El Profeta Shuayb
(Que la paz sea con él)by Isa Rojas
"Shuayb trato de convencerlos de todas las maneras posibles, y trataba de hacer que no tuvieran tanto amor al dinero y a las riquezas"
En el Median había un hombre llamado Shuayb (Que la paz sea con él)
En el Corán se presenta la historia de un profeta de Alá llamado Shuayb, Alá lo envió al Median en especial a las personas de un lugar llamado Al´Akiah, los cuales eran grandes comerciantes, tal era su destreza en el comercio que llegaron a ser los comerciantes mas grandes de ese tiempo su ruta de comercio era entre el Yemen, la región de Sham, entre Irak y Egipto cruzando el mar rojo.
Ellos adoraban a otros fuera de Alá como era la costumbre de muchas naciones a las cuales Alá les envío profetas, aparte de eso ellos hacían trampas con los pesos y las medidas engañando a las personas y cometiendo fraudes, también pagaban muchos sobornos a las autoridades para ocultar sus fraudes así vivían sembrando la corrupción en la tierra.
Así es la vida de las personas ricas y soberbias que creen que jamás serán juzgados y no temen castigo alguno.
Debido a eso Alá les envío un mensajero llamado Shuayb (Que la paz sea con él) para que les aconsejara y les advirtiera:
“Y a los Madyan, su hermano Shuayb, que dijo: ¡Gent amia! Adorad a Alá; no tenéis otro dios que El. Os ha llegado una evidencia de vuestro Señor; así pues cumplid con la medida y el peso y no menoscabéis a los hombres en sus cosas ni corrompáis en la tierra después del orden que se ha puesto en ella. Eso es un bien para vosotros si sois creyentes. Y no estéis esperando al acecho en cada camino para intimidar, ni desviéis del camino de Alá a quien cree en El, deseando que sea tortuoso” (7: 85, 86)
La Dawa de Shuayb (Que la paz sea con él)
Shuayb trato de convencerlos de todas las maneras posibles, y trataba de hacer que no tuvieran tanto amor al dinero y a las riquezas, les decía: “En verdad que las ganancias que obtienen legítimamente sin adulterar las balanzas es mejor para ustedes que robarle el dinero a las personas injustamente, si ven la historia de esas naciones que ha habido antes de ustedes que reunieron tanto dinero, encontraron que toda la riqueza que acumularon con la injusticia y el fraude entre las personas no les sirvió para nada, todo lo perdieron ya sea que fueron robados ellos mismos o perdieron el dinero y muchos de ellos lo utilizaban para cosas que no complacen a Alá, hubiera sido mejor para ellos tener poco dinero pero que les hubiera beneficiado en esta vida y en la otra a tener una gran riqueza de manera fraudulenta que no les beneficiaria nada ni en esta vida ni en la otra”
“Di: Aunque te asombre la abundancia, lo malo nunca será igual que lo bueno. Y temed a Alá, vosotros que sabéis reconocer lo esencial, para que así podáis tener éxito” (5: 102)
Shuayb (Que la paz sea con él) también les decía: este consejo que les doy es sincero, Alá los está observando, así que obedézcanme.
“Las cosas de Alá que permanecen son mejores para vosotros si sois creyentes” (11: 85)
Un padre misericordioso y un maestro sabio
Shuayb (Que la paz sea con él) no cesaba en exhortarlos y los aconsejaba de todas las maneras posibles de la misma forma que lo hace un padre misericordioso y un maestro sabio, decía:
“Y a los Madyan, su hermano Shuayb, que dijo: ¡Gent amia! Adorad a Alá; no tenéis otro dios que El. Os ha llegado una evidencia de vuestro Señor; así pues cumplid con la medida y el peso y no menoscabéis a los hombres en sus cosas ni corrompáis en la tierra después del orden que se ha puesto en ella. Eso es un bien para vosotros si sois creyentes. Y no estéis esperando al acecho en cada camino para intimidar, ni desviéis del camino de Alá a quien cree en El, deseando que sea tortuoso. Recordad cuando erais pocos y El os multiplicó, y mirad como han acabado los corruptores” (7: 85, 86)
La respuesta de su pueblo
Todos los consejos y exhortaciones que Shuayb (Que la paz sea con él) no les sirvió para nada y dijeron llenos de soberbia y sin razonar en lo más mínimo sus palabras:
“Dijeron: ¡Shuayb! ¿Es que tus creencias te ordenan que abandonemos lo que nuestros padres adoraban o que hagamos con nuestras riquezas lo que queramos? ¡Oh! Entonces tú eres el comprensivo el rectamente guiado” (11: 87)
Shuayb (Que la paz sea con él) explica su Dawa
Shuayb (Que la paz sea con él) se ablando un poco con ellos, no buscaba regañarlos ni enojarse con ellos, para así poderlos hacer entender el consejo y la invitación hacia Alá que les hacia, el quería hacerles ver que el no les aconsejaba motivado por la envidia, ya que Alá lo había enriquecido con un sustento bueno y lo mas importante es que era halal y el con eso era muy feliz, se sentía complacido con lo que tenia y lo mas importante es que le agradecía a Alá el Altísimo con el corazón y los actos.
Aparte de eso el no les prohibía sino lo que era realmente malo y les perjudicaba, aparte el les daba el ejemplo de lo que les ordenaba es decir no era de las personas que ordenaban el bien pero se olvidaban de ellos mismos, tampoco era de las personas que no hacían lo que decían, lo único que Shuayb (Que la paz sea con él) quería era el bien para ellos, su felicidad, librarlos de un castigo fuerte y severo, pero el triunfo solo proviene de Alá.
“Dijo: ¡Gente mía! ¿Pero es que no veis que me baso en una prueba clara de mi Señor que me provee con una buena provisión Suya y que no quiero ser distinto de vosotros en los que os prohíbo sino tan solo corregir aquellos que pueda? Yo no puedo estar bien encauzado si no es por Alá, en El me apoyo y a El me vuelvo” (11: 85)
No comprendían mucho de lo que se les decía
Las personas del pueblo ignoraron lo que Shuayb (Que la paz sea con él) quería decirles, parecía mas bien que el estuviera hablando con ellos en otro idioma que ellos no comprendían, siendo que el era una persona que creció entre ellos, también parecía que no se expresaba con claridad ya que no comprendían lo que Shuayb les explicaba, pero él era de las personas que mejor se expresaban y de las que hablaban con mas claridad. Lo que pasa es que las personas cuando se llenan de soberbia actúan de esa manera no les gusta escuchar los consejos.
Shuayb (Que la paz sea con él) se sorprende de su pueblo
Las personas cada vez se cansaban mas de escuchar lo que se les decía, y si no fuera porque Shuayb (Que la paz sea con él) era una persona cercana a ellos, de la misma familia y linaje lo hubieran apedreado desde hace mucho tiempo para así terminar con el de una vez por todas, Shuayb (Que la paz sea con él) se sorprendió al ver que su pueblo preferían su clan a volverse a Alá el Magnifico, el Único, el Todopoderoso.
“Dijeron: ¡Shuayb! No comprendemos mucho de lo que dices y realmente te vemos débil entre nosotros; de no haber sido por tu clan te habríamos apedreado, no eres importante para nosotros. Dijo ¡Gente mía! ¿Acaso mi clan es más importante para vosotros que Alá y por ello lo habéis dejado a El a un lado? En verdad que mi Señor rodea lo que hacéis” (11: 91, 92)
El ultimo recurso
Cuando a las personas del pueblo se les agotaron las excusas recurrieron a un último recuerdo, ese mismo al que recurrían todos los soberbios que negaban la verdad, ese último recurso que utilizaban contra los profetas y aquellos que los seguían:
“Dijeron los ricos y principales, aquellos de su gente que se habían llenado de soberbia: ¡Shuayb! Te vamos a expulsar de esta ciudad a tu y a los que están contigo, a menos que volváis a nuestras creencias. Dijo: ¿Aunque sea en contra de nuestra voluntad?” (7: 87)
Una razón decisiva
La respuesta de Shuayb (Que la paz sea con él) fue una respuesta muy aferrada a su fe:
“Dijo: ¿Aunque sea en contra de nuestra voluntad? Si volviéramos a vuestras creencias, después de que Alá nos ha salvado de ellas, caeríamos en una mentira inventada contra Alá. Nunca volveremos a ellas a menos que Alá, nuestro Señor, lo quiera. Nuestro Señor abarca todas las cosas con Su conocimiento, en Alá nos confiamos ¡Señor nuestro! Juzga entre nosotros y nuestra gente con la verdad; Tú eres el mejor de los jueces” (7: 88)
Al contrario respondieron lo mismo que respondieron las comunidades pasadas
No entendieron nada de lo que Shuayb (Que la paz sea con él) les dijo, y su respuesta fue la misma respuesta que recibieron los profetas anteriores a él:
“Dijeron: No eres mas que uno de esos hechizados, tan solo eres un ser humano como nosotros y no te consideramos sino como uno de los que mienten, haz que caiga sobre nosotros un trozo del cielo si dices la verdad” (26: 185- 187)
;El castigo de una nación que niega y desmiente a su profeta
El castigo era uno solo, el castigo de todo pueblo que desmiente los profetas de Alá y son ingratos con la misericordia que Alá el Altísimo ha tenido con ellos:
“Los agarró la gran sacudida y amanecieron en sus hogares caídos de bruces, fue como si los que habían tachado de mentiroso a Shuayb nunca hubieran habitado en ella. Y esos que habían negado a Shuayb fueron los perdedores” (7: 90, 91)
Transmitió el mensaje y entrego lo que se le fue confiado
La historia de Shuayb (Que la paz sea con él) es como la historia de todos los profetas transmitió el mensaje y entrego lo que se le fue confiado y sobre todo dio las pruebas:
“Se apartó de ellos y dijo: ¡Gente mía! Os he hecho llegar los mensajes de mi Señor y os he aconsejado ¿Por qué habría de sentir lo que sucediera a una gente incrédula?” (7: 92)
No hay comentarios:
Publicar un comentario