El derecho a vivir con tu pareja
Publicado: 30 diciembre, 2013 de accionenredinternacional en Sin categoríaEtiquetas: Cisjordania, Francia, Gaza, Irak, Iran, Israel, Judios, Palestina, Siria
Una de las estrategias para dividir al pueblo palestino se basa en la dificultad para relacionarse que les suponen las leyes israelíes. Como por ejemplo para casarse y formar una familia, que otorga la ciudadanía a la pareja con la que te cases en la mayor parte de estados.
Pero en Mayo de 2002, durante la segunda intifada, el gobierno israelí decidió congelar este procedimiento para los residentes de las áreas gobernadas por la Autoridad Palestina, que en 2003 se hizo permanente, convirtiéndose en la Ley de Ciudadanía en 2005 y que se extendió a ciudadanos del Líbano, Siria, Irán e Irak.
Los argumentos de seguridad aplicados a esta población supondrían un claro ejemplo de castigo colectivo.
Desde entonces y tras apelar a la Corte israelí unas 25 mujeres y 35 hombres casad@s con ciudadan@s israelíes han conseguido un permiso de residencia. Se calcula sin embargo que dicha ley ha afectado a unas 20.000 parejas que al no poseer permiso de residencia no tienen acceso a la Sanidad Pública, Seguridad Social y otros servicios públicos. Otras parejas no pueden vivir en la misma ciudad, o ir a visitar a familiares. El efecto final es que parejas con distintas tarjetas identificativas (ciudadanía israelí, residente en Jerusalén, Gazaui o de la Autoridad Nacional Palestina) no puedan reunificarse con su pareja e hij@s.
Al mismo tiempo Israel acaba de anunciar un plan de 3 años para atraer más judi@s franceses/as para que se establezcan en Israel que comienza por reconocer las diplomaturas que entrega el sistema de educación francés. De acuerdo con el Ministerio de Exteriores Israelí, podrían atraer potencialmente hasta 42.000 inmigrantes judi@s franceses para el año 2017.
Dicha fragmentación supone un suicidio nacional para Palestina mientras que cualquier judí@ del mundo puede solicitar directamente la ciudadanía israelí. Por ello las Naciones Unidas, Human Rights Watch y otras organizaciones por los derechos humanos condenan la ley como discriminatoria y enfocada en realidad a favorecer demográficamente a l@s judí@s.
Pero en Mayo de 2002, durante la segunda intifada, el gobierno israelí decidió congelar este procedimiento para los residentes de las áreas gobernadas por la Autoridad Palestina, que en 2003 se hizo permanente, convirtiéndose en la Ley de Ciudadanía en 2005 y que se extendió a ciudadanos del Líbano, Siria, Irán e Irak.
Los argumentos de seguridad aplicados a esta población supondrían un claro ejemplo de castigo colectivo.
Desde entonces y tras apelar a la Corte israelí unas 25 mujeres y 35 hombres casad@s con ciudadan@s israelíes han conseguido un permiso de residencia. Se calcula sin embargo que dicha ley ha afectado a unas 20.000 parejas que al no poseer permiso de residencia no tienen acceso a la Sanidad Pública, Seguridad Social y otros servicios públicos. Otras parejas no pueden vivir en la misma ciudad, o ir a visitar a familiares. El efecto final es que parejas con distintas tarjetas identificativas (ciudadanía israelí, residente en Jerusalén, Gazaui o de la Autoridad Nacional Palestina) no puedan reunificarse con su pareja e hij@s.
Al mismo tiempo Israel acaba de anunciar un plan de 3 años para atraer más judi@s franceses/as para que se establezcan en Israel que comienza por reconocer las diplomaturas que entrega el sistema de educación francés. De acuerdo con el Ministerio de Exteriores Israelí, podrían atraer potencialmente hasta 42.000 inmigrantes judi@s franceses para el año 2017.
Dicha fragmentación supone un suicidio nacional para Palestina mientras que cualquier judí@ del mundo puede solicitar directamente la ciudadanía israelí. Por ello las Naciones Unidas, Human Rights Watch y otras organizaciones por los derechos humanos condenan la ley como discriminatoria y enfocada en realidad a favorecer demográficamente a l@s judí@s.
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