En Nueva Italia no hubo enfrentamiento, sólo el Ejército disparó: autodefensas

Por Ernesto Martínez Elorriaga, corresponsal

Tue, 14 Jan 2014 12:37

Elementos del Ejército ultimaron a dos integrantes del grupo de autodefensa durante el desarme que inició ayer en la noche en los municipios de Múgica y Parácuaro.

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Apatzingán, Mich. Nueva Italia, municipio de Múgica, y su vecino, el ejido de Antúnez, amanecieron silenciosos y en aparente calma, con tres difuntos.

Después del fallido intento del Ejército de desarmar a las autodefensas asentadas en la localidad, las calles lucieron semivacías y los comercios cerrados. El único movimiento perceptible fue el de grupos de vigilancia apostados a las entradas, en los alrededores y en el centro de la comunidad. De los militares y de la policía federal, ni rastro.

En Antúnez había más de 100 integrantes de las autodefensas, entre quienes se encontraba Estanislao Beltrán Torres, líder y vocero de la agrupación armada en la zona, quien en entrevista con La Jornada aseguró que nunca hubo un enfrentamiento entre las autodefensas y el Ejército. De acuerdo con su versión, entre las 8 y 9 de la noche del martes, los militares llegaron a la comunidad con la intención de desarmar a las autodefensas, pero el paso les fue impedido por alrededor de 3 mil habitantes de la región.

Ante la resistencia, los soldados intentaron replegar a la gente a golpes y empujones. En vano. Fue entonces que dispararon, primero al aire y después hacia la gente, matando a cuatro personas, entre ellas a un niña de 11 años. La Jornada pudo constatar la existencia de tres muertos.

Pobladores dijeron que esperaban a los militares a la entrada de la comunidad (municipio de Parácuaro). Cuando llegaron, les expresaron su negativa al desarme, argumentando que quedarían indefensos ante Los caballeros templarios. Los soldados intentaron infructuosamente replegar a la multitud, después dispararon.

Estanislao Beltrán aseguró que los militares nunca tuvieron en su poder las armas de los autodefensas y reiteró que las van a entregar hasta que el gobierno federal detenga a los pricipales líderes del cártel de Los caballeros templarios, entre otros: la Tuta, el Chayo, el Quique Plancarte y el Tucán. Mientras tanto, “seguiremos avanzando y esperamos que el gobierno entienda nuestra razón, están en riesgo nuestras vidas y las de nuestras familias”.

El dirigente de las guardias comunitarias comentó que estima mucho a José Manuel Mireles y le desea recupere pronto su salud, pero él no es el jefe de los grupos de autodefensa, ya que es un Consejo el que los coordina, y todos están de acuerdo en que la lucha no ha comenzado, porque si bien es cierto que hay control en más de 20 municipios de la Tierra Caliente, Sierra Occidental y costa, aún falta mucho por hacer, ya que Apatzingán sigue en manos de Los caballeros templarios.

“Cómo quiere negociar el gobierno cuando no ha detenido a ningunos de los cabecillas; las autoridades saben dónde están, pero es evidente que no los han querido detener”, apuntó el nuevo jefe de las guardias comunitarias, quien aclaró que desde hace 10 meses que tomaron las armas no ha habido secuestros, robos ni extorsiones en municipios como Tepalcatepec, Buenavista, Coalcomán, Chinicuila, Aquila, entre otros.

El hecho de que falte Apatzingán es una muestra que le damos al gobierno para que vea lo que sucede a una población totalmente controlada por la delincuencia.

Fue una mañana tranquila, pero la autopista Pátzcuaro-Lázaro Cárdenas tuvo escaso tránsito, hasta Uruapan, en cuyas casetas había abundante presencia de policías. La entrada a Nueva Italia estuvo sola, únicamente los guardias comunitarios. Dicen que después del choque que tuvieron en el ejido de Antúnez, optaron por retirarse desde ayer en la noche.

El único retén federal fue el instalado antes 300 metros antes de llegar a Apatzingán, donde más de 300 policías federales vigilaban la entrada. La presidencia municipal fue acordonada ante el anuncio de la vista del gobernador Fausto Vallejo Figueroa, quien a las 15:30 horas arribó al cuartel de la 43 Zona Militar, acompañado del gobierno Jesús Reyna García y del gabinete de seguridad, para sostener una reunión privada con mandos militares durante más de tres horas.