Las tropas chinas llegan a Siria para combatir a los rebeldes uigures
Coronel (retirado) Dr. Jacques Neriah
El conflicto sirio tiene una capacidad infinita para sorprender a los analistas ya que aparentemente cada dos días aparece un nuevo elemento, sin precedentes en la guerra civil. Tal es el caso de la llegada de la primera unidad de las fuerzas especiales del ejército chino, “Los Tigres Nocturnos”, al puerto sirio de Tartus en el Mediterráneo, según informes en medios árabes cercanos a los regímenes de Assad y Teherán (el canal de televisión Al Mayadeen). Los Tigres Nocturnos fueron enviados por Pekín para luchar contra los uigures, el grupo étnico chino musulmán que está luchando junto a las fuerzas rebeldes contra el régimen de Assad.
Según estos informes de prensa, Pekín planeaba enviar dos unidades de las Fuerzas de Operaciones Especiales, los “Tigres de Siberia” y los “Tigres Nocturnos”, para ayudar al régimen de Assad contra los uigures chinos que luchan junto a las organizaciones musulmanas radicales en Siria. Sin embargo, a diferencia de las noticias que informan sobre la llegada de los “Tigres Nocturnos”, aún no se ha recibido confirmación de la segunda unidad.
Según el embajador sirio en China, unos cinco mil uigures étnicos de la provincia china de Xinjiang se encuentran actualmente en Siria. El presidente Assad hizo hincapié en la “cooperación crucial” entre Siria y la inteligencia china contra los militantes uigures, el año pasado. Tras la visita a Siria del almirante chino Guan Yufi, a mediados de 2016, el ejército chino ha estado presente en Siria para entrenar a las fuerzas sirias en armas de fabricación china, recolección de inteligencia, logística y medicina de campo.
Desde el comienzo de la guerra civil en Siria e Irak, los uigures han acudido en masa al Oriente Medio y se han unido a las fuerzas rebeldes que luchan contra el régimen de Assad y el régimen chií en Irak, apoyado por Irán. Los uigures se sumaron a varias milicias jihadistas, tales como el Frente Jabhat al Nusra, Hayaat Tahrir el Sham e ISIS (Estado Islámico).
Los primeros informes de que los uigures regresaron a su hogar en el oeste de China provenientes de Siria surgieron en julio de 2013, revelando que estuvieron presentes en las áreas de combate mucho antes. El gobierno chino ha alegado que “más de mil” separatistas de Sinkiang han recibido entrenamiento terrorista en Afganistán y afirma haber arrestado a cien terroristas entrenados en el extranjero que regresaron a Sinkiang.
Temiendo las corrientes irrendentistas provocadas por los separatistas uigures y confrontando el aumento de la violencia en la provincia de Sinkiang, el gobierno central chino ha seguido una política destinada a neutralizar las tendencias separatistas en esa región de China.
Es obvio que el gobierno chino no ha logrado contener la amenaza separatista uigur en la provincia de Sinkiang. Las medidas adoptadas contra los uigures se han vuelto un boomerang de tal forma que hubo más ataques terroristas en las provincias y fuera de China desde fines de 2016. Además, según lo informado en julio de 2016 por New America, un grupo de expertos estadounidense, las restricciones religiosas chinas contra los musulmanes en Sinkiang pueden haber impulsado a más de cien uigures a unirse al ISIS. Los ataques perpetrados por los uigures siguen casi los mismos patrones que los llevados a cabo por radicales islámicos (ISIS y otros) en otros lugares del mundo, como atropellamientos con vehículos, suicidas con explosivos y atacantes armados con cuchillos. Pero, a diferencia de otros lugares del mundo, los ataques no son publicitados por el gobierno chino, que mantiene un control estricto de la información. Como dijo un corresponsal de Reuters: “El gobierno ha retrasado la presentación de informes de incidentes previos en Sinkiang, y los límites a los periodistas extranjeros que trabajan allí hacen que sea casi imposible llegar a una evaluación independiente de la seguridad de la región”.
La derrota de ISIS en Iraq y los recientes éxitos de las tropas de Assad en Siria contra los rebeldes parecen haber creado una crisis a la que Pekín intenta encontrar solución antes de que cientos de combatientes uigures regresen a casa después de luchar en las filas de los rebeldes, totalmente entrenados para la guerra de guerrillas. Su experiencia puede tener un gran impacto en la manera en que los separatistas uigures están librando actualmente su guerra. Además de las últimas amenazas uigures de “derramar ríos de sangre”, uno puede anticipar que el problema uigur ha crecido a una dimensión desconocida en el pasado.
Teniendo esto en cuenta, estas circunstancias excepcionales pueden haber empujado a Beijing a desplegar sus tropas de élite en Siria para contener el posible flujo de combatientes uigures a China. Paralelamente y como quid pro quo, Pekín ha expresado al régimen sirio su interés en participar en el esfuerzo de reconstrucción de Siria y su disposición a invertir miles de millones de dólares en ese sentido.
Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs
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