La belleza del arte islámico
"Para defender a un país se necesitan soldados, pero para construir una nación se requiere educación".
Cultura - 17/12/2010 0:02 - Autor: Esther Estrada - Fuente: http://www.oem.com.mx/elheraldodechihuahua/notas/n1888314.htm?TB_iframe=true&height=500&width=940Vota:- Resultado 5 votos | Más... Etiquetas: arte islamico, dialogo interreligioso, holanda, cultura
Arca de Noé. Pintura con texto caligráfico debajo.Una iglesia en el corazón de Amsterdam alberga temporalmente obras de arte producidas por artistas que profesan el Islam. Esta es una muestra de la amplia colección del profesor Nasser David Khalili, nacido en Irán en el seno de una familia judía.
Sí. Las tres religiones "del Libro" reunidas indirectamente en la exposición "Pasión por la perfección" que tendrá sus puertas abiertas desde ayer sábado 11 de diciembre hasta el 17 de abril de 2011.
"Para que los musulmanes vean su patrimonio y se sientan orgullosos de su cultura; y para que los no musulmanes se enamoren de la diversidad y la belleza del arte islámico". Este es parte del objetivo del Prof. Khalili al facilitar 470 piezas de su valiosa colección, que incluye Coranes, manuscritos, pinturas, alhajas, textiles, piezas de cerámica, de cristal y laqueadas, así como trabajos en metal y madera. Como él dice: "La política y la religión tienen su propio idioma, pero el lenguaje del arte es universal." Es por ello que al compartir su acervo pretende construir puentes entre culturas y religiones.
El Prof. Khalili durante los últimos cuarenta años ha creído en un principio muy sencillo: "Para defender a un país se necesitan soldados, pero para construir una nación se requiere educación". Para él es importante que no sólo se hable de los problemas actuales relacionados con algunos grupos islamitas radicales, sino que se recuerde que los musulmanes han contribuido, de manera muy importante, a la cultura y la vida occidental. Sus conocimientos de medicina, astronomía y astrología admiraron al mundo y sentaron las bases para mayores avances en esos campos, mientras que su arte ha tenido gran influencia en las expresiones de otras culturas a lo largo de varias centurias.
Entre espejos, las piezas que conforman la muestra se pueden admirar por todos sus lados, e incluso el reflejo del interior de la Nieuwe Kerk se "cuela" en la percepción del espectador. Objetos que se crearon entre los siglos VIII y el XX, de China e India a Irán, de Egipto y Túnez a Turquía y España, dan fe que el arte musulmán ha sido la expresión no sólo de una cultura o civilización, sino de mucha gente que a lo largo de 1400 años ha tenido un común denominador: profesar el Islam.
Piezas elaboradas con fines religiosos y seglares dejan ver un lenguaje artístico que tiene sus raíces en la filosofía musulmana, pero que reflejan también la cultura y las tradiciones locales. En la exposición no sólo se pueden ver ejemplos de caligrafía, motivos geométricos y arabescos, sino también de representaciones de personas y animales (que se toleraban fuera del ámbito religioso).
Es interesante descubrir que muchos de estos objetos fueron creados por artistas anónimos, que no firmaron sus obras por respeto a quienes se las encargaron -príncipes o sultanes- o inclusive por respeto a Alá, a quien estaban dedicados. Unos cuantos, los menos, sí registraron su nombre, que por lo general era sinónimo de calidad.
Enormes tapices con motivos florales, libros en que se aprecia la habilidad de quienes practicaban la caligrafía, joyas que adornaron los turbantes de algunos sultanes, delicadas pinturas y tallas en madera conviven con platos de cerámica de uso diario, azulejos, pipas de agua y jarrones.
Me llamaron la atención varias piezas, que les describiré brevemente. Un león formado por invocaciones caligráficas a "Alí, el león de Dios"; una mano de Fátima, símbolo de protección, decorada con rubíes, esmeraldas, diamantes y perlas; un aguamanil de cerámica con forma de ganso; una pintura muy colorida sobre el Juicio Final; la página de un libro en que se ve representada el Arca de Noé; un turbante corona lleno de piedras preciosas, entre las que destacan varias esmeraldas con forma de gota; una daga de acero cuya vaína está decorada con motivos florales; una máscara de guerra y una acuarela con una vista panorámica de la Meca. Finalmente les mencionaré un globo celeste que muestra las constelaciones (identificadas con sus nombres en árabe) y las estrellas (con puntos de plata). Esta pieza sí está firmada por Lalah Balhumal, "fabricante profesional de instrumentos científicos", según consta en una inscripción.
Un apartado de la gran área de exposición está dedicado a hacer una escueta introducción al Islam. Se inicia con una breve biografía de Muhámmad y del contenido del Corán, la descripción de la Kaaba -la casa de Dios- y los cinco pilares del islam (dar testimonio de fe, rezar cinco veces al día, ayunar en el mes de Ramadán, dar limosna a los pobres y necesitados, y finalmente, el peregrinaje a la Meca). Explica también la diferencia entre sunitas y chiítas, expone las bases del sufismo (misticismo musulmán) y plantea las ideas en que se sostiene el islamismo político y la sharía (ley islámica). Finalmente plantea cómo se dio la expansión del imperio musulmán y las coincidencias entre las tres grandes religiones monoteístas: cristianismo, judaísmo e islam.
Es un placer admirar todas estas obras, por lo que lo invito a visitar esta exposición en la Nieuwe Kerk en Amsterdam, o por lo menos su web: www.nieuwekerk.nl
El coleccionista
Nasser David Khalili nació en Irán -país musulmán- en 1945, en una familia judía de anticuarios y marchantes de arte. En 1967, tras terminar su educación, se mudó a los Estados Unidos. A partir de 1978 reside en Inglaterra, donde dirige sus negocios inmobiliarios.
Desde joven ha estado fascinado por el arte islámico, lo que lo llevó a estudiar un Doctorado en laqueado persa de los siglos XVII al XIX. En sus palabras, "selecciona los objetos de su colección por su belleza, su diversidad y el mensaje intrínseco que contienen".
Para Khalili, judíos y musulmanes son primos, por lo que no es de sorprender que haya logrado formar la colección privada más grande de objetos de arte musulmán que se conoce en el mundo, con 20 mil piezas. Junto a ésta, ha reunido también otras cuatro colecciones: Arte japonés de la era Meiji (1868-1912), Textiles suecos (1700-1900), Metal damasceno español (1850-1900) y Esmaltes del mundo (1700-2000). Todas ellas forman parte del Fideicomiso Familia Khalili. A través de la web: www.khalili.org puede usted conocer más sobre este organismo y ver algunas de las piezas que posee.
Más de treinta y cinco museos alrededor del mundo han exhibido selecciones de las piezas de su acervo. Entre ellos el Museo Británico, el Hermitage de San Petersburgo, la Alhambra en España, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el Van Gogh y ahora el Nieuwe Kerk en Holanda. La muestra que se encuentra actualmente en Amsterdam ha recorrido ya Sídney, Abu Dabi y París. Me comentó que un par de museos mexicanos se han acercado a él con el objetivo de organizar una muestra en nuestro país, a lo que está totalmente abierto.
Este hombre, que estuvo presente en la inauguración de la exposición en los Países Bajos con una sonrisa en los labios y dispuesto a conversar con todos los asistentes, cuenta en su haber con muchos reconocimientos por su labor para buscar la paz y la cultura entre las naciones, como el que le otorgó el Papa Juan Pablo II, quien lo nombró Caballero de la Orden Ecuestre Pontificia de San Silvestre. Posteriormente el Papa Benedicto XVI lo elevó a Caballero Comendador de esa misma orden. En otro ámbito, recibió también el nombramiento de Caballero Comendador de la Orden Real de Francisco I de las dos Sicilias.
El Prof. Khalili es presidente y cofundador de la Fundación Maimónides, una organización que promueve la paz y aceptación entre cristianos, judíos y musulmanes. También estableció la cátedra de Arte Islámico en la Universidad de Londres, además, del Centro Khalili de investigación para el arte y cultura material del Medio Oriente en la Universidad de Oxford. No en balde se le considera un líder en la búsqueda de la comprensión interreligiosa e intercultural.
Aunque a mi parecer ambos merecen crédito, el Prof. Khalili, al cierre de su intervención en la rueda de prensa, pidió que alabáramos el alma de los artistas que produjeron estos bellos objetos, no al coleccionista, que es sólo su custodio temporal.
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