Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)
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domingo, 27 de mayo de 2012
LA HISTORIA SE REPITE AMLO CORTES Y PEÑA NIETO MOCTEZUMA
LA HISTORIA SE REPITE AMLO CORTES Y PEÑA NIETO MOCTEZUMA
Por eso t ec indispensable enderezar dentro del propio
medio, una categoria de valores, formar un grupo de perso-
nalidades conscientes y rectas, y esa tarea no se logra im-
provisando heroe al que fue bandido, inventando virtud en
el malvado, talento en el zafio. De nada sirve mentir, por-
que nunca se engana a los pdsteros. La base de tod a cons-
truccion patriotica es la verdad que nos descubre el oro fino
de la accion noble. Oro tal lo hay, par fortuna, aun en las
mas depravadas circunstancias de nuestra pesadilla natio
nal. De alii que no sea excusa decir que nuestro medio no
da mas. No es circunstancia atenuante el hecho de que hue-
na parte de nuestros gobernantes hayan sido criminales; no
lo es prque, al lado de lo& descalificados f ha habido siem-
pre algun mdividuo que salva el honor racial* La accion
ininterrumpida de estas minorias fracasadas, pero tenaces,
es la unica esperanza en el panorama sombrio de nuestro
pueblo. Bochomosa es en gran parte nuestra historia, no
porque se pretenda juzgarla con criterios de pueblos mas
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avanzados; hay cierto limite de moralidad que lo mismo rige
para la tribu que para la nation. Bien sabemos que el he-
roismo se da en la indole humana solo excepcionalmente en
todos 2 os climas. Per e&o mismo } a cada uno de nuestros
personajes lo juzgamos con el crfterio elemental del sentido
comun para el entendimiento, y del honor elemental para la
action. Sin la norma de tierta lealtad a los valores funda-
mentales de la etica, todo trato huma.no se vicia y toda so-
ciedad se hace un infierno. Cuando se compara la historia
de Mexico con la de sus hermanas naciones del Continente.
se piensa en una maldicion particular que pesaria sabre nues-
tro territorio. Acaso no es porque la gente sea mas mala que
en otros sitios, sino porque nuestros largos periodos de p-e-
torianismo han hecho de la ignominia la regla. No hay nada
ms antihumano que darle a la fuerza una funcion que solo
la intetigencia debe desempenar. En los paises espanoles del
Sur, par regla general, es el letrado el que ha venido man-
dando y el soldado reducido a su profesion, se hace eficaz
y casi no pesa sobre el pais. Mexico no tiene una sola vie-
tori a contra el enemigo comun, ni una batalla ganada coma
la. de Costa Rica contra Walker, o como la de Buenos Aires
contra los ingleses, ni siquiera las grandes batallas de la In-
dependencia a estilo San Martin y Bolivar. Esta ausencia
de tradition heroica mantiene a nuestro ejertito en la me-
diocridad, cuando no lo lleva a las ferocidades de la guerra
civil. En cambio, un ejertito como el argentino, que supo
tomar prisioneros a siete mil ingleses. sin fusilar a uno solo,
dificilmente se decide a fusilar a connacionales. Su gloria
lo defiende del descredito de una carniceria. Toda la tra-
dicidn viril y civil de Costa Rica puede derivarse de la ba
talla de Santa Marta, que es un como San Jacinto en que
los latinoamericanos hubieran triunfado. La batalla de San
ta Mart a libro a Centro America de ser estado yankee, asi
como la batalla de San Jacinto nos hizo perder a Texas. Y
no se ven par ningun /ado, en Costa Rica, estatuas de ge-
nerales, ni se conoce el caso de generates Presidentes. Pues
la victoria purifica, asi como la derrota ensombrece a los
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pueblos. Si quereis engender la agonia prolongada de nues-
tra naoftfn, observad a trav6s de su historia los presupuestos
destinados al ramo de Guerra. El pulpo de an ej6rtito opre-
sor, cosfoso e inutil, es bastante explicacidn de c6mo pasa-
mos, rapidamente, de la categoria de la primera nacidn del
Nuevo Mundo, a la infima condicidn en que hoy vivimos
en vergonzante subordinacidn. Cuando todo esto se com-
prenda, los me/ores entre nuestros compatriotas se uiur&n
para buscar los remedios. Mientras sigamos borrachos de
mentiras patridticas vulgares, no asomar& en nuestro cielo la
esperanza. Una verdad resplandeciente es condici6n previa
de todo resurgimiento. Si a esclarecer la verdad contribu-
ye este libro, habr& llenado su objeto, Asi se irriten en con
tra de el los contaminados de la ignominia publica.
J-v.
26
EL DESCUBRIMIENTO
El mundo estaba incomplete. La antigiiedad pudo confer-
marse con su geografia reducida; no disponia de la tecnica nau-
tica necesaria para dominar los Oceanos, Y se contento con
sonar en la Atlantida que adiyijiara Platon. Pero los adelantos
cientificos operados durante el Renacimiento pusieron al hombre
en condiciones de igualar su pensamiento con la realidad. Y asi
como dos mil anos antes, los griegos, la primera raza de la
epoca, exploraron y pobjaron el Mediterraneo hasta las columnas
de Hercules, en el siglo quince los espanoles y los Portugueses,
avanzada de la civilization europea, llevaron sus velas por todos
los mares del Orbe* El estandarte de Portugal recibio en sus
pHegll, los primeros vientos del sur de Asia en el Cabo de Bue^
na Esperanza, extremidad meridional del Africa. Y Espana con
el descubrimiento del Nuevo Mundo, abrio el primer ciclo uni"
versal de la historia.
La obra fue de Espana. Colon buscaba unicamente un paso
hacia las Indias asiaticas y otros muchos antes que el habian
ideado la ruta del circulo de la esfera terrestre. Pero la consu--
macion de tamafia empresa necesitaba el empuje de una raza
como la que salia victoriosa y renovada, de la epopeya de la re-
conquista. Sin la ardiente fe cristiana y la heroica resolution
c^balleresca de los castellanos, el descubrimiento pudo realizarse,
pero no la exploracion, la conquista, la incorporacion a la cul
ture de islas y continentes, El simple descubrimiento de tierras
nuevas, ya lo habian logrado los Vikingos en Terranova" pero
el hallazgo resulto esteril porque no contaban los suecos con horn-
bres de la talla de Elcano y Magallan.es. Nunez de Balboa y
Cabral, Hernando Cortes y Pizarro. Hernando de Soto, Alvar
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30 BREVE HISTORIA DE MEXICO
Nunez Cabeza de Vaca. Pues no basta con recorrer una costa;
es menester organizar los desembarcos, llevar adelante las expe-
diciones, conquistar y poblar, civilizar, Todo esto lo hizo Es~
pafia en menos de una centuria; la centuria mas importante para
la geografia del planeta, para la ciencia toda del conocimiento
del mundo.
La tarea de ir descubriendo el perfil de las tierras nuevas
fue lenta. En sus cuatro viajes Colon apenas toca ciertos pun-
tos de la Tierra Firme y muere sin sospechar el Continente. Des-
embarca en Honduras y en el Darien, pert) ya solo preocupado
de que la aventura no le producia las ventajas que celosamente
se reservo en las capitulaciones. Los grandes desinteresados de
la ilustre empresa vinieron despues, Y llegaron con el garbo
lusitano castellano, hecho a jugarlo todo a una sola carta; sin
par estirpe de heroes atenaceados por la ambicion de espacio,
codiciosos de paisajes nuevos y hermosos, para recreo del alma
y de gentes que conquistar para la fe y el convivio de lo sobre-
natural.
Despues del cuarto y ultimo viaje de Colon, vino al Nuevo
Mundo la expedicion de Alonso de Ojeda. Lo acompanaba Juan
de la Cosa, piloto del Almirante. Partio de Cadiz, Ojeda, el
20 de mayo de 1499, y a los veinticuatro dias de navegacion to-
pose con las costas de la isla Trinidad, frente a Venezuela. Es-
tuvo en Curazao y la Laguna de Maracaibo, donde segun croni-
cas sus gentes raptaron a unas indias de extraordinaria belleza.
Pero no eran unicamente piratas quienes consumaban estos des-
cubrimientos. Mientras los soldados robaban indias o perlas,
Americo Vespucio, en la camara reducida de una de las naves
espanolas, trazo el mapa del Continente que tomaria su nombre.
Desde el principio, junto con los aventureros venian los hombres
de ciencia, los letrados y los santos, que de todo habia en la
sintesis de pueblos y de culturas que era por entonces la Penin
sula Iberica.
En el ano de mil quinientos, Rodrigo de Bastidas, escribano
de Tria.na, encabezo la expedicion que descubriera las bocas del
Magdalena y las costas de Colombia. Le acompafio Juan de la
Cosa.
EL DESCUBRIMIENTO 31
En un segundo viaje Ojeda recorre el Caribe por la costa
firme y se hace dar la gobernacion del Golfo del Uraba, con
asiento en Cartagena. En una incursion por el interior hasta
Turbaco, muere Juan de la Cosa. Cuando rescatan su cadaver,
lp encuontran hinchado y deforme por la ponzoiia d? la flecha,'
"como un erizo asaeteado".
Con Rodrigo de Bastidas, habia venido al Continente uno
de esos hombres con instinto de mapa; miran superficies, y me~
jor aun que el azor que solo advierte la presa, determinan punto
de referencia y contornos, rumbos y alturas : se llamaba Vasco
Nunez de Balboa. Unido a los expedicionarios de la segunda
empresa de Ojeda, los habia salvado de dificultades, y recordaba
que, por la parte Occidental de un golfo de la costa colombiana
vio un pueblo, de la otra banda de un gran rio en tierra fresca
y abundante de comida, y en donde la gente no ponia yerba ve~
nenosa en sus flechas; se trataba del rio que los indios llamaban
Darien. Despues de veneer a los indios se establecieron por alii
los espaiioles y a Vasco Nunez de Balboa lo eligieron Alcalde.
Aquellos hombres aguerridos no se sometian por terror al que
mas ha matado, sino que se daban por sufragio el jefe. Y la elec-
cion recaia en el mas capaz por la inteligencia, no en el mas
perverso y cruel, ni on el mas astuto, como sucede en las de-
cadencias.
Vasco Nunez de Balboa se establecio en Santa Maria del
Darien, costa de la Colombia actual y, ejercitando el poder que
le habia conferido el voto de sus pares dirigiose al Rey, el sim-
bolo de su patria, de su nacionalidad, de la cultura a que perte-
necia y le dio cuenta de sus hazanas. No le habia de los ene-
migos que ha vencido, ni de prisioneros asesinados ni de rivales
deshechos sino de colegas salvados, de espaiioles rescatados a
las enferme^lades, los peligros y la guerra, cuidando de todos
dice, "con extrema solicitud". Tambien informa al monarca- de
sus descubrimientos de rios y cacicazgos, minas de oro y mares
con perlas. Era natural que estos hombres de primera buscasen
los tesoros de la creacion, el oro y las perlas, las indias bonitas.
Mas tarde, alia por el Norte arribarian los ingleses, hombres,
todavia por entonces, de segunda, que se conformaban con ad-
quirir de los indios semisalvajes de las regiones frias, cueros
32 BREVE HISTORIA DE MEXICO
no curtidos y ristras de mazorcas. Desdenando lo corriente, el
alma heroica de Vasco Nunez de Balboa pinta al Rey las posi-
bilidades de descubrir cosas "tan altas" y en donde puede haber
tanto oro y tanta riqueza. Un presentimiento de gloria palpita
ya en las suplicas de que se le mande gente, porque sospecha
que a pocas jornadas esta "la otra mar' f , el vastisimo Oceano
cuyo haliazgo habia de hacerlo inmortal. Tratando Balboa con
los indios, negociando, gobernando, adquiere noticias de las tie-
rras del Peru y del mar del Sur que estaba detras de los montes,
el mar que no sospecho Colon, y cuya^xistencia definia las tie-
rras nuevas como una gran isla y un Nuevo Mundo.
La expedicion para el descubrimiento del "Mar del Sur"
salio del Darien en septiembre de 1513, llegando por mar a tie-
rra de Careta. Alii desembarco Nunez de Balboa, con ciento
noventa espanoles. Atravesando las sierras llego con ellos a las
regiones de Ponca y de Cuarecua, que hubo de conquistarse a
los indios. Dejando en Cuarecua los heridos y los enfermos, ade-
lanto Balboa sobre las cumbres, y antes que todos, como jefe,
diviso por primera vez el mar Pacifico, el 25 de septiembre de
1513. Profundamente religiose, como todos los hombres capaces
de hazanas grandes, Nunez de Balboa, hincado de rodillas, dio
las gracias a Dios por la merced que le hacla. Llamo a sus
hombres y los puso tambien a rezar. Oraron todos ante el
asombro, dice el cronista, de los indios, que no entendiendo to-da-*
via de asuntos del espiritu, se reian como salvajes, incapaces da
comprender la invocacion de lo invisible. Esta misma ignorancia
los hacia ineptos para oponerse a la voluntad ferrea, sobrenatu-
ral casi de los castellanos.
En nombre de los reyes de Castilla, tomo posesion Vasco
Nuiaez de Balboa de "cuanto veia, y en serial de ello, corto
arboles, erigio cruces y levanto piedras, escribiendo sobr^e los
troncos a cuchillo el nombre de los Monarcas", |Y en verdad,
nunca hubo en la Historia, conquista ni mas legitima, ni mas fe-
cunda, ni mas limpia y gloriosamente lograda! Descendiendo por
los flancos de la serrania tropical obstruida de maleza, plagada
de fiebres y de indios hostiles, Francisco Pizarro, Juan de Ez-
caray y Alonso Martin, fueron los primeros europeos que en
canoa de indigenas bogaron el nuevo mar. Un poco mas tarde,
EL DESCUBRIMIENTO 33
penetrado Balboa de la magna signification de su empresa, quiso
tomar posesion personal del Oceano. Metiendose en el agua has-
ta las rodillas, comenzo a pasear, pendon en mano, diciendo: **Vi-
van los muy altos e poderosos Reyes, Don Fernando y Dona
Isabel de la Castilla de Leon y de Aragon", etc., "en cuyo nom-
bre tomo e aprehendo la posesion real y corporal e actualmente
de estos mares y tierras e costas e puertos e islas australes con
todos su anexos e reinos e provincias, etc/*.
. . . "Si algun otro principe o capitan. pretende algun derecho
a estas tierras e mares, yo estoy presto e aparejado de se lo con-
tradecir e defender en nombre de los Reyes de Castilla, presen-
tes o porvenir, cuyo es aqueste imperio e senoria de aquestas In-
dias, islas e tierra firme septentrional e austral e con sus mares,
asi en el polo artico como en el antartico".
Exceso oratorio, diran los necios, ante este hermoso, mag-
nifico discurso, noble como los de Cesar y mas trascendental que
los de Alejandro. Pero precisamente Balboa, que no era un pa-
lurdo, sino hombre patriota, entendido, sabia que adelantando
la posesion segun las formulas en uso, derivadas del derecho ro-
mano, aseguraba los derechos de Castilla en contra de la riva-
lidad de los exploradores y descubridores de Portugal* Pues el
mundo nuevo se lo disputaban Espana y Portugal, y cada toma
de posesion servia de base para el pleito que al fin resolvio la
Bula de Alejandro Sexto, que ratified a los espanoles en la pose-
sion del Continente y sus mares, desde Colombia hasta Filipinas.
El descubrimiento de Balboa desvanecio el error de Colon.
Se hallaban los espanoles en mundo desconocido y no en las cos
tas del Asia. No era Catay, sino Mexico y el Peru, lo que la
civilizacion estaba a punto de incorporar a su seno,
Por otra parte, no se sabe que es mas admirable en aquellos
hombres: el arrojo del soldado, o la pericia del navegante, la
elocuencia del conquistador, el patriotismo que los lleva a todos
a trabajar por su Castilla, el innato senorio con que hablan y
actuan, como si fuese el Rey quien esta bajo su protecci6n y a
quien ellos otorgan el beneficio de sus conquistas, sin reservarse
para si otra cosa que la gloria. Pues ni uno de ellos corria a
refugiarse en la coraodidad asi que el oro y las perlas les lle-
naban las bolsas. Casi sin excepcion, siguieron o volvieron a
34 BREVE HISTORIA DE MEXICO
perderse en la luz de lo desconocido, mientras el ora y las per-
las se embarcaban para la Corte, a ser derrochados, o caian al
fondo del mar en el naufragio, o pasaban al enemigo en el abor-
daje.
Ya solo faltaba el viaje de Magallanes ( 1519-1522) , el por-
tugues ilustre que acompanado de Elcano, el gran Vizcaino, dio
vuelta al planeta, para que el hombre conociese la verdadera ex
tension de la tierra. For la accion de los espanoles el mundo
quedo comunicado por primera vez en la Historia. La alegria
de Castilla, dice un comentarista, fue tan grande al conocer el
descubrimiento del Mar del Sur, como cuando se descubrieron
las Indias. Nombrose a Balboa Adelantado de la Mar del Sur,
y no regreso este a la Corte para cobrar cuentas de fama y po~
derio. Se interne por Tierra Firme, olvidandose de que es Almi-
rante, para seguir de capitan de oscuras peleas con los indios, y
explorador y conquistador de territories nuevos.
Pronto en Madrid se reconocio la importancia de aquella
Tierra Firme llena de sorpresas y se nombro para gobernador
a un tal Pedrarias Davila, que mas tarde tuvo dificultades con
Balboa. Creo tambien la Monarquia una gran Armada, que bajo
las ordenes del Obispo de Burgos, Don Juan de Fonseca, empez6
a reclutar gente. Y era tanta la fama de los territories nuevos,
que fue necesario es-coger entre los aspirantes. En solo Sevilla
se presentaron mil quinientas personas nobles y ricamente atavia-
das, "la mas lucida gente que de Espaiia ha salido", segun ex-
preso uno de ellos, Pascual de Andagoya. Desde el principio la
orden real fue que se tratase a los indios con amistad para que
4 *viniesen prestos a la conversion y conocimiento de nuestra santa
fe catolica, excusando toda fuerza y maltratos". Hacia el Da-
rien concurrieron en esta primera etapa de la epopeya espafiola
de America, muchas ilustres gentes que mas tarde inscribieran
sus nombres en la Historia, Por ejemplo, Francisco de Montejo,
Adelantado del Yucatan, Alonso de Avila, Pedro de Alvarado r
Bernal Diaz del Castillo, futures capitaaaes de la conquista de
Mexico. Tambien otros que han ingresado a la leyenda: Juan
Ponce de Leon, el de la Florida; Hernando de Soto, el del rio
Mississippi; Francisco Pizarro el del Peru, y Diego de Almagro,
el primer gran chileno.
EL DESCUBRIMJENTO 35
Conviene insistir en la calidad superior de la mayor parte
de esta gente espaiiola que vino al Nuevo Mundo, porque ms
tarde, en la epoca de la decadencia, ha sido costumbre calum-
niar a estos celebres antepasados nuestros, suponiendolos torpes,
ignorantes y codiciosos, cuando fueron al contrario, aristocracia
entre las primeras de Europa, hijosdalgo pobres en su mayoria
pero hombres ilustres y bien enterados de su historia, su religion
y, en muchos casos, tambien de la mejor ciencia de su epoca. Son
ellos, en rigor, los antecesores aun de nuestros indios y negros,
puesto que de ellos deriva la cultura de tipo latino a que perte-
necemos los de Hispanoamerica,
Llama la atencion la regularidad con que en todos sus viajes
los espaSoles seguian la ruta del Sur, sin desviarse nunca hacia
el Norte del Continente, salvo para operaciones de exploration
ccrao la de Sebastian Caboto. Los ingleses, en cambio, se esta-
blecieron en regiones frias o templadas, ya sea porque no les
dejaron otros territorios libres, o porque un instinto como de
pajaros llevaba a cada quien a regiones similares a las de su
ambiente nativo. Asi es como los espanoles, que bien pudieron
apoderarse de las bocas del Hudson o del Delaware, pues no
habia por entonces quien resistiera su albedrio, prefirieron aban-
donar las zonas heladas y se apoderaron del Coatzacoalcos, del
Usumacinta, del Magdalena y el Orinoco.
En la replica de Europa que por lo pronto habria de ser el
Nuevo Mundo, los espanoles escogieron territorios en que fundar
Espanas Nuevas, Su gozo fue pleno cuando descubrieron a gran
altura y mas alia de las costas calidas del Golfo la gran nieseta
mexicana que recuerda a Castilla mejor que ningun otro terri-
torio del mundo.
Por lo pronto, el Golfo de Mexico quedo convertido en
un mar espanol desde la Florida hasta Yucatan.
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO
En el primer viaje hacia lo que hoy es Mexico, vino con los
de su nacion, el cronista maximo de la Conquista, Bernal Diaz
del Castillo. Ninguna idea tenia el joven sol da do de entonces,
de que representaba dentro de la expedicion, el^ojo dej^jii^to^
ria; lo que no obsto a que se diese cuenta de la grandeza de los
""Stfcesos en que tomaba parte. Luego, al final de sus dias y para
restablecer la verdad, a los ochenta y cuatro aiios, desde su go-
bernacion de Guatemala, escribio su celebre libro. Antes de las
expediciones a Mexico habia estado Bernal Diaz en el Darien
con Pedrarias. De aquella aventura recuerda el triste fin de Nu-
ilez de Balboa, el descubridor del Pacifico, decapitado por envi-
dias de sus superiores . . . Era Bernal Diaz sencillo, fuerte y hu-
mano, Nuestro gran historiador Carlos Pereyra, juzga que Ber-
naJ Diaz se expresa en dos realizaciones excelsas: Verdad y Be-
lleza. Siente con tanta intensidad y en tal plenitud los hecbofl
realizados o presenciados por el, que no concibe Una minima al-
teracion de lo ocurrido. Su lema de historiador lo definio l mis-
mo, asentando: "La verdad es cosa bendita y sagrada, y todo lo
que contra ella dijeren va maldito". Observa asimismo Pereyra
que Bernal Diaz sembro el primer naranjo de Mexico y quebr6
un hierro con que se marcaba a los esclavos,
Refiriendose a las proezas en que tomo tan activa parte, di
ce Bernal Diaz: "Hemos servido a su Maje$tad en descubrir,
conquistar y pacificar y poblar todas las mas provincias de la
Nueva Espafia que es una de las buenas partes descubiertas del
Nuevo Mundo, la cual descubrimos a nuestra costa, sin ser sa-
bedor de ello su Majestad" * . . "todo esto lo conquistamos bata-
llando con belicosos guerreros y tan aparte de Castilla sin te-
39
40 BREVE HISTORIA DE MEXICO
net socorro ni ayuda ninguna, salvo la gran Misericordia de N.
S., que es el socorro verdadero que fue servido que ganasemos la
Nueva Espana" . . . "con ciudades y provincias que por ser tan-
tas, aqui no declaro sus nombres" . . . "Y despues que las tu-
vimos pacificadas como buenos y leales vasallos de Su Majestad
enviamos a dar y entregar con nuestros Embajadores a Castilla
y Flandes" . . . "Y tantos bienes como adelante dire han deri-
vado de ellos y conversion de tantos cientos de almas que se han
salvado y cada dia se salvan que de antes iban perdidos al in-
fierno y ademas de esta santa obra, tengan atencion a las gran-
des riquezas que de estas partes enviamos en presentes a S. M.,
y han ido y van cotidianamente
Aunque no habia estado en colegio, no era Bernal Diaz un
plebeyo; su padre fue regidor de la Villa de Medicina del Cam-
po, cuna de este hombre esforzado y escritor de raza, que cuando
habla de si y de sus companeros expresa: "acordamos ciertos ca~
balleros". Tan cabaltero que no anduvo envidiando a Cortes o
restandole mritos; como bien nacido, a todo el mundo hacia
justicia. Y tampoco era un militar de tipo servil que obedece sin
juicio. Supo insubordinarse cuando Velazquez le ordeno que
prendiese a los indios de las islas Guanajas para usarlos como
esclavos, y vencio el insubordinado.
Anton de Alaminos era natural de Palos y regia la Arrnada
de tres barcos y poco mas de doscientos espanoles. Por capitan
traian los expedicionarios a un hidalgo que dejaba en Cuba en-
comiendas y hacienda para probar aventuras nuevas, Francisco
Hernandez de Cordova. Al acercarse a tierra por la punta de
Yucatan, unos indios se acercaron en sus canoas, diciendo: "co
nes catoche" que queria decir: "Andad aca a mis casas"; pero los
espafioles, que al principio no entendieron, nombraron el sitio
Punta de Catoche, y asi esta en 4 'las cartas de marear". Invita-
dos los espanoles a desembarcar, el cacique les prepard una em-
boscada que cost6 algunos muertos. Mientras los soldados com-
batian, el clerigo de a bordo se cargd de arquillas e idolos y
oro, y todo lo Hev6 al navio. En una especie de adoratorio vie-
ron unos idolillos grotescos y otros en posiciones de sodomia.
En la escaramuza fueron capturados dos indios que se bautiza-
ron, llamandose uno Julian y el otro Melchor, ambos "trastra-
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 41
bados de los ojos" y que en lo adelante fueron los interpretes,
"las lenguas" de la expedicion.
Siguiendo siempre la linea de la costa llegaron los navios a
Campeche. Alii desembarcaron en busca de agua potable, y en-
tre muchos indios semidesnudos admiraron a unos sacerdotes de
calzones blancos que cuidaban idolillos grotescos y figuras de
reptiles sobre un altar con gotas de sangre: "tambien en los cabe<-
llos tenian los sacerdotes tanta sangre coagulada que no se les
pueden desparcir ni aun peinar si no se cortan" los cuales indios
eran sacerdotes de idolos que en la Nueva Espana cornunmente
se llaman * 'papas". La actitud hostil de grandes masas de indios
obligo a los espanoles a reeinbarcarse, navegando hasta Poton-
cham. En este lugar fueron de nuevo atacados per los indios,
que les causaron tantas bajas que hubo de decidirse el retorno a
la isla de Cuba, para regresar con mas poderosos elementos de
guerra. Las tierras descubiertas fueron llamadas Yucatan, por
la abundancia de la yuca, la raiz que ya traian los espanoles de
Cuba, y al verla los indios decian: "yuca lati", expresando con
ello que la habia en su tiemu Llamo la atencion a los espanoles
que los indios de Yucatan les llamaran "castilan, castilan", como
si supiesen su origen castellano, pero este enigma no se descifr6
en el primer viaje.
LA EXPEDICION DE GRIJALBA
**En la sazon que se ordenaba la armada de la segunda ex-
pedicion al Yucatan", dice Bernal Diaz, "hallabanse en Santiago
de Cuba (aparte su persona que nunca saca indebidamente ade
lante), un Juan de Grijalba, un Alonso Davila, Francisco de
Montejo y Pedro de Alvarado, todos ellos hombres principales de
la isla. Entre ellos se concerto que tomase cada uno de los nom-
brados, la direcci6n de cada uno de los cuatro navios que con
doscientos cuarenta "companeros" se hicieron a la mar el 8 de
abril de 1518, partiendo de Matanzas en donde estuvieron apro-
visionandose.
Las corrientes llevaron los navios a la isla de Cozumel, hu-
yendo los habitantes al acercarse los espanoles* Navegando en
seguida hacia el Norte, pasaron de largo frente a Canjpeche y des-
42 BREVE HISTORIA DE MEXICO
embarcaron en Champoton. Acompanaban a los expedicionarios
los indios capturados en el primer viaje, Julian y Melchor, cuyos
esfuerzos de conciliation no dieron resultados. Apenas veian los
indios comprometidos a los espanoles, alejados de sus navios, los
atacaban sin piedad* En este viaje se descubrio la costa de Ta
basco, penetrando Grijalba al gran rio que hoy lleva su nombre.
Invitados los indios de estas regiones a prestar vasallaje al Rey
de Espafia, contesto por ellos un cacique: "Que sin conocerlos
ya querian darles sefior". Se cambiaron, sin embargo, presentes
y hubo abrazos de paz. Entre los objetos permutados, habia
algunos de oro, informando los de Tabasco que en el interior, en
tierras de Mexico, habia abundancia de aquel metal.
Navegando hacia el Norte se adelanto el navio de Alvarado
penetrando por el Papaloapan y el rio que lleva su nombre. Un
poco adelante, por el rio que llamaron de Banderas por unas que
hacian ondear los indios en la punta de sus lanzas, recibieron los
espanoles los primeros enviados de Moctezuma. Cambiaron con
ellos oro por cuentas y los vieron rodeados de millares de gue-
rreros. Ello no obstante, en un desembarco precario, el Capitan
de Grijalba, espada en mano, tomo posesion de aquellas tierras
en nombre de Su Majestad. La ironia de la escena queda en sus-
penso solo porque sabemos lo que ocufrio despues, cuando la
efectiva conquista.
En la isla de Sacrificios, frente a Veracruz, hicieron otro
alto los expedicionarios, posesionandose de ella. Derive el nom
bre de tal isla, de un adoratorio que en ella hallaron con cuatro
cadaveres de indios sacrificados la noche anterior. Tenian los
pechos abiertos, las piernas y los brazos cortados. Tales eran los
signos de la civilization azteca, tan llorada por las imperialistas
modernos, escritores protestantes y arquedlogos agentes de pe-
netracion. Puestos los navios al abrigo de la lengua de tierra
de Ulua, los soldados desembarcaron y construyeron chozas en
los mas altos medanos. Lo que empezaron a ver lo describe Ber-
nal Diaz como sigue:
"Fuimos a donde estaba un idolo muy grande y feo al cual
le llamaban Tezcatepuca, y acompanandole cuatro indios con man-
tas prietas y muy largas, con capillas que quieren parecer a las
que traen los dominicos o los canonigos. Y aquellos eran sacer-
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 43
dotes de aqucl idolo, Y tenian sacrificados de aqucl dia dos
muchachos y abiertos por los pechos y los corazones sangre
ofrecida a aquel maldito idolo. Y aquellos sacerdotes nos venian
a zahumar con lo que zahumaron aquel su Tezcatepuca porque en
aquella ocasion que llegamos lo estaban zahumando con humo
que huele a esencia; y no consenthnos que tal zahumerio nos die-
sen; antes tuvimos muy gran lastima de ver muertos aquellos dos
muchachos y ver tan grandisima crueldad".
Preguntados los indios por que hacian eso, respondieron
que los de Ulua les mandaban matar. Parecian tener arraigado
el concepto de que porque otro lo manda, es legitimo matar. Y
a la abyeccion de esta suerte de militarismo nativo, anadian el
servilismo de ofrecer a los extranjeros el mismo sahumerio que
a sus Dioses.
No se hallaban los indios de Moctezuma en estado de gue-
rra; el sacrificio que acababan de descubrir los espanoles era
parte de tin ritual, obligado cada vez que se reunian las gentes
para renovar su acatamiento a los enviados del monarca. En tri-
bus y naciones se mata por necesidad de la guerra o por decision
de la justicia, pero el azteca siempre convierte en fiesta la
matanza. Prevalecia tal costumbre desde el limite de la provin-
cia hasta la capital del Imperio. Por fortuna habia llegado la
hora del castigo que la Providencia depara a todos los pueblos que
caen en la brutalidad. Los espanoles barrerian aquella barbarie,
y crearian sobre los escombros una sociedad nueva.
Muchos millares de guenreros se habian juntado, pero sin
atacar a los espanoles; Moctezuma, aplastado por los remordi*-
mientos seculares de su casta sanguinaria, tenia la idea de que
hombres extranos habian de llegar por el Oriente para castigar
las iniquidades de que la raza sola ya no podia desembarazarse.
Desde la partida del Quetzalcoatl legendario, enemigo de los sa-
crificios humanos, la nacion azteca habia derivado hacia la igno-
minia. Los pueblos esclavizados se hacian la guerra perpetua sin
objeto, o mas bien con el objeto de tener prisioneros para los
sacrificios. Ningun otro Dios de los que ha inventado el terror
de los hombres, habia tenido la ocurrencia de exigir entranas de
hombre en sus altares. En todo el resto de la tierra se ha juzgado
como antinatural matar r y se ha matado sabiendo que se
44 BREVE HISTORIA DE MEXICO
tia un crimen. Solo el azteca mataba movido per gusto y por
mandato del menguado Huichilobos. En consecuencia, vivian los
aztecas poseidos de un terror que se denuncia aun en las f6rmti-
las serviles del trato, en las reverencias complicadas, en la expre*
sion del rostro inexpresivo y en la pobreza general abyecta.
No atreviendose a internarse, dado el escaso contingente que
llevaban, decidieron los espanoles proseguir su navegacion hacia
el Norte, para descubrir tierras nuevas y volver a Cuba en busca
de mejores recursos. En Panuco sostuvieron los hombres de Gri-
jalba un combate con los indios, y de alii regresaron a informar
a Diego Velazquez de sus andanzas.
ENTRA EN ESCENA HERNAN CORTES
"Despues que llego a Cuba el capitan Juan de Grijalba,
dice Bernal Diaz, y visto el Gobernador Diego Velazquez que
eran las tierras ricas, ordeno enviar una buena armada, muy ma
yor que las de antes". Aprestaronse, al efecto, hasta diez navios
y hubo discusiones largas acerca de la persona que debia mandar
la nueva expedicion. "Los mas soldados que alii nos hallabamos,
informa el siempre leal Bernal Diaz, deciamos que volviese el
mesmo Juan de Grijalba, pues era buen capitan y no habia falta
en su persona y su saber mandar". Pero ocurrio que ciertos pri~
vados de Diego Velazquez "hicieron secretamente compafiia con
un hidalgo que se decia Hernando Cortes, natural de Medellin,
que tenia indios de encomienda en aquella isla (de Cuba) y con-
certaron que se le diese a Hernan Cortes la Capitania General de
toda la armada y que partirian entre todos tres la ganancia del
oro y plata y joyas de la parte que le cupiese a Cortes, porque
secretamente el Diego Velazquez enviaba a fescatar y no a po-
blar, segun despues parecio por las instrucciones que de ello
dio". De todos los relatos de la epoca se deduce que sin la apa-
ricion de un hombre genial como Cortes, la conquista de Mexico
no se habria consumado o se habria retrasado indefinidamente.
Un Diego Velazquez, preocupado nada mas por el lucro inmedia-
to, no hubiera sido capaz de resistir el primer reves. Nadie se
daba cuenta, mientras la expedicion final hacia Mexico se orga-
nizaba, de que era una empresa extraordinaria, inaudita, la que
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 45
comenzaba. El mismo Cortes acaso crcyo en un botin cuantioso
y en buenas tierras como las de Cuba, pero no sono que cami-
naba a la conquista de un vasto Imperio. Hasta aquel momento.
Cortes y los suyos eran expedicionarios arriesgados, pero del tipo
usual en la epoca; descubrian nuevas tierras, procuraban estable-
qerse en ellas, haciendo trabajar a los indios en su beneficio y
nada mas. Solo mas tarde cuando Cortes se ve rechazado tras
de asomarse al pais azteca, cuando se ve en peligro de ser aban-
donado hasta por los suyos y para salvar la obra colosal que ll ha*
bia enttevisto, destruye sus propias naves, solo entonces comienza
la verdadera epopeya. Entonces Cortes, olvidando pequenas ven-
tajas y planes reducidos, se sobrepasa a si mismo y se eleva a la
categoria de los grandes Capitanes de la Historia,
Mientras tanto, vemos a Cortes como un astuto aventurero
que intriga para ganar el mando de una expedition ventajosa, sin
que deje de aprovechar los lazos del parentesco, los intereses bas~
tardos de explotadores y de politicastros locales. Ofreciendo mu-
cho, reservandose linicamente la gloria de la aventura, logra Cor
tes ser designado, gracias a que supo firmar capitulaciones que,
si le restan provechos, en cambio le otorgan plena autoridad. Y
comenta Bernal Diaz, que ya publicada la election de Cortes, "a
unas perspn^sjkj3laz esas cuentas verdes
que traeis para ellos y dire que mis hermanos me las envian de
mi tierra". Y asimismo la india, mujer de Gonzalo, pidio a Aguilar
que se retirase. Pero Aguilar insistia con su companero, diciendo
que recordase era cristiano, que por una india no perdiese el ani-
ma, y si por mujer e hijos lo hacia, que los llevase consigo, pero
por mas que dijo, Guerrero no quiso venir, y parece que era
natural de Palos"
Mientras estaban en espera de los prisioneros, empezaron
a llegar muchos indios en romeria a la isla de Cozumel, todos
vecinos de Yucatan. Y habia en Cozumel idolos de muy disformes
figuras. 4< Y una manana im patio donde estaban los idolos esta-
ba lleno de muchos indios e indias quemando resina. . . Y se
50 BREVE HISTORIA DE MEXICO
subio encima de un adoratorio un indio viejo, con mantas largas
el cual era sacerdote de aquellos idolos y comenzo a predicar un
rato. Y Cortes pregunto a Melchor que contenia aquella platica
y supo que les predicaba cosas malas. Mando Cortes llamar al
cacique y al mismo papa o sacsrdote y les dio a entender que si
querian ser nuestros hermanos, que quitasen de aquella casa aque
llos sus idolos que eran malos y les hacian errar y no eran dio-
ses ... Y les dio a entender otras cosas santas y buenas y que
pusiesen una imagen de Nuestra Senora que les dio y una cruz . . .
Y los idolos mando que los despedazasemos y los echasemos a
rodar gradas abajo y asi se hizo". Mas sabrosa relacion no la hay
en ninguna literatura ni Capitan mas penetrado que Cortes de
los valores del espiritu, ni puede haber mejor servicio que reem-
plazar la mas baia idolatria con la mas alta fe conocida.
Partio Cortes de Cozumd, pero como tuviese que regresar
por dcifios en un navio, mostro mucho enojo, porque los que ha-
bian quedado atras no esperaron a los prisioneros, cuyo rescate
se gejstionaba. Nuevamente inicio Cortes gestiones para salvar-
los. Al preocuparse de este modo por la suerte de dos compatrio-
tas h,amildes, Cortes sentaba el precedente de uno de los princi-
pios del imperialismo, que es levantar a la estiraacion general el
valor d>z una vida humana, particularmente la vida de uno de los
suy/os. Cuando Kipling habla del bianco de su raza como de un
elegido, entre asiaticos y polinesios, no hace, en realidad, sino
parodiar a Cortes que, por dos espanoles oscuros, tuvo detenida
su expedicion dos veces. En cambio, el barbaro desprecia al
humilde y procura salvarse solo. Comparese este sentimiento hu-
manitario de Cortes con el desprecio que cualquier Moctezuma
azteca sentia por un plebeyo.
Llego, por fin, Jeronimo de Aguilar, el prisionero, y conto
ser natural de Ecija y que "terna ordenes de Evangelio y que
hacia ocho anos que se habian perdido el y otros quince hombres
y dos mujeres que iban desde el Darien a la isla de Santo Do
mingo, cuando hubo diferencias y pleitos de un Enciso y un Val-
divia; y que en un batel del navio se metieron el y sus compane-
ros y las corrientes los echaron en aquella tierra donde fueron
repartidos unos como esclavos y a otros los habian sacrificado a
los Idolos, y las mujeres de trabajo se murieron, porque las ha-
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 51
cian moler. Y que el se huyo y se amparo en el cacique con quien
estaba y tenia entendido que los indios hicieron la guerra a los
espanoles de la expedicion de Hernandez de Cordoba, por con-
sejos del mismo companero suyo, Guerrero, que no queria que
los descubriesen porque estaba deformado",
Anexado a la expedicion Aguilar como interprete, se diri-
gieron todos al rio Grijalba. Alii, tras de sangriento combate,
Cortes tomo posesion de la tierra en nombre de Su Majestad.
Despues de la batalla y segun su costumbre, Cortes se mostro
magnanimo, mando reunir a los caciques y les propuso paces y
hubo intercambio de presentes, tales como diademas de oro y fi~
gurillas de animales y ciertas telas, pero, observa Bernal Diaz,
"no fue nada todo este presente en comparacion de veinte muje-
res y entre ellas una muy excelente mujer que se dijo Dona Ma
nna, que ansi se llamo, despues de vuelta cristiana".
Cortes recibio todo con alegria y en seguida mando que se
poblase la comarca y se estableciesen en ella los indios despues
de dejar sus idolos; y tras de instruirlos en la fe, con cuyo objeto
hizo construir un altar bien labrado. "Y se puso en el altar la
imagen de nuestra Senora y la Cruz; y pusose por nombre aquel
pueblo Santa Maria de la Victoria". Las iiidias las repartio Cor
tes entre sus capitanes, despues de bautizarlas y convertirlas,
observa Bernal Diaz, en las primeras cristianas del Nuevo Mun^
do. Y Dona Marina le toco a Alonso Hernandez Puerto Carrero
que era buen caballero, siendo ella misma gran cacique e hija
de grandes caciques, segun lo parecia en su persona.
EL CONFLICTO DE DOS MUNDOS
Como por su casa entro el piloto Alaminos detras de la isla
de Sacrificios y a orillas de Ulua, que bien recordaba de la otra
expedicion. En los medanos que circundan el puerto levanto Cor
tes unas chozas de madera, cubiertas con mantas por los indios
que se aprestaron a servirle. Llegaron al dia siguiente enviados
de Moctezuma con presentes y un grupo de_dibjaians equiva-
lente de periodistas que tomaron el retrato de Cortes, y vistas de
sus companeros en accion, sus navios, sus caballos, para llevarlo
todo al inquieto monarca de Anahuac. Hizo Cortes levantar un
52 BREVE HISTORIA DE MEXICO
gran altar y mando celcbrar misa cantada a la cual asistieron los
cnviados de Moctezuma. Les entrego despues presentes para el
Monarca que dijo, queria ver en seguida. Esta pretension ofendi6
un poco a los indios, habituados a muchos rodeos y antesalas
cuando se trataba de la autoridad. Y a fin de que los pintores se
diesen gusto, mando Cortes que Pedro de Alvarado y todos los
de a caballo se aparejasen para que los viesen correr de dos en
dos. Tambien para que viesen salir los tiros, mando llamar Coi>
tes a muchos principales y puso fuego a las lombardas y "fueron
las piedras por los montes retumbando con gran ruido y los gober-
nadores y todos los indios se espantaron de cosas tan nuevas para
ellos".
En la Corte de Moctezuma la curiosidad se aliaba con el
temor. ^Como eran aquellos hombres blancos? ^Y, por ventura,
sus estampas correspondian a la majestad de la leyenda que pre-
decia la llegada de guerreros poderosos? ^O se trataba de sim
ples aventureros en busca de granos de oro, cuya codicia se podia
saciar? ^Seria verdad, como lo aseguraban los de Tabasco, que
aquellos castellanos eran terribles en el combate? Y es de creerse
que al examinar los retratos que de Cortes hicieron los pintores
de la corte, los principales guerreros aztecas, tipos feroces de
desorejadores, sonreirian con desden. En los ojos de Cortes ha-
bia inteligencia y aunque su gesto era grave, se hallaba tetnplado
con la bondad, Ninguno de los atributos de la bestia carnicera,
ninguno de los rasgos torvos del homicida, sellaban aquel sem-
blante como de uno que tiene una profesion matar hombres. No
era Cortes de gran talla y su cara como de escribano de provin-
cia, no era para aterrorizar a salvajes. Aquella f rente despejada
era de intelectual mas que de guerrero, segun el criterio de los
militares aztecas que aun creyeron hallar entre los cottesanos,
uno que se parecia al Capitan extranjero y con intencion burlesca
lo nombraron jefe de la mision que partia para Veracruz. Se tra
taba de un sujeto despreciable llamado Quintalbor y en burla
empezaron a llamarle '*el Cortes tf 4< Cortes por aca, Cortes aculla",
segun dice Bernal Diaz. Pero como sorna aparte, padecian el te-
mor, se previnieron haciendo que el Rey de burlas portase valio-
sos regalos.
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 53
Mientras iban y venian enviados, Cortes buscaba un punto
mas seguro para sus barcos, un clima menos inclemente para sus
tropas. Al efecto, mando a Montejo a rccorrer la costa norte, pa~
sandose en cllo varies dias. Unos indios trajeron a vender galli~
nas. Y el Gobernador de la comarca, Pitalpitoque, establecido en
una chozas apartadas de las de los espanoles, permiti6 que unas
indias les hiciesen pan de maiz y a Cortes lo proveian de fruta y
pescado. Los soldados en cambio tenian que cambiar sus cuentas
para conseguir alimentos. A los seis o siete dias regresaron los
enviados de Moctezuma con mas de cien indios cargados. El prin
cipal bes6 la tierra cuando estuvo en presencia de Cortes, y a sus
auxiliares los sahumaron con braseros de barro que traian. Y
Cortes les mostr6 mucho amor y "sentolos cabe si'' Y despues
del parabten y muchas platicas, mandd el enviado indio^sacar el
presente que Bernal Diaz describe insuperable como sigue:
"Encima de las esteras qtie llaman petates lo primero que
did fue una rueda de hechura de sol, de oro muy fino que seria
tamana como una rueda de carreta, con muchas maneras de pin*
turas, gran obra de mirar, que valia, a lo que despues dijeroa
que la habian pesado, sobre diez mil pesos y otra mayor rueda
de plata figuraba la luna y con muchos resplandores y otras fi-
guras en ella y de gran peso, y un casco lleno de oro en granos
chicos" el casco de un soldado espanol que Cortes habia pe-
dido le llenasen con mue^tra del oro nativo. "Aquel casco", dice
Bernal Diaz "tuvimos en mas por cierto que habia buenas mi^
nas. . . y ms, trajo veinte anades de oro, muy prima labor y
muy al natural, e unos como perros de los que entre ellos tienen
y muchas piezas de oro de tigres, leones y monos, y diez collares
hechos de una hechura muy prima e otros pinjantes, y do<:e fle*-
chas y un arco con su cuerda, y dos varas como de justicia dc
largor de_jcmco palmos . . . Y luego mand6 traer penachos de oro
y de ricas plumas verdes e otras de plata y aventadores de lo
mismo despues venados de oro, sacados de vacadizo. . . Y luego,
mandd traer sobre treinta cargas de ropas de algoddn tan prima
y de muchos g&neros de labores y de pluma de muchos colores,
que por ser tantas no quiero en ellos meter la pluma, porque no
lo sabrg escribir. . . Y dijo que el gran cacique Cortes, que reciba
aquello con la gran voluntad de su senor que lo envia". Y como
54 BREVE HISTORIA DE MEXICO
Cortes inquiriese sobre la visita que deseaba hacer a Moctezuma,
los enviados dijeron que "entre tanto estuviesen en el puerto los
espanoles, los Servian de buena voluntad, pero que de las visitas
que no curasen de ellas".
Dio las gracias Cortes pero insistio en que queria visitar a
Moctezuma y a los enviados que regresaban, les encomendo tarn-
bien presentes para Moctezuma, que Bernal Diaz describe, expre*-
sando: "De la pobreza que traiamos, escogio Cortes una copa de
vidrio de Florencia, labrada y dorada con muchas arbokdas y
moaterias que estaban en la copa, y tres camisas de Holanda
y otras cosas".
El cacique Pitalpitoque aflojo de tal manera en lo de traer
comida, que los espanoles sufrieron "falta de mantenimiento". El
cazabe amargaba de mohoso y podrido y "si no ibamos a mariS'-
car no comiamos". Y los indios ya no acudian ni a comerciar. Y
tornaron a venir los enviados de la capital azteca con mas pre
sentes > pero con encargo preciso de decir a Cortes que ya no
enviara mas mensajes porque no le queria ver Moctezuma.
Entonces Cortes, astutamente y como para no aparecer for-
zandolos a su arriesgada empresa, se quejo con los soldados de
que no los dejaba pasar el monarca azteca: "Debe ser gran
seiior y rico", insinua Cortes y le responden los soldados : "Ya
querriamos estar envueltos con el". Y relata Bernal Diaz: "En
aquella sazon era hora del Ave Maria, y en el real teniamos una
campana, y todos nos arrodillamos delante de una cruz que tenia
mos puesta en un meda.no de arena, y delante de aquella cruz,
deciamos la oracion del Ave Maria. Y como los caciques Hendile
y Pitalpitoque no vieron asi arrodillados, como eran muy entendi-
dos, preguntaron a que fin nos humillabamos delante de aquel
palo hecho de aquella madera, y Cortes le dijo al frailer "Bien es
ahora, padre, que hay buena materia para ello, que les demos a
entender con nuestras lenguas los interpretes* , las cosas to-
cante a nuestra Santa Fe*\ Y asi se hizo y se ks di>o que sus
idolos eran malos y que nuestro Senor Dios verdadero que se
dice Jesucristo, quiso sufrir y pasar por aquella nauerte para salt-
var el genero humane, y que resucito al tercer dia y esta en los
cielos y que habremos de ser juzgados de el Y se les declare,
para que lo repitiesen a su senor Moctezuma, que nuestro gran
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 55
Emperador nos envia a estas partes para quitar que no sacrifi-
casen ningunos indios, ni otra manera de sacrificios males que
hacen, ni se robasen unos a otros, ni adorasen aquellas malditas
figuras, y que les ruega que pongan en su ciudad y en los adora-
torios en donde estan los idolos, una cruz y una imagen de
Nuestra Senora".
Mientras asi hablaba a los indios, a los soldados los dejaba
Cortes rescatar o sea cambiar cuentas por oro, sin pedirles razon
por lo que los amigos de Velazquez, que se hallaban en la expe
dition, reclamaban y exigian que se tomase nota para apartar el
quinto del Rey, Cortes disimulaba el trafico de los soldados y se
holgaba de el, porque kntamente su influencia personal crecia
sobre la tropa, a la vez que a esta se le despertaba la ambition.
Y el choque de indios y espanoles se hizo inevitable* "Pa-
rece ser, opina Bernal Diaz, que Moctezuma rehuso mas platicas
porque era muy devoto de sus idolos que se decian Texcatepuca
y Huichilobos, el uno Dios de la Guerra, y el otro del infierno,
y les sacrificaba cada dia muchachos para que le dieran respuesta
de lo que deberia hacer con nosotros. Y Moctezuma resolvie que
si no tornaban a marcharse los espanoles en sus navios, a todos
los habia de sacrificar a sus Dioses".
Bajo la exterioridad de las platicas y los trueques comercia-
les los combates se preparaban. Un conflicto decisivo para el
futuro de la raza mexicana exigia solution armada. El triunfo
espaiiol crearia una era nueva y aumentaria una nation a la cul-
tura del planeta. Si Moctezuma hubiese vencido, la crueldad, la
brutalidad mas espantosa hubiesen seguido deshonrando esta tie-
rra que hoy es, o J>odria ser, nuestra. En cambio, si los espanoles
vencian, quedariamos incorporados a una fraccion creadora de la
humanidad, colaboradores de uno de los pueblos mas ilustres de
todos los tiempos. Con razon, los dioses malos del imperio azteca
se mostraban irritados, exigian mas victimas. No les bastaba con-
siderar que eran casi seis inillones de indios y no paisaban de
seiscientos los espanoles. Ntinca dioses crueles supieron inspirar
giierreros capaces, por fortuna para la moral. Nada es mas d&-
bil que la fuerza empleada en oprkair. A la primera oportunidad
los oprimidos descubren que la traicion asume aspectos de
liberacion.
56 BREVE HJSTORIA DE MEXICO
Y hallandose Cortes colocado entre la amenaza de Mocte-
zuma y la cxigencia de los del partido de Diego Velazquez que
ansiaban el regreso, conformes ya con el botin alcanzado, llegaron
unos enviados que describe Bernal Diaz como sigue:
"Traian unos grandes agujeros en los bozos de abajo, y
en ellos unas rodajas de piedra pintadillas de azul, y otros con
unas hojas de oro delgadas, y en las orejas muy grandes aguje
ros, en ellas puestas otras rodajas con oro y piedras, y muy dife-
rente traje y habla que la de los mexicanos, Explicaron los recien
llegados que habian tenido noticia de lo de Tabasco, cuando Cor
tes dio su primera batida formal a los indios y de platica en
platica informaron como tenia Moctezuma enemigos y contrarios",
de lo cual Cortes se holgo y con dadivas y halagos despidio a
los mensajeros instandolos a que dijesen a su Senor que muy
pronto iria il a verlo*
El propdsito de Cortes no era regresar a Cuba en condi-
clones parecidas a las de Grijalba. Su genio le hacia ver posibi-
lidades sin cuento en aquella extrana tierra, rica y debilitada por
la barbarie y la discordia, pero ^contaria con sus soldados? ^Lo-
graria imponerse a los amigos de Diego Velazquez, que eran
numerosos en su misma tropa e insistian en regresar conformes
ya con el oro rescatado, indiferentes al plan de ganar un reino?
Los del partido de Cortes, que eran Pedro de Alvarado, Fran
cisco de Montejo, Cristdbal de Olid y el propio Bernal Diaz,
corrian la voz de que era conveniente proclamar jefe a Cortes
como representante de Su Majestad eliminando de esta suerte al
Gobernador Velazquez, Los de Velazquez exigian el reembarque,
y Cortes se di6 la satisfacci6n de hacerse rogar que aceptara el
nuevo mando. Lo acept6, a condicion de que le diesen cargo de
Justicia Mayor y Capitan General. "Y lo peor de todo", reflexio-
na Bernal Diaz, "que le otorgamos que le di&semos el quinto del
oro que se hubiese, despu^s de sacado el quinto real Y delante
de un escribano le dimes poderes. Y luego ordenamos de hacer
poblar y fundar la villa que se nombr6 la Villa Rica de la Vera-
cruz, porque llegamos jueves de la cena y desembarcamos en
Viernes Santo dc la Cruz". Se procedi6 en seguida a la elecci6n
de Alcaldes y Regidores, siendo los primeros electos Alonso Her-
nSndez Puerto Carrero, el marido de Dona Marina, y Francisco
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 57
de Montejo, mas tarde Adelantado de Yucatan. Asi, democrat!'
camente y como cumple a hombres libres, se crearon las primeras
autoridades legitimas del continente. Las que existian en los te
rritories de los nativos lo eran de hecho y se apoyaban en el terror
de los sacrificios humanos, el desorejamiento de los prisioneros.
El Municipio de Veracruz, creado antes de que los espanoles im*
pusiesen su dominio militar sobre el pais, he ahi el origen de nues-
tras instituciones civilizadas que hasta la fecha siguen luchando
para perdurar sobre la regresi6n azteca de los militarismos reinan-
tes, apoyados en el terror del fusilamiento de los prisioneros de la
guerra civil. La fundacion del Municipio de Veracruz debiera ser
la efemerides central de nuestras celebraciones civicas; en las es-
cuelas de la nacion, deberia recordarse cada ano esa fecha como
simbolo de nuestra aspiracion a una plena vida civilizada.
UNA TACTICA MORBOSA
Constantemente muestran su sorpresa los historiadores ante
la casi increible hazafia del puiiado de espanoles que logra con-
quistar millones de guerreros en territorios desconocidos; pero lo
cierto es que nunca estuvieron opuestos ^eon ma* claridad y vio-
lencia los dos metodos de la convivencia humana mas contradic
tories: el de la conservation de la vida y el de su destruction.
Las huestes dz Cortes distaban mucho de hallarse unidas; la dis-
cordia armadg tenia ya inquietos a los audaces aventureros tanto
que en Ja primera excursion al interior que consume Alvarado
se evito utilizar a los de Velazquez. Otros de ellos tuvieron que
quedar presos en Veracruz. La diferencia es, sin embargo, capi
tal; los enemigos de Cortes estaban presos; esposados y en ca^
denas, pero seguros en sus vidas; en la primera opor^unidad, un
barco los devolveria a sit Espana o un perdon les reintegraria su
libertad. En carobio, los enemigos de Moctezuma estaban siendo
asesinados por centenares en aquellos precisos mementos de pe-
ligro. En los instantes en que cualquier pueblo civilizado, ante la
amenaza extranjera, decreta la amnistia y reune en hermandad a
tedos los hijos del mismo suelo, los aztecas, en desenfreno suici-
da, multiplicaban los sacrificios y las medidas de terror, tal y
58 BREVE HISTORIA DE MEXICO
como nosotros los mexicanos hemos solido hacer en guerra extran-
jera. Lo que perdio a los aztecas fue el rito de Huichilobos, la
matanza por gusto, el sacrificio irreflexivo del semejante, la estu-
pida creencia de que el dios de la guerra da el triunfo a los bru
tes, cuando aun en la guerra, la ley de conservation de la especie
determina que sea siempre el poder mas humano, el que asegura
a la postre la victoria. Nos cuenta en efecto, Bernal Diaz, que
por todos los pueblos donde llegaba Alvarado, acompaiiado de
solo cien hombres, los indios emprendian la huida, pero eso si,
antes de liuir, dejaban huella, como la de esos cabecillas que
todavia reviven periodicamente, huella de asesinatos y atropellos
en mujeres y ninos. En todos los pueblos hallaba Alvarado sacri-
ficados en los cues o altares, hombres y muchachos. Las paredes,
los altares y los idolos se banaban en la sangre de los corazones
presentados en imbecil holocausto. Dice Bernal Diaz: "En cada
pueblo no hallabamos otra cosa. Algunas veces los brazos y las
piernas habian desaparecido y los indios que se habian quedado
atras, explicaban que se las habian llevado para comer".
De su corta expedition regreso Alvarado con algiin basti-
mento para socorrer a los hombres que en Veracruz pasaban
hambres, y Bernal Diaz comenta: "Nos holgamos con aquel poco
bastimento que trujo, porque todos los males e trabajos se pasan
con el comer".
* Para cuando regreso Alvarado, ya Cortes con dadivas y
buenas promesas, se habia atraido a los de Velazquez, los habia
libertado de la prision, los habia ganado para su causa. Entretan-
to en Mexico, el Gran Moctezuma ordenaba sacrificios en, todos
los barrios de la ciudad hasta que la sangre corria a chorros por
los embaldosados. No hace falta sino leer con cuidado, para com"
prender cual ejercito era el que a la larga tenia que triunfar. Y
no hace falta sino ser hombre, para simpatizar sin reservas con
la aventura libertadora de los espanoles. Vengadora, ademas, no
solo de los indios sacrificados, sino del poder satanico que se
habia apoderado de los mexicanos desde la expulsion de Quetzal-
coatl, el civilizador, o sea desde que se apoderaron del mando
los asesinos.
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 59
EL EJEMPLO DE CEMPOALA
Decidio Cortes visitar al cacique de los totonacas, anima-
do por la information que le habian dado los mensajeros de estar
todo aquel pueblo disgustado con los abusos de Moctezuma. Con
las precauciones del caso, avanzo con su artilleria por delante y
los jinetes y escopeteros, pero no fue necesario combatir. El ca
cique de Cempoala, que Bernal Diaz llama "el gordo", porque
apenas se podia mover, los recibio con agrado, les hizo servir co-
mida y les deparo buenos alojamientos en casa espaciosa, blan-
queada por dentro y por fuera. A unos soldados que habian ro-
bado gallinas, Cortes Jps amojiesto y ordeno que devolviesen todo
a sus duenos y que a nadie hiciesen dano. El cacique gordo y sus
gentes no cesaban de quejarse de Moctezuma a lo que Cortes
observo que, precisamente, el venia a nombre de un senor muy
poderoso, el Emperador don Carlos, para "desagraviar y quitar
tiranias". Para obsequiar a los extranjeros, que asi les ofrecian
proteccion, y a fin de consumar la hermandad pactada, hiciero&
presente los indios de veinte doncellas para Cortes y sus capita-
nes. Le toco a Cortes una muy fea que despues se llamo Dona
Catalina y que era sobjqna del cacique gordo y seiiora de muchos
vasallos. Y no las recibieron los espanoles antes de que se bauti'-
zaran y se hicieran cristianas. Tambien previno Cortes a los
indios, que antes de poder tratarlos como a hermanos, era me-
nester que no tuvieran aquellos idolos que los traen enganados
"y que tambien habian de ser limpios de sodomias, porque tenian
muchachos vestidos en habitos de mujeres que andahan a ganar
en aquel maldito oficio, y cada dia sacrificaban delante de los
espanoles cuatro o cinco indios, y los corazones los ofrecian a sus
idolos y la sangre pegaba por las paredes, y cortabanles las pier-
ijas y los br^zos y muslos y IQS comian como vaca que se traen
die las camicerias en nuestras tierras, y aun tengo entendido que
los vendian por menudo en Jos' 44 tianguis". . . "Que asi que se
quiten estas raaldades, seremos amigos". . . Pero los indios prin-
cipales respondieron que ^no les estaba bien dejar sus idolos y
sacrificios, y que sus idolos le&.daban salud y;buenas sementeras.
* f Y como Cortes y todos nosotros", sigire 4iciendo Bernal Diaz
"vimos aquella respuesta tan desacatada y habiamos visto tantas
60 BREVE HISTORIA DE MEXICO
crueldades y tor^edades no las pudimos sufrir. Entonccs nos ha-
blo Cortes sobre ello y nos trujp a la memoria unas buenas y muy
santas doctrinas, y que como podiamos hacer ninguna cosa buena
si no volviamos por la honra de Dios y en quitar los sacrificios
que hacian de los idolos y que estuviesemos muy apercibidos para
pekar si nos viniesen a defender que no se los derrocasemos y
que aunque nos costase las vidas, en aquel dia habian de venir
al suelo".
Y una vez que sus hombres estuvieran dispuestos, dijo
Cortes a los caciques, que habian de derrocar los idolos. El caci
que gordo y otros se apercibieron con muchos guerreros en defen-
sa de sus idolos, y volvemos a dejar el relato a Bernal Diaz:
"Desde que queriamos subir a un alto cue que es su adoratorio,
que estaba alto y habia muchas gradas, que ya no se me acuerda
que tantas eran, vino el cacique gordo con otros caciques muy
alborotados y sanudos y dijeron a Cortes que por que les queria
mos destruir y que si les haciamos deshonor a sus dioses o se los
quitabamos, que todos ellos perecerian y aun nosotros con ellos.
Y Cortes les respondio muy enojado que otras veces les ha dicho
que no sacrifiquen a aquellas malas figuras porque no les traigan
mas engaiiados y que a esta causa les veniamos a quitar de alii,
y que si no los quitasen ellos, los echariamos a rodar por las gra
das abajo y les dijo que no los tendriamos por amigos, sino por
enemigos mortales, pues que les daba buen consejo y no lo quie-
ren creer y porque ha visto que han venido sus capitanias puestas
en annas de guerrero, que esta enojado de ellos y que se lo paga-
rian con quitarles la vida. Y desde que vieron a Cortes que les
decia aquellas amenazas, dijeron que si nosotros los queriamos
derrocar, no era con su consentimiento, que se los derrocasemos
e hicieremos lo que quisiesemos. Y no lo hubo bien dicho, cuando
subimos sobre cincuenta soldados y los derrocamos y vinieroa
rodando aquellos sus idolos hechos pedazos, y eran de manera
de dragones espantables, tan grandes como becerros y otras fi
guras de manera de medio hombre. Y cuando asi vieron los
idolos hechos pedazos, los caciques y papas lloraban y se tapa-
ban los ojos y en su lengua totonaca pedian a los idolos que los
perdonasen y que por temor de los mexicanos no daban guerra
a los espanoles".
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 61
Aigunos guerreros, sin embargo, quisieron flechar a los es-
panoles, pero Cortes se apodero del cacique gordo y otros prin*-
cipales, y esto evito el conflicto. Acto continue, Cortes hizo des-
pedazar los Idolos y los pedazos los hizo quemar y "salieron de
su aposento los papas que tenian cargo de aquellos idolos, vesti-
dos con mantas prietas como sotanas y el cabello largo pegado
de sangre humana coagulada y las orejas hechas pedazos, y he-
dian corao azufre y tenian otro muy mal olor como de carne
muerta; y segun alcanzamos a saber, aquellos papas eran hijos
de principales y no tenian mujeres, mas tenian el maldito oficio
de sodomia. Y Cortes los hizo rapar y vestir de limpio y les
encomendo el cuidado del altar que en seguida se construyo, y en
el se puso la Cruz, con una imagen de Nuestra Senora". En segui
da, una misa purified el ambiente.
Pocos episodios hay en la historia universal mas sublimes.
En aquel moment o, Cortes se jugo el exito todo de su empresa
para ser consecuente consigo mismo, leal a su conviccion profun*-
da, que le dijo: ^Como puede venir nada bueno si no volvexnos
por la honra de Dios, es decir, si no cumplimos en seguida con
nuestro deber de cristianos y de civilizadores? Y el que ya anda-
ba de Quijote desagraviando los abusos de Moctezuma, cuando
mi siquiera sabia si podria defenderse a si mismo, subio a la ca-
tegoria de reformador y gano para el espiritu la mas importante
de las batallas. Alii mismo quedo derrotado Huichilobos, y res-
tablecido el expulsado Quetzalcoatl, y vengado el agravio hecho
a la humanidad con aquellos sacrificios. A partir de este instante
valiente, por donde pisaroa los espanoles, se acabaron los sacri
ficios humanos y se liquido una era inicua de Mexico, gracias al
arrojo, la decision heroica de un grupo de extranjeros* Tambien,
en ese mismo instante, los extranjeros que asl obraban tomaron
posesion del territorio con el derecho que da la civillzacion sobre
la barbaric, la moral contra el crimen. Donde quiera que la espe-
cie humana degenera hacia el matonismo, emerge una necesidad
de venganza y se hace bendita cualquier intervencion que ponga
termino al regimen de la matanza.
En el caso de Cempoala se pone de manifiesto la superio-
ridad de Cortes sobre los otros grandes capitanes de la historia,
Do&d Cortes se jugo su destino a la sola carta de la moral ele-
62 BREVE HISTORIA DE MEXICO
vada, sus predecesores habrian obrado mas o menos como sigue:
Alejandro, el vanidoso, habria dicho a los indios: Habeis de ado-
rarme a mi, junto con vuestros idolos viejos. Cesar, el esceptico,
se habria alzado de hombros ante los sacrificios humanos, y tal
vez habria pensado: Mejor, asi acabaran pronto unos con otros
los de esta casta despreciable. Bonaparte, el histrion, se hubiese
puesto -el manto de los sacerdotes aztecas, como se puso el de los
Califas de Mahoma, solo Cortes salio a pelear por los fiteros del
espiritu, con riesgo de la finalidad practica de su empresa. Vencio
a la realidad y creo una nueva practica. Sento las bases de un
Mexico nuevo.
LA CALUMNIA DEL ORO
Durante todo el tiempo que hemos vivido bajo la influencia
moral de los extraiios, los autores han coincidido en afirmar que
la sed del oro era el impulso dominante de los e^panoles de la
conquista a quienes, en consecuencia, se presenta como hombres
rudos y codiciosos, que una inmerecida buena fortuna llevo a con'-
sumar hazaiias que ni los mas envenenados censores dejan de
calificar como extraordinarias. En los tiempos en que escribio
Bernal Diaz su historia, nadie habia lanzado aun por el naundo
esta especie injusta; en las palabras del historiador no hay, por
eso mismo, ningun empeno de sincerarse de cargos que no exis-
tian aun. Sin embargo, con la sencillez y la veracidad mas crudas,
Bemal Diaz reconoce que andaban "en busca de oro que resca-
tar" es decir, que cambiar por cuentas y objeitos varios. Precisa--
mente, de esta franqueza varonil, se han servido los enemigos de
Espana, como prueba de sus cargos, pero maliciosamente se ca-
llan los moviles sublimes de la incomparable aventura. En cam-
bio, no se descubre movil alguno -elevado en los piratas ingleses
qus vinieron despues, miembros de la nobleza no pocos de ellos,
que a falta de oro que trabajar, se dedicaban al saqueo de inde-
fensas ciudad>s. Repetidamente, Bernal Diaz habla cle los presen'-
tes en oro y de las esperanzas que todos llevaban de encontrar
ricas minas de este metal. Pero al mismo tiempo^ y sin proposito
de excusar ni de alabar a nadie, el mismo Bernal Diaz nos cuen-
ta de como, queriendo adelantarse a las acusaciones que Velaz-
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 63
quez mandaria a la Corte en contra de Cortes, decidieron, todos
los que lo habian hecho Capitan en Veracruz, mandar a Su
Majestad cartas explicativas, acompanadas del presente usual en
esos casos, Y, al efecto, resolvieron los principales deshacerse de
todo e/ oro que llevaban ganado, a fin de reunir cantidad digna;
pero como no existia entre ellos autocracia por virtud de la cual
el jefe o los jefes se llevan todo y los soldados apenas reciben un
engano, democraticamente, como procedian en todo, iniciaron una
colecta. Y como el oro se hallaba muy repartido entre los solda
dos que mas empeno habian puesto en lograrlo, fue precise acudir
a todos en los terminos siguientes: "Senores ( dirigiendose a los
soldados) : ya veis que queremos hacer un presente a Su Majes
tad; y para ser el primero que enviamos de estas tierras, habia
de ser mucho mas; par^scenos que todos le sirvamos con las par-
tes que nos caben; los caballeros y soldados que aqui estamos
escritos tenemos firmado como no queremos parte ninguna de
ellos, sino que servimos a Su Majestad con ello, porque nos haga
mercedcs tf . "El que quisiere su parte no se le negara. El que no
la quisiera, haga lo que todos hemos hecho, firmelo aqui", "Y de
esta manera todos a una firmaron". . . Asi procedian cuando lie-
gaba la ocasion grande, estos espanoles hijosdalgo y aventureros
pobres dando cuanto tenian en subito alarde de generosidad, des^
pus de haber padecido lo que no se ha escrito para ganar lo
que prodigaban. Se dira que este oro le cedian los espanoles con
la esperanza de obtener ventajas mayores en el futuro. Y aun asi,
^cuantos hay entre el comun de los mortales capaces de sacrifi-
car de buen grado lo seguro por lo dudoso, lo presente por lo
remote? Quien lo hace es, en todo caso, negociante intrepido y
no un avaro vulgar.
Ensefia el Evangelic que ha de saber decidirse a perderlo
todo quien quiere hacerse digno de ganar el Cielo. Asi Cortes con
su logica cristiana inflexible, primero quito a sus soldados el oro
y prescindio de sus propias riquezas; despues se corto la retirada,
deshaciendose de los naVios que eran una constante tentacion para
aquellos pusilanimes que ante el peligro creciente solo pensaban
en el escape. Para forzar la decision de internarse en el pais
desconocido, Cortes y los suyos se hicieron pobres. jConfirmando
una vez mas que el peso de los bienes del mundo es un estoibo
64 BREVE HISTORIA DE MEXICO
para el que busca log lauros de una empresa inmortal! En visperas
de la conquista de Mexico los espanoles renunciaron al oro ya
ganado y tambien a la seguridad y las ventajas de una decorosa
retirada; se jugaron su destino entero, a la sola carta de un exito,
dudoso conforme a la materia, incomparable segun los criterios
del ideal.
Y asi fue corato surgio, necesidad heroica y no alarde vano,
el insuperable episodio de la destruccion de los navios, que a
todo un ejercito abanderado de una gran causa, lo dejo sin reti
rada y entregado a la sola potencialidad de su fe en la victoria.
CORTES QUEMO SUS NAVES
La Hteratura heroica de la humanidad, en todas sus lenguas,
tiene adoptada la frase 44 quemar las naves", que se aplica a toda
decisi6n valerosa y extrema. Bien mereoe Cortes tal honor. No
hay alarde parecfdo en ningun otro aventurero marciaL Ocurrie-
ron los hechos como sigue:
Los parciales de Diego Velazquez conspiraban en secreto
para apoderarse de un navlo y regresar en el a Cuba. Al llegar
a La Habana se proponian hacer prender a los emisarios que
Cortes mandaba a Espafia con los presentes del Rey. Denunciada
la conspiracion y presos los culpables, Cortes mando ahorcar a
dos de los principales y castig6 a otros con azotes. Hasta alii no
hizo sino aplicar el rigor necesario contra reincidentes de deser-
cion frente al enemigo. Pero habia algo mas que el riesgo de la
desercion: el desaliento minaba aun a los leales; el propio Cortes
acaso vacilaba frente a la magnitud de su empresa, Entonces, en
un rapto que parece desesperado, pero que es una de esas mtui-*
ciones propias del genio, mando desarbolar todos los navios, con
lo que ya nadie pudo pensar en retroceder. Sin embargo, antes de
consumar tan grave medida, la consulto con sus mas adictos y
los mas firmes, porque como dice Bernal Diaz: "para que si algo
le demandasen que pagase los navios que era por nuestro consejo
y todos fuesemos en los pagar".
"Luego mando a un Juan Escalante que fuese desde Gsm-
poala, donde nos hallabamos, a la Villa y que de todos los na
vios se sacasen todas las anclas y cables y velas y lo que dentro
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 65
tenian que se pudiese aprovechar y que diese con todo ellos al
traves, que no quedasen mas de los bateles y que los pilotos y
maestros viejos y marineros que no eran para ir a la guerra, que
se quedasen en la Villa y con dos chinchorros que tuviesen cargo
de pescar, que en aquel puerto siempre habia pescado aunque no
mucho".
Sin una palabra de jactancia, con sencillez castellana, refiere
Bernal Diaz uno ds los episodios mas notables de la historia
universal. Marca dicho episodic el instante en que Cortes decidio
la conquista, sobreponiendose a los que habrian hecho de su expe-
dicion una de tantas que exploran tierras desconocidas, pero no
las ocupan ni las transforman. Declara Bernal Diaz que no es
cierto, como afirma el cronista Gomara, que Cortes ocultara a los
soldados la destruccion de los navios. Ninguna ocultacion era ne-
cesaria, segun Bernal Diaz, que comenta: "^De que condicion
somos los espanoles para no ir adelante y estarnos en partes que
no tengamos provecho e guerras?"
Muy ajeno a enganos, Cortes se fio a su oratoria, y diri-
giendose a los soldados despues de misa, y a proposito de las
naves destruidas, le% hizo ver "que ya no tenian navios para ir
a Cuba", "ni otro socorro que Dios y nuestro buen pelear y co-
razones fuertes", y sobre "ello dijo otras muchas comparaciones
y hechos heroicos de los romanos. Y todos a urta contestaron los
soldados que harian lo que se les ordenase, que echada estaba la
suerte de la buena ventura, como dijo Julio Cesar sobre el Rubi
con, pues eran todos nuestros servicios para servir a Dios y a
su Majestad*. En seguida encomendo Cortes las Iglesias recien
construidas al Cacique Gordo, el de Cempoala, y le pidio tame-
mes y bastimentos para marchar a la guerra contra Moctezuma".
CAM/NO ADELANTE
Aliados a lo& de Cempoala, avanzaron los de Cortes, ha-
ciendo su primer alto en Jalapa. Eran los indios de tal region
amigos de los de Cempoala y no tributaban a Moctezuma. Sin
embargo, consumaban los inismos odiosos sacrificios. Esto obligo
a los espanoles a exkortarlos y a repetirles la declaracion de que
venian en nombre del gran Rey Don Carlos, a ver que no se
66 BREVE HISTORIA DE MEXICO
hiciesen mas sacrificios, y a consumar desagravios y a propagar
la Santa Fc Cristiana. El frio empezo a castigar a los invasores
en el ascenso de la meseta. For consejos de los de Cempoala,
seguian el camino de Tlaxcala y para aprovechar el odio que los
de esta nacion tenian a Moctezuma. Caminaba la artilleria a horn-
bros de los 4< tamemes". Los soldados cargaban sus armas y en
la marcha usaban alpargatas. En el punto que Bernal Diaz llama
Cocotlan, vieron blanquear azoteas, y la casa del cacique; tam-
bien cues o adoratorios muy altos, encalados. El conjunto "pare-
cia muy bien a ciertos pueblos de Espana". "Y pusieronle a este
poblado Castel Blanco, porque dijeron unos soldados Portugueses
que parecia a la Villa de Castel Blanco de Portugal' \ Los natu-
rales de este sitio hospedaron a los espanoles y les dieron de
comer, "poca cosa e de mala voluntad". Al mismo tiempo infor-
maron a Cortes de los ejercitos que tenia Moctezuma en diversas
provincias, y de la fortakza que era la ciudad de Mexico, y como
estaban fundadas las casas sobre agua y que de una casa a otra
no se podia pasar, sino por puentes que habia en buen numero y
en canoas. Las casas eran todas de azoteas y cada azotea si era
provista de mamparas, se convertia en fortaleza. Para entrar den-
tro de la ciudad habia tres calzadas y en cada calzada cuatro o
cinco aberturas con un puente y con alzar cualquiera de esos
puentes que son hechos de madera, nadie podia entrar a Mexico.
Y luego dijeron del oro y plata y riquezas que tenia Moctezuma
y todos estaban admirados de lo que oian.
Un delirio heroico empujaba a los espanoles y los hacia
despreciar los riesgos. Respondiendo al relate del Cacique Olinte-
cle sobre las grandezas y el poder de Moctezuma, Cortes pro-
nuncio el discurso que sigue, digno de la Iliada o del Quijote:
44 Pues hacjoos saber que nosotros venimos de lejas tierras,
por mandado de nuestro Rey y Senor que es el Emperador Don
Carlos, y envia a mandar a ese vuestro gran Moctezuma, que no
sacrifique ni mate ningunos indios, ni robe sus vasallos, ni tome
ningunas tierras; y para que de la obediencia a nuestro Rey y
Senor, y ahora lo digo asimismo a vos, Olintecle, y a todos los
demas caciques que aqui estais, que dejeis vuestros sacriticios y
no comais carne de vuestros projimos, ni hagais sodomias, ni las
cosas feas que soleis hacer, porque ansi lo manda nuestro Senor
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 67
Dios, que es el que adoramos y cremos y nos da la yida y la
muerte y nos ha de llevar a los cielos"
Y los indios a todo, callaban.
Y Cortes, dirigiendose a Fray Bartolome de Olmedo y a
los soldados, anadio: "Paresceme, senores, que ya no podemos
hacer otra cosa sino que se ponga una cruz". Y respondio el
padre Olmedo: "Paresceme, senor, que en estos pueblos no es
tiempo para dejarles cruz en su poder, porque son desvergonzadds
y sin temor y como son vasallos de Moctezuma, no la quemen o
hagan alguna cosa mala". Pero Cortes insistio y la cruz quedo
enclavada sobre el adoratorio azteca.
Urgidos por los de Cempoala y atemorizados, sirvieron los
indios comida y presentes. En la plaza de aquel pueblo vieronse
rimeros de craneos y montones de huesos. Segun Bernal Diaz,
eran mas de cien las calaveras al cuidado de los papas y sacerdo-
tes. Igual hacinamtento macabro hallaron en todos los pueblos de
tierra adentro.
EL HEROE XICOTENCATL
Gran einpeno habian mostrado los indios aliados a los espa-
iioles de que se siguiera la ruta de Tlaxcala en la marcha hacia
la capital de Mexico, porque no siendb los tlaxcaltecas vasallos
de Moctezuma, creyeron facil ganarlos a su causa sin combatir.
No contaron con que es siempre mas dificil someter a voluntad
ajena a un pueblo libre que a los mas fieles vasallos. Llegaron a
Tlaxcala los mensajeros de Cortes con halagadoras prornesas,
pcro se les recibio con frialdad. La presencia de los de Cempoala
y otros vasallos de Moctezuma en el ejercito de Cortes, creo sos-
pechas. Ya otras veces, dijeron los tlaxcaltecas, con mafias y cau-
telas "les entraban en la tierra y se la saqueaban". Finalmente,
decidieron: "Agora hemos de matar a esos que llamais teules o
dioses y comeremos sus carnes y vcremos si son tan esforzados
conio publicais M . A lo que Cortes repuso: "Pues que ansi es, ade-
lante en buena hora". Y encomendandose a Dios y con la ban^
dera tendida que llevabacl alferez Corral, avanzaron los espanoles
muy de concierto y por delante la serial de la cruz, "que con
venceremos"
68 BREVE HISTORIA DE MEXICO
Y no muy lejos vieronse hasta treinta Indies que "estaban
por espias y tenian espadas de dos manos y rodelas y penachos;
otros portaban lanzas. Las espadas eran de pedernales que cortan
mas que navajas". Al acercarse los espanoles, alejose esta avan-
zada y tras ella envio Cortes cinco jinetes para que procuraran
apoderarse de alguno de los indios; en vez de lograrlo, cayeron
los de a caballo en una emboscada con la que dio principio la
pelea. Un escuadron de mas de tres mil tlaxcaltecas salio de un
escondite, cayendo sobre los espanoles, con lluvia de flechas y
golpes de montantes. La artilleria y las escopetas lograron, sin em
bargo, hacer retroceder a los atacantes y quedando en el campo
diecisiete. muertos y muchos heridos, todos indios. El terreno era
llano y habia muchas casas y labranzas de maiz y magueyales.
Esa noche la pasaron los de Cortes dormidos cerca de un arroyo
y 4 - 4 con el unto de un indio gordo de los que alii matamos se
curaron los heridos, que aceite no habia' '. Por cena tuvieroi;
perrillos que los indios criaban, pero las casas de la comarca que-
daron despobladas. Y la noche se paso con escuchas y buenas
rondas y los caballos ensillados "por temor de que no diesen
sobre nosotros".
Al otro dia, muy concertados los escuadrones y los de a
caballo avisados de como habian de entrar rompiendo, procurando
no apartarse unos de otros, se prosiguio la marcha r Pronto se les
opusieron dos escuadrones de guerreros en numero como de seis
mil, lanzando grandes gritos y ruido de tambores y trompetillas,
a la vez que flechaban y tiraban varas. Cortes mando que estu^
viesen todos quedos y con tres de los prisioneros requirio a los
indios que no hiciesen guerra. Despues de escuchar a los men-
sajeros mostraronse los indios 4 'muy mas recios y daban tanta gue^
rra que no se les podia sufrir; por lo que Cortes dijo: "Santiago
y a ellos" y ' 4 de hecho arremetimos de manera que les matamos
y herimos muchas de sus gentes, y entre ellos tres capitanes".
Fueronse retirando hacia unos arcabucos donde estaban en celada
sobre mas de cuarenta mil guerreros con su capitan general, el
bravo XicotencatL Su divisa era de bianco y Colorado. Las hon-
das y piedras producian como granizo y hacian mucho dano. En
las quebradas aumento el peligro para los espanoles que avan-
zaban, aunque en el llano, con los caballos y artilkria tomaban
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 69
venganza. Y no osaban arremeter sino todos juntos porque "no
nos desconcertasen y rompiesen" y "si arremetiamos, hallabamos
sobre veinte escuadrones sobre nosotros que nos resistian y es~
taban nuestras vidas en mucho peligro, porque eran tantos gue-
rreros que a punadas de tierra nos cegaran sino que la gran
de Dios nos socorria y nos guardaba" Y "parece
ser que entre los tlaxcaltecas, se acordaron muchos de ellos para
tomar a manos algun caballo y lo pusieron por obra arremetien-
do; echaron mano a una muy buena yegua hiriendo malamente
al jinete que era Pedro de Moron. Y a la yegua le dieron una
cuchillada que le cortaron el pescuezo redondo e colgado del pe-
llejo, alii quedo muerta"; pero en la refriega que se produjo para
salvar al jinete perecieron muchos tlaxcaltecas, entre ellos los ca^
pitanes ya mencionados; sin embargo, se llevaron los indios la
yegua, la cual hicieron mostrar en todos los pueblos de Tlaxcala
y ofrecieron a sus idolos las herraduras y los chapeos. El combate
quedo en suspenso porque los espanoles no tenian refuerzos y
eran los que atacaban, y no se "podian tener en pie de cansados".
Se dio esta batalla en Tehuacacingo, el dos de septiembre de mil
quinientos diecinueve* Por la noche se hicieron fuertes los espa
noles en unos adoratorios que estaban en unos altos y curaron a
sus heridos, que eran quince, uno de los cuales murio esa noche.
Se descanso todo el dia siguiente y al segundo expuso Cor
tes que era bueno ir a correr el campo con los de a caballo "para
que no sintiesen los tlaxcaltecas nuestra flaqueza" y porque era
mejor acometer. De manera que con siete de a caballo y pocos
escopeteros y doscientos soldados y algunos aliados salieron por
las casas y pueblos prendiendo hasta veinte indios e indias sin
hacer ningun mal, pero los aliados indios "como son crueles, dice
Benial Diaz, quemaron muchas casas y trujeron bien de comer
galliinas y perrillos". . . Y acordo Cortes se soltasen los prisione-
ros despues de darles de comer. Y con Dona Marina le-s hizo ver
"que no fuesen mas locos e que viniesen a la paz que no les
venimos a hacer mal ni enojo, sino pasar por su tierra e ir a
Mexico a hablar con Moctezuma". Cuando llego tal suplica a
oidos de Xicotencatl, respondio este: "que fuesen a su pueblo,
donde *sta su padre y que alia haran las paces con hartarse de
70 BREVE HISTORIA DE MEXICO
nuestras carnes y honrar sus dieses con nuestros corazones y
sangre",
Y comenta Bernal Diaz: "Desque Cortes y todos nosotros
oimcs aquellas tan soberbias pal^bras, como estabamos hostigados
dfc las pasadas batallas e rencuentros, verdaderamente no lo tu-
vimos por bueno". Y a los inensajeros los halago Cortes con
blandas palabras y les mando dar obsequios. A la vez que con
ellos se informaba por extenso de que manera estaba el capitan
XicotencatL Y le dijeron que tenia mucha mas gente de guerra
que la primera vez que les dio batalla. Mas o menos cincuenta mil
hombres habia dispuestos y tendrian por bandera y sena "un
ave blanca tendidas las alas como avestruz y cada capitania tenia
su divisa, como en Castilla usaban los duques y condes. Y desque
aquello supimos, confiesa lealmente el cronista, como somos hom
bres y tcmiamos la muerte, muchos de nosotros y aun todos los
demas, nos confesamos con el padre la Merced y con el clerigo
Juan Diaz, que toda la noche estuvieron en oir de penitencia y
encomendadonos a Dios que nos librase no fuesemos vencidos y
asi se Ilego al amanecer".
LA SEGUNDA BATALLA
Segun avanzaban de manana, en formacion de guerra, vie-
ron los espanoles asomar por los campos multitud de guerreros
con grandes penachos y divisas y mucho ruido de trompetillas y
bocinas. Por todas partes los cercaron tantos comb^tientes que
se "podria comparar como si hubiese unos grandes prados de dos
leguas de ancho e otras tantas de largo y en medio de ellos cua^
trocientos hombres; asi era; todos los campos llenos de ellos y
nosotros obra de cuatrocientos, muchos heridos y dolientes". Y
"supimos cierto que aquella vez iban los indios con pensamiento
que no habian de dejar ninguno de nosotros con vida, que no
habian de ser sacrificados a sus idolos". "Y fue un granizo de
piedra de los honderos y todo el suelo se hizo parva de varas
desatadas e a dos gajos de los flecheros jy que priesa daban y
como se juntaban contra los espanoles con grandisiinos gritos y
alaridos!" Pero la artilleria y las escopetas hacian mucho dano en
las filas de los asaltantes. A la vez, con estocadas los apartaban
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 71
los espanoles y los de a caballo estaban tan diestros y "hacianlo
tan varonilmente que despues de Dios, que es el que nos guar-
daba, ellos fueron fortaleza". Hubo un instante en que se vio
desbaratado el escuadron y no bastaban las voces de Cortes y de
los otros capitanes para tornarlo a cerrar tanto era el numero de
indios, pero como por milagro y a puras estocadas los espanoles
se rehicieron.
Los tiros hacian mucho daiio a los indios que amontonados
no se sabian capitanear. Ademas, entre los jefes indigenas preva-
lecia la discordia; uno de los aliados de Xicotencatl lo abandono
en esta batalla. Desalentados por la perdida de muchos principa-
les, los de Tlaxcala celebraron consejo, echaron suertes y con-
sultaron con sus adivinos. En definitiva resolvieron que eran, en
efecto, los espanoles, hombres de came y hueso y no t^ules y
que, por lo mismo, podian ser vencidos, solo que combatiendolos
de noche porque de dia el sol les daba fuerzas. En consecuefncia
dispuso Xicotencatl un gran ataque nocturno. Sin duda, no con-
taban con que los espanoles, segttH el cronista, se habian acos-
tumbrado a donnk "ealzados y las annas vestidas y los caballos
ensillados". Facilmente fueron rec&azados los indios, que esta ver
quedaron mas desalentados que a^s y furiosos con sus adivinos.
Sin embargo, Xicotencatl no cesafea de hostilizar a la tropa in-
vasora, eiitre la cual, eran ya mas los heridos que los sanos. El
mismo Cortes andaba con calentusas. Y con angustia pensaban
los capitanes que si ya los de Tlaxcala los tenlan en tal apuro, cual
iba a ser su suerte cuando tuviesen que enfrentarse a los podero-
sos ejercitos de Moctezuma. Por el lado de la costa no tenian los
espanoles quien les diera refuerzo, ni noticia de los que habian
quedado en Veracruz. Todo lo cual Bemal Diaz comenta: "entre
todos nosotros habia caballeros y soldados tan excelentes varones
y tan esforzados y de buen consejo, que Cortes ninguna cosa ha-
cia sin primero tomar de ellos muy maduro consejo como buen
capitan que era' 1 . Asi es que se convino en soltar a los prisioneros
y hacer de nuevo proposiciones de paz, diciendo a los indios que
se les perdonaba todo el hecho, "incluso la muerte de la yegua".
Y dona Marina, con ser mnjer de la tierra, 44 que esfuerzo tan
varonil tenia que aun viendo que nos habian de matar y comer
nuestras carnes con aji y haberims visto cercados en las batallas
72 BREVE HISTORIA DE MEXICO
pasadas y que ahora todos estabamos heridos y dolientes, jamas
vimos flaqueza en ella, sino muy mayor esfuerzo que de mujer".
La proposition de paz de los espanoles hallo esta vez bue-
na acogida en Tlaxcala. Pese a la oposicion de Xicotencatl se
acordo aceptar la amistad de los de Cortes y llevarles comida y
ofrecerles mujeres, siempre con la idea de aprovechar a los teules
para la guerra permanente que los de Tlaxcala mantenian con IcTs
mexicanos.
Mientras duraban las platicas de paz, Cortes infatigable
excursionaba por los pueblos atrayendose a la poblacion con su
trato humano y agenciandose alimentos. Y no todo era concor-
dia en su propio campamento. Al contrario, encabezados por los
antiguos simpatizadores de Velazquez y ayudados por los que
tenian propiedades en Cuba, un grupo de soldados hablo a Cor'-
tes y despues de echarle en cara la destruccion de las naves,
expuso: "Ya no podemos sufrir la carga, cuanto mas mu'chas
sobrecargas, y que andabamos peor que bestias, porque a las bes-
tias desque ban hecho sus jornadas les quitan las albardas y les
dan de comer y las reposan y que nosotros de dia y de noche
siempre andabamos cargados de calzas y armas". No da Bernal
Diaz los nombres de los quejosos, dice, por no restarles su hon-
ra", pero explica que hablaban en tono medio soberbio, diciendo
a Cortes que un Alejandro seguramente no hubiera cometido el
error de quemar sus naves. Y proponian regresarse a Veracruz
para esperar en la costa a que Velazquez enviase buques a resca-
tarlos. Cortes, con mansedumbre, repuso que eran todos valientes
y esforzados capitanes, pero que ya veiaa que en todos los pe-
ligros el habia estado con ellos y que si era verdad que se halla-
ban en situacion comprometida, atendiesen a que tres veces ha-
bian burlado el empeno de Xicotencatl que "despues de jurar
desbaratarnos ahora no paresce". Por eso pidio que "tengan con-
fianza en Dios". 44 Y en cuanto a lo que deci que jamas capitan
romano de los muy nombrados ban acometido tan grandes hechos
como nosotros, es verdad y ahora y adelante mediante Dios diran
las historias que de esto haran memoria, mucho ms que de los
anf.epasados, pues nuestras cosas son en servicio de Dios y de
nuestro gran emperador Don Carlos. Ansi es que, senores, no es
cosa bien acertada volver un paso atras, que si nos viesen volver,
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 73
estas gentes y Jos que dejamos de paz y aun las piedras se levan-
tarian contra nosotros; y ansi como ahora nos tienen por dioses
o idolos que aj^si nos llaman nos juzgarian por muy cobardes y
de pocas fuerzas, Y que ditia Moctezuma si nos viese retroceder?
que todo habia sido juego de ninos. Ansi es que, seiiores, mal
alia y peor aculla, mas vale que estemos aqui donde estamos que
es bien llano y todo bien poblado y este nuestro real esta bien
abastecido; unas veces gallinas y otras perros, gracias a Dios, no
nos falta que comer; y ojala tuviesemos sal, que es la mayor falta
que al presente tenemos y ropa para guarescernos del frio. Y en
cuanto a los muertos y la fatiga vista cosa es que, en las guerras
se gastan hombres y caballos y no venimos al presente para des-
cansar sino para pelear; por tanto os pido, senores, que pues sois
caballeros, que de aqui en adelante se os quite el pensamiento de
la isla de Cuba y lo que alia dejais y procuremos hacer como
buenos soldados, que, despues de Dios, nuestro socorro y ayuda
ban de serlo nuestros brazos". Y como insistieren en que, por lo
menos, debia abandonarse el proyecto de llegar hasta Mexico,
Cortes les respondio medio enojado que valia mas morir por bue
nos, como dicen los cantares, que vivir deshonrados, y entonces
los soldados vinieron en apoyo de Cortes y al fin todos
obedecieron.
La victoria espanola guedo patente cuando el propio Xico
tencatl, acompanado de cfen guerreros, se presento a la tienda de
Cortes, que se hallaba malo de calenturas y "purgado del otro
dia". Se deshizo Xicotencatl enexcusas de que no daban mas oro
porque no lo tenian, y se quejo de los mexicanos qtie les daban
guerras, y habiendo comprendido dijo que los espanoles eran
invencibles; ahora los querian de amigos y aliados y de esa ma-
nera ya no tendran sobresaltos de 4 los traidores mejicanos"* Era
Xicotencatl, dice el cronista, "alto de cuerpo y de grande espalda
y bien hecho y la cara tenia larga y como hoyosa y robusta y era
hasta de treinta y cinco anos y mostraba en su persona gravedad*
Cortes le dio las gracias y le hizo mil haldgos y dijo que lo red-
bia por vasallo de nuestro Rey y seiior y como amigo nuestro".
A la entrevista habia cuidado Cortes de invitar a ciertos
Embajadores de Moctezuma que habian llegado a felicitarlo "por
hacia la guerra a los tlaxcaltecas". Xicotencatl invito a Cor-
74 BREVE HISTORIA DE MEXICO
t&s a que visitara su ciudad de Tlaxcala, y el capitan espafiol
dijo que lo haria tan pronto terminase ciertos arreglos con los
enviados de Moctezuma. Y en tono de amenaza aiiadio: que miren
que las paces que ahora le dan sean firmes, que si otra cosa ha-
cen los matara y destruira su ciudad. Hubo en seguida intercara-
bio de presentes, todo en presencia de los Embaj adores de Mocte
zuma. Y asi que se despidio Xicotencatl, los Embaj adores de
Moctezuma dijeron a Cortes que desconfiase de los tlaxcaltecas,
qu eran traidores, y pedian a Cortes que no fuese a Tlaxcala
antes de seis dias, plazo en el cual, seguramente le llevarian no-
ticias de Moctezuma.
Decidio Cortes aguardar, en parte para tomar reposo y por
complacer a los de Moctezuma aunque en lo relativo a la traicion
de los de Tlaxcala les dijo que no le preocupaba, pues tenia modo
de acabar con ellos y con todos los que se opusieran a sus
propositos.
Y como no llcgaba Cortes a Tlaxcala, de alia vino otra
Embajada a instarle para que hiciese la visita a la ciudad. Y los
indios todos llamaban a Cortes Malinche, o sea una corruption
de Marina, el nombre de la interprete que estaba siempre a su
lado, y que pronto habia de darle un hijo.
A la entrada de Tlaxcala saludaron a Cortes muchos prin-,
cipales y no cabian por las calles y azoteas tantos indios e indias
que salian a recibir a los conquistadores con rostros muy alegres.
Y les obsequiaban a los capitanes "pinas de muchas rosas de la
tierra, diferenciadas las colores y de buenos olores". Y les alo-
jaron en unos buenos patios adonde estaban los aposentos y alii
tenian aparejado, para cada soldado, unas Camillas de esteras y
mantas de henequen. Y tambien a los aliados de los espanoles,
los indios de Cempoala y Cocatlan, los hospedaron y agasajaron.
Al dia siguiente recibio Cortes, entre otros presentes, numerosas
doncellas, entre otras una hija del Viejo Xicotencatl. Todas estas
mujeres, despues de ser bautizadas, repartieronse entre los capi
tanes. Como ejemplo de la forma en que fueron tratadas, bastara
citar lo que dice de una de ellas Bernal Diaz: 4 'la que le toco a
Pedro de Alvarado, tuvo de el una hija que se llamo Dona Leo-
nor, mujer que es agora de Don Francisco de la Cueva, buen ca-
ballero, primo del Duque de Alburquerque".
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 75
EL PRIMERO QUE SE ASOMO AL VALLE
Fiie Diego de Ordaz, uno de los capitanes de Cortes, y lo
consiguio sujagado al volcan Popocatepetl, realizando asi al mis-
mo tiempo la primera ascension a una de las cumbres mas altas
de America. Estando los espanoles en Tlaxcala, echaba mucho
fuego el volcan, dice Bernal Diaz, y "a un capitan de los mies-
tros, tomole codicia de ir a ver que cosa era y demando licencia
a nuestro general para subir en el". Y con dos compaiieros y
ciertos indios principales de Huejotzingo, se inicio la expedicion.
A medio camino ya no podian sufrir el temblor de la tierra ni las
llamas, piedras y cenizas de la erupcion; Ordaz siguio adelante
con sus compafieros espanoles, y no se atrevieron los indios a
seguirlos, por temor a los teules o dioses del volcan. De pronto
un temblor y las llamas, la lluvia de piedras medio quemadas y
ceniza, los detuvo cerca de una hora, pero pasada la fumarola
subieron hasta la boca que era "muy redonda y ancha, en el
anchor de un cuarto de legua y desde alii se parescia la gran
ciudad de Mexico y toda la laguna y los pueblos que estan en
ella sentados. . ." "Y despues de bien visto, muy gozoso el Ordar
y admirado de haber visto a Mexico y sus ciudades, bajo con
sus compaiieros y cuando lo contaban, todos los admirabamos,
pues en aquella sazon no lo habiamos visto ni oido, como agora
que sabemos lo que es y ban subido encima de la boca muchos
espanoles y aun frailes franciscanos. Y cuando volvio Diego de
Ordaz a Castilla demando de su Majestad el tener por armas, las
del ascenso al Volcan y asi las tuvo un su sobrino que mas
tarde se establecio en Puebla".
Por todos los rumbos penetraba el ojo explorador de Ics
espanoles y todo lo anotaban; unos trepando las alturas, otros
estudiando la organization social de los indios; asi cuenta, por
ejemplo, Bernal Diaz de las casas de madera hechas de redes y
llenas de indios e iadias que tenian dentro encarcelados y a cebo,
hasta que estuviesen gordos para comer y sacrificar; *Uas cuales
carceles, anade, las qu^bramos y deshicimos para que se fuesen
los presos que en ellas estaban y los tristes indios no osaban ir
a cabo ninguno, sino estarse alii con nosotros y ansi escapar con
sus vidas, y en adelante, en todos los pueblos que entrabamos, lo
76 BREVE HISTORIA DE MEXICO
primero que mandaba nuestro capitan era quebrarles las tales
carceles y echar fuera los prisioneros. Y como vimos aquella gran
crueldad, Cortes mostro tener mucho enojo de los caciques de
Tlaxcala y los rino, bien enojado, y los caciques prometieron que,
desde alii en adelante no matarian, ni comerian de aquella ma-
nera mas indios. Pero, digo yo -comenta Bernal que de que
aprovechaban todos aquellos prometimientos, que* en volviendo
la cabeza hacian las mismas crueldades".
SE PREPARA EL AVANCE HACIA MEXICO
Despues de holgar diecisiete dias en Tlaxcala y previas
muchas platicas para convencer a los que opinaban por retirars-e
con el botin ya logrado, decidio Cortes la marcha. Con astucia
para asegurarse la alianza de los tlaxcaltecas les recomendo que
hiciesen las paces con los mexicanos, alegando que el mismo vi-
sitaba a Moctezuma, pero no en son de guerra* La mayor parte
de los caciques y el propio Xicotencatl se empenaron en disuadir
a Cortes alegando que eran traidores los mexicanos y aconsejando
que cuando pelease con ellos, a los que pudiese matar no los
dejase con vida: *'al mancebo porque no tome armas, al viejo por-
que no de consejo, porque jamas mantienen verdad en cosa algu*-
na que prometen". En todo caso aconsejaban que no entrase
Cortes por Cholula porque era alii donde Moctezuma tenia sus
tratos dobles encubiertos. Sin embargo, se decidieron los espano-
les por el camino de Cholula, a causa de que supieron era una
ciudad de gran poblacion "muy bien torreada, de gfandes y altos
adoratorios' f . Estando todavia en las platicas de la marcha, lle-
garon emba| adores de Moctezuma diciendo que se maravillaban
de que estuviesen tantos dias los espafioles entre aquellos tlaxcal
tecas pobres, que aun para esclavos no son buenos por ser tan
malos y traidores y ladrones, "qu^cuando mas descuidados estu-
viesemos nos matarian para robarnos y nos rogaban que fuese-
mos luego a su ciudad y nos darian lo que tuviesen". Aquello
decia Moctezuma porque tuvo noticia de la alianza de los espano-
les con los tlaxcaltecas y de haber estos dado sus hijas a los
capitanes. Por eso, juzga Bernal Diaz, Moctezuma "nos cebaba
con oro y presentes, para que saliesemos de Tlaxcala".
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 77
Finalmente, salio Cortes rumbo a Cholula, acompanado de
diez mil guerreros tlaxcaltecas que le fueron ofrecidos como auxi-
liares. Al acercarse a Cholula, a ruegos de los caciques locales
hizo Cortes que los tlaxcaltecas acampasen en las afueras de la
ciudad, a la cual entro solo con sus espanoles. Y era tanta la
gente que salia a verlos por calles y azoteas que se maravillaban
los espafioles y los natives se sorprendian, porque no habian
visto hombres como los extranjeros, ni cosa parecida a sus
caballos.
La recepcion de los cholultecas habia sido, segun parece,
sincera; pero pronto llegaron a las cercanias veinte mil guerreros
de Moctezuma, con Embajadores que exigieron a los caciques de
Cholula que aprehendiesen a los espafioles y los llevasen atados
a Mexico, tomando unicamente veinte de ellos para hacer sacri-
ficios a los idolos de la ciudad. Las tropas de Moctezuma acam-
paron en los ranches inmediatos y otras se escondieron dentro de
la ciudad, y en seguida ocurrio que los de Cholula comenzaron
a negar el alimento que al principio traian a los espafioles de buen
grado. Al mismo tiempo, ciertos embajadores de Moctezuma pre-
vinieron a Cortes que no llegase hasta Mexico. Y en las propias
calles de Cholula se veian preparativos de guerra, tales como cavar
unos hoyos que despues disimulaban con ramas, a fin de que los
caballos tropezasen en ellos y quedaran inutilizados en el mo-
mento del combate. Ocho indios tlaxcaltecas denunciaron cftre en
noche anterior habian sido sacrificados ante el idolo principal, sie-
te personas, entre ellas cinco ninos, y que de la plaza salian las
mujeres y los ninos. Y por fin, amanecio un -dia en- que, dice
Bernal, era cosa de ver la priesa que traian los caciques y papas
con los indios de guerra y muchas risadas y muy contentos "como
si ya nos tuvieran en el garlito y redes". Y eran tantos los indios
de guerra que no cabian en los patios. Pero los espafioles, arma-
dos de espada y rodela, se pusieron a la entrada de los patios
para no dejar salir niny lo estaba siendo por el hierro y el
fuego, segun la ley fatal de la historia. Y tambien, segun es de
rigor en estos casos, la solucion la precipitaba la ceguera, la
obcecacion de los conquistados.
Cuando Moctezuma supo la derrota de los suyos en Cholu-
la, sinti6, dice el cronista, un gran "dolor y enojo y en seguida
sacrifico ciertos indios a su idolo Huichilobos porqtte le dijese en
lo que habia de hacer para nuestra ida a M&xico, y estuvo ence-
rrado con sus devociones y sacrificios junto con diez papas prin-
cipales y hubo respuesta de aquellos idolos y fue que nos enviase
a dar disculpas por lo de Cholula y nos dejase entrar en Mexico*
Y que ya estando dentro con quitarnos la comida e agua y alzar-
DESCUBRIMIENTO DE MEXICO 79
nos cualquiera de los puentes nos matarian y que, en un dia, si
nos daban guerra, no quedaria uno de nosotros con vida. Y que
tendrian hartazgos de nuestros muslos, piernas y brazos y las
tripas y el cuerpo hartarian las culebras e sierpes y tigres que
tenian en unas casas de madera.
Sobre la matanza de Cholula se ban escrito muchos capita-
los condenando a los espanoles; acerca de ella dice Bernal Diaz
que tanto en Cholula como en los demas pueblos tenian los indios
prisioneros a cebo para devorarlos despues del sacrificio. Ademas,
que en Cholula tenian ^scondidos en las casas, guerrero,s mexica-
nos, y que si no se hubiera hecho aquel castigo, los conquistado^
res habrian perecido y no se hubiera creado la Nueva Espaiia.
De Fray Bartolome de las Casas, que fue el primero en denunciar
los sucesos, dice Bernal Diaz "que el fraile afirma sin causa que
por nuestro pasatiempo y porque se nos an to jo, se hizo aquel
castigo y asi lo dice quien no lo vi6 ni lo sabe, ni de otras
crueldades que dice en su libro". En torno a este asunto credo
el escandalo avivado por la rivalidad siempre latente de domini-
cos y franciscanos, pues mientras Las Casas condenaba, una co*-
mision de franciscanos que investig6 el asunto a raiz de la con-
quista, acompanada de los mismos cholultecas, determin6 haber
pasado el caso segun Bernal Diaz lo cuenta.
Para llegar a Mexico habia dos caminos: uno limpio y ba-
rrido por donde los mensajeros de Moctezuma se empenaban que
fuesen las tropas espanolas, y otro que habian cegado, tirande
arboles y cavando fosas. Escogio Cortes el camino embarazado,
pensando que sin duda por alii no los esperaban y no habria
emboscadas. Al efecto, fue preciso subir cuestas penosas: despues
de la primera Jornada, pernoctaron los castellanos en unos meso-
nes donde posaban indios mercaderes; pasaron gran frio, pero
hallaron que cenar y pusieron sus velas y sus rondas. Al otro
dia llegaron temprano a Tlalmanalco, donde almorzaron y reci-
bieron el saludo de los de Chalco, dirigiendose en seguida a
Amecameca. Alii arengo Cortes a unos indios que traian presen-
tes y les dijo que venia de parte de un gran Rey y para desa-
graviar injusticias. Oido lo cual empezaron a llover quejas contra
80 BREVE HISTORIA DE MEXICO
los de Moctezuma, que segun decian les robaban cuanto tenian y
sus mujeres e hijas si eran hermosas, forzandolas delante de ellos
y sus maridos y se las tomaban o las hacian trabajar como es-
clavas; y que les hacian llevar en canoas y por tierra, madera de
pinos y piedra y lena y maiz y otros muchos servicios como sem-
brar maizales. Cortes, dice el cronista, los consolo con "palabras
amorosas que las sabia muy bien decir". Le informaron los indios
que el caminb que no habia querido seguir estaba libre, pero que
era en Mexico donde Moctezuma proyectaba matarlos. A lo que
Cortes repuso que no tenian los mexicanos, 4 'ni otras ningunas
naciones, poder de matarlos, salvo Nuestro Senor Dios en quien
creian".
En las cercanias de Tex coco salio a recibir a los espanoles
Cacaynatzin. gran senior, sobrino de Moctezuma. Caminaba Ca-
camatzin con gran fausto, haciendose transportar en unas andas
y le barrian el suelo y le quitaban las pajas ppr donde habia de
pasar. Luego que Cacamatzin hubo presentado sus saludos y los
de Moctezuma, con presentes de oro y mantas, Cortes lo abrazo
y "le hizo muchas caricias, a el y a todos los mas principales y
les dio tres piedras que se llaman margaritas que tienen dentro
de si muchas pinturas de diversos colores y algunos diamantes
azules".
Segun avanzaban los conquistadores, los cafiiinos se lie-
naban de gente que acudia a mirarlos. Y otro dia por la maiiana
desembocaron a la calzada ancha que conduce a Ixtapalapa. Y
habia tantas ciudades y villas pobladas en el agua y en tierra
firme y una calzada derecha que iba a Mexico, "
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