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miércoles, 1 de septiembre de 2021

La Biografía de Muhammad

 La Biografía de

Muhammad


سة اذلاتية لنيب �مد ص� االله عليه


وسلم


[ Español – Spanish –�إسبا[


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2013 - 1434


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Arabia en ese período estaba dividida en tres áreas de

influencia. El norte vivía bajo la sombra de dos grandes imperios,

el cristiano bizantino y el zoroastriano persa, imperios en una

guerra eterna por lo tanto los dos tenían las mismas posibilidades

de conseguir la victoria definitiva sobre el otro. En las sombras de

estos poderes vivían los árabes de la región del norte con alianzas

divididas y cambiantes.

El sur era la tierra de los perfumes árabes, llamado por los

romanos ‘Arabia Felix’ (en el día de hoy Yemen y el sur de Arabia

Saudita) era propiedad deseada. La conversión del gobernador de

Etiopia, el Negus, al cristianismo llevó a su país a la alianza con

Bizancio, y fue con el consentimiento de Bizancio que los etíopes

tomaron posesión de este territorio fértil a principios del siglo seis.

Antes de su ruina en manos del despiadado conquistador, sin

embargo, los sureños habían abierto los desiertos de Arabia

Central al comercio, introduciendo una medida de su organización

en la vida del beduino que servía de guía para las caravanas y

establecimiento de puestos de comercio en los oasis.

Si el símbolo de estas personas sedentarias fuesen árboles de

inciensos, la de la zona árida era la palmera de dátiles; por un lado


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el lujo del perfume, por otro la comida básica. A nadie le hubiese

interesado el Hiyaz -Donde no cantan las aves ni crecen las

hiervas – según el poeta sureño – como una propiedad deseable.

Las tribus del Hiyaz nunca experimentaron ni la conquista ni la

opresión; nunca habían sido obligados a decirle ‘Señor’ a nadie.

La pobreza era su protección, pero indudablemente no se

sentían pobres. Para sentir la pobreza se debe envidiar la riqueza,

y ellos no envidiaban a nadie. Su riqueza era la libertad interior, en

sus nobles ancestros, y en el sensible instrumento del único arte

que conocían, el arte de la pobreza. Todo lo que ahora llamamos

‘cultura’ se concentraba en este medio solamente. Su pobreza

glorificaba el coraje y la libertad, alababan al amigo y se burlaban

del adversario, ensalzaban la valentía del miembro de la tribu y la

belleza de la mujer, en poemas cantados en los fogones o en el

infinito desierto bajo el vasto cielo azul, siendo testigos de la

grandeza de esta pequeña criatura humana viajando por siempre en

los vastos terrenos de la tierra.

Para los beduinos el mundo era tan poderoso como la espada.

Cuando se encontraban con tribus hostiles para probarse en la

batalla era de costumbre que se apareciera el más fino poeta

alabando el coraje y la nobleza de su propia gente y despreciar al

innoble enemigo. Tales batallas, en donde el combate entre los

campeones rivales era la mayor característica, eran mas una

competencia de honor que la guerra como la comprendemos hoy

en día; los tumultos, presunción y exposición, con menos víctimas

que aquellas producidas por la guerra moderna. Servían un claro

propósito económico a través de la distribución del botín, y para el

vencedor presionar demasiado su ventaja sería lo contrario al

concepto de honor. Cuando alguno de los dos lados era derrotado

contaban los muertos y los victoriosos pagaban el dinero de sangre

– para reparar los daños – a los vencidos, para que la fuerza

relativa de las tribus se mantuviese balanceada. El contraste entre

estos y las prácticas de la guerra civilizada es impresionante.

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