... que los mayas profetizaron el fin del mundo en el 2012?
Por Gerardo Andrés Pech Castillo
El 2012 es un año del que últimamente se ha hablado mucho. Ya muchos de nosotros los mexicanos sospechamos que el hecho de que el 2012 sea año de elecciones constituye de entrada un mal augurio.
Sin embargo si consultamos a nuestros ancestros mayas tal vez podamos hallar algo de esperanza. La temida fecha del 2012 se encuentra registrada únicamente en dos inscripciones: en el monumento 6 de Tortuguero y en un fragmento en Comalcalco, ambos sitios localizados en Tabasco. Pero en ninguno de los dos señala el fin mundo, entonces, ¿de qué hablan estas inscripciones y cómo sabemos que están hablando del 2012 d. C.?
Bueno, antes de contestar esta pregunta, es necesario saber un poco acerca de la cronología maya. Para empezar es importante mencionar que los mayas sólo contaban el tiempo ya transcurrido, por ejemplo, un maya no llamaría al primer día del año enero 1 sino enero 0. De igual manera el año de 1932 sería 1931 hasta la media noche del 31 de diciembre y solo entonces se le llamaría 1932, porque solo entonces el año estaría completo.
Además, los mayas tenían al menos 4 maneras distintas de contar el tiempo, un año de 365 días (Haab), un año de 360, un período de 260 días (Tzolkín) y el calendario lunar que se rectificaban recíprocamente. De manera que si algún despistado escultor maya se equivocaba en el registro de una fecha, aún hoy podríamos detectar su error.
Los mayas, para realizar el cómputo llamado la Cuenta Larga o Nochoch xook ,tomaban como cero o punto de partida de su era, la fecha 13.0.0.0.0. 4 Ahau 8 Cumhú. No se sabe con certeza a que fecha de nuestro calendario equivale la fecha cero de la cuenta larga puesto que no se tiene registro del evento o suceso que tomaron los mayas como punto de partida. Para aclarar esto, los arqueólogos han establecido varias correlaciones de esta fecha con nuestro calendario. Entre estas diversas correlaciones hay dos principales: la correlación Goodman-Martinez-Hernández-Thompson, que sitúa el inicio de la cuenta larga el 13 de agosto del año 3114 a.C.; y la correlación de Herbert J. Spinden que la situa en el año 3373 a.C.
Así es como, conforme a la relación Goodman-Martinez-Hernández-Thompson, sabemos que la fecha registrada en el monumento 6 de Tortuguero corresponde a la fecha 23 (no 21) de diciembre de 2012. El pasaje que contiene esta fecha es muy breve y sólo dice que al concluir el décimo tercer baktun el 23 de diciembre de 2012 descenderá del cielo Bolon Yokte’ K’u (el dios o dioses de los nueve pilares), ¿será esta una forma alegórica y poética que los mayas usaron para referirse a algún desastre global proveniente de los cielos? La respuesta es simplemente no, esto no era considerado por los mayas como un evento catastrófico, puesto que inclusive registran fechas posteriores al 23 de diciembre de 2012, por ejemplo el Templo de las inscripciones en Palenque registra fechas más de 2000 años después, en 4772.
Aunque la fecha del 2012 no despeñe ningún papel importante, no debemos concluir que los mayas no daban importancia a la previsión del futuro. Entre otras cosas existían las llamadas profecías de los K’antuno’ob (plural de Katun) que se basan en ciclos mas grandes. Estas profecías constituyen la mayor parte del Códice París y probablemente también existían en el códice de Dresde. Una rueda de kantunoob completa constaba, entonces, de 260 años de 360 días. Con la repetición del ciclo, los mayas esperaban también la repetición de la historia. Los sacerdotes mayas se preocupaban por llevar un registro de los eventos, puesto que una consulta de lo sucedido en un katún 8 ahau del pasado permitiría hacer pronósticos sobre un katún 8 ahau del futuro.
Pero como es requisito para todo charlatán de la adivinaciónn, la historiografía realizada por los sacerdotes mayas debía tener características que permitieran ser utilizadas para profecías. En vez de narrar los sucesos de manera detallada y libre, se hacía un condensado mencionando solo una característica principal, por ejemplo, en vez de decir que en una fecha determinada hubo una guerra entre ciertos señoríos, simplemente se registraba “pedernal y escudo”, una metáfora para guerra. Por tanto, los pronósticos se mantenían simples, pero sujetos a interpretación y ambiguos.
Finalmente podemos respirar tranquilos al saber que nuestros ancestros no predicen ningún fin del mundo para el año 2012, aunque tampoco mencionan nada sobre las elecciones.
* Quiero agradecer al Arqueologo Alfredo Barrera Rubio por la entrevista concedida y su referencia a material bibliográfico que me sirvió para la preparación de este texto.
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