] Diplomáticos y oficiales del ejercito retirados, advierten que un ataque a Iran llevaria a una guerra general  15 de septiembre de 2012 — Un importante grupo institucional de 35 militares estadounidenses en retiro, diplomáticos y funcionarios de inteligencia, advirtieron el jueves que un ataque militar de Estados Unidos contra Irán quizás retardaría en unos 4 años el programa nuclear iraní, pero que los iraníes probablemente se las arreglarían para contraatacar, directamente y por medios sustitutos, de manera que amenazaría con desatar una guerra general en el Medio Oriente. El informe que fue emitido por el "Projecto Irán", fue dado a conocer el pasado jueves 13 del presente por un panel de discusión en el Centro Wilson, con la participación del veterano embajador de Estados Unidos Thomas Pickering, el Dr James Walsh del Instituto Tecnológico de Massachussets (colaborador cercano de Pickering en las discusiones informales sobre Irán), y el teniente general Frank Kearney, ex subcomandante del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos. Su punto de partida es que el Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos determinó que los iraníes no han decidido desarrollar un arma nuclear, y que por lo tanto, no es necesario hace un juicio de antemano. También subrayaron las bien conocidas "consecuencias no deseadas" de una acción militar, o sea, incrementar la fragilidad de la situación en la región, la pérdida de la coalición internacional que ahora está impulsando las sanciones, una mayor inestabilidad regional y global, y el respaldo de la población iraní al régimen. A fin de lograr un cambio de régimen, el informe dice que "la ocupación de Irán requeriría comprometer mayores recursos y personal de lo que Estados Unidos a invertido en el transcurso de los últimos 10 años en la guerras de Irak y Afganistán juntas". El informe alerta que se puede convertir en una guerra más extendida, y plantea que "una dinámica de escalada, acción y contraataque, podría producir serias consecuencias no deseadas que incrementarían significativamente todos estos costos y llevar, potencialmente, a una guerra regional general". El ex embajador William Luers hizo la presentación de los miembros del panel, y dijo que el Proyecto Irán comenzó hace como 10 años, con el fin de buscar conversaciones informales entre Estados Unidos e Irán. (Su intervención más conocida fue la propuesta que hicieron en el 2008 para instalar una planta de enriquecimiento en suelo iraní con operación internacional). Luers dijo que los participantes son "personas preocupadas por su país, preocupadas por nuestra seguridad nacional, y que no quieren que nosotros metamos la pata". Dijo que la nueva dimensión consiste en la participación de más gente, en especial oficiales retirados de las fuerzas armadas, quienes "están preocupados por las consecuencias de no tomar en cuenta lo que pudiera suceder si llegáramos a utilizar la fuerza militar". Otros signatarios del informe son: Paul Pillar, ex subdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y los ex comandantes del Comando Central de Estados Unidos, Anthony Zinni y William Fallon. También participan: Chuck Hagel, Sam Nunn, Lee Hamilton, Richard Armitage, Brent Scowcroft, Leslie Gelb, Anne-Marie Slaughter, Zbigniew Brzezinski, Joe Sestak, Lawrence Wolkerson, y Paul Volcker. Después de las presentaciones iniciales, la primera pregunta la hizo Matt Ogden de Executive Intelligence Review (EIR), quien elogió sus esfuerzos, y entonces se refirió a que el representante Walter Jones, en su resolución HCR 107, declara que si el Presidente lanza una nueva guerra sin la autorización del Congreso, entonces se le haría un juicio político. Ogden también trajo a colación las advertencias que hizo en Londres el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EU, general Martin Dempsey, sobre Siria, y señaló la posibilidad de que cualquier intervención militar nos llevaría a una confrontación con Rusia y China. Walsh retomó la cuestión sobre los poderes para hacer la guerra, y dijo que eso era algo que el Congreso y la Casa Blanca tenían que resolver. El General Kearney elogió a Dempsey diciemdo que "estaba muy bien informado", implicando que sus advertencias tienen que tomarse muy en serio. Ninguno quiso hablar sobre Siria, señalando que su informe se limitaba a la situación en Irán. http://espanol.larouchepac.com/node/17460 -