Apesar de pronunciarse en un discurso contrario, el presidente de México ha dado muestra desde su toma de poder de señales de conservadurismo. Acciones que no han pasado desapercibidas.
Entre su actuar está la reciente visita de Andrés Manuel López Obrador a Sinaloa. Cuando le cuestionaron sobre su seguridad antes de viajar a Badiraguato (tierra de donde es originario“El Chapo” Guzmán) mostró amuletos entre los que estaban una imagen del sagrado corazón y billetes.
Durante su visita a Tamazula, Durango, dio otra muestra, pues dijo que le había hecho una limpia a la silla presidencial porque estaba embrujada.
No solo eso, AMLO también ha acusado a varios de sus antecesores pero lo ha hecho sin pruebas. A Felipe Calderón Hinojosa, ex presidente de México, lo acuso de “conflicto de interés”.
Lo acusó de ser miembro de la empresa Avangrid, que se encarga de suministrar energía a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en su sexenio. Lo hizo sin pruebas, porque a pesar de que fue consejero asesor de dicha empresa, ocurrió en 2016, cuatro años después del término de su mandato.
Más atrás, el año pasado tras el fallecimiento de la gobernadora de Puebla Martha Erika Alonso y su esposo el senador Rafael Moreno Valle, el presidente de México no asistió al estado. “Hay un grupo muy mezquino que ayer empezaron a hablar de la responsabilidad del gobierno que represento”, explicó después.
Y luego se disculpó. “Yo entiendo que no les haya gustado lo que les dije a los que promueven el odio. A lo mejor no debí utilizar la palabra mezquino, que es pobreza, miseria de espíritu, según el diccionario, a lo mejor debí decir que son tiempos desgraciadamente de canallas, pero bueno, ese es un asunto de otro tipo”, fueron sus palabras.
¿Cómo actuará de ahora en adelante el mandatario? ¿Continuará con acciones de este tipo? ¿Lo hará y luego se disculpará o medirá mejor sus acciones.
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