¡MATAR PERIODISTAS! ¿POR QUÉ, QUIÉN Y PARA QUÉ?
La interrogante arriba planteada sintetiza una de las premisas básicas del periodismo; buscar respuesta a todo aquello que es de interés general. Respuesta, por ejemplo, a la muerte creciente de periodistas en México y, de manera particular, al crimen, en grado de tentativa, cometido contra Ciro Gómez Leyva
Por eso empezamos por el principio.
1.- ¿Por qué en México son asesinados el mayor número de periodistas en el mundo?
La respuesta es elemental; porque en México los “mataperiodistas” pueden acabar de manera impune con la vida de los informadores. Porque en México nadie investiga nada sobre el asesinato de un periodista y porque a nadie en el Estado mexicano le importa castigar a los responsables materiales e intelectuales de la muerte de un periodista.
Por eso, en México alcanza la “categoría” de “deporte nacional” la barbarie social de matar periodistas; porque existe impunidad total para los responsables; sean materiales, sean autores intelectuales.
Y es que los verdaderos periodistas; los críticos del gobierno y aquellos que indagan, denuncian y cuestionan las transas y los fracasos de la gestión de López Obrador, son vistos como un estorbo para el mismísimo presidente quien, a diario los difama, calumnia, estigmatiza y señala.
Sí, desde Palacio, Obrador alienta el crimen de periodistas, mientras que su gobierno nada hace para aclarar los crímenes de informadores; crímenes que llegan a la cifra escandalosa de 64 muertos en cuatro años.
De esa manera se cierra el círculo perfecto de “la causa y el efecto”.
2.- ¿Quién ordena matar a un periodista?
Aquí debemos ocuparnos de los autores intelectuales, ya que los matarifes a sueldo, aquellos que jalan el gatillo para matar, son solo eso; matones pagados.
Por eso vale recordar que un verdadero periodista es aquel que mediante los géneros de noticia y reportaje investiga, indaga, busca y revela los intríngulis de un gobierno fallido, de un negocio sucio, de una transa oficial, de un engaño político y/o de los ilegales negocios de los grupos mafiosos.
A su vez, también es un auténtico periodista aquel que, mediante el género de opinión, critica, sanciona, sentencia, cuestiona y señala los errores, las transas, las conductas autoritarias e ilegales de un gobierno, de un negocio sucio, de una transa oficial, un engaño político o de un grupo mafioso.
Así, los periodistas que hacen noticia y opinión son igual de incómodos para no pocos políticos, empresarios, líderes sindicales, gobernantes y jefes mafiosos que en el trabajo periodístico auténtico ven un peligro para la “estabilidad” de “sus negocios” sucios; sus transas “cochupos” y raterías.
Por eso, no se debe descartar que detrás del crimen de periodistas estén políticos, legisladores, empresarios, gobernantes y jefes mafiosos.
¿Quiénes en particular?
Encontrar esa respuesta es precisamente la responsabilidad del Estado mexicano; una responsabilidad a la que han claudicado los tres ordenes de gobierno –federal. estatal y municipal–, y los tres Poderes de la Unión; Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Y por eso, porque el gobierno de AMLO y las instituciones en su gestión ofrecen impunidad total a los “mataperiodistas”, sigue la masacre de informadores en México.
3.- ¿Para qué matar a un periodista mexicano?
Como está claro, el asesinato de un periodista o de un opositor es un acto no sólo reprobable sino propio de una sociedad atrapada por la barbarie. Es una atrocidad propia del fracaso democrático y de una espiral de violencia e ingobernabilidad.
A su vez, el asesinado o encarcelamiento de un periodista o de un opositor suelen ser el paso siguiente a todo golpe de Estado.
Sí, un golpe de Estado como el que consumaron el presidente López Obrador, los senadores y diputados de su partido –junto son sus aliados–, apenas en las últimas horas.
Por eso, no resulta casual que luego del golpe de Estado contra el INE, el periodista Carlos Loret de Mola haya recibido un requerimiento judicial que busca llevarlo a tribunales, mientras que manos criminales atentaron a balazos contra el periodista Ciro Gómez Leyva.
Es decir, de nueva cuenta asistimos al ensamblaje perfecto y nada fortuito de “la causa” y “el efecto”. Sin embargo, detrás del atentado contra el periodista es posible encontrar más de una motivación.
Primera, y más evidente, que los autores intelectuales del ataque contra Gómez Leyva –quienes pagaron a matarifes profesionales para matarlo–, pretendían callar a un periodista incómodo para el propio presidente. Y es que todos los indicios confirman que se trató de un ataque directo; ordenado, diseñado y ejecutado por profesionales para matar a Ciro.
Segunda, que además del asesinato de uno de los más prestigiados periodistas mexicanos, el mensaje era ejemplar. Es decir, “vean lo que le pasa a los críticos del gobierno de López”.
Y tercero, que luego del Golpe de Estado contra el INE, los autores intelectuales del atentado contra Gómez Leyva pretendían crear un creciente clima de inestabilidad política y social.
Una inestabilidad que crea el “caldo de cultivo” para consolidar el golpe de Estado.
Por eso volvemos al principio.
¿Por qué México es el país con más periodistas muertos? Porque los “mataperiodistas” son impunes y cuentan con la complicidad del Estado y de sus instituciones.
¿Quién intentó matar a Ciro Gómez Leyva?
No lo sabemos, pocos lo saben, pero no se descarta ninguna hipótesis, incluso la de un crimen de Estado ordenado por el propio López Obrador.
¿Para qué matar a un periodista como Ciro Gómez Leyva?
Para callar a un crítico del poder, a un periodista odiado por el presidente mexicano y, sobre todo, para que los críticos entiendan lo que ocurre con aquellos que cuestionan al golpista López Obrador.
Se los dije.
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