Sinaloa: Feminicidios y narcocultura van de la mano
Si Sinaloa es el estado más violento para las mujeres, como afirman cifras oficiales, es porque en esta región del país la cultura del narcotráfico se ensaña con ellas y las trata como objetos; también porque en otras entidades hay resistencia para activar las alertas de género y para investigar esos asesinatos como feminicidios, considera la representante legal del Colectivo Mujeres Activas Sinaloenses, María Teresa Guerra Ochoa. “Aquí los asesinatos tienen que ver más con un tema de celos de parte de las parejas o exparejas que están ligadas al crimen organizado; la ignorancia de las autoridades y la impunidad están agravando el problema”, alerta.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La mañana del 1 de julio de 2013, en el cruce de las avenidas Doctor Mora y Sinaloa, en el fraccionamiento residencial Las Quintas, en Culiacán, una joven identificada como Karla fue asesinada a balazos a bordo de una lujosa camioneta, matrícula VMX-3850.
La víctima fue interceptada por los ocupantes de una jeep blanca. Los agresores hablaron brevemente con ella antes de dispararle de manera abrupta con sus pistolas calibre nueve milímetros y .38 Super. El atentado fue a corta distancia y los agresores lograron escapar.
Lo que aparentemente era un caso aislado fue el comienzo de una serie de ataques armados contra mujeres.
A diferencia de otros estados del país, 70% de los feminicidios cometidos en Sinaloa durante 2017 se realizó con armas de fuego, incluso de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, debido a que en la mayoría de los casos los agresores eran sus parejas o exparejas con vínculos en el crimen organizado.
En este escenario de violencia también se encuentra la narcocultura sinaloense, en la que es más marcado el papel de la mujer como un objeto sexual y en la que el hombre es quien acostumbra a pagarles costosas cirugías plásticas para luego presumirlas con el mismo orgullo que exhiben un Cuerno de Chivo, la 38 Súper o la escuadra calibre nueve milímetros que muchas veces son usadas para asesinarlas.
Todo empieza desde pequeñas. El sueño de muchas jovencitas sinaloenses es cumplir 15 años para que de regalo sus padres les den dinero para su primera cirugía estética: aumento de senos, nalgas o labios carnosos. Su aspiración es conseguir un novio narco que pague por sus lujos.
El 25 de enero de este año, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación (Segob), se ocupó por primera vez de crear un registro sobre feminicidios y puso a Sinaloa como la entidad federativa con mayor número de casos, con 84 de los 696 reportes que la autoridad obtuvo a nivel nacional en 2017.
En entrevista con Proceso, la representante legal del Colectivo de Mujeres Activas Sinaloenses, María Teresa Guerra Ochoa, que promueve la solicitud de la activación de la Alerta de Violencia de Género contra Mujeres, rechaza que Sinaloa sea el estado con más homicidios de este tipo. Basándose en las propias cifras del SESNSP, expone que en el Estado de México, Guerrero y Chihuahua se registraron, respectivamente, 301, 219 y 212 asesinatos dolosos de mujeres.
“Nos llamó la atención que Sinaloa esté en el primer lugar en este tipo de homicidios. Sin embargo, hay que decir que se debe a que los 84 asesinatos registrados en 2017 fueron abiertos por feminicidio, contrario a lo que sucede en otros estados, donde prefieren evadir el tema. En el Estado de México sólo abrieron 61 carpetas, mientras en Guerrero, 13, y en Chihuahua, 12. Sinaloa no estaría en la lista si hablamos de asesinatos y no de feminicidios”, expone Guerra Ochoa.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se determina que un caso se trata de feminicidio cuando hay rastros de violencia sexual, el cuerpo queda expuesto y el ejecutor es la pareja o expareja, principalmente, entre otras características.
Posterior a la publicación de las cifras oficiales sobre feminicidio, las integrantes del colectivo, además de exponer su desacuerdo en que Sinaloa aparezca como el estado más violento en la materia, llamaron a las organizaciones de mujeres que operan en el resto del país a que convoquen a los gobiernos locales para que realmente tipifiquen como feminicidios algunos casos que no se están manejando así.
Como la ONU recomienda que todos los asesinatos de mujeres de inicio sean tratados como feminicidios, para que esta probable causa sea descartada sólo si así lo indican las investigaciones, la Segob acordó que así se hiciera en el país. Sin embargo, algunos gobiernos estatales no están cumpliendo, como son los casos del Estado de México, Guerrero y Chihuahua, dice Guerra.
–¿Por qué en Sinaloa sí se tipifican esos casos como feminicidio?
–Fue parte de nuestra solicitud al promover la activación de la alerta de género. Aunque es un triunfo, no significa que hay buenos resultados; te puedo decir que en 2017, comparado con 2016, aumentaron los asesinatos de mujeres. También hablamos de que hay años en que el número fue mayor. Entre 2010 y 2011, por ejemplo, hubo alrededor de 220 casos.
“Para nosotros, quienes hemos seguido el tema, Sinaloa padece históricamente una alta incidencia de violencia contra las mujeres. Cuando solicitamos la alerta de género documentamos que de la administración del entonces gobernador Jesús Aguilar Padilla (2004-2010) al gobierno de Mario López Valdez (2010-2016) se incrementó 33% la cifra de asesinadas.
“También acreditamos que aumentó 70% la violencia contra las mujeres en el hogar; se trata de casos extremos en las que fueron encañonadas y amenazadas de muerte”, dice.
María Teresa Guerra también considera que algunos segmentos de la sociedad son responsables de promover cierta resistencia a tratar los feminicidios, pues asegura que hay personas que preguntan el “porqué de esa alarma” o cuestionan la insistencia de poner en la mesa el tema de las agresiones contra las mujeres, cuando estadísticamente hablando hay más homicidios de hombres.
“Eso es cierto, en Sinaloa los hombres son quienes más pierden la vida (de manera violenta), pero las circunstancias son diferentes. La mayoría de las asesinadas en el estado, y creo que en el país, tiene que ver con relaciones de pareja. Es un tema de control, de celos y de abuso sexual”, explica.
“Son como cosas”
La representante legal de las Mujeres Activas Sinaloenses considera que en su estado el fenómeno de los cárteles agrava más la situación que se padece, por los ajustes de cuenta. “Hemos hablado del daño que se causa a una familia cuando la delincuencia organizada tiene que ver en una relación de pareja, cuando la pareja es la que termina con la vida de la mujer. El impacto es mucho más fuerte. Esa particularidad, a veces, no la comprenden los gobiernos y no se comprende tampoco desde la sociedad.
“El gobernador aceptó la alerta, pero no la comprende, no la empuja, no le da la trascendencia ni la debida importancia. Lo mismo que pasa en Sinaloa ocurre en el resto del país. (La Secretaría de) Gobernación en este sexenio, aparentemente, le dio luz verde a la alerta de género, pero hay más simulación que atención”, lamenta la activista.
–¿Cómo incide el crimen organizado en la relación de pareja?
–En el caso de Sinaloa hay una violencia social que va a repercutir en mayor violencia de género. Si históricamente a la mujer se le toma como un objeto, un hombre del crimen organizado, empoderado en el sentido económico y de armamento, ejerce con mayor fuerza ese control.
“Lo vemos mucho en las mujeres que a veces interactúan con nosotras, se acercan y lo denuncian. La mujer se convierte casi en un animal. Veo muchos crímenes que se cometen, que aparentemente no son feminicidios, pero sí lo son, porque son mujeres a las que el hombre les dio dinero, les pagó una cirugía, las transformó. Por lo tanto, es un objeto más de su propiedad”, expone Guerra.
En la entrevista, menciona casos de algunos hombres que estuvieron en prisión por narcotráfico y que cuando obtienen su libertad lo primero que hacen es asesinar a sus parejas porque salieron con otros.
“Les cobran todo lo que les dieron. Por eso la mujer termina siendo presa de ese poder. Ahora, en la medida en que hay más crimen organizado hay más armamentismo. Si vemos la estadística, en Sinaloa hay más mujeres ejecutadas por arma de fuego que en otros estados, donde son asesinadas por asfixia. Aquí es con arma de fuego, porque la gente está mucho más armada que en otros lugares.”
Para Teresa Guerra Ochoa, la autoridad debe atender este aspecto, porque, dependiendo de cómo se expanda el crimen organizado, va a ser que este tipo de violencia se socialice, “se naturalice la agresividad en el país”.
–Por lo que dice, la novela Sin tetas no hay paraíso, sobre las colombianas relacionadas con el narco, es un reflejo de las sinaloenses; ambas modifican su cuerpo para gustarle al hombre –se le comenta.
–Con bastante conocimiento te puedo decir que no hay un lugar tan similar a Colombia como Sinaloa. Y todo lo que dices lo vas a ver aquí. Cómo las jovencitas que van a cumplir 15 años están pensando en si les van a regalar una operación de pechos o glúteos.
“La cantidad de mujeres operadas que hay en Culiacán es impresionante. Parece un mercado sexual. Muchachas que viven en una condición precaria o en el medio rural ven que su escalera a esa operación o a mayores lujos es tener un novio que pertenezca, esté relacionado o tenga dinero del crimen organizado. Es parte de la narcocultura”, lamenta Guerra.
“Que encuentres al narco que necesitas”
En el video Cómo maquillarte y vestirte como sinaloense (Tutorial de maquillaje de Culiacán, Sinaloa)”, subido a la plataforma digital YouTube el 31 de enero de 2016, el cual ha sido visto poco más de 1 millón 200 mil veces, una mujer da recomendaciones para verse “hermosa” sin gastar tanto.
En el minuto 03:53, la joven dice: “(Para) los labios, tienen que ponerse un color que sea rojo o rosa bien fuerte, porque ya saben que, ahorita que están de moda, los labiales de larga duración están súpercaros y, la verdad, pues no alcanza. Ya ven ahorita con lo de El Chapo, pues todos los narcos andan escondidos y pues los amigos, compas y los novios pues nomás no salen por ahí, no se dignan a mandarle a uno un regalito para seguir comprando (…) pero bueno, nosotros tenemos que seguir sobreviviendo y tenemos que vernos bellas porque ya pronto por ahí se nos aparecerá alguien”.
En el minuto 06:59 continúa: “Si no naciste (con) mucha chichi, como es costumbre con las sinaloenses: con poca nalga y mucha chichi, pero hay unas que nacen sin chichi y sin nalga, pues ya te fregaste. Ojalá que te hayas hecho la cirugía, que te hayas puesto las chichis; si no, te va a tocar calcetinazo. Entre más calcetines te pongas, mejor. La verdad que hay mucha cirugiada en Culiacán (…) Si no te has podido hacer la lipo, porque no has encontrado al hombre de tus sueños que te la pueda pagar, no te preocupes: ahí por la Obregón hay una tienda de fajas colombianas, cómprate una.
“Mucha sinaloense está desnalgada y pues, si no te has operado, pues ahí sí no hay solución, lo único pues… la faja de los calzones que traen las nalgas postizas con una esponja.
“Eso sí, ya saben que a nosotras las de Sinaloa nos gustan las bolsas de marca, Louis Vuitton, Michael Kors. No se preocupen si no pueden comprar una de verdad, ya el hombre de sus sueños viene en camino. Un día lo van a encontrar y van a tener todas las bolsas del mundo. Tal vez no las puedan presumir, porque van a estar allá en la sierra de Durango, encerradas…”
En el minuto 11:24, el “tutorial” agrega: “Antes de salir de tu casa persígnate y que no se te olvide traer siempre a tu (Jesús) Malverde –dice mientras se saca una estampita que tenía guardada entre los senos–. Le tienes que pedir que, por favor, te salga todo bien y que encuentres al narco que necesitas (…) y ya tienes asegurado tu futuro de por vida, no tienes que trabajar, no tienes que terminar la escuela”.
El 9 de septiembre de 2017, los medios locales informaron sobre el homicidio de una mujer en Sinaloa, ejecutada a balazos. El diario El Debate dio a conocer que la víctima acababa de salir de maquillarse. El 20 de enero, otra chica fue asesinada por un sujeto que entró a su casa y le vació su arma de fuego en el rostro.
Este reportaje se publicó el 25 de febrero de 2018 en la edición 2156 de la revista Proceso.
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