Las mujeres de la Primavera Árabe están siendo violadas, apresadas y ven ahora retroceder sus derechos
Mujer, bosnia, musulmana y redactora jefe en una cadena de televisión, Esma Kucukalic quiere romper barreras entre género y religión.
20/11/2013 - Autor: Jairo Vargas - Fuente: Público.es
Esma posa junto a un retrato suyo de la exposición Mujer, todos somos una en el Museo Nacional de Antropología. Jairo Vargas
Esma Kucukalic es periodista y presentadora de un programa de televisión de actualidad internacional. Todo parece normal salvo por un detalle no muy común en España: presenta con un velo cubriendo su cabeza.
Esta joven bosnia es musulmana y su historia representa un ejemplo de superación en todos los sentidos. Con sólo 10 años tuvo que abandonar su Bosnia natal huyendo de la guerra que azotaba la antigua Yugoslavia. Junto a su madre y su hermana, Esma consiguió el asilo en España donde, asegura, nunca ha tenido ningún problema relacionado con su credo ni su cultura.
"Vinimos a España para diez días, pero ya han pasado 30 años y aún sigo aquí", relata. Después de crecer y formarse en Valencia, se trasladó a Madrid, donde trabaja para el canal islámico Córdoba Internacional TV. "Siempre digo que la protagonista ha sido mi madre. Ha sabido camuflar el miedo a lo desconocido, nos ha transmitido la tranquilidad de un hogar y permitido ser lo que en Bosnia queríamos ser: mi hermana artista y yo periodista", asegura.
No podría presentar con el velo puesto en otra cadena española, aunque eso no le importa mucho. "Cuando hacemos un debate de televisión, de repente se diluye el pañuelo, deja de ser un elemento visible y cobra atención la persona, el periodista o el tema que se está tratando", explica. "Es sólo una indumentaria, una parte espiritual de mi vida, algo que llevo intrínsecamente dentro", dice. "Si a alguien le ha resultado molesto que vaya por la calle con el velo, nunca me lo ha manifestado, no tengo constancia", afirma.
Mujer, presentadora y con un puesto de responsabilidad no son elementos muy comunes en la sociedad islámica, en la que el hombre centra toda la importancia. Sin embargo, ella ha roto todas las barreras que a priori podían interponerse entre su cultura y su realización personal. "El Islam nunca ha supuesto una barrera en mi día a día. De hecho, creo que el estar en un puesto visible presentando un programa de televisión, que no tiene nada que ver con el hecho islámico, me ha permitido demostrarme a mí misma que el Islam no tiene por qué ser una barrera", dice.
"Mi madre nos ha permitido ser lo que mi hermana y yo
queríamos ser: ella, artista; yo, periodista"
Aunque reconoce que quizá en su Bosnia natal hubiera tenido más problemas para llega hasta donde ha llegado aquí. "La sociedad española es cada vez más plural en este aspecto, aunque no dejamos de tener prejuicios y desconocimiento sobre el Islam", explica. "Puede que haya tenido algún problema, pero no por mi indumentaria, sino por ser musulmana en el contexto de los medios de comunicación, un gremio en el que en España todavía no es muy común y resulta un tanto exótico", apunta.
Sin embargo deja claro que esas posibles barreras en otros países islámicos "no tendrían que ver con una determinada religión, si no con la interpretación que en cada país se hace de ella", dos cosas muy distintas, remarca. Esma es consciente de que ser mujer es suficiente para que determinadas puertas se cierren en muchos países islámicos, pero asegura que esta opción religiosa no es machista, sino que se ve condicionada por cada contexto. "El Islam se profesa desde Asia hasta África de una forma muy diferente, con un contexto cultural específico y cada cultura interpreta la religión a su manera. El Islam es una fe que tiene cinco elementos comunes a todos los que la profesan. Cómo la interpretan los musulmanes es la pregunta que hay que hacerse y lo que en ocasiones hace daño a la imagen que proyecta y a muchos musulmanes que la profesamos", relata la joven periodista.
"Más que por ser mujer, he tenido problemas para
explicar elementos del Islam que yo misma no sé cómo enfrentar"
"Más que por ser mujer musulmana, he tenido problemas en mi carrera a la hora de defender elementos del Islam que yo misma no sé cómo enfrentar", reconoce. Y el ejemplo que primero se le viene a la cabeza es la cantidad de interrogantes que los atentados del 11 de septiembre de 2001 generaron. "Yo empecé a estudiar Periodismo justo cuando cayeron las Torres Gemelas en Nueva York. De la noche a la mañana me convertí en la persona que tenía que responder todas las dudas acerca del Islam, la violencia y el terrorismo; sin ser yo más que otra estudiante en una clase", recuerda.
Como mujer y musulmana, Esma tiene su propia visión de lo que la Primavera Árabe ha supuesto para la conquista de las libertades de las mujeres. "Fue un florecimiento que nació de manos de los activistas, de gran parte de la sociedad que demandaba democracia en sus países y donde la mujer ha desempeñado un papel importante. Las mujeres salieron a las calles de Egipto o de Túnez para promover el cambio y pluralidad en los gobiernos, algo indispensable para ellas. Pero hoy están siendo violadas, apresadas y ven retroceder sus derechos, incluso más que en los regímenes anteriores", critica.
"La mujer es siempre una doble víctima en los conflictos
armados"
Además, explica, "la mayoría de las revoluciones que surgieron han derivado en conflictos armados, donde la mujer es siempre una doble víctima". Ella sabe de sobra lo que supone ser mujer en medio de una guerra. "Recuerdo que cuando estábamos saliendo de Bosnia, mi hermana tenía 21 años, una edad muy peligrosa en una situación donde la violación se usa como arma de guerra. Mi padre murió en la guerra de los Balcanes y tanto mi madre como nosotras estábamos totalmente desamparadas, con una desprotección absoluta", relata.
Las violaciones y el aumento del acoso sexual a las mujeres durante la Primavera Árabe fue portada en todos medios de comunicación el pasado año, proyectando sobre la sociedad islámica una imagen machista y atrasada. "Entenderlo así sería una injusticia", afirma Esma, quien añade que las violaciones van siempre en aumento en países en conflicto. "En Iraq aumentaron las violaciones no precisamente por parte de los musulmanes, sino por agentes internacionales. En Srebrenica Bosnia se sucedieron muchas por parte del batallón holandés... Creo que hay que tratar con justicia estos conceptos. En Egipto se han cometido infracciones flagrantes contra la mujer por parte de musulmanes, pero a lo largo de la historia las mujeres siempre han sufrido esto. Creo que se confunden conceptos a ese respecto", concluye.
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