El alto al fuego en Siria sigue sosteniéndose con pinzas
El segundo día de alto al fuego en Siria se ha vivido con nuevas escaramuzas y bombardeos entre partidarios y detractores del presidente Bashar Asad. Pero en general, según testimonios, su intensidad ha sido inferior a lo que se había convertido en habitual en la guerra que sufre ese país. Gobierno y opositores volvieron a acusarse de romper la tregua en varias áreas mientras la población civil, por primera vez en mucho tiempo, pudo salir a la calle e incluso pasar una jornada apacible.
"La calma es relativa en Alepo, aunque la tregua se ha violado en la zona rural de la ciudad", explica desde allí a este periódico un activista llamado Salah Askar.Alepo ha estado partida en dos desde 2012, y ha sufrido a diario el impacto de la artillería por los combates y los ataques aéreos de las fuerzas pro gubernamentales. El sábado, primer día del alto al fuego, el ambiente fue distinto. Las calles, concurridas. "Mi padre hasta nos ha dejado ir al parque", explica a la agencia AFP Ahmad, de 11 años.
Según la Red Siria para los DDHH, vinculada a la oposición, al menos 18 civiles han muerto desde el inicio del cese de las hostilidades en distintos ataques. El Observatorio Sirio para los DDHH, también opositor, cuenta 180 muertos el sábado, la mayoría de ellos por una ofensiva del auto denominado Estado Islámico (IS) sobre la localidad kurdoárabe fronteriza con Turquía de Tel Abyad. Rebeldes han acusado a los pro Asad de atacar en zonas donde no hay ni IS ni el Frente Nusra, ajenos al pacto.
El Alto Comité de Negociaciones (HNC), representante de la oposición en el exilio durante las conversaciones de Ginebra, ha denunciado 15 violaciones del alto al fuego durante el sábado y varias más en domingo. Los más destacados han sido doble bombardeo aéreo en Yisr al Sujur, provincia de Idlib, donde los Cascos Blancos informaron de la muerte de una embarazada y 12 heridos, y los pueblos de Anadan, Qubtan al Yabal y Babis, aledaños de Alepo, donde los cazas acabaron con 12 personas.
Por su parte, Rusia, principal sostén de Asad, ha acusado a los alzados de romper el cese de las armas en nueve ocasiones. Según ha informado el canal ruso RT el domingo, seis de estas nueve violaciones se cometieron en distritos de Damasco controlados por la brigada ultra conservadora. Yaish al Islam. El número de víctimas no ha trascendido. El lugarteniente Sergey Kuralenko, responsible del Centro para los Esfuerzos de Reconciliación en Siria, reconoció que la tregua se está mayormente sosteniendo.
Pese a esta calma general los nervios no cesan, especialmente entre los opositores. El líder del HNC, Riad Hiyab, emitió domingo por la noche un comunicado para el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, acusando a rusos, iraníes y fuerzas gubernamentales de no detener sus hostilidades. Señaló que estos ejecutaron 24 bombardeos y cinco ofensivas aéreas. Añadió que aviones rusos bombardearon 26 veces el domingo sólo algunas de las 97 brigadas rebeldes adscritas al alto al fuego.
El HNC advirtió que de seguir esta situación pueden hacerse "inatendibles" los diálogos de paz de Ginebra. En declaraciones a Efe, el comandante del Ejército Libre de Siria (ELS) Ahmet Yaled Birri dijo que sus combatientes aguardarían una semana antes de responder al régimen, si pervivían las hostilidades. Destacó que hubo ataques en zonas de las provincias de Lataquía, Homs, Alepo y Hama, y que, de las zonas atacadas, "sólo hay combatientes del Frente Nusra en algunas partes de Alepo".
El Frente Nusra, brazo de Al Qaeda en Siria, llamó a intensificar los ataques durante el alto al fuego. Ahrar al Sham, un grupo ultra conservador poderoso en el bando alzado, está cooperando con el alto al fuego, según AFP. EEUU y Rusia han establecido centros de seguimiento del alto al fuego, donde se recogen sus violaciones, en Amán, Jordania, para los estadounidenses, y en la base de Hemeimim, Lataquía, y Moscú para los rusos. También hay una línea telefónica directa entre Washington y Moscú.
Los opositores están inquietos por lo que, creen, es una falta de mecanismos para garantizar que no se sigan cometiendo rupturas del cese de las hostilidades. "Si la tregua fracasa la guerra continuará", enfatiza Birri. Tampoco parece tenerlas todas consigo el enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura. Desde Ginebra, tras un encuentro con representantes de los 17 países que respaldan los acuerdos de paz para Siria, pidió "que se rece para que esto funcione".
"Francamente, esta es la mejor oportunidad que podemos imaginar que el pueblo sirio ha tenido en los últimos cinco años...para ver...algo parecido a una paz", ha manifestado de Mistura. En la guerra de Siria, iniciado en marzo de 2011, ya han muerto más de 130.000 personas y ha habido más de diez millones de desplazados. Pese al mínimo resquicio de calma que se vive en muchos puntos del país, la prometida ayuda humanitaria sigue sin llegar a las zonas asediadas, las que más la necesitaban.
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