En las elecciones federales de 2018, Andrés Manuel López Obrador logró, lo que durante tres procesos electorales había querido, llegar a la Presidencia de la República, cabe recordar que en 2006 perdió ante Felipe Calderón y en 2012 con Enrique Peña Nieto.
En dichas elecciones el resultado fue contundente hacía el tabasqueño, logrando un 53.19 por ciento del electorado, esto gracias a los poco más de 30 millones de votos de ciudadanos que votaron por él.
Sin embargo, parece que la llamada “Cuarta Transformación”, encabezada por López Obrador, está utilizando prácticas que se han visto en gobiernos anteriores, algo que, según él, no pasaría de llegar la Presidencia, pero como ya sabemos, este gobierno está plagado de mentiras.
La persecución hacia un alto funcionario del antiguo régimen como Emilio Lozoya parece ser un intento del gobierno por renovar su legitimidad, además de que se especula que es un pretexto utilizado por Santiago Nieto, actual titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda y Crédito Público (SHCP), quien busca revancha por lo acontecido en la administración de Enrique Peña Nieto.
Cabe recordar que, en ese entonces, Nieto fue destituido de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) de la que era fiscal, luego de que se iniciara una investigación en contra de Lozoya por sus nexos con el caso de corrupción Odebrecht, lo que indica que todo esto es un acto de venganza por lo acontecido en 2017.
La 4T aprendió muy bien de los casos de:
1) El “quinazo” con Salinas
Así se llamó a la detención de Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, entonces líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
El 10 de enero de 1989, “La Quina” fue detenido acusado de homicidio y acopio de armas, tan solo una semanas después de que Salinas de Gortari tomara posesión como Presidente de la República.
Esto se dio supuestamente porque Hernández Galicia se opuso a que Salinas de Gortari llegara a la Presidencia, además de que “La Quina” habría llamado a miles de trabajadores petroleros a votar por el candidato opositor Cuauhtémoc Cárdenas.
Pese a ello, Salinas de Gortari ganó las elecciones, pese a ser catalogadas como un fraude electoral, pero lo que buscaba el mandatario era legitimar su administración, asegurando que la detención fue en el combate a la violencia y corrupción.
3) Caso Elba Esther con Peña
El “Quinazo” del sexenio de Enrique Peña Nieto es la detención de Elba Esther Gordillo, ex líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que más que ser el inicio de la lucha contra la corrupción sindical fue un golpe de facto contra una figura política que era crítica al regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en medio de la promoción de una reforma educativa que buscaba arrebatarle el control que el sindicato había logrado en la educación en México.
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