Basta de juegos políticos y a trabajar

El régimen marroquí sigue jugando a la política

30/10/2013 - Autor: Ismail El Alaoui - Fuente: Envío público

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Hemos olvidado que en ese tren no íbamos solos...

El panorama político en Marruecos va muy mal debido a los últimos juegos políticos que van sacudiendo en el país desde Tánger hasta Güira y tropezando todas las reformas que el pueblo marroquí quiere palpitar.

Mientras que la plebe sigue esperando la puesta en marcha de los proyectos ya prometidos y las medidas drásticas que pueden poner fin a su crisis diaria, acostumbrada y plagada por un mal sistema heredado de épocas casi paleolíticas, el régimen sigue jugando a la política, dominando el juego, llamando la atención del público a sus jugadas para hacerle olvidar lo esencial, que son sus derechos.

Cada vez el régimen nos sorprende con nuevos sucesos en forma de enlaces como por ejemplo la detención de algunos periodistas, la dimisión de algún partido de coalición del gobierno, rupturas dentro de los mismos partidos, cosas nacionales, fútbol… y al final nos presenta las soluciones en forma de desenlaces y las cosas vuelven a sus estado normal. Todo eso lo considero yo como juego político sucio para poder robar tranquilamente, tropezar las reformas, tomar el pelo al pueblo marroquí compuesto en su mayoría por analfabetos.

En tan sólo diez años Turquía ha podido acabar con su crisis interna y externa, mejorar su economía, exportar en vez de importar y ser uno los grandes países que tienen voz y peso a nivel internacional. Ya que el PJD marroquí tiene la misma ideología que el partido de Erdogán por qué no repetimos la misma experiencia tanto en el sector económico como en el resto de los otros sectores, o entablar nuevas relaciones y nuevos acuerdos con Turquía en materia de desarrollo económico y social.

Hay que dejarnos de los juegos políticos y aprovecharnos de las experiencias de otros países que pudieron en pocos años cambiar radicalmente su panorama político, económico como Turquía, Singapur, etc.

Basta de maniobras políticas y a trabajar, y si escribo y critico a mi país natal Marruecos es porque quiero que llegue a la cumbre de toda buena fortuna.