Con toda razón muchos opinadores –de todos los signos–, se dijeron indignados por un video en donde un grupo criminal desarma y humilla a un comando militar.
Muchas de esas voces también se dicen indignadas por la escasa respuesta del Presidente Obrador y, sobre todo, por la nula participación de instituciones como el Congreso.
Por eso, frente a esa muestra de debilidad extrema del Estado mexicano, algunos opinadores especulan que el nuevo gobierno, el de López Obrador, en realidad le entregó el país al crimen.
Y es que resulta impensable e intolerable el vacío de poder del nuevo gobierno, frente al avance sin freno de la violencia criminal.
Sin embargo, lo que vemos no es novedad, ya que las señales de ingobernabilidad vienen de lejos y, por eso, lo advertimos el 23 de abril en el Itinerario Político de esa fecha, titulado: “Obrador entregó el país al crimen”.
A continuación un resumen de esa historia.
“No es una casualidad que todas las formas de la violencia criminal se hayan desatado en el primer trimestre de 2019, justo al arranque del gobierno de López Obrador.
“Y no es casual porque en política –y en casi todos los eventos sociales–, nada es producto de una bendición divina o de una maldición terrenal”.
“Así, por ejemplo, muchos ingenuos suponen que el estallido de violencia que hoy vivimos en todo el territorio nacional al arranque del gobierno de Obrador, es parte de una decisión unilateral de las bandas criminales que orquestaron una suerte “de bienvenida” al nuevo presidente.
“Es decir, que según “los maromeros” de Morena –aquellos que a toda torpeza presidencial encuentran una explicación ideal–, y los fanáticos del nuevo gobierno, creen que los criminales “están calando a Andrés” quien dotado de una sabiduría infinita no persigue al crimen para no provocar un baño de sangre.
“Otros defensores de Obrador –quizá los más bobos–, suponen que cuatro meses es un suspiro “para terminar con el cochinero” que dejaron 40 años de gobiernos neoliberales, en una suerte de premonición de que Obrador gobernará durante otros 40 años para acabar con tal cochinero.
“Lo cierto es que, les guste o no a unos y otros, el origen de las matanzas por todo el país, del trimestre más violento de la historia y, en general, la causa del estallido incontenible de la violencia la conoce bien el presidente López Obrador quien, incluso, a través del pensamiento napoleónico, en su momento fustigó al gobierno de Peña Nieto.
“Dijo Obrador en un mensaje de su red social de Twitter –el 13 de mayo de 2017–: “Napoleón decía: si el crimen y los delitos crecen, es evidencia que la miseria va en aumento y que la sociedad está mal gobernada´. Aplica”
“Y por supuesto que hoy aplica el diagnóstico certero de Napoleón, pero aplica en el propio gobierno de AMLO quien ayer exigía a Peña Nieto lo mismo de lo que hoy carece el gobierno de Obrador; eficacia en la lucha contra el crimen.
“Sin embargo, lo que no dice y menos reconoce el presidente mexicano es que en su gestión no sólo se incrementó la ineficacia gubernamental sino que los criminales fueron perdonados aún antes de que Obrador llegara al poder, de manera formal.
“¿Qué quiere decir lo anterior?
“Que si hacemos memoria, recordaremos que desde los tiempos de campaña, el entonces candidato Obrador anunció por todo el país que brindaría protección a los criminales mediante una amnistía unilateral del gobierno.
“Desde todos los frentes –políticos y sociales–, y en todos los tonos se le advirtió al candidato Obrador sobre los peligros de ofrecer amnistía a las bandas criminales; un perdón adelantado, unilateral y sin condiciones.
“Como saben, la respuesta de López fue la soberbia y la delirante esperanza en la buena fe de los criminales a quienes, ya como presidente en funciones, prometió no perseguir. AMLOperdió cinco meses de transición en promesas y milagros engañabobos.
“Dicho de otro modo, resulta que en los hechos, el nuevo presidente mexicano “entregó la plaza” a las bandas de narcotraficantes, secuestradores, tratantes de personas, ladrones de combustible y, en general, al crimen organizado” Hasta aquí la cita.
Sólo basta preguntar.
¿Qué esperan para actuar, tanto el Congreso como la Corte, frente a la claudicación del Estado ante el crimen? Sí, es un escándalo el caso Odebrecht, pero es más escandaloso que en México el crimen esté por encima de instituciones como el Ejército.
¡Se los dije!