Jornada para introducir ayuda humanitaria a Venezuela deja 2 muertes y 60 deserciones de militares
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Uno de los momentos más tensos ocurrió cuando decenas de personas salvaron cajas con alimentos y medicinas de dos camiones que fueron incendiados en uno de los puentes internacionales entre Colombia y Venezuela, donde horas antes más de medio centenar de militares y policías se declararon contra el presidente Nicolás Maduro, que decidió romper relaciones diplomáticas con el gobierno colombiano por apoyar al líder opositor Juan Guaidó.
Por Christine Armario y Luis Andrés Henao
Cúcuta, Colombia, 23 de febrero (AP).- La operación para intentar introducir ayuda humanitaria a Venezuela se encontró el sábado con la resistencia de la Guardia Nacional y la Policía Nacional, que se enfrentó con manifestantes en las inmediaciones de las fronteras con Brasil y Colombia en una jornada que dejó al menos dos fallecidos y más de 300 heridos.
Uno de los momentos más tensos ocurrió cuando decenas de personas salvaron cajas con alimentos y medicinas de dos camiones que fueron incendiados en uno de los puentes internacionales entre Colombia y Venezuela, donde horas antes más de medio centenar de militares y policías se declararon contra el presidente Nicolás Maduro, que decidió romper relaciones diplomáticas con el gobierno colombiano por apoyar al líder opositor Juan Guaidó.
Tras varias horas de choques, se anunció que los camiones con ayuda que habían sido enviados desde Colombia volverían a la bodega de la que salieron en la ciudad de Cúcuta, mientras líderes opositores pidieron no ver como un fracaso la imposibilidad de llevar la ayuda humanitaria a territorio venezolano.
El canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, dijo en rueda de prensa que los incidentes ocurridos en la frontera dejaron unos 285 lesionados, en su mayoría por gases lacrimógenos y armas no convencionales, de los cuales 255 son venezolanos y el resto colombianos.
Al menos 60 miembros de cuerpos de seguridad, incluidos militares y policías, desconocieron a Maduro y dieron su apoyo a Guaidó, de acuerdo a registros de Migración de Colombia, país al que se fueron.
Desde Caracas, el presidente de la comisión de ayuda humanitaria de la oposición, el diputado Miguel Pizarro, dijo que el sábado no representó ninguna derrota y acusó a Maduro de haber elegido el “peor camino” al reprimir a la población con militares y supuestos grupos oficialistas conocidos como “colectivos”.
“Este es un esfuerzo que sigue”, dijo Pizarro en conferencia de prensa al asegurar que la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, seguirá presionando por la ayuda humanitaria.
Pero el oficialismo venezolano lo interpretó distinto.
“Las caras de la derrota, no logramos sacarle una sonrisa, ni para la foto”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello. El mensaje está acompañado de dos fotografías en las que se les ve con rostro serio a Guaidó y los presidentes de Colombia, Iván Duque; de Chile, Sebastián Piñera; de Paraguay, Mario Abdó, y al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro.
El diputado opositor Pizarro también denunció que un barco que viene desde Puerto Rico con ayuda humanitaria para Venezuela fue asediado en aguas del Caribe, pero no ofreció detalles. El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, dijo en un comunicado que la embarcación con ayuda recibió “amenaza directa de fuego” de naves venezolanas, y que por esa razón se ordenó que abandonara el área.
La oposición venezolana, encabezada por el autodeclarado presidente interino Guaidó, movilizó desde temprano camiones con alimentos y medicinas en algunos puntos fronterizos, y aunque hubo unos primeros reportes de que se había logrado introducir algunos cargamentos por Brasil, los vehículos se quedaron en los puntos limítrofes.
Por la tarde, dos camiones que habían entrado a territorio venezolano en la frontera con Colombia fueron incendiados -según algunos testigos por guardias nacionales- y la gente tuvo que movilizarse para intentar rescatar las cajas con la ayuda humanitaria.
Las autoridades colombianas informaron que de los tres camiones, dos retornaron a Cúcuta y un tercero aún permanecía en un puente internacional y no había podido regresar debido a que muchas personas aún se encontraban en el lugar.
Los enfrentamientos comenzaron temprano en la localidad venezolana de Ureña, fronteriza con la ciudad colombiana de Cúcuta, cuando los militares de la Guardia Nacional lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma contra la gente que intentaba llegar al puente fronterizo. Médicos en el lugar reportaron un par de docenas de heridos, pero ningún fallecido.
Más tarde, sin embargo, se registraron otros enfrentamientos en la localidad suroriental de Santa Elena de Uarién, cercana a la frontera con Brasil, donde una médico dijo a The Associated Press que dos manifestantes fallecieron y otros 21 resultaron heridos.
Los altercados se extendieron hasta el final de la tarde cuando militares, montados en una tanqueta, disparaban gases lacrimógenos hacia decenas de manifestantes, algunos con los rostros cubiertos, que protegidos por barricadas de basura, se enfrentaban a guardias nacionales.
En Caracas, tras una marcha de sus seguidores, el presidente Maduro dijo que se le agotó la paciencia y decidió romper relaciones con Colombia ante lo que consideró continuas agresiones del gobierno del presidente Iván Duque y su intromisión en asuntos internos.
“No puedo seguir soportando, no podemos seguir soportando que se preste el territorio de Colombia para una agresión contra Venezuela, por eso he decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia”, dijo.
Maduro dio un plazo de 24 horas para que los diplomáticos colombianos abandonen Venezuela.
Con excepción de la atención consular y el trato a nivel de encargados de negocios, Bogotá congeló sus relaciones con Caracas desde mediados del 2018.
La operación de la oposición comenzó con Guaidó dando la salida a los primeros camiones con ayuda desde una bodega en la ciudad colombiana de Cúcuta para que se dirigieran a la frontera venezolana.
En la localidad venezolana de Ureña, los manifestantes incendiaron un camión y al menos dos decenas de personas resultaron lesionadas, la mayoría por disparos de balas de goma, dijo a The Associated Press Carolis Medina, una médico anestesiólogo de 33 años, mientras atendía a uno de los lesionados en una clínica privada.
Maduro ha dicho que el intento de meter la ayuda humanitaria es un pretexto para una intervención militar extranjera.
Entre aplausos y al grito de “¡Sí se puede!”, cientos de manifestantes vestidos con camisetas blancas y portando banderas venezolanas y pequeñas pancartas, intentaron avanzar la mañana del sábado hacia el puente internacional Francisco de Paula Santander, que comunica Ureña con la colombiana de Cúcuta, pero fueron repelidos por cientos de guardias nacionales que sin mediar palabras comenzaron a lanzarles varias andanadas de gases lacrimógenos para dispersarlos.
Con barreras de metal, colocadas en medio de la vía, los militares cerraron el paso en las calles aledañas a los puentes mientras cientos de ellos se apostaron en las cercanías de los pasos fronterizos.
Al grito de “traidores” y “vende patria”, decenas de transeúntes, que acostumbran pasar a diario desde Ureña hasta Cúcuta, increparon a los guardias nacionales por bloquearles el paso.
En San Antonio del Táchira, la mayor localidad fronteriza del lado venezolano, también se dieron expresiones de malestar entre los habitantes por el cierre de las vías.
“Ojalá que acabaran de venir los gringos de una vez”, afirmó José Alberto Jiménez, un vendedor de café y cigarrillos que trabaja en la frontera, al quejarse de la acción de los militares venezolanos y la profunda crisis que azota al país suramericano. “Nosotros estamos huyendo de Venezuela para sobrevivir”, agregó.
El momento crítico tanto para el gobierno de Venezuela como para la oposición se produce exactamente un mes después de que Guaidó se declaró presidente interino bajo la constitución delante de miles de partidarios jubilosos. Aunque ha ganado respaldo popular y ha sido reconocido por 50 naciones, no ha sellado el respaldo de las fuerzas armadas, cuya lealtad es considerada crucial para derrocar a Maduro.
Líderes internacionales, incluyendo el secretario general de la ONU Antonio Guterres han llamado a ambas partes a evitar la violencia cuando la oposición trate de cruzar con la ayuda alimentaria y de medicinas puentes que las autoridades venezolanas cerraron el viernes por la noche. En previas olas de disturbios, ciudadanos han sido atacados con gas lacrimógeno e incluso matado durante protestas.
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