México. Varios elementos se han reunido para conjetar que la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador sí tiene injerencia en los designios oficiales del mandatario. Beatriz Gutiérrez Müller no pierde la oportunidad para que en cada acto público refiera un sentimiento de desprecio al cargo de primera dama, pero al parecer sí está de acuerdo en ejercer como tal.
El periodista Guillermo Sheridan realizó un comentario a raíz de las decisiones tomadas por el presidente al respecto de la presentación de la Estrategia Nacional de Lectura, de la cual Gutiérrez Müller emitió una respuesta escueta que señala una fobia al gobierno actual.
Al  respecto en su columna en el diario El Universal, Sheridan precisó que el discurso oficial para lanzar ese programa oficial AMLO dijo, oficialmente, que si había decidido lanzar ese programa en Mocorito, “fue a propuesta de Beatriz, porque ella es investigadora y literata” y sucede que en una de sus investigaciones descubrió que durante el porfiriato hubo en Mocorito una revista literaria. “Por eso estamos aquí”, concluyó AMLO.
Punto aparte, pero útil para entender la influencia de Muller, se encuentra el nombramiento de Marx Arriaga como director general de bibliotecas (DGB). Fue nombrado el 4 de diciembre titular de la Dirección y apenas al mes de tomar posesión logró ingresar a la Memoria Cultural de México retirando de su cargo a Daniel Goldin de la Biblioteca Vasconcelos, la que mejor funcionaba en el país.
Doctor en Filología Hispánica, Arriaga ha sido investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y tiene un premio estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación, en 2013, fue lector sinodal de la tesis de doctorado de la señora Beatriz Gutiérrez Müller, titulada Héroe y voces en La constancia y paciencia de santo Job de Francisco de Quevedo, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La esposa del Presidente, por cierto, celebró su llegada a la Cuarta Transformación a través de un tuit: “Tu sensibilidad, tu preparación, tu inmensa cultura, tu final elocuencia, tus premios, certificaciones y altos reconocimientos te sitúan en el lugar indicado para esa encomienda”.
Sheridan concluye mencionando que el honor de presidir la DGB —cargo que antes tuvieron de Torres Bodet a Ana María Magaloni— le fue concedido no por la “primera dama”, sino por la Dra. Gutiérrez Müller. Así se desprende de un tuit en el que el joven Marx anunció su deseo de “colmar las expectativas” que le confió quien fuera su alumna.