Cinco puntos para entender al Estado Islámico
Estas son las claves para comprender a este grupo radical que actúa en Siria e Irak.
Por: ETHEL BONET |
1. El Estado Islámico: la rebelión del hijo bastardo de Al Qaeda
El poderoso y temido Estado Islámico tiene sus orígenes en la facción de Al Qaeda en Irak (AQI), que lideró desde 2003 Abu Musab al Zarkawi hasta que murió en un ataque estadounidense en junio de 2006.
Su sucesor fue el egipcio Abu Ayub al Masri, que formó el Estado Islámico de Irak (EII) en octubre de ese mismo año, siempre bajo el paraguas de Al Qaeda. El lugarteniente de al Masri era el joven Abu Bakr el Baghdadi, que se convirtió en el nuevo jefe del grupo tras un nuevo golpe de EE. UU. contra la cúpula de Al Qaeda en 2010.
Por aquel entonces, el EII contaba con unos 2.500 combatientes. El ambicioso Al Baghdadi puso las miras en Siria. Al principio cooperó con el frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria, fundada por Abu Mohamad Al-Golani a mediados de 2011.
El Estado Islámico de Irak modificó entonces su nombre y agregó: del Levante o Siria (EIIL). Las rivalidades entre las dos facciones de Al Qaeda en Siria llevaron a Ayman al Zawahiri a dejar de apoyar al EIIL y le pidió que se retirara de ese país. Al Baghdadi decidió abandonar definitivamente Al Qaeda y actuar por solitario. El Estado Islámico (EI) se ha convertido en el grupo yihadista más poderoso y sanguinario.
2. Un ejército de 30.000 yihadistas dispuestos a matar o sacrificarse por el islam
En menos de un año el Estado Islámico ha crecido hasta convertirse en un fuerte “ejército” con más de 30.000 combatientes árabes y occidentales dispuestos a todo para extender su dominio por medio mundo. (Lea también: Presidente Hollande confirma decapitación de turista francés).
Sus éxitos cosechados en Irak y el avance en el norte de Siria han atraído a 10.000 nuevos yihadistas que se han incorporado en sus filas en los últimos meses.
Muchos de estos combatientes son expertos combatientes que lucharon en la pasada década en Irak y que ahora son militantes del Estado Islámico. El grueso lo forman los reclutas iraquíes (alrededor del 60 por ciento) y se estima que unos 2.000 son extranjeros, muchos de ellos proceden de Europa e incluso de Estados Unidos o Australia.
El Estado Islámico financia sus actividades con fondos que provienen de campos petroleros. Foto: AFP
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3. El EI centra sus conquistas en los recursos del petróleo
El 29 de junio Al Baghdadi anunció la creación del Califato Islámico y se autoproclamó califa de todos los musulmanes. Los sueños de grandeza de este líder yihadista han ido acompañados de jugosos botines de guerra, pero sobre todo ha destacado su estrategia militar. Las huestes del califa Ibrahim se han hecho con un vasto que se extiende desde la ciudad de Alepo en Siria hasta las localidades de Faluya, Mosul y Tal Afar en Irak.
La campaña militar ha sido financiada con fondos que provienen de los campos petroleros de Siria que el grupo viene controlando desde finales de 2012. Antes de la toma de Mosul, a principios de junio, el EI contaba con 875 millones de dólares de la venta ilegal del petróleo. Ahora sus recursos ascienden a 2.000 millones de dólares, que provienen de bancos y suministros militares capturados en Mosul.
El éxito económico del EI es precisamente la autofinanciación. A diferencia de otros grupos yihadistas no dependen de las contribuciones de los países del Golfo Pérsico, que apenas representan 5 por ciento de sus recursos.
Otras fuentes de financiación son la extorsión y el pago obligatorio de impuestos a las poblaciones locales, además del contrabando de piezas de arqueología y los rescates por los secuestros de occidentales.
4. El sueño es recuperar las fronteras del gran Imperio Otomano
Emulando al sultán Mehmed II ‘El Conquistador’, Al Baghdadi ha desafiado al mundo con recuperar el territorio histórico del Islam.
Lo que busca el EI es gobernar el mundo musulmán bajo la ley de la Sharia, y promover la 'guerra santa' (yihad) contra todos los que consideran “infieles”; es decir contra todos: cristianos, yazidíes, chiíes, turcomanos, estadounidenses, etc.
La primera etapa es hacerse con el control sobre Irak y Siria y después extenderse al resto de países árabes.
La ambición de Al Baghdadi es tener un imperio que vaya desde Al Ándalus al sudeste asiático. El Estado Islámico pretende en los próximos cinco años reconquistar España y Portugal hasta llegar a los Balcanes, pasando por el cuerno de África, el Sahel (zona entre el desierto del Sahara y la sabana sudanesa ) y el Magreb (región del norte de África).
También amenaza con extender su dominio por el sudeste asiático, en países como Malasia o Indonesia, el mayor país musulmán. Su plan expansionista ha puesto en alerta tanto al Viejo Continente como a Asia. Gobiernos europeos temen un auge islamista que podría poner en peligro la seguridad nacional.
5. Las redes sociales, la herramienta más eficaz para captar nuevos reclutas
El Estado Islámico no solo promueve la “yihad” sino también la ciber-yihad”. Facebook o Twitter se han convertido en las armas más poderosas para promocionar al Estado Islámico. (Lea también: Estado Islámico publica nuevo vídeo propagandístico de rehén británico).
Los videos en los que aparece el periodista británico John Cantlie han sido considerados propaganda. Foto: Reuters
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Los yihadistas del EI también cuentan con revistas de propaganda 'online' además de videos profesionales donde anima a los jóvenes a abandonar sus hogares y familias para emigrar al Califato.
En su nueva revista en inglés ‘Dabiq’, la organización yihadista anima a los fieles a unirse al llamamiento de Al Baghdadi para luchar por el Califato.
El EI ofrece puestos de trabajo, y está interesado no solo en reclutar a personas con experiencia militar sino a médicos e ingenieros de diferentes especialidades y campos.
El EI a diferencia de Al Qaeda no busca formar a combatientes extranjeros para que cometan atentados en sus países de orígenes, sino soldados útiles que quieran permanecer allí y continuar con su lucha.
ETHEL BONET
Para EL TIEMPO
Beirut
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