Los Ackerman-Sandoval cobraron varios miles de pesos al Inai, el organismo que AMLO golpetea
Andrés Manuel López Obrador ha fustigado sistemáticamente al Inai. Reclama que es muy costoso y poco útil. Sus palabras contra el instituto de transparencia han sido muy ofensivas: lo calificó de “pura simulación nada más para aparentar de que se iba a combatir la corrupción”, como reportó El Universal, el 3 de octubre de 2019.
Este año le volvió a dedicar lindezas al Inai: el 3 de julio de 2020 cuestionó “ ¿cuánto nos cuesta? Mil millones de pesos, mantener ese aparato para simular, mil millones de pesos, me duele, mil millones de pesos para no hacer nada”.
Ahora bien, ¿Cómo se vería que, por un lado, López Obrador señale de gasto inútil lo que hace el Inai y, por el otro, dos de sus alfiles más influyentes hubieran cobrado en el Ifai, aunque fuera poquito? Mal, ¿no creen?
Pues etcétera solicitó al Inai información respecto a los pagos que ese instituto hizo a John Ackerman y a Irma Eréndira Sandoval. No recibieron millones que solventen sus casas, pero sí recibieron dinero del órgano que López Obrador califica reiteradamente de bueno para nada.
Los Ackerman-Sandoval cobraron por la elaboración del séptimo cuaderno de transparencia “Leyes de Acceso a la Información Pública en Perspectiva Comparada”. John, además, recibió honorarios por la presentación del libro Las Leyes de Acceso a la Información en el Mundo.
Como señalamos en los párrafos previos, no fue una gran cantidad: 24 mil 210 pesos por cada autor y John obtuvo 6 mil pesos por presentar el libro. Aunque sea a precios de 2005 y 2006, no dejan de ser 54 mil pesos.
Pero lo periodístico no es el monto, vaya, hacer textos para el Ifai o presentar libros no es deshonroso, ni ilegal. Pero en 2005 y 2006, López Obrador ya estaba en campaña electoral y en plena resistencia por haber perdido contra Felipe Calderón. John e Irma, por un lado, simpatizaban con el obradorismo y, por el otro, cobraban en las instituciones que su líder mandaba al diablo.
El tema no es de legalidad, sino de coherencia.
Igual que el de Judas Iscariote, que se ostentaba como discípulo del mesías y al mismo tiempo recibía treinta monedas de plata de los adversarios de su amado maestro.
Judas no decía que Jesús fuera científico, pero sufrió una traición similar a la de John. ¿Andrés Manuel seguirá pensando que el Inai cuesta mil millones “para no hacer nada”?
El peje (y su paje) por la boca…
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