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sábado, 18 de enero de 2014

Asgerización mental

Asgerización mental

Concibiendo nuevas premisas político-financieras

18/01/2014 - Autor: José Angel Hernández
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¿Debemos aceptar los límites mentales impuestos?
La deconstrucción de la Banca y el Estado requieren de la previa deconstrucción de nuestra estructura mental,  para que de tal modo seamos capaces de concebir una estructura social que vaya más allá de los parámetros psicológicos que históricamente nos han impelido a edificar construcciones sociológicas que en nuestra consciencia profunda sabemos que son injustas, pero que en nuestra consciencia más superficial percibimos como el único posibilismo viable.
¿Es posible organizarnos socialmente sin Banca ni Estado?
Es un error concebir al Estado por un lado y a la Banca por otro, pues de esta manera es imposible vislumbrar una alternativa social viable a la vigente. Pero si obviamos esta dispersión que en realidad es solo mental y concebimos ambos estructuras como si fuesen una sola y al mismo tiempo fijamos nuestra atención solo en lo más básico de esta entidad unificada, se nos abre una nueva perspectiva en nuestra percepción psicológica del mundo, ante la cual lo que hasta ahora concebíamos como imprescindible se nos desvela ahora como absolutamente carente de sentido.
La viabilidad de la construcción político-financiera de un modo de organización social que sobrepase al bancarismo por debajo..y no por arriba..es potencialmente un hecho perfectamente factible, no hay pues en ello utopía alguna.
¿Podemos entonces aceptar sin más la idea de que más allá del sistema , el bancarismo, está el vacío?. En este sentido la propia mentalidad bancarista que nos domina nos ha hecho creer que una alternativa viable al bancarismo solo puede concebirse desde la posición de la utopía buenista..es decir, teorizar con palabras sobre dicha supuesta alternativa, pero siendo conscientes interiormente de que esta no es en modo alguno posible en la práctica.
Pero esto no es así, puesto que primero concibiendo en unificación al Estado y la Banca y luego racionalizando a partir de lo básico de ambos es posible repensar nuestro mundo, de tal modo que comencemos a formular propuestas sobre los mecanismos de organización social a partir de premisas mentales distintas a las históricamente prevalecientes.
Unificación y posterior comunitarización de los recursos financieros es un principio sencillo que aparentemente ha permanecido ignoto solo por la razón de que a la hora de idear alternativas al sistema vigente se piensa en la Banca y el Estado como realidades separadas.
Y así claro que es imposible que las mentes pensantes dirigidas por intenciones loables sean incapaces de concebir alternativas viables al Estado, que es por lo general en lo que estas gastan sus fuerzas neuronales.
¿Por qué entonces no concebir a estas dos instituciones como una sola constituida a partir de lo más básico de ambas?. Pues materializando este ejercicio de construcción mental si se puede edificar una organización social sin Estado y sin Banca.
La asgeria como alternativa al Estado y la Banca
La disolución del orden bancario público y privado es la condición sine qua non para hacer viable la edificación de una forma de organización social sobre la base de un posibilismo diferente al históricamente conocido. Hablo de una forma de organización social que permita prescindir del estado y de sus consustanciales estructuras de poder.
Para ello se requiere de que todo recurso financiero sea controlado desde su gestación en el nivel local. Este es un principio básico en la teorización sobre la sociedad de cooperación que debiera construirse como alternativa viable al Estado.
El segundo principio es que no debe haber separación entre estructura política local y estructura financiera local.
¿Qué es lo básico en la estructura político-administrativa del Estado?..el ayuntamiento.
¿Qué es lo básico en la estructura bancaria?..el depósito y la custodia del capital.
No pensemos entonces en términos de pársecs (Estado y estructura bancaria) sino en términos de nanómetros (ayuntamiento y depósito y custodia de capital).
La trampa mental del sistema bancario o bancarismo que vivimos es hacernos pensar en términos de pársecs para evitar que veamos lo esencial de las cosas si nos esforzásemos en hacerlo en términos de nanómetros. La mentalidad deconstructiva es pues lo que procede en los análisis sociológicos realizados con perspectiva de encontrar alternativas al Estado y la estructura bancaria mundial.
Hay que unir por abajo..no por arriba. El ayuntamiento se fusiona “solo con la función básica” de la banca, esto es, con la función de depósito y custodia del capital.
El tercer principio es que los recursos financieros de cada asgeria se ponen al servico de la sociedad de cooperación, sin que en ningún momento dejen de estar controlados por la asamblea de gestión solidaria correspondiente (asgeria en acrónimo), es decir, no hay estructuras financieras por encima de la propia de cada asgeria, pues solo hay “puesta en común” de los recursos financieros de cada una de ellas.
Esta puesta en común de los recursos financieros, alegorizada en las sinapsis neuronales donde las neuronas harían las veces de asgerias y los axones de fondos comunes, tejería las redes de interdependencia mutua que posibilitaría la construcción viable de un modo de organización social alternativo al que representan el Estado y la estructura bancaria.
El cuarto principio sería el de la federación de las asgerias..
Identificando al sistema como bancarismo
Edificar la democracia solo será posible si se elimina el poder financiero entronizado en la estructura bancaria mundial privada y pública que tutela hoy en día todas las formas de organización social.
Todos los caminos conducen a la Banca, siendo que el sistema, llámese capitalismo, comunismo, islámico, democrático, socialismo, o utilizando combinaciones de unos y otros términos, es en realidad uno solo..sistema bancario o bancarismo.
Los demás nombres con los que se conocen a los teóricos diversos sistemas de organización social no son más que divisiones ficticias dentro del sistema bancario, el único existente. El bancarismo es pues la esencia que compacta y da sentido a toda forma de organización social del ser humano. Más allá del bancarismo solo hay vacío, puesto que las construcciones sociales de la civilización humana desde los comienzos del urbanismo se han asentado sobre instituciones que favorecían la acumulación ilimitada de riqueza material.
La democracia conlleva una separación teórica entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, pero en realidad estos tres no son más que meros apéndices del poder financiero encarnado en la estructura bancaria mundial.
El bancarismo es el sistema a deconstruir, no el capitalismo el sistema a derrocar, pues la ideología anticapitalista no constituye en realidad más que un rostro disfrazado del capitalismo..el capitalismo de estado.
Capitalismo o anticapitalismo..el bancarismo siempre gana..
Relocalización y supralocalización en la alternativa a la Banca y al Estado
Se da por hecho que una economía moderna y compleja no puede funcionar sin la existencia de Bancos que actúen como entidades que financien la producción de bienes y servicios necesarios para hacer funcionar la sociedad. Si la razón básica de la existencia de la Banca reside en su función de hacer de depósito y custodia de capitales, su siguiente función sería entonces la de hacer de motor financiero.
¿Puede un ayuntamiento o corporación equivalente o una comunidad tribal de ámbito local asumir las funciones de depósito y custodia de recursos financieros, así como la función de entidad que financie la producción de bienes y de servicios?.
Para asumir la primera de las funciones mencionadas no se requiere más que de la propia gestión interna de cada ayuntamiento o equivalente o comunidad tribal de ámbito local, pero para asumir la segunda, esto es, la capacidad de financiar la producción de bienes o servicios, si que se precisa de la interacción con otras entidades de igual ámbito. La comunitarización de los recursos financieros es pues imprescindible para implementar la necesidad de hacer funcionar una sociedad con una economía moderna y compleja.
Las corporaciones locales pueden asumir de manera perfectamente viable tanto la función de depósito y custodia de capitales, esta individualmente, como la de financiación de bienes y servicios, esta mancomunadamente. Al mancomunar los recursos financieros que en todo momento permanecen en depósito y custodia de las corporaciones locales, se generan los lazos de interdependencia que partiendo del nivel local humanizan la economía al acercarla al ser humano que integra la comunidad, haciendo de esta manera posible la generación de redes socio-políticas que se extiendan de manera horizontal como alternativa a las arcaicas estructuras verticales del Estado y la Banca.
La alternativa que se ha de levantar al Estado y la Banca consiste así en un proceso de “relocalización” de los parámetros financieros y políticos sobre los que habrían de constituirse las formas de organización social. Tanto el custodia del capital como depósito y la la financiación de la producción de bienes y servicios deben tener por lo tanto una base de partida localista, siendo que este modelo de desarrollo y sostenimiento social iría en sentido inverso al históricamente aceptado como indubitable.
Pero llegado a este punto donde se acepta que todo recurso financiero se controla en el nivel de la corporación local ya sea esta el ayuntamiento o similares o la comunidad tribal dependiendo de la sociedad de la que hablemos, se deben repensar también las formas de gestión política bajo las que debieran encuadrarse estas corporaciones locales, así como también las de la capacidad de actuación judicial que pudieran cercenar desde la raíz cualquier gestión de naturaleza corrupta por parte de los gestores de la corporación local político-administrativa o tribal.
Si los gestores responsables de las mismas deben tener obviamente carácter local, los miembros del estamento judicial como la Fiscalía General o las máximas instancias judiciales tendrían que tener carácter supralocal, de modo que el organigrama del aparato judicial estuviese por encima del ámbito estricto de la corporación político-administrativa o tribal que habría de desarrollar la gestión política y financiera unificada.
La relocalización debe ser por tanto el principio que sustente el proceso de deconstrucción mental de los conceptos de Banca y Estado, pero no así el del Estamento Judicial, que debe ser completamente liberado de la posibilidad de verse sometido en manera alguna a la influencia de los órganos gestores que se habrían de responsabilizar de las corporaciones locales político-administrativas o tribales.
Relocalización para los elementos más básicos sobre los que históricamente se han sustentado los arcaicos conceptos de Banca y Estado..pero a la vez supralocalización para la Fiscalía General o las altas instancias judiciales.
La alternativa integral al Estado y la Banca no es pues el Microestado, pues esta alternativa integral conlleva la comunitarización de los recursos financieros depositados y controlados en el ámbito local de la comunidad tribal o de la corporación político-administrativa correspondiente, a la vez que la supralocalización de las competencias judiciales.
Ambos parámetros, el de la relocalización y el de la supralocalización, habrían de implementarse pues a la vez en la sociedad de cooperación, dependiendo de que hablasemos respectivamente del ámbito político o financiero por un lado, o del de la Fiscalía General o de las más altas instancias judiciales por otro..
Donde ni el anarquismo escapa a la supeditación al sistema
La alternativa al vigente orden económico-financiero y político mundial pasa por la deconstrucción de las estructuras materiales sobre las que históricamente se han edificado nuestra forma de organización social, la Banca como estructura financiera y el Estado como estructura geopolítica.
No se trata de reformar lo establecido, sino de entresacar los cimientos que subyacen en ambas estructuras materiales a través de un ejercicio de indagación que nos permita llegar a lo más básico tanto de la organización político-administrativa del Estado como de la estructura económica-financiera de la Banca.
En el Estado encontramos al ayuntamiento o sus equivalentes administrativos dependiendo de la sociedad de la que hablemos, y en otras a las comunidades tribales de nivel local.
Y en lo que se refiere a la Banca encontramos la necesidad de contar con una institución que haga de depositaria y custodia de los recursos financieros.
A partir de esta deconstrucción concebimos esos aspectos esenciales y los unificamos en una sola estructura, de tal modo que Banca y Estado desparecen de la historia permitiendo con ello el germinar de una nueva forma de organización social. El ayuntamiento o equivalentes, o la comunidad tribal, se organizan de forma en que ellos mismos se constituyen a la vez en institución política y en institución financiera, de tal modo que todos los recursos financieros se depositan y controlan desde el nivel local, para posteriormente comunitarizarse con la finalidad de generar redes comunes de interdependencia mutua.
La implementación de la nueva estructura embrionaria político-financiera surgida de la deconstrucción de la Banca y el Estado debe edificarse sobre la premisa de que se deben articular todos los mecanismos legales necesarios que impidan tanto la acumulación de riqueza en manos privadas como la circulación mundial descontrolada de capitales.
Unificando por lo esencial de la Banca y el Estado es como se logra la superación del marco financiero y geopolítico dominante, haciendo innecesario unas y otras estructuras materiales que históricamente han condicionado las pulsiones humanas manifestadas.
La deconstrucción del orden bancario público y privado va pues en paralelo al de la deconstrucción del orden geopolítico basado en los estados. Se genera así una nueva estructura que va a posibilitar edificar dejando al margen los nefastos parámetros establecidos por el Estado y la Banca.
Estas nuevas estructuras político-financieras no tendrían por qué corresponderse con las actuales estructuras municipales o similares, pues podrían variar su tamaño en base a las premisas de favorecer la máxima cercanía al ciudadano y el espíritu de cooperación entre todas ellas. El concepto de desarrollo y justicia social habría de tener como referencia el marco de la comunidad a nivel local.
La finalidad es posibilitar un nuevo marco político-financiero donde sea viable fomentar un nuevo espíritu económico basado en la cooperación entre las diferentes comunidades humanas, y no en la competencia salvaje al servicio del corrupto poder financiero dominante, de tal manera que la economía del enriquecimiento material ilimitado fuese sustituida por la economía de la cooperación solidaria.
La deshumanización del orden establecido es el reflejo de nuestra propia codicia que encuentra su materialización en el posibilismo político-financiero vigente, y lo que siempre permanece inmutable en ese orden es el bancarismo que lo preside.
En este sentido, el pensamiento anarquista que proclama la superación del Estado como forma de organización social, aboga a su vez por la construcción de bancos que llaman “del pueblo”, desvelándose de este modo como una ideología al servicio del mismo sistema al que dicen combatir. La estrategia de los ideólogos del sistema es concebir al anarquismo en los límites de este, pero en sus límites interiores, pudiendo simular de esta manera que el anarquismo es una ideología antisistema a la que pueden acogerse aquellas personas cuya conciencia les haga aborrecer de las injusticas del poder establecido. Pero los anarquistas son tan bancaristas como los brokers de Wall Street..
El sistema imperial que domina el mundo es el bancarismo, y este se diseña mentalmente como el Ave Fénix. Si los disconformes del sistema se anarquizan..al final acaban fundando “bancos del pueblo” en su anarquismo..y vuelta a lo mismo.
Aparentemente el anarquismo es como la entropía en astrofísica, una cantidad de energía que dentro de un sistema termodinámico no es susceptible de sufrir transformación alguna, por lo que permanece en estado caótico sin poder originar cuerpo celeste alguno ni fuerzas de ningún tipo, estado que astrofísicamente se considera irreversible.
Esta apreciación lo ilustra la famosa analogía del reloj de arena, donde este tiene una cavidad superior y otra inferior que es la que está llena de arena. Al invertirlo comienza el proceso del sistema, pues la arena comienza a caer desde la cavidad superior, por lo que en ese momento está sufriendo transformaciones, pero al ir a caer en la cavidad inferior la arena se convierte en entropía, pues se convierte en inútil.
Se supone que el reloj no vuelve ya a volterase..pero aquí está la estrategia de los diseñadores del sistema, el bancarismo, que consiguen que los anarquistas vuelvan a voltear el reloj de arena cuando comienzan a fundar sus “bancos del pueblo”..
Si se consolidan estructuras financieras independientes, ya sean privadas o públicas, por encima de las del ámbito local unificadas con las estructuras políticas de igual ámbito, el bancarismo resurgirá como el Ave Fénix..
De este modo es como el sistema se regenera asimismo..ocultando al bancarismo tanto en su vertiente pública como privada como el fundamento de su poder..
Ni el doctor Jekyll ni Mr. Hyde
Debemos repensar pues el histórico asociacionismo entre poder y ejercicio del gobierno, y en este sentido es vital concebir a las dos instituciones de Banca y Estado como una sola constituida a partir de lo más básico de la una y de la otra, pues es materializando este ejercicio de construcción mental como se haría posible la edificación de una organización social prescindiendo de las históricas estructuras de la Banca y el Estado.
Comunitarizando los recursos financieros controlados por las nuevas estructuras político-financieras surgidas de esta unificación, se tejerían las redes de interdependencia mutua que harían viables un modo de organización social alternativo al que en el presente representan el Estado y la Banca.
El bancarismo se alza pues ante la perspectiva histórica humana como el verdadero sistema no a destruir, sino a deconstruir, toda vez que el capitalismo no es más que un apéndice del bancarismo, de tal forma que sistemas teóricamente enfrentados a este como los derivados del discurso anticapitalista no constituyen sino otro rostro encubierto de la única teología económica y política verdaderamente universal representada por la mentalidad bancarista.
No nos engañemos más y dejemos de llevarnos por la dualidad absorbente que nos envuelve, la cual interiorizamos hasta el punto de que nuestra percepción del mundo se exterioriza como una realidad bipolar manifestada en el trasfondo psicológico representado en la ficción literaria del doctor Jekyll y Mr. Hyde, alegóricamente representada en la opción capitalismo-anticapitalismo como dualidad pendular, pues si desde la perspectiva de unos sería el doctor Jekyll el capitalismo y Mr. Hyde el anticapitalismo, desde la de otros estas personalidades se asimilarían alegóricamente a la inversa.
¿No seremos capaces de romper con la trampa mental de este dualismo que artificialmente se nos ha impuesto bajo la apariencia de constituir el único posibilismo social viable?.
Tenemos un problema de limitación mental
Es obvio que la mentalidad bancarista domina la gestión de los asuntos públicos, así como que en nuestra mente no concebimos una forma de organización social que no cuente con la omnipresencia de las instituciones bancarias, sean estas privadas, públicas o mutualistas. Siendo entonces que el bancarismo es el sistema, la aspiración debiera ser la búsqueda de una alternativa financiera y geopolítica que  sobrepasase al bancarismo por debajo, esto es, a partir de los cimientos materiales básicos sobre los que este se levanta.
¿Por qué resignarnos pues a aceptar las limitaciones mentales que nos impone el sistema para que concibamos al bancarismo como el único posibilismo viable?.

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