de manera
pacífica, pero que al caer la noche se tornaron violentas.
Según
fuentes oficiales, los manifestantes rodearon la sede principal de la
Hermandad Musulmana y ante esta situación, los miembros de la agrupación
dispararon contra los agresores, que a su vez lanzaban cócteles
molotov.
En El Cairo, los manifestantes, que urgen la renuncia de
Mursi, se han congregado en la plaza Tahrir y en las cercanías del
palacio presidencial de Itihadiya, y enfatizan en la continuación de las
protestas hasta la dimisión del presidente.
En medio de esta
situación, el mando general de las Fuerzas Armadas de Egipto "realizará
una declaración televisada al pueblo egipcio en breve", anunció este
lunes su portavoz, el coronel Ahmed Aly.
Este anuncio se produjo después de que millones de personas tomaran las calles el domingo para exigir la dimisión del presidente islamista y en un momento en que las peticiones para que el Ejército intervenga para resolver la crisis se multiplicaron.
El
movimiento opositor Tamarod, que encabeza las protestas, emplazó al
mandatario a “renunciar antes de la tarde del martes” o comenzará una
etapa de "desobediencia civil".
La solicitud de los opositores
estuvo respaldada por un documento con 22 millones de firmas que
respaldan la petición de renuncia del jefe de Estado, un cifra superior a
los 13,23 millones de votos que obtuvo Mursi en las elecciones de junio
de 2012.
Por otra parte, cinco ministros del Gobierno de Mohamad
Mursi han presentado su dimisión al jefe del Ejecutivo, Hisham Qandil,
según informó a una agencia de noticias internacional uno de ellos.
Los
titulares de Turismo, Hisham Zaazu; Telecomunicaciones, Atef Helmi;
Asuntos Parlamentarios, Hatem Bagato; Medio Ambiente, Jaled Fahmi, y
Recursos Hídricos, Abdelqaui Jalifa, piden "la caída del régimen" y han
presentado su renuncia porque Mursi "no ha respondido a las demandas del
pueblo, que ha salido a la calle en las protestas del 30 de junio",
dijo uno de los ministros.
fuente: teleSUR-AFP-EFE-hispantv.com/kg - FC
Se elevan a 20 los asesinados en enfrentamientos con la policía en Egipto
Al menos 12 personas han muerto en las últimas
horas en los enfrentamientos entre opositores y partidarios del
presidente de Egipto, Mohamad Mursi, a quien los egipcios demandan su
renuncia, en la sede central de los Hermanos Musulmanes en El Cairo
(capital), lo que eleva a 20 el número de víctimas fatales desde la
noche de este domingo.
Según un informe emitido este lunes por el Ministerio egipcio de Salud, seis de las muertes se reportaron en las provincias de Beni Suef y Asiut (centro), donde se han registrado disparos, mientras que dos personas fallecieron en el transcurso de un asalto ejecutado por opositores contra la sede principal de la Hermandad Musulmana.
Asimismo, un total de 716 personas resultaron heridas durante las acciones de protestas que iniciaron este domingo de manera pacífica, pero que al caer la noche se tornaron violentas.
Según fuentes oficiales, los manifestantes rodearon la sede principal de la Hermandad Musulmana y ante esta situación, los miembros de la agrupación dispararon contra los agresores, que a su vez lanzaban cócteles molotov.
En El Cairo, los manifestantes, que urgen la renuncia de Mursi, se han congregado en la plaza Tahrir y en las cercanías del palacio presidencial de Itihadiya, y enfatizan en la continuación de las protestas hasta la dimisión del presidente.
En medio de esta situación, el mando general de las Fuerzas Armadas de Egipto "realizará una declaración televisada al pueblo egipcio en breve", anunció este lunes su portavoz, el coronel Ahmed Aly.
Este anuncio se produjo después de que millones de personas tomaran las calles el domingo para exigir la dimisión del presidente islamista y en un momento en que las peticiones para que el Ejército intervenga para resolver la crisis se multiplicaron.
El movimiento opositor Tamarod, que encabeza las protestas, emplazó al mandatario a “renunciar antes de la tarde del martes” o comenzará una etapa de "desobediencia civil".
La solicitud de los opositores estuvo respaldada por un documento con 22 millones de firmas que respaldan la petición de renuncia del jefe de Estado, un cifra superior a los 13,23 millones de votos que obtuvo Mursi en las elecciones de junio de 2012.
Por otra parte, cinco ministros del Gobierno de Mohamad Mursi han presentado su dimisión al jefe del Ejecutivo, Hisham Qandil, según informó a una agencia de noticias internacional uno de ellos.
Los titulares de Turismo, Hisham Zaazu; Telecomunicaciones, Atef Helmi; Asuntos Parlamentarios, Hatem Bagato; Medio Ambiente, Jaled Fahmi, y Recursos Hídricos, Abdelqaui Jalifa, piden "la caída del régimen" y han presentado su renuncia porque Mursi "no ha respondido a las demandas del pueblo, que ha salido a la calle en las protestas del 30 de junio", dijo uno de los ministros.
Según un informe emitido este lunes por el Ministerio egipcio de Salud, seis de las muertes se reportaron en las provincias de Beni Suef y Asiut (centro), donde se han registrado disparos, mientras que dos personas fallecieron en el transcurso de un asalto ejecutado por opositores contra la sede principal de la Hermandad Musulmana.
Asimismo, un total de 716 personas resultaron heridas durante las acciones de protestas que iniciaron este domingo de manera pacífica, pero que al caer la noche se tornaron violentas.
Según fuentes oficiales, los manifestantes rodearon la sede principal de la Hermandad Musulmana y ante esta situación, los miembros de la agrupación dispararon contra los agresores, que a su vez lanzaban cócteles molotov.
En El Cairo, los manifestantes, que urgen la renuncia de Mursi, se han congregado en la plaza Tahrir y en las cercanías del palacio presidencial de Itihadiya, y enfatizan en la continuación de las protestas hasta la dimisión del presidente.
En medio de esta situación, el mando general de las Fuerzas Armadas de Egipto "realizará una declaración televisada al pueblo egipcio en breve", anunció este lunes su portavoz, el coronel Ahmed Aly.
Este anuncio se produjo después de que millones de personas tomaran las calles el domingo para exigir la dimisión del presidente islamista y en un momento en que las peticiones para que el Ejército intervenga para resolver la crisis se multiplicaron.
El movimiento opositor Tamarod, que encabeza las protestas, emplazó al mandatario a “renunciar antes de la tarde del martes” o comenzará una etapa de "desobediencia civil".
La solicitud de los opositores estuvo respaldada por un documento con 22 millones de firmas que respaldan la petición de renuncia del jefe de Estado, un cifra superior a los 13,23 millones de votos que obtuvo Mursi en las elecciones de junio de 2012.
Por otra parte, cinco ministros del Gobierno de Mohamad Mursi han presentado su dimisión al jefe del Ejecutivo, Hisham Qandil, según informó a una agencia de noticias internacional uno de ellos.
Los titulares de Turismo, Hisham Zaazu; Telecomunicaciones, Atef Helmi; Asuntos Parlamentarios, Hatem Bagato; Medio Ambiente, Jaled Fahmi, y Recursos Hídricos, Abdelqaui Jalifa, piden "la caída del régimen" y han presentado su renuncia porque Mursi "no ha respondido a las demandas del pueblo, que ha salido a la calle en las protestas del 30 de junio", dijo uno de los ministros.
Los opositores protagonizan una demostración de fuerza como no se ha visto desde la revolución
Millones de personas pidieron este domingo en Egipto la dimisión del presidente Mohamed Morsi,
en el mayor desafío que ha vivido su gobierno desde que tomara el poder
hace un año. "Vete", era el mensaje coreado al unísono por los millones
de personas que tomaron las calles en diversos puntos del país. En El
Cairo, la capital, las protestas volvieron a la icónica plaza de Tahrir,
epicentro de las revueltas de hace dos años, y a las inmediaciones del
palacio presidencial. El presidente, por su parte, movilizó a sus
propios apoyos. Sus partidarios se atrincheraron en las inmediaciones de
una mezquita cairota, desde donde prometieron dar sus vidas si es
necesario para mantener en el poder al primer presidente elegido
democráticamente en la historia del país. Según las autoridades, al
menos siete personas murieron y cientos resultaron heridas en
enfrentamientos en las ciudades de Asiut, Beni Suef y Fayoum.
Un año ha tenido Morsi para avanzar las reformas que prometió en las
elecciones. Este domingo se cumplió el aniversario de su investidura, y
sus detractores le dijeron que ya ha tenido suficiente tiempo en el poder, que ha llevado al país en la dirección equivocada
y que es hora de apearse. Los principales puntos de crítica son el mal
estado de la economía, la aprobación de una Constitución de corte
islamista y el intento fallido, el año pasado, de aprobar un decreto que
le hubiera otorgado poderes casi absolutos como presidente. "Yo voté
por Morsi", decía Omar Mohamed Mahgoub, de 19 años. "Teníamos muchas
esperanzas, que traicionó. No puede seguir ignorando a tanta gente",
añadió. Muchos jóvenes como él decían que la manifestación de este
domingo era más multitudinaria incluso que las que en 2011 acabaron con
el régimen de Hosni Mubarak. Fuentes del Ejército, que empleó
helicópteros para observar las protestas, estimaron en 14 millones de
personas la participación en las manifestaciones a nivel nacional.
El movimiento popular Tamarod (en árabe, Rebelde), que convocó varias
de las manifestaciones celebradas en El Cairo, mantiene que ha
conseguido más de 22 millones de firmas que piden la marcha de Morsi. De
ser cierto, y si todas las peticiones son válidas, sería una cantidad
mucho mayor que la de 13,2 millones de electores que votaron por el hoy
presidente en 2012. Mohairib al Masri, de 27 años, había recogido este
domingo en la plaza de Tahrir más de 6.000 firmas. "Morsi ha perdido la
legitimidad. La economía está peor que cuando llegó. Hay escasez de
gasolina. El desempleo no para de subir. ¿Cómo vamos a ser una nación
próspera con este presidente?", añadió.
Un signo de protesta preferido estos días por los egipcios es el de
mostrar una tarjeta roja, como las del fútbol, dirigida simbólicamente a
Morsi, con el lema "vete" impreso en ellas. Otras pancartas muestran la
cara del presidente tachada en rojo o dibujos en los que se le muestra
con el atuendo de un faraón, como los que se utilizaron para ridiculizar
a Mubarak hace dos años. La voluntad, este domingo, en la plaza de
Tahrir, en la que se concentraron más de 500.000 personas, era que el 30
de junio de 2013 fuera un nuevo 25 de enero de 2011, el día en que se
iniciaron las protestas que acabaron con el anterior régimen. El Frente
de Salvación Nacional, una coalición opositora, envió un comunicado en
el que dijo confirmar “el derrumbe del régimen de Mohamed Morsi y los
Hermanos Musulmanes”.Hay, sin embargo, un nutrido grupo de ciudadanos, partidarios del presidente, dispuesto a evitar a toda costa que eso suceda. Son, sobre todo, islamistas y simpatizantes del movimiento de los Hermanos Musulmanes, en cuyo brazo político ha militado Morsi durante años. Este Domingo, más de 20.000 de ellos tomaron la zona de Ciudad Nasser, en el este de El Cairo, cerca de la mezquita de Raba al Adawiya. Muchos iban armados con bates, porras y cadenas, protegidos por escudos y cascos. Durante buena parte de la tarde y noche marcharon con estilo militar, en filas de a dos, gritando lacónicos lemas, como "¡Egipto!" o "¡presidente!".
"¿No se ha elegido a Morsi democráticamente? ¿Qué significa querer echar al presidente en un año? ¿Sucede eso en otros países democráticos?", se preguntaba en esa concentración a favor del Gobierno el abogado Abdel Bakr, de 28 años. El aire en esa parte de la ciudad era tenso, en marcado contraste con el ambiente festivo de Tahrir y otros puntos de protestas opositoras en El Cairo, como el palacio presidencial. En el contexto de las protestas, un portavoz de Morsi, Omar Amer dijo en rueda de prensa que “el presidente sabe que ha cometido errores y está trabajando para solucionarlos”.
Muchos de los partidarios de Morsi, sin embargo, mantenían que están dispuestos a derramar su sangre, si es necesario, para mantener en el poder al presidente. "Creo que todos y cada uno de los que estamos aquí daría su vida para mantener al presidente en el Gobierno", decía Abdel Halian Said, de 28 años, armado con un palo en la mano. "Los opositores son conspiradores del antiguo régimen. Buscan su propio beneficio. Y no vamos a permitirlo. Lo lograrán sobre nuestros cadáveres". Los Hermanos Musulmanes dijeron este domingo que su sede en la capital fue atacada con bombas incendiarias y piedras lanzadas por grupos opositores.
Ya entrada la noche, sobre la plaza de Tahrir, un helicóptero militar en misión de observación lanzó banderas egipcias, algo que se interpretó como un guiño por parte del Ejército hacia los opositores en su oposición al Gobierno de Morsi. Los líderes opositores han pedido a los manifestantes que ocupen las calles de Egipto hasta que Morsi ceda y abandone el poder.
Contra Morsi y contra Obama
D. A.
La ira popular que se vio este domingo en las calles de Egipto no
sólo iba dirigida contra el presidente Mohamed Morsi. Numerosas
pancartas mostraban la cara de Barack Obama tachada en rojo. “Obama
apoya el terrorismo”, se leía en muchas de ellas. Eran la demostración
del descontento popular hacia el Gobierno de Estados Unidos, que en 2011
mostró su simpatía a la revuelta contra Hosni Mubarak pero que ahora
mantiene una cautelosa distancia respecto a los opositores y ha pedido
que los problemas de Egipto se solucionen con diálogo, en beneficio de
la estabilidad económica.“Obama apoya a los Hermanos Musulmanes y al terrorismo”, decía Bakr Ahmed, de 30 años, mientras marchaba con una enorme pancarta con la cara de la embajadora de EE UU en Egipto, Anne Patterson, también con su cara tachada en rojo. “Antes de que Morsi llegara al poder, Obama decía que los Hermanos Musulmanes eran terroristas. Hoy les apoya, y quiere que se mantengan en el Gobierno, a pesar de que es obvio que las calles piden lo contrario”, añadía.
Hace dos semanas Patterson expresó, en un discurso, su “profundo escepticismo” respecto a la idea de que las protestas puedan lograr un cambio verdadero en la sociedad egipcia. “Egipto necesita estabilidad para poner orden en la economía, y más violencia en las calles no hará más que añadir nombres a las listas de mártires”, dijo. Fue, para muchos de los opositores de Morsi, la gota que colmó el vaso de la indignación contra la Casa Blanca.
Otro manifestante se paseaba con un cartel en el que mostraba a Morsi ondeando dos banderas, la israelí y la norteamericana. “Obama debería sentir vergüenza por apoyar a un Gobierno que obviamente no representa a la mayoría, que se dedica a pisotear los derechos de los demás”, decía Ramadan al Feizi, de 50 años, frente al palacio presidencial. En el olvido quedaba aquel célebre discurso pronunciado por Obama en El Cairo, en el que dijo apoyar las aspiraciones democráticas de las nuevas generaciones del mundo árabe.
El Ejercito egipcio da un ultimátum de 48 horas al Gobierno para resolver la crisis
RT Rusia 01/07/2013
El
jefe de las Fuerzas Armadas egipcias, Abdel Fattah al-Sisi, ha
declarado que el ejército âofrecerá su propia hoja de rutaâ dentro de 48
horas si los políticos âno responden a las demandas de los
manifestantesâ.
Al
Sisi ha calificado las protestas como una forma de expresión popular
sin precedentes y ha advertido de que si se pierde más tiempo la
división política se agudizará en el país. Además, acusó a Morsi de no
cumplir sus promesas y de desperdiciar un año en balde.
El militar dijo que él no será parte "en la política o el gobierno", pero recalcó que tiene la responsabilidad de actuar, ya que âdijo- la seguridad nacional de Egipto se encuentra en "gran peligro".
Las protestas masivas marcaron el día del primer aniversario de la presidencia de Mohamed Morsi. Miles de manifestantes han salido a las calles para exigir la renuncia del presidente. Este domingo las fuerzas opositoras dieron dos días de plazo a Morsi para que abandone el poder
Las razones del hastío contra Morsi
Detrás de las protestas contra el presidente egipcio, está el paro, la carestía de gasolina, el ascenso islamista y la sensación de que no está a la altura del cambio que alumbró la revolución
David Alandete
El Cairo
30 JUN 2013 -
El desempleo. La carestía de gasolina. El abuso de poder. La
promoción y defensa de sus aliados islamistas. No hay una sola razón por
la que cientos de miles de personas se hayan lanzado a las calles a
protestar tras un año de la investidura del presidente Mohamed Morsi,
exigiendo su marcha. Los motivos son un complejo entramado de
desencuentros y decepciones, que han llevado a una heterogénea mezcla de
egipcios al estado de indignación con el que han tomado las calles. Casi todos, sin embargo, coinciden en algo: Morsi no es digno de liderar desde el poder el proceso de transición que se abrió con las revueltas de 2011, que acabaron con 30 años de régimen de Hosni Mubarak.
El maltrecho estado de la economía es un poderoso revulsivo. El desempleo supera ya el 13%. Hay apagones de electricidad y escasez de algunos productos. “Las colas para llenar el depósito de gasolina son de dos horas. Es indignante, merecemos algo mejor”, dice Hassan Asagbi, de 42 años, que recoge firmas en la plaza de Tahrir para acabar con el mandato de Morsi. Incapaz de garantizar la seguridad en las calles, el presidente ha visto desmoronarse la entrada al país de turistas, que consideran que Egipto, a pesar de su riqueza cultural, ya no es un lugar vacacional idóneo.
Sobre todo, lo que más ha irritado a los opositores egipcios es lo que consideran una traición y abandono de los principios de la revolución iniciada en 2011. “Tres eran los principios de aquella revolución: pan, justicia y libertad. Morsi no ha cumplido ninguno. Ha tenido un año, y el país solo ha ido a peor. Debe marcharse”, dice Zaid Sultan, de 35 años, que resultó herido en las protestas contra Mubarak en 2011. Aquella revuelta encendió muchas ilusiones y prometió representatividad, respeto por las minorías y mejoras en las libertades civiles. Ahora, muchos de los egipcios que la protagonizaron consideran que su presidente, simplemente, no está a la altura.
El maltrecho estado de la economía es un poderoso revulsivo. El desempleo supera ya el 13%. Hay apagones de electricidad y escasez de algunos productos. “Las colas para llenar el depósito de gasolina son de dos horas. Es indignante, merecemos algo mejor”, dice Hassan Asagbi, de 42 años, que recoge firmas en la plaza de Tahrir para acabar con el mandato de Morsi. Incapaz de garantizar la seguridad en las calles, el presidente ha visto desmoronarse la entrada al país de turistas, que consideran que Egipto, a pesar de su riqueza cultural, ya no es un lugar vacacional idóneo.
A otros manifestantes les molesta especialmente el estilo de gobierno
de Morsi. “No solo libera a terroristas. ¡Les pone en puestos de
Gobierno!”, dice Mohairib al Masri, de 27 años. Se refiere al reciente
nombramiento de Adel al Jayat, exmiembro del grupo terrorista Gama
Islamiya, como gobernador de la provincia de Luxor. La presión de los
empresarios y los opositores de Morsi obligó a Al Jayat a dimitir de su
cargo siete días después de haber sido nombrado. El año pasado, el presidente intentó, sin éxito, aprobar un decreto que le hubiera otorgado poderes casi absolutos.
También está, entre las razones para estas protestas, el temor al
avance del islamismo, es decir, que Egipto se convierta en avanzadilla
de una toma de poder regional por parte de la sociedad de los Hermanos Musulmanes.
Al fin y al cabo, Morsi militaba cuando llegó al poder en el partido
Justicia y Libertad, brazo político de esa agrupación, que durante
décadas fue suprimida y acallada por Mubarak. Hoy, que detenta el poder,
es vista por muchos egipcios seculares y moderados como una amenaza a
los nuevos valores democráticos del sistema político egipcio. En
diciembre, Morsi logró aprobar una constitución de corte islamista, que
la oposición le ha pedido sin éxito que derogue.
“El problema es que, con Morsi, los Hermanos Musulmanes han ascendido
al poder. Ellos son el problema. Quieren instaurar un califato en
Egipto, para seguir expandiéndolo en los demás países”, opina Ahmad
Shafay, ingeniero agrícola de 35 años. De momento no ha habido ninguna
medida de envergadura que dé evidencias de un plan de islamización por
parte de Morsi. Lo que ha irritado a los manifestantes son detalles
pequeños, como
el que el pasado mes de septiembre una presentadora de televisión diera
el parte de noticias en el Canal 1 de televisión tocada con un velo islámico que le cubría cabello y cuello.Sobre todo, lo que más ha irritado a los opositores egipcios es lo que consideran una traición y abandono de los principios de la revolución iniciada en 2011. “Tres eran los principios de aquella revolución: pan, justicia y libertad. Morsi no ha cumplido ninguno. Ha tenido un año, y el país solo ha ido a peor. Debe marcharse”, dice Zaid Sultan, de 35 años, que resultó herido en las protestas contra Mubarak en 2011. Aquella revuelta encendió muchas ilusiones y prometió representatividad, respeto por las minorías y mejoras en las libertades civiles. Ahora, muchos de los egipcios que la protagonizaron consideran que su presidente, simplemente, no está a la altura.
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Egipto: Este domingo continúa la Revolución del 25 de enero |
por Lina El-Wardani |
30/06/13 |
[Al cierre de esta edición de Sin
Permiso, dos millones de personas se manifestaban por las calles y plazas
de las principales ciudades de Egipto. Miles de manifestantes enfrente del
palacio presidencial de Heliópolis, en El Cairo, con banderas egipcias y fotos
de los mártires de la revolución exigen la dimisión de Morsi. El conocido
clérigo suní Youssef E-Qarawadi ha hecho público un video esta tarde pidiendo
paciencia a los manifestantes ante los errores de Morsi: “Si hemos esperado 30
años para poner fin al régimen de Mubarak y otros 30 años antes de él para que
se fueran los tiranos, ¿por qué no podemos concederle a Morsi un año?”. La
respuesta ha venido de los manifestantes en la ciudad obrera de Mahalla, que
desde la plaza de Al-Shoun gritaban: “¡Ya lo dijo Abdel-Nasser, no te fíes de
los Hermanos Musulmanes!”, haciéndose eco de una popular consigna de la
revolución nacionalista egipcia. En nuestra próxima edición publicaremos un
dossier sobre este segundo aliento de la revolución democrática egipcia. En Ahram On Line se puede seguir en vivo el
desarrollo de los acontecimientos que conmueven a Egipto. Mientras tanto
publicamos esta crónica del sábado 28 sobre la actitud de los principales
actores de la revolución egipcia. Redacción de Sin Permiso]
Egipto se prepara para su mayor ola de protestas desde la
Revolución del 25 de enero, esta vez para pedir la dimisión del Presidente islamista
Morsi y la convocatoria de elecciones presidenciales anticipadas.
Morsi ha sido el primer presidente elegido democráticamente
de Egipto, el 30 de junio de 2012. Sin embargo, su gestión no ha gustado a
muchos, incluyendo a algunos sectores que le apoyaron en la última ronda de las
elecciones presidenciales contra Ahmed Shafiq, último primer ministro de Mubarak
(que los grupos revolucionarios consideraban una continuación del antiguo
régimen derrocado).
Los que fueron aliados en la Plaza Tahrir durante 18 días en
2011, los grupos y partidos liberales y de izquierda se preparan para un pulso con
el Presidente, miembro de los Hermanos Musulmanes, su partido y una serie de
fuerzas islamistas que han decidido apoyarle en esta guerra de
"legitimidad".
Las protestas han comenzado con una semana de antelación al
30 de junio en El Cairo, Alejandría y varias regiones egipcias, incluyendo
Daqahliya, Sharqiya y Zagazig.
Han tenido lugar feroces enfrentamientos en Alejandría, la
segunda ciudad de Egipto, que a menudo han terminado en choques directos entre
partidarios y opositores del presidente. Esto alarmó a muchos activistas y
políticos que han pedido en repetidas ocasiones a todas las partes que se
manifiesten pacíficamente.
Las fuerzas islamistas llevan a cabo actualmente una sentada
en la mezquita de Al-Rabaa Adawiya, en Nasr City, en El Cairo, que comenzó el viernes
en apoyo de Morsi. Realizaron una manifestación similar la semana pasada, en la
que participaron cientos de miles de personas.
También el viernes, decenas de miles de personas se
congregaron en contra de Morsi en varios lugares de El Cairo y se dirigieron a
la Plaza Tahrir, el corazón de la revolución de Egipto.
Tamarod (“Rebelión”), una campaña de
recogida de firmas, ha reunido más de 22 millones pidiendo la dimisión de Morsi.
El Pueblo
En vísperas del domingo, la anticipación es palpable en las
calles extrañamente vacías de El Cairo, ya que muchos egipcios han decidido capear
los acontecimientos que se avecinan quedándose en casa, ya sea por miedo o
impotencia. Después de días de larguísimas colas en las gasolineras por los
rumores sobre inminente escasez de carburantes, algunos se han rendido, han estacionado
sus coches y se han refugiado en casa.
En los últimos días también ha habido largas colas en los
supermercados, así que parece que las clases medias y altas han hecho acopio
suficiente de víveres para una o dos semanas, en previsión de que se desate el infierno
cerca de los supermercados o no puedan salir de sus casas.
"He comprado todo lo que necesito, desde pasta hasta
verduras, he acaparado todo lo que he podido, así que podemos quedarnos en casa
y ver la revolución en televisión", afirma Jihan Mohamed (40 años) que aún
no ha decidido si va a unirse a las protestas. Mohamed votó a Morsi en la
segunda vuelta, y dice: "me arrepiento, nunca pensé que esta gente
hambrease e hiciese daño al país de la forma en que lo han hecho. ¿Qué ha
pasado con sus preceptos religiosos?”, se pregunta airado mientras compra pan en
una panadería abarrotada de gente en el céntrico distrito de Shubra.
El padre de Mohamed ha estado atrapado tres días en la zona
del delta del Nilo, hasta que encontró gasolina para llenar el depósito de su
coche y regresar a El Cairo.
La seguridad es una de las principales preocupaciones de
muchos de los que se manifiestan por primera vez. Un arquitecto jubilado,
Hassan Darwish (70 años), participará por primera vez en su vida en las
protestas, junto con su familia, el 30 de junio. "Ya no me siento seguro, casi
no duermo, estoy siempre preocupado por mis hijos y mis nietos. Me despierto en
medio de la noche para comprobar las cerraduras de las puertas y las ventanas",
añade Darwish después de una reunión con otros compañeros que también se
manifiestan por primera vez y que acaban de terminar sus plegarias en una
mezquita en el barrio satélite “6 de octubre”.
"Vamos a reunirnos después de la oración de la tarde e
iremos con nuestros coches hasta la Plaza Juhayna para reunirnos allí con el
resto de los vecinos del “6 de octubre”, luego “formaremos una caravana de coches
hasta Tahrir o Ittihadiya, según como vaya el día”, puntualiza Darwish confiado.
La seguridad es estricta en muchas zonas y las tropas están desplegadas
en El Cairo y en otros lugares.
Hay barreras de alambre de púas y se controla rigurosamente
a automóviles y personas frente a los centros comerciales, empresas y
edificios.
Tropas militares están también desplegadas en áreas
cruciales.
La mayoría de los bancos, las empresas públicas y privadas han
aconsejado a sus empleados tomarse libre el 30 de junio, descontándolo de sus
vacaciones anuales, por su propia seguridad.
El Presidente
El presidente Morsi, en un discurso de más de tres horas
televisado el miércoles, fue incapaz de dar garantías a la oposición. Dio las
gracias a los militares y la policía y atacó y agradeció la labor del Poder
Judicial. El presidente defendió su gestión, admitió errores y prometió reformas
que los corrigiesen.
Atribuyó sus fracasos a los enemigos internos y externos de
Egipto y los restos del antiguo régimen, a los que acusó de odiar ver a Egipto
en la senda democrática.
"Asumí la responsabilidad de un país sumido en la
corrupción y se desencadenó una guerra para hacer que fracasase", dijo.
En su discurso a la nación, Morsi también describió como
actúan los políticos, jueces y periodistas - a quien citó por su nombre - que
cree que quieren "dar marcha atrás" y volver a la era Mubarak.
"Los enemigos de Egipto no han escatimado esfuerzos
para sabotear la experiencia democrática."
El presidente Morsi desafió a los dirigentes de la oposición
a recurrir a las urnas si quieren un cambio de gobierno y los criticó por
negarse a participar en un diálogo nacional.
Morsi también advirtió a los medios de comunicación que no
abusen de la libertad de expresión.
En cuestión de horas, el efecto del discurso del presidente
islamista se podía sentir, como los círculos de una onda, a través de los
medios de comunicación egipcios.
Un programa de entrevistas en el canal de televisión
Al-Fareen terminó abruptamente el jueves por la noche cuando el presentador se
enteró de que iba a ser arrestado. Presentador y propietario del canal, a
Tawfiq Okasha se le acusa de difundir información falsa y el canal ha dejado de
emitir.
Otro presentador importante presentó su dimisión en directo
en la televisión estatal, en protesta por lo que califico como "las
interferencias del gobierno" en la línea editorial de su programa.
Al propietario de los canales Al Nahar y CBC, Mohammed
El-Amin, se le ha prohibido viajar fuera del país después de que Morsi le mencionase
por su nombre en su discurso, afirmando “que no había pagado sus impuestos",
y que “esta es la razón por la que su canal ataca al presidente y la Hermandad”,
según aseguró el presidente en un acto islamista, en el que el público gritaba
"¡hay que purgar a los medios de comunicación!".
El-Amin ha negado todas las acusaciones.
La Oposición
La principal coalición de la oposición rechazó el jueves la
oferta del presidente Morsi de diálogo.
En un comunicado, la mayor plataforma de la oposición en
Egipto, el Frente de Salvación Nacional (FSN), afirmó que "seguimos
exigiendo la convocatoria inmediata de elecciones presidenciales anticipadas".
"Estamos seguros de que el pueblo egipcio va a salir a
la calle por millones en manifestaciones pacíficas en todas las plazas y calles
para exigir sus reivindicaciones y volver a relanzar la Revolución del 25 de
enero", agregó el comunicado.
La oposición se refiere al levantamiento popular en enero de
2011 que derrocó al presidente Hosni Mubarak.
"El discurso del presidente [a la nación] han
confirmado la opinión de los egipcios de que Morsi no es capaz de ejercer la
presidencia”, asegura el FSN.
Los militares
El despliegue de fuerzas militares comenzó en todo el país
el martes, mientras el ministro de Defensa Abdel-Fattah El-Sisi declaraba a
principios de esta semana, que el ejército tenía la "responsabilidad
moral" de evitar que "Egipto caiga en un agujero oscuro" de
violencia política.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (SCAF), encabezado
por el mariscal de campo Mohamed Hussein Tantawi, asumió el poder entre febrero
de 2011 y junio de 2012 tras el derrocamiento de Hosni Mubarak de la
presidencia. Este período de gobierno del SCAF fue seguido por la elección del
candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi a la presidencia.
Han tenido lugar varias manifestaciones delante del
Ministerio de Defensa pidiendo que El-Sisi recupere el poder de Morsi.
La pregunta que se formula cada día en las calles, los programas
de entrevistas, los artículos de opinión y las tertulias es: ¿con quién se
alineará el ejército?, ¿volverá a hacerse con el poder?, ¿permanecerá neutral?
En su discurso - en El-Sisi aparecía con cara de póquer
militar típica sentado en la audiencia - Morsi reafirmó que él es el jefe de
las fuerzas armadas y agradeció a los militares sus esfuerzos para proteger las
fronteras de Egipto. El mensaje que intentó enviar es que el ejército está de
su lado.
Sin embargo, en muchas ocasiones los militares han hecho
saber que no están de ninguna parte en la lucha por el poder y que sólo están
del lado del pueblo.
La pregunta que debería sustituir a todas las demás es si los
militares están dispuestos a asumir el poder de nuevo si creen que la violencia
se vuelve incontrolable, especialmente después de todas las críticas que
recibieron de los políticos, los activistas y las organizaciones de derechos
humanos cuando asumieron el poder tras el derrocamiento de Mubarak.
La Hermandad
Mientras tanto, la Hermandad Musulmana y sus aliados han
protagonizado protestas masivas la semana pasada para mostrar su apoyo a la
"legitimidad democrática" del presidente y rechazar “la violencia”.
Los partidarios de la Hermandad han hecho hincapié en el
mitin del viernes en lo que llaman la “legitimidad” de Morsi y rechazar las exigencias
de la oposición de que dimita.
Muchos políticos islamistas acusan a la oposición de dar
cobertura a la violencia política, mientras que otros han prometido responder
en especie si las protestas de la oposición del domingo se tornan violentas.
En cuanto al discurso televisado de Morsi, la Hermandad
afirma que ha alcanzado sus objetivos, a pesar de las muchas críticas de la
oposición.
El portavoz del Partido de la Libertad y la Justicia (FJP),
de la Hermandad Musulmana, Nader Omran describió el discurso de Morsi como
"excelente, equilibrado y muy necesario", a la luz de la actual
situación del estancamiento político de Egipto.
No a Mubarak, no a los militares, no a Morsi
Varias fuerzas de la oposición han dado a conocer un
comunicado este jueves afirmando que no iban a aceptar la vuelta al poder de
antiguos funcionarios de la época de Mubarak como una alternativa al presidente
Morsi y su régimen.
"La revolución no tolerará oportunistas que solo buscan
su beneficio personal", asegura el comunicado, añadiendo que "no
vamos a permitir el regreso de Mubarak [funcionarios] o el ejército".
Las fuerzas de la oposición, que incluyen el Movimiento de
la Juventud 6 de abril, los Socialistas Revolucionarios, y el Partido Egipto
Fuerte, dirigido por el islamista Abdel-Moneim Abul-Fotouh, defienden que la
Revolución del 25 de enero no terminó cuando el pueblo egipcio derrocó a
Mubarak en 2011.
"La lucha no se detuvo, porque nosotros seguimos
enfrentados al mismo régimen, aunque ahora tenga una fachada militar o religiosa",
dice la declaración.
La declaración de la oposición describe las protestas de
este domingo como una "continuación de la revolución y sus objetivos, de
los que el presidente se ha apartado”.
"Nos comprometemos a utilizar medios pacíficos y
populares para alcanzar nuestros objetivos", concluye el comunicado.
Un número significativo de personalidades públicas han
firmado también la declaración, entre ellas el ex diputado Amr Hamzawy, el escritor
Alaa Al-Aswany, el politólogo Rabab El-Mahdi, y el ex candidato presidencial
Khaled Ali, entre otros.
La hoja de ruta
El movimiento Tamarod (“Rebelión”),
que tiene como objetivo la dimisión del presidente Morsi mediante una campaña
de recogida de firmas masiva, ha propuesto un plan de transición de seis meses en
el que los poderes ejecutivos se asignan a un primer ministro tecnócrata
independiente.
La hoja de ruta política propuesta por Tamarod para las manifestaciones masivas del 30 de junio en una
conferencia de prensa la semana pasada consta de los siguientes elementos:
1. La entrega del poder a un primer ministro independiente que
represente la Revolución del 25 de enero, con la condición de que no participe
en las próximas elecciones parlamentarias o presidenciales.
2. "El primer ministro independiente encabezará un
gobierno tecnocrático cuya tarea prioritaria será elaborar un plan de choque económico
de emergencia para salvar la economía egipcia y ampliar las políticas de
justicia social", según el cofundador de Tamarod, Mohamed Abdel-Aziz. Insinuó también que el primer
ministro tecnócrata no debería ser un político conocido.
3. "El presidente del Tribunal Constitucional asumiría las
funciones protocolarias de la presidencia, mientras que todos los poderes
ejecutivos se asignarían al primer ministro durante un período de transición de
seis meses que concluiría con la celebración de elecciones presidenciales
supervisadas por el poder judicial y con observación internacional, seguidas de
elecciones parlamentarias", agregó el cofundador Tamarod.
4. La hoja de ruta propone asimismo la disolución del
Consejo de la Shura, la suspensión de la Constitución vigente y la redacción de
una nueva Constitución.
5. El primer ministro otorgaría al Consejo de Defensa
Nacional la autoridad para cumplir con sus responsabilidad en relación con la seguridad
nacional del país.
Los activistas y oradores de Tamarod han subrayado que el Frente 30 de junio no representa a
todos los revolucionarios en Egipto, pero sin embargo, espera poder representar
a todos los egipcios el 30 de junio.
"No habrá otras pancartas o banderas que no sean la
bandera egipcia y las imágenes de los mártires de Egipto, empezando por los
mártires de la Revolución del 25 de enero en las manifestaciones", dijeron
sus dirigentes en la conferencia.
La violencia
En vísperas del domingo, el miedo a la violencia, en una
nación cada vez más polarizada de más de 80 de personas, crece por momentos.
Cinco personas han muerto ya en los enfrentamientos en todo
Egipto entre partidarios y opositores del presidente Morsi.
A principios de la semana pasada, una multitud de miles de
salafistas mataron a cinco chiítas en un pueblo de Giza – cerca de la capital
de Egipto – lo que aumentó el temor a la violencia religiosa. El presidente fue
incapaz de referirse a ello en su discurso y fue ampliamente criticado.
El miedo a la violencia, el caos, el pillaje y los ataques
de la mafia están creciendo, pero todos los políticos han afirmado que es
imprescindible que las protestas sean pacíficas y que el único camino que tiene
la revolución para continuar es que las manifestaciones sean pacíficas, permitiendo
que millones de personas salgan a las calles y se produzca una concentración
indefinida, seguida de métodos de protesta pacíficos, incluyendo huelgas en las
fábricas, las compañías y el transporte.
Lina El-Wardani es periodista del medio
digital egipcio Ahram On Line
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TURQUÍA
El ejército se enfrenta a manifestantes y deja un muerto y 8 personas heridas
Viernes, 28 de Junio de 2013 23:07
Una
persona murió en circunstancias todavía no determinadas durante la
intervención de los soldados durante una manifestación que denunciaba la
ampliación de un campamento militar.
Una persona murió y por lo menos otras ocho resultaron heridas el viernes en el sureste de Turquía cuando el ejército disparó al aire para dispersar a unos 300 manifestantes que denunciaban la ampliación de un campamento militar, informaron fuentes de seguridad.
La
víctima murió en circunstancias todavía no determinadas durante la
intervención de los soldados, precisaron las mismas fuentes.La agencia de prensa kurda Firat News confirmó la muerte de una persona, precisando que el ejército comenzó a disparar cuando los manifestantes quemaron carpas situadas en unas obras y atacaron a las fuerzas del orden lanzando piedras y cócteles Molotov.
Estos incidentes ocurren cuando el gobierno islamista conservador turco se ha visto confrontado a su mayor protesta desde su llegada al poder en 2002.
Iniciada
el 31 de mayo con una movilización contra la destrucción de un jardín
público de Estambul, el parque Gezi, el movimiento se transformó en una
vasta protesta que reunió el fin de semana pasado a cerca de 2,5
millones de personas en unas 80 ciudades del país, según los cálculos de
los servicios de policía.El sureste, de mayoría kurda, no fue tan
afectado por estas protestas que afectaron especialmente a Estambul, la
capital Ankara e Esmirna.
Según el último balance de la asociación
de médicos turcos, estas manifestaciones causaron cuatro muertos, tres
manifestantes y un policía, y cerca de 8.000 heridos.Fuente: Agencias
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SIRIA
G8: Cameron propone dictadura militar para Siria
Ese escenario permitiría poner en el poder un nuevo «líder» que rompería con la Resistencia antisionista, aunque mantendría esencialmente el aparato baasista.
No es la primera vez que «el bando de la democracia»
planea instaurar una dictadura militar en Siria. Ese fue el objetivo
abiertamente reconocido de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton y
del general estadounidense David Petraeus con el gran atentado
perpetrado en Damasco el 18 de julio de 2012. En aquel momento, una
poderosa explosión mató a los principales responsables del Consejo de
Seguridad Nacional de Siria, abriendo así el camino a un golpe de Estado
mientras que 40 000 Contras atacaban simultáneamente la capital siria.
Respaldado por la Guardia Nacional, el Estado sirio resistió.Posteriormente, Francia y Turquía trataron nuevamente de asesinar al presidente Assad [2].
La proposición del primer británico Cameron hace pensar que existe al menos un cómplice dentro del entorno inmediato del presidente Assad y al menos otro entre los principales dirigentes del gobierno actualmente en el poder así como en el ejército o los servicios de seguridad.
fuente: Red Voltaire
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Equipo del Sitio Web de Al Manar | |
Decenas de
seguidores del líder salafista Ahmad al Assir han muerto, varias decenas
más han resultado heridos y más de 70 se han rendido al Ejército
libanés durante el último y final choque en el barrio de Abra, en Sidón,
en el sur del Líbano. Observadores occidentales han alabado al Ejército libanés por su rápida resolución y respuesta a los crímenes de Al Assir en Sidón. Ellos añadieron que el problema ha sido siempre la cobertura política que se le ha prestado a Al Assir y no la preparación del Ejército, que siempre ha estado ahí. Algunos informes señalan que el rápido éxito del Ejército libanés para derrotar al grupo de Al Assir cerrará la puerta a algunos políticos aventureros que pensaron que podían tomar al Líbano como rehén de sus chantajes políticos basados en la utilización del sectarismo. |
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