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viernes, 13 de mayo de 2016

La negación del islam y la islamofobia

La islamofobia ha sido un instrumento político para legitimar a la extrema derecha

13/05/2016 - Autor: Ángel Álvarez Hernández - Fuente: Webislam
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La negación del islam por parte del Estado ha sido una constante a lo largo de la historia de la democracia.
En una entrevista realizada en el periódicoEl País al periodista Ignacio Cembrero, autor del libro "La España de Alá", éste se preguntaba, con relación a Cataluña y España lo siguiente: "¿Dónde aprenden su religión los musulmanes?.... ¿Dónde van a aprenderla? En la mezquita, o en sitios peores, en internet. Hay muchas clases de islam para los chavales donde los profesores no están acreditados, son imames medio analfabetos que tienen dificultad para comunicarse con ellos. Y en Cataluña no hay esos profesores porque no quieren, igual que en muchos otros lugares."
La negación del islam por parte del Estado ha sido una constante a lo largo de la historia de la democracia, así como el incumplimiento del Acuerdo de Cooperación del Estado con la Comisión Islámica de España. En el artículo "Sobre la situación jurídica del Islam en España", de Abdennur Prado, de fecha 2 de mayo del 2.005, (hace 11 años), el autor señalaba lo siguiente:
"El artículo 12 del Acuerdo de Cooperación dice, textualmente: 'Los miembros de las Comunidades Islámicas… podrán solicitar la interrupción de su trabajo los viernes de cada semana, día de rezo colectivo obligatorio y solemne de los musulmanes, desde las trece treinta hasta las dieciséis treinta horas, así como la conclusión de la jornada laboral una hora antes de la puesta de sol, durante el mes de ayuno (Ramadán).'
...Sin embargo, este derecho no se ejerce, hasta donde nosotros sepamos. Los motivos son evidentes: la reticencia de los empresarios se une al miedo de los trabajadores musulmanes (en muchos casos en una situación laboral inestable) a crear problemas y enemistarse con los empresarios. Por si fuera poco, a esto se añade el desconocimiento de este derecho por parte de los interesados.
Algo semejante sucede con el derecho a recibir asistencia religiosa en hospitales y prisiones, o el derecho de los enfermos ingresados en hospitales y de los alumnos de colegios públicos o concertados a recibir un menú halâl, que cumpla con los requisitos establecidos por la Ley Islámica. Muchas veces se dice que todo esto puede resultar molesto para enfermeros, cocineros, etc, y que los alumnos o enfermos musulmanes deberían adaptarse a lo que hay."
Las pruebas ponen de relieve la falta de interés del Estado en la integración de la población musulmana y la normalización del islam. En 1993, la Secretaria de la Salud de Salvador (Brasil) emitió un informe sobre el racismo institucional de la siguiente manera:
"El racismo institucional ocurre cuando instituciones y organizaciones fracasan en ofrecer un servicio profesional adecuado a personas por causa de su color, cultura, origen religioso, racial o étnico. Sus manifestaciones pueden ser identificadas como normas, prácticas y comportamientos discriminatorios adoptados en el trabajo cotidiano, resultantes de la ignorancia, falta de atención, prejuicios o esterotipos racistas. En cualquier caso, el racismo institucional siempre coloca a las personas de grupos raciales o étnicos discriminados en situación de desventaja en el acceso a beneficios generados por la acción de instituciones y organizaciones."
La negación de la realidad del islam en España ha significado echar a los musulmanes en los brazos de potencias extranjeras que han financiado un islam reformador, alejado del islam tradicional de países como Marruecos o Senegal. Es el Estado y su nefasta política de no integración de la población musulmana, quienes han permitido la existencia de brotes extremistas en Europa o España. Una realidad que se oculta. No es el islam el que produce extremistas, sino el Estado cuando no garantiza los derechos de los musulmanes y su integración social desentendiéndose de ellos y condenándolos al silencio o a la marginación.
A esto se debe unir una creciente islamofobia que es fomentada por atentados terroristas de grupos desviados y medios de comunicación sensacionalistas. Según el sondeo realizado por el think tank estadounidense Pew Research Center, en España el 46%, de la población siente rechazo hacia la inmigración musulmana.
La estrategia de los grandes poderes financieros para romper Europa y desestabilizar el eje Paris-Berlín, ha consistido y consiste en fomentar la islamofobia y aupar hasta el poder a los partidos populistas y xenófobos de extrema derecha. El mundo vive peligrosamente desde el atentado de las Torres Gemelas. Irak, fue invadido y desmembrado. Afganistán es, en la práctica, un estado fallido y el mayor productor de opio del mundo. Libia está fragmentada entre diferentes grupos, (la mayoría de ellos terroristas) que se enfrentan entre sí para controlar los campos petroleros y los gaseoductos. Siria vive desangrada por una guerra contra el terrorismo que legitima un régimen con muchas sombras. Estas guerras, lejos de acabar con el terrorismo, han aumentado el mercado negro del petróleo, la producción de drogas y la venta de armas. Tres negocios muy lucrativos, que nos conducen al blanqueo de capitales y a los paraísos fiscales.
Los derechos humanos viven bajo la amenaza de que Donald Trump se convierta en presidente de Estados Unidos — sus amenazas contra los latinos y musulmanes, impidiéndoles la entrada, pueden convertirse en realidad— y bajo la amenaza de que Marine Le Pen y su partido el Frente Nacional puedan convertirse en la primera fuerza política en Francia. La extrema derecha no ha dejado de crecer por toda Europa a la par que la crisis y la islamofobia. Los grupos terroristas fomentan la extrema derecha, que a su vez ejerce mayoritariamente la islamofobia contra una población musulmana, cuyos derechos no son reconocidos.
La islamofobia ha sido un instrumento político para legitimar a la extrema derecha. No se puede entender el avance de la extrema derecha sin la producción e industrialización de la islamofobia. Los mismos sectores financieros y oligárquicos que financiaron a grupos terroristas como DAESH o Boko Haram, se han beneficiado del crecimiento de la extrema derecha en Europa y de las políticas neoliberales, ya que ambos sectores fomentan sus intereses. Si en Oriente Medio y el Magreb el objetivo de estos grupos era el control de sus riquezas y de la producción del petróleo y el gas, en Europa el objetivo era la destrucción del Estado de Bienestar y los recortes de derechos sociales y políticos, con reformas laborales, para garantizar que los Estados pagasen las deuda pública que se genero con la crisis y los rescates bancarios. Ejemplo de esto son España, Irlanda, Portugal o Italia, por no citar a la martirizada Grecia.

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