Día de Solidaridad con Palestina: kufiyas, olivos y resistencia
Los jóvenes alzarán las kufiyas, los emojis de sandía burlarán la censura de los algoritmos, y el olivo milenario nos recordará el arraigo de la gente por su patria.
La bandera de Palestina parece iluminarlo todo. Un muchacho la sostiene como a una bailarina por el talle, mientras el viento mueve su tela y ella luce su esplendor de rebelde.
Muchas, grandes o pequeñas, ondearon durante los últimos dos años por plazas de todo el mundo, en favor de la causa de la nación levantina.
Avenidas y calles se convirtieron en arterias hinchadas. Manos firmes cargaban fotos de niños mártires, carteles, enseñas de pueblos amigos, de organizaciones.
En algunas fotografías, no se ve un pedazo de calle vacía, es una ola de cuerpos y una mezcla del respeto por la tierra donde nacen hombres sin miedo.
Hoy, 29 de noviembre, aniversario de la resolución de la Organización de las Naciones Unidas que provocó la división de Palestina, cientos de personas marcharán por la solidaridad con el pueblo ocupado.
Y también por los mártires, para que no haya ni uno más; y para decirle a Occidente que, a pesar de las tempestades, la identidad palestina crece.
Apoyados en esa idea, los jóvenes alzarán las kufiyas, el mismo pañuelo tradicional que hace unos días la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura declaró patrimonio de la humanidad.
Incluso en redes sociales, los emojis de sandía, cultivo emblemático de la región del Mediterráneo Oriental, burlarán la censura de los algoritmos.
Muchos conocen el arraigo del olivo milenario. Frente a plazas y calles su imagen evocará la resistencia y el amor.
Palestina escucha y sabe que todavía son su historia y sus sueños los que tiran de la gente, los que impulsan amaneceres, lo que mueven insignias; esos son los imanes que la une cada día.
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