EL ISLAM BUSCA DESTRUIR A ISRAEL Y DOMINAR AL MUNDO - YA LO DECLARARON - está profetizado tambien
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Subido el 19 mar. 2009
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http://lainvasion.blogspot.com/
El Islam amenazador
La doctrina del Islam está contenida en el libro sagrado de los musulmanes, el Corán, y en la Tradición, (la Sunna), contenida en los Hadith, relatos sobre los hechos y dichos de Mahoma. Los más antiguos son los capítulos redactados en la Meca, los mas recientes, en Medina.
En los más antiguos, cuando Mahoma esperaba que tanto los cristianos como los judíos le iban a aceptar como profeta, la actitud hacia la gente del libro (judíos y cristianos) es benevolente. Recomienda la conversión por la persuasión. Los musulmanes deben comportarse con corrección hacia la gente del libro, etc.
Conforme el tiempo pasa y sus esperanzas desaparecen ante el rechazo de los judíos y de los cristianos, el lenguaje se endurece. Ahora es lícito someter por la fuerza los que no creen en Mahoma, mantenerlos en un estado de sumisión (dhimmitud), hasta que llega el rechazo total : los que no son musulmanes deben ser combatidos con las armas en las manos, destruidos si no aceptan el Islam, los judíos deben ser exterminados, los cristianos o convertidos o hechos esclavos (dhimmis), o exterminados.
Si los musulmanes en un país dado no son lo bastante fuertes para imponer la ley islámica, pueden aceptar provisionalmente el respetar la ley del país, pero es su deber, en cuanto se juzguen lo bastante fuertes, es cambiar la ley e imponer la Sharia (la ley islámica que rige todos los aspectos de la vida del musulmán : religiosos, sociales, civiles, militares, económicos).
Y la Historia nos enseña que así han obrado. Las matanzas de cristianos en todos los países que sometieron, incluida España, se han olvidado pronto en la memoria colectiva. Y las matanzas actuales de cristianos.
Ahora el Islam se instala de nuevo en Europa, revistiendo la apariencia de un cordero, pero cuando revele su naturaleza de lobo ya será demasiado tarde para reaccionar.
Despertando ante el islamismo
El islamismo NO es una religión como las demás mayoritarias, difiere de ellos en que la violencia es explícita y hasta obligatoria en su libro más sagrado, y su práctica implica un condicionamiento de la mente mucho más intenso que la de otros cultos.
Imaginen una religión que olvidó describir el cielo para las mujeres, que en cambio prometió un cielo lleno de mujeres (¡y muchachos!) a los hombres que mueran matando infieles; que en consecuencia nació y se expandió en medio de guerras, que prohibió la mayor parte de las manifestaciones artísticas, que prohibió todos los ídolos pero se dirigen a rezar hacia una piedra, cuyo libro sagrado no menciona ni una sola vez la palabra amor, pero que sí hace contínuas promesas de terribles castigos de parte de un dios de misericordia infinita.
Imaginen a una religión que solo halla rival en el cristianismo en cuanto al número de muertos que sus guerras provocaron, y que hace del matar y ser matado en nombre de Dios el camino más directo al Paraíso.
Imaginen, finalmente, ser perseguidos por escribir o leer estas líneas, sufriendo castigos que pueden ir desde la prisión a la muerte, según la interpretación de la ley coránica de los diferentes países.
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El Islam amenazador
La doctrina del Islam está contenida en el libro sagrado de los musulmanes, el Corán, y en la Tradición, (la Sunna), contenida en los Hadith, relatos sobre los hechos y dichos de Mahoma. Los más antiguos son los capítulos redactados en la Meca, los mas recientes, en Medina.
En los más antiguos, cuando Mahoma esperaba que tanto los cristianos como los judíos le iban a aceptar como profeta, la actitud hacia la gente del libro (judíos y cristianos) es benevolente. Recomienda la conversión por la persuasión. Los musulmanes deben comportarse con corrección hacia la gente del libro, etc.
Conforme el tiempo pasa y sus esperanzas desaparecen ante el rechazo de los judíos y de los cristianos, el lenguaje se endurece. Ahora es lícito someter por la fuerza los que no creen en Mahoma, mantenerlos en un estado de sumisión (dhimmitud), hasta que llega el rechazo total : los que no son musulmanes deben ser combatidos con las armas en las manos, destruidos si no aceptan el Islam, los judíos deben ser exterminados, los cristianos o convertidos o hechos esclavos (dhimmis), o exterminados.
Si los musulmanes en un país dado no son lo bastante fuertes para imponer la ley islámica, pueden aceptar provisionalmente el respetar la ley del país, pero es su deber, en cuanto se juzguen lo bastante fuertes, es cambiar la ley e imponer la Sharia (la ley islámica que rige todos los aspectos de la vida del musulmán : religiosos, sociales, civiles, militares, económicos).
Y la Historia nos enseña que así han obrado. Las matanzas de cristianos en todos los países que sometieron, incluida España, se han olvidado pronto en la memoria colectiva. Y las matanzas actuales de cristianos.
Ahora el Islam se instala de nuevo en Europa, revistiendo la apariencia de un cordero, pero cuando revele su naturaleza de lobo ya será demasiado tarde para reaccionar.
Despertando ante el islamismo
El islamismo NO es una religión como las demás mayoritarias, difiere de ellos en que la violencia es explícita y hasta obligatoria en su libro más sagrado, y su práctica implica un condicionamiento de la mente mucho más intenso que la de otros cultos.
Imaginen una religión que olvidó describir el cielo para las mujeres, que en cambio prometió un cielo lleno de mujeres (¡y muchachos!) a los hombres que mueran matando infieles; que en consecuencia nació y se expandió en medio de guerras, que prohibió la mayor parte de las manifestaciones artísticas, que prohibió todos los ídolos pero se dirigen a rezar hacia una piedra, cuyo libro sagrado no menciona ni una sola vez la palabra amor, pero que sí hace contínuas promesas de terribles castigos de parte de un dios de misericordia infinita.
Imaginen a una religión que solo halla rival en el cristianismo en cuanto al número de muertos que sus guerras provocaron, y que hace del matar y ser matado en nombre de Dios el camino más directo al Paraíso.
Imaginen, finalmente, ser perseguidos por escribir o leer estas líneas, sufriendo castigos que pueden ir desde la prisión a la muerte, según la interpretación de la ley coránica de los diferentes países.
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