Un adolescente irá a prisión en EE UU por colaborar con el Estado Islámico
El adolescente, de 17 años, ayudó a un amigo a viajar hasta Siria
CRISTINA F. PEREDA Washington 28 AGO 2015 - 22:33 CEST
Un adolescente estadounidense se ha convertido en la persona más joven en recibir una condena de cárcel por unirse a un grupo terrorista. Ali Shukri Amin, un estudiante de Manassas, un suburbio de Washington, fue condenado este viernes a 11 años de prisión por ayudar a un amigo a llegar hasta Siria para unirse al Estado Islámicoy de ayudar a la organización. El joven, de 17 años, reconoció los hechos y había colaboró con las autoridades norteamericanas.
Ali Shukri Amin estaba acusado de llevar el pasado mes de enero a su amigo Reza Niknejad, de 18 años, hasta el aeropuerto y de darle indicaciones de cómo establecer contactos para llegar hasta Siria desde Turquía. Amin también había creado una cuenta en la red Twitter desde la que recaudaba fondos para el EI y explicaba cómo hacer donaciones a través de la moneda digital bitcoin.
“Tenía más de 4.000 seguidores y envió más de 7.000 mensajes como parte de una campaña para ayudar al EI”, declaró el fiscal del Distrito Este de Virginia, Dana Boente. “Esto demuestra que no le estaban radicalizando, era él el que radicalizaba a otros. Sabía que su conducta era ilegal”.
El joven envió una carta al juez después de ser detenido en la que denunciaba al EI pero reconocía que los yihadistas que había contactado a través de Internet le habían tratado con respeto. “Por primera vez sentí que no solo me estaban tomando en serio sobre cosas importantes, sino que además me pedían consejo”, escribió.
“La condena demuestra que aquellos que utilicen las redes sociales como herramienta para dar apoyo y recursos al EI serán identificados y perseguidos con la misma vigilancia que los que se unen a la lucha armada”, declaró Boente en un comunicado en el que ratificó la voluntad del gobierno de perseguir a los colaboradores de la organización dentro de EE UU.
Amin conoció la sentencia rodeado de más de 20 personas de su entorno familiar y amigos. Antes había admitido al juez que no intentaría “negar ni justificar nada de lo que había hecho” y tampoco “pediría ningún tipo de simpatía”. El adolescente explicó que, confundido por las informaciones que llegaban de Irak, Siria y Afganistán, intentó acercarse a “los adultos” que le rodeaban pero “no podían darle respuestas” o parecían “demasiado ocupados para intentarlo”.
El Gobierno había solicitado una pena mínima de 15 años para demostrar a los terroristas “que recibirán condenas aplastantes”. El juez Claude Hilton, sin embargo, tuvo en cuenta la falta de antecedentes del acusado y su colaboración con el FBI desde antes de ser detenido, según sus abogados. Cuando quede en libertad, deberá estar bajo supervisión federal de por vida.
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