Morena y sus fraudes electorales internos
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La Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena sancionó por dos años a Guillermo Enrique Novelo Solís, propuesto por Andrés Manuel López Obrador como superdelegado federal en Durango, y quien simuló un proceso de elección interna en 2015, además de haber manipulado actas del partido.
No es la primera vez que esto ocurre en el partido fundado por el presidente electo. Entonces, valdría la pena hacer un recuento y preguntar por qué no se sanciona de la misma manera a los involucrados que se muestran a continuación.
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El 2017 fue el “año del dedazo” para Andrés Manuel López Obrador, quien simuló con encuestas la imposición de “coordinadores de organización”, mismos que eventualmente serían candidatos a puestos de elección popular en la capital del país y en las entidades de la República.
Muchos llegaron al partido “por convicción” y –supuestamente– “no por cargos ni ambiciones”, pero se vio todo lo contrario: muchos de los que se quedaron sin cargos y vieron truncadas sus ambiciones, se fueron, en su momento, decepcionados.
El caso más emblemático –por ser el primero y el de mayores repercusiones potenciales– fue el de Ricardo Monreal. En agosto del año pasado, a pesar de que el zacatecano aparecía como puntero en todas las encuestas para jefe de gobierno realizadas por medios de comunicación, el tabasqueño impuso a una figura más de su confianza. Y para ello, echó mano de una encuesta manipulada para colocar a Claudia Sheinbaum.
Pero, tranquilos. Don Ricardo, al final tuvo su recompensa y es ahora presidente de la Jucopo en el Senado.
En Puebla, el académico Enrique Cárdenas renunció a Morena luego de que la dirigencia impuso a Miguel Barbosa como “coordinador”, argumentando que salió “mejor evaluado” por los ciudadanos en una encuesta. Cárdenas lucía como el mejor prospecto de candidato a la gubernatura de Puebla y parecía que AMLO se inclinaría por él. Lo hubiera hecho, pues finalmente Barbosa Huerta perdió en las urnas.
En Jalisco, el empresario Enrique Michel Velasco –sí, el que se disfrazó de rey en su cumpleaños– renunció al partido argumentando “falta de apoyo” luego de la imposición del diputado Carlos Lomelí como “coordinador”. La designación de AMLO causó resistencias de la militancia por los antecedentes de Lomelí, quien es acusado de ligas con el narco. Otra mala elección del “mesías”
A finales de octubre del año pasado, un grupo de comités de bases de Morena en Oaxaca emitieron un comunicado señalando directamente al enlace estatal con el comité nacional, Salomón Jara Cruz, y a la presidenta del Comité Ejecutivo Estatal, Nancy Ortiz Cabrera, de “usurpar indebidamente la facultad de nombrar candidatos y violar el derecho de la militancia a ser votados”.
El caso en la entidad fue particularmente descarado. La dirigencia estatal no emitió un acuerdo para la realización de las encuestas, no lanzó una convocatoria abierta, ni permitió la inscripción de aspirantes. Cabrera, reservó para sí misma la candidatura más codiciada por la militancia de Morena en Oaxaca: la senaduría.
¿Dónde está la Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena? ¿Por qué estos casos no fueron revisados? Fácil, porque como dueño del partido y ahora presidente electo, Andrés Manuel López Obrador continúa con sus designios a través del “dedazo”, ahora a través de consultas.
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